El eje estratégico para un análisis político

Hay un eje estratégico, a mi entender, para pensar la política, para guiarse en los laberintos de la ideología. Y es la situación Latinoamericana.
Recuerdo años atrás, amigos de izquierda que, apoyando a Chávez y a los emergentes como Evo, incluso a Lula, no apoyaban al kirchnerismo. Supongo que esa posición ahora es más minoritaria que antes. Ahora, quienes apoyen a Chávez y a Lula, por citar dos casos paradigmáticos de los modos de ser de la izquierda sudamericana, quienes apoyan esto, y miran el contexto más amplio de Latinoamérica –con el norte más a la derecha, con el centro pro yaqui- apoyan también a Kirchner.
Para quienes detestan el populismo y son progresistas (o liberales culposos, que es lo mismo) tienen, ahí, si no rascan la superficie a Chile y Brasil como modelos.
Para quienes son de la derecha más dura, tienen a México (un poco impresentable) y si se rasca la superficie, tienen a Colombia.
Hay un menú de gobiernos, con un predominio en Sudamérica del centro a la izquierda, que debería –a mi gusto- operar como norte estratégico.
Las medidas pro mercado del gobierno argentino –como el último paquete anticrisis, o la movilidad (ay) de las retenciones al maíz y el trigo de hoy- siempre fueron parte del gen k, aunque la visión ideologizante de las corporaciones nativas no haya podido verlo con naturalidad.
Y esas medidas, a mí, no me resultan simpáticas.
El problema es que no hay otra cosa, por lo menos más a la izquierda. Incluso, un poquito más a la derecha y para decirlo pronto y a lo bonzo, está la sociedad.
Mi amigo el único maoísta que sonríe, está convencido que la sociedad es un terremoto, que está a la izquierda de la farsa del gobierno, que solo falta una vanguardia que encienda la mecha. Pero, esa visión es, ejem, particular. Y un poco traída de los pelos.
El problema es discutir el gobierno argentino sólo y en la medida del gobierno argentino, es decir, sin una mirada hacia nuestro pasado inmediato, hacia los grandes mapas históricos –en concreto, civilización y barbarie- y hacia Sudamérica como parte de un escenario global adverso para la izquierda.
Esa mirada más larga, a mi entender, debe ser la clave de análisis y comprensión, y ahí, hay que rescatar que no son las fuerzas sociales organizadas las que dinamizan el escenario prograsivamente–el caso en fino de Evo Morales en Bolivia demuestra lo que sobradamente demostró el gobierno del PT en Brasil o el del Frente Amplio en Uruguay- sino conducciones desde el estado fuertemente centralizadas y personalizadas. Es un dato de coyuntura, que puede o no gustaron, pero es así, por ahora, la cosa.
No implica estarse quieto, implica analizar una variante importante de la realidad.
Implica, además, reconocer una mirada amplia, tornarla variable estratégica, acomodar ahí las tácticas.

Acerca de Lucas

31 años, periodista, vivo en Santa Fe, trabajo en Entre Ríos. Me encanta el consenso, si la primera moción es la mía. Creo que el disenso es productivo (al interior de la oposición). Todo lo que digo lo digo convencido, porque creo que es más importante decir las cosas con convicción que tenerlas. No me gusta Ricardo Arjona, pero no me molestaría ser Ricardo Arjona. Lo que sí tomo verdaderamente en serio, es la cerveza.

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34 comentarios en «El eje estratégico para un análisis político»

  1. «conducciones desde el estado fuertemente centralizadas y personalizadas».

    Bien ahí. Y ahora a pensar los límites que tiene eso. La sucesión, por ejemplo.

  2. Ezequiel, no entendí lo de los derechos de autor?

    Tomás, lo de la sucesión es para mí un misterio. No me refiero principalmente a la argentina, sino a Venezuela, Bolivia, Nicaragua.

  3. El problema pasaría más bien por el hecho de que las transformaciones encaradas han sido, en todos los países, resueltas dentro de una matriz democrática y burguesa que impone ciertos límites institucionales al cambio (control parlamentario, elecciones periódicas, control opositor de los medios de comunicación, etc.). Esa contradicción empeora en la medida en que los liderazgos democráticos necesariamente encarnan en personas, sujetos,. Y más aún cuando estos proyectos, que inicialmente pueden avanzar en la senda de la recuperación con altos porcentajes de consenso, comienzan a enfrentar los resultados de la polarización social que se deducen de los cambios introducidos, desintegrando las alianzas originales (como pasa ahorita en Paraguay, en Uruguay, en Chile). El corrimiento de las clases medias de los grandes centros urbanos es un fenómeno continental: frente a él, la alternativa para enfrentar el desgranamiento del proyecto nacional es la revalidación plebiscitaria del liderazgo, pero esto choca con la institucionalidad imperante.

  4. Sí, Ezequiel, de acuerdo. Pero yo creo que es mejor forzar esa institucionalidad que gastar todas las energías para modificarla primero, antes de modificar las relaciones de fuerza.
    El primer casos ería el de Chávez (y Kirhcner) y el segundo el de Evo y Correa.

  5. Si, pero ¿Hasta dónde? Ahí entra un muy buen post de Luciano sobre la Revolución Legal. El tema es que estos proyectos vienen como relevo de alternativas poco democráticas, represivas, y con finales muchas veces sangrientos (Bolivia, Argentina, Venezuela). La institucionalidad es el eje de la legitimidad, no la podés dejar de lado, no así nomás.
    Lo que puede pasar en el camino es que se pierda. Y la apuesta sube conforme polarizás más. ¿Cuándo nos fue mejor, con la 125 o con Massa (A.K. «Caniche Style»)?

  6. Es cierto, lo escribió Ezequiel y muy recomendable ese post.

    Y creo que el eje del debate lo están planteando ustedes dos: hasta dónde forzar la institucionalidad del statu quo y en qué momento eso te encorseta (¿se dirá así?) y tenés que salir a pelear por una nueva institucionalidad que dé cuenta del estado de relaciones de fuerza. Mi análisis -demasiado al boleo- es que todavía hay espacio dentro de esa institucionalidad. Pero el 2011…

  7. Noooo, yo no digo dejar de la do la institucionalidad, sino tensarla, ampliarla dentro de sus fronteras lo necesario para que soporte los cambios sin necesidad de radicarlizar la isntitucionalidad.

  8. O sea, creo que gastar energía en los cambios institucionales es al pedo en este momento.
    Quizás tenga que ver con resabios marxistas (la superestructura y todo eso) pero el caso es que cuando se dispone de poca fuerza, hay que saber dónde, cómo y cuando utilizarla. Yo lo de la hegemonía no me lo creo,d e modo que creo que se trata de en el marco de debilidad de los proyectos nacionales y populares, hay que apostar a la transformación social, cuandos e tenga fuerza, consolidar esos cmabios.
    O sea, gobernar desde la emergencia social. Y para la emergencia social.

  9. Lucas
    Esta discusión ya se dio, en cierta manera, en el 74/75.
    La Revolución puede ser muy emocionante y heroica, pero si no resolves el vaso de leche, la basura, las alpargatas, el transporte público, etc.; te va pasar lo de la última elección en Venezuela.
    La Matanza de ellos voto contra los candidatos de Chávez, no contra Chávez, por ineptos.
    Discutir si seguimos en la Democracia burguesa o pasamos a la Revolucionaria; sin haber construido UN Estado es jugar a la ruleta rusa.
    China, Argelia y la primera vietnamita, estaban ocupadas por potencias Imperiales.
    Cuba y la segunda vietnamita, tenían el soporte logístico de la URSS.
    Sin embargo, en todas, se trataba de reconstruir el Estado en las zonas liberadas.
    Desde el cobro de los impuestos a la prestación de los servicios, sin olvidarse de la Producción.
    La emergencia social permanente, solo se puede mantener con la metodología de Pepe Stalin, o su variante camboyana.
    El mismo Mao tuvo que recurrir a los Deng cuando el Gran Salto Adelante, o la Revolución Cultural, generaron más problemas de los que resolvían.
    En la Argentina NO tenemos Estado, lo mismo sucede el resto de Latino América, con las excepciones parciales de Chile, Brasil y Uruguay.
    Es cierto que se corre el riego de quedar entrampados en el gerenciamiento, como los chilenos y los uruguayos.
    O después de Lula solo te queden los Estados y Municipios, pero es algo desde donde se puede seguir construyendo.
    Peor es tener el Ejecutivo Nacional y que nadie le de bola al timbre del escritorio.
    Esas viejas Orgas, como el PCA de los años 60 y 70, listas para ocupar cada uno de los lugares claves del Estado no existen más, porque perdieron el objeto a ser apropiado.
    Ahora que esta en discusión la Stasis del Progresismo K, Tumini y Cevallos tienen la misma disyuntiva que Carrio y Macri.
    Es posible remplazar a Ishi José C Paz, porque al fin y al cabo es tan solo una persona.
    ¿Pero como remplazas a la estructura que esta debajo?, ¿con quien y de donde lo traes?
    Tus militantes o compañeros de ruta se van a bancar hacer el trabajo con ¼ de lo que disponen los Rosarinos, o la ½ de lo que tiene Sabatella en Morón.
    Ojo al piojo, yo vivo en Morón, y el tema salud se Banca desde el Posadas (Nacional) y el Hospital de Haedo (Provincial).
    Sin ese alivio el tema no es tan fácil.
    ¿Volvemos al Plan Jefes y Jefas, y a las Manzaneras?, que invento Chiche Duhalde. ;-P
    ¿Lo llamamos a Ibarra para que nos asesore como administrar con el 3ª Presupuesto nacional?, y que nadie lo defienda.
    Una vez que se reconstruya el Estado el resto es tarea de ajuste fino.
    Un abrazo

  10. Fiori: – Por todos lados. Los pequeños conflictos ya son manifestaciones de que las cosas están en curso. Usted tiene una apreciación menor del conflicto porque América Latina es una región subordinada a la supremacía americana. Pero la activación de la IV flota americana es un ejemplo del aumento de la preocupación que se tiene con el continente. Estas disputas en el continente no pasan sólo por el interés y la competencia externa, pasan también por la expansión de Brasil y de sus intereses económicos y políticos que también se van internacionalizando rápidamente. Aquí también, este aumento de la presión competitiva ha de a crear nuevas «zonas de fractura», activando asimetrías y diferencias preexistentes que acaban transformándose casi invariablemente en guerras civiles o regionales, como acontece en todo el mundo. Las asimetrías y conflictos locales que estaban latentes y que se transforman en conflictos vivos.
    esto de acá:
    http://carlosboyle.blogspot.com/2008/12/geopoltica-latinoamericana.html
    Sabe Lucas me pasó algo extraño con el post, lo leí sin saber que era suyo y nunca hubiera pensado que fuese suyo.
    Mas allá del peronicéntrismo, que no es mas que una justificación suya del cetralismo absurdo K, tenemos que tener en cuenta la carrera larga, y el entorno no latinoamericano

  11. ACABO DE ENTERARME DE LOS DICHOS DE PICHETTO SOBRE ECUADOR. JUNTO A LO DE RICO EN SAN MIGUEL. SE HACE DIFICIL TENER UNA POSICIÓN CRITICA. UNO SIEMPRE PIENSA . POBRES CON TODOS LOS QUILOMBOS INTERNOS QUE TIENEN, MIRÁ QUE SE VAN A PARAR A ESCUCHAR UNA CRITICA. ES MUY COMPLEJA LA SITUACIÓN. SI SE CRISTALIZA AQUÍ ESTAMOS CONSTRUYENDO UNA NUEVA FORMA DE CONSERVADORISMO. PRIMERO LLENAR EL VASO ETC.ETC…CUANDO SE LLENA, HAY QUE ESPERAR PARA , PORQUE APARECEN OTROS OBJETIVOS. CREO, QUE TODO LO POSITIVO HECHO POR EL GOBIERNO Y TODO LO POSITIVO QUE TENDRÍA QUE HACER SE VA A LOGRAR EN LUCHA. LA DERECHA SE MUEVE DENTRO Y FUERA DEL GOBIERNO, DEL PJ, SE MOVILIZA Y PREPARA SUSU FUERZAS PARA UN FUTURO, QUE NO NOS PUEDE ENCONTRAR MIRANDO EL PASADO INMEDIATO. EN POLITICA NO HAY ESPACIOS VACIOS. LA DERECHA A COMENZADO A LLENAR TODOS LOS QUE PUEDE.

  12. Coincido con el Escriba.

    Me encantó esa frase de Lucas:

    «Yo lo de la hegemonía no me lo creo»

    Lucas Carrasco, diciembre de 2008.

    Sobre reconstruir un Estado, bueno, es la prioriodad, es lo que estamos haciendo, entre progres y perucas. NK fijó el rumbo ya en su discurso de mayo de 2003. Lo que sucede es que ese proceso de reconstrucción del Estado tiene que hacer equilibrio, por lo que señala el Escriba. Creo que lo hizo bastante bien, por lo menos este año. Acá no hubo una sola medida simbólica más: fueron todos actos de intervención real.

  13. El problema que tienen, a diferencia de Evo, Correa y Chaves, es que ni en pedo pueden juntar un 60 o 65% de votos como ellos para ningún proyecto.
    No podrían poner a prueba en un referendum ni siquiera una medida que obtuvo bastante consenso como las de las AFJP, porque si se genera una polarización pro o anti K corren el gran riesgo de perder.
    Les faltan votos para picar más alto.

  14. no me parece lo mismo brasil que uruguay o bolivia.

    en brasil la politica economica es basicamente liberal, gobierne quien gobierne, fijate que la industria brasilera quiere permanentemente un dolar mas alto, pero el dolar flota.

    brasil, por su desarrollo industrial y tamaño no quiere lo mismo que otros paises latinoamericanos, rechaza el proteccionismo y quiere sentarse en la mesa grande del mundo, pro eso impulsa la ronda de Doha,etc.

    saludos.

  15. «La Matanza de ellos voto contra los candidatos de Chávez, no contra Chávez, por ineptos»dice Manolo por ahi el año que viene pasa algo asi en el connurbano aunque si la oferta es Tumini ..no se ……por lo demas lo suyo Carrasco es impecable

  16. Ojo que si pierde la Concertación en Chile (hoy las encuestas no le dan, y no tiene presidenciable: Lagos no va, Insulza no alcanza), si la heredera de Lula no consigue mantener unido al PT y mejorar o al menos mantener ciertas performances, si el FA no decide una candidatura, es muy factible que el mapa estratégico cambie.
    Por lo demás, los únicos liderazgos fortalecidos luego del embate que va desde diciembre del año pasado (derrota de Chávez en la Constituyente) hasta diciembre de este año son el de Evo, el de Chávez, el de Correa y el de Ortega. Los que revalidaron credenciales, en una palabra. En Brasil, Lula ganó pero sus candidatos perdieron. En Chile, la Concertación perdió.
    El resto de las constelaciones progres están en serios aprietos para reproducir su legitimidad. El viraje estratégico de los sectores medios de los grandes centros urbanos generó una re – polarización muy adversa.
    Entramos en una etapa nueva. Habrá que ver qué sucede en Perú y Colombia, por una parte, y por la otra, por supuesto, en Uruguay, Argentina, etc.

    Mariano T.: En Argentina, salvo Yrigoyen y Perón, nadie juntó nunca un 66% de los votos. Es una sociedad infinitamente más compleja. Pero no lo sacamos nosotros, y no lo sacan nuestros adversarios. Con menos se gobierna, lo que muchos no entienden (no es para vos) es que con menos, se cambia menos. Los momentos constituyentes de Ecuador y Bolivia devienen del despertar de actores antes políticamente inexistentes, como el actor indígena.

  17. Ezequiel:

    Es un dato menor pero creo que ni Peron consiguio el 66% ( de memoria tengo el 73 con el 62, el 45 no y tengo dudas con la segunda). Me parece que tampoco.

    Yrigoyen si. Fue en el 28.

  18. Atendiendo a la corrección de Lito, reformulo mi argumento: ni Perón, ni Yrigoyen -dos de los padres de la democracia de masas- lograron nunca porcentajes muy superiores al 60% de los votos.

    (Creía que la segunda presidencia de Perón y la elección de 1928 para Yrigoyen. Mis disculpas por el error)

  19. Entonces la conclusión es que las cosas que se pueden cambiar, dependen de los consensos que se logren, y los consensos van a depender, me parece, de un estilo de gobierno distinto.
    Un «ellos o nosotros» que cuando sumás los «ellos» da más que los «nosotros» no tiene potencial transformador, ni hablar de cambios institucionales.

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