En los días posteriores a las elecciones P.A.S.O. de este año pudimos observar (leer, ver y escuchar) en los medios de difusión cientos de análisis y opiniones de analistas y editorialistas políticos vertiendo opiniones sobre el resultado de las mismas. Opiniones de diverso color pero que la mayoría daba por descontado el denominado «fin de ciclo K».
Para quienes suelen transitar los análisis políticos desde hace bastante tiempo, esa sentencia concluyente no es nueva sino que recuerda la película «Volver al Futuro«, pero sí puede sorprender por la persistencia y falibilidad que demostró hasta hoy. Y acá se abre la discución sobre la seriedad y confiabilidad de los pronósticos de dichos «analistas» profesionales de la realidad política contemporánea, los que se parecen más a opiniones o deseos personales de sus creadores, traficados como sesudos análisis cuasi científicos respaldados por resultados e intenciones de los electores. Pero ¿a qué nos referimos con esta humilde descalificación de dichos análisis y sus concluciones? Nos referimos a que los lectores, oyentes o televidentes de esos análisis solemos utilizarlos para formar nuestra propia opinión política, no en forma lineal pero sí como referencia autorizada para sumarla a la información que recibimos de diversas fuentes. Y lo que es más importante aún, también la mayoría de los políticos toma como referencia esos análisis para modificar sus opiniones, tácticas y expresiones políticas. Y allí está la explicación al título de esta entrada. ¿Podemos hablar de «mala praxis» de dichos analistas, comparando su conducta con la de los médicos, por ejemplo? ¿O con la de un plomero o mecánico? Creemos que sí, porque quienes carecemos de la información, los conocimientos y la experiencia que supuestamente tienen quienes proclaman por los medios de difusión sus «concluciones» sobre el devenir político argentino tomamos su palabra «experta» como referencia de la misma manera que lo hacemos (salvando las distanciaas) con la de un médico, plomero o mecánico: confiamos en que su conclución o diagnóstico se basa en un análisis bastante racional y objetivo de los hechos y que utiliza todo su «expertise» para darnos su elaborada opinión. Pero, como veremos, hay mucho de mala praxis en este rubro de los medios y que oportunamente llamamos La basura en el ojo de la «opinión pública»…
Repasemos lo que arrojaron las elecciones de medio término, pero con dos aclaraciones o salvedades para tener en cuenta: al tratarse de comicios de renovación de diputados y senadores lo que importa en forma concreta es la cantidad de bancas obtenidas o perdidas y no los porcentajes obtenidos, porque el sistema funciona de acuerdo a los legisladores que integran ambas cámaras y no por las conclusiones políticas subjetivas que puedan arriesgarse.
Los resultados fueron los siguientes:
Ahora bien, de una observación desapasionada de la historia política reciente no sólo pueden cuestionarse las conclusiones mediáticas y opositoras por apresuradas y con escasos fundamentos (¿mala praxis?) sino que lo ocurrido en esta década muestra que el fenómeno no es algo novedoso sino lo contrario.
Sólo a modo de observación de los números que arrojaron las P.A.S.O. (tomados como si fueran los del próximo octubre) vemos que ellos nos muestran que no son tan desfavorables para el oficialismo como se afirma en los medios hegemónicos. Repasemos los mismos en este detallado análisis:
Debe recordarse que en estas elecciones legislativas, el Frente para la Victoria (FPV) compite con una enorme ventaja: de las 127 bancas que se pondrán en juego este año en la Cámara de Diputados, sólo 34 pertenecen al oficialismo. Esto es así porque los escaños que se renuevan corresponden a los del mandato que se inició en 2009, cuando el kirchnerismo sufrió su peor derrota y sumó a sus filas a muy pocos diputados.
La oposición, en cambio, afrontará el desafío mayor: en octubre pondrá en juego nada menos que 80 de las 122 bancas que hoy suman todos los bloques no kirchneristas en la Cámara baja.
En la actualidad, el oficialismo domina la Cámara baja con 112 diputados propios y otros 23 aliados, los que juntos suman 135 (el quórum es de 129). Los bloques aliados ponen en juego este año 13 bancas..
La simulación del impacto parlamentario en la cámara baja del resultado de las PASO muestra que de las 34 bancas que el FPV pone en juego de repetirse los resultados en octubre, obtendría 39, esto es 5 más que compensarán las pérdidas de los aliados, sin poner en riesgo su condición de mayoría.
Por otra parte el resultado de las elecciones primarias determina que el oficialismo continúa siendo la primera minoría electoral y la brecha que muestra la distancia del FPV respecto a la segunda fuerza se mantiene en rangos muy importantes como se observa en el cuadro siguiente.
En el cuadro anterior se muestran las brechas entre primera y segunda minoría – sin aliados – en elecciones de medio mandato desde el año 1983 a la fecha.
Como se observa, la del año 2013 configurada tras las recientes PASO – aún falta la elección real en octubre – resulta la segunda más amplia de los oficialismos ganadores en medio mandato , con una diferencia de 12,8 puntos entre fuerzas, inmediatamente posterior al récord del año 2005, donde el FPV triunfante marcó una brecha de 21 puntos .
Nota completa
Ante estos números, resulta al menos extraña la euforia de los políticos opositores, aunque no la repetición del relato de los medios hegemónicos opositores y de algunos analistas políticos profesionales, quienes enarbolan el fatal final de la hegemonía política y el ocaso de los gobiernos kirchneristas. ¿Es lógico pensar que el kirchnerismo que pasó del 22% de los votos en 2003 al 54% en 2011 está terminado? ¿El porcentaje que logró en estas P.A.S.O. es el techo del kirchnerismo? ¿El kirchnerismo no tiene fuerza, voluntad y medios para mejorar su performance en octubre?
Para probar por qué decimos que no es sorpresivo este discurso apocalíptico sobre la suerte del oficialismo, repasemos lo que se dijo en 2009 sobre aquel «fin de ciclo K» cuando la situación para el oficialismo era peor que este año y comparémoslo con lo que se está diciendo actualmente.
Por aquellos no tan lejanos días se podía leer en La Nación lo siguiente:
«Varias veces dije que si no nos dividíamos, un día íbamos a cambiar la historia, y ese día es hoy», dijo un exultante De Narváez mientras los militantes reunidos en Costa Salguero lo vivaban al grito de «Colorado, colorado».
Tras las diferencias con Felipe Solá que dominaron la primera parte de la campaña, De Narváez elogió al ex gobernador. «Ha sido una larga campaña. Quiero agradecerle a Felipe el haber sumado en la forma en la que lo hizo».
De Narváez habló del jefe de gobierno ya como un presidenciable. «Gracias a Mauricio por liderar un espacio que aspira a comprometernos con el futuro», exclamó.
«Es un gobierno autista, lejos de la realidad», afirmó ayer Francisco de Narvaéz, el día después de su victoria sobre Néstor Kirchner en las elecciones de diputados nacionales por Buenos Aires.
Enfatizó que el Gobierno «tiene una visión sesgada que le impide reconocer la realidad» y entendió que la Presidenta había dado una «explicación matemática que llama la atención» para concluir que, en todo el país, el oficialismo había obtenido más votos que la oposición.
Claudia Rucci, que resultó elegida diputada, puso en palabras el sentir de Unión Pro: «Pensé que había escuchado el mensaje de los argentinos, pero se le pidió sinceridad y contestó con artificios numéricos; se le exigió humildad y respondió con soberbia».
Y añadió: «Se perdió una oportunidad para dar una señal positiva a la ciudadanía, lo que obligará a las fuerzas de oposición a ser más responsables, ya que se está ante la evidencia de un Gobierno que está dispuesto a no atender la voluntad popular. La Presidenta, lamentablemente, sigue viendo otra película».
«Espero que la Presidenta lea bien el resultado de la elección».
Francisco de Narváez lucía sorprendentemente calmo luego del batacazo que dio en Buenos Aires. «La hazaña la hizo la gente; lo que nosotros hicimos fue interpretarla y representarla», sostuvo, en diálogo con lanacion.com , el ahora diputado electo de Unión Pro y artífice del triunfo ayer frente a Néstor Kirchner.
–El mensaje de toda la Argentina ha sido claro: creo que con (Julio) Cobos, con Mauricio (Macri), con Gabriela (Michetti), con Felipe (Solá), con el Lole (Carlos Reutemann) hay que construir un espacio de consensos. Debemos restablecer el sentido de gobernabilidad, que implica hablar con todos las fuerzas políticas para resolver los problemas de la Argentina.
-Creo que Mauricio ha manifestado claramente su voluntad de ser candidato a presidente. Creo que se lo merece y que la construcción de Pro en Capital y de Union Pro en Buenos Aires va a continuar para el resto del país
Espero que la Presidenta lea bien el resultado de la elección; de nosotros tendrá el más absoluto deseo de colaborar.
(…) el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri destacó el «batacazo» de De Narváez y pidió a las autoridades nacionales que reflexionen tras los resultados.
«Ayer quedó demostrado que una idea puede tener más fuerza que cualquier aparato político. Eso se vio en la increíble elección con el batacazo que pudimos dar en la provincia», lanzó un enérgico Macri en conferencia de prensa.
«Acá no hay un modelo, sino improvisaciones. La Argentina se fue aislando del mundo», adelantó.
Macri, quien además subrayó que «el rol de la oposición va a ser muy importante desde diciembre«. «Es importante ser responsable con el apoyo recibido de la gente. La oposición no tiene más excusas a la hora de generar consensos«, advirtió.
«Depende de nosotros, la dirigencia, llegar a consensos. Ahora la oposición va a tener un rol más importante y deberá actuar con responsabilidad. Somos todos hoy más responsables que ayer de llevar adelante un proyecto nacional que incluya a todos y que no divida«, dijo el jefe de Gobierno.
Al ser consultado sobre las remeras que circularon ayer por el búnker del Pro con las leyendas de «Macri 2011» y una cuenta regresiva para la elección del nuevo gobernador de la provincia de Buenos Aires, no descartó una eventual postulación.
«No es fácil imaginar una Argentina pujante que realmente empiece a crecer si la provincia de Buenos Aires no tiene un rol activo», lanzó. «Necesitamos que tenga un proyecto serio, realizable y llevado adelante con un trabajo muy cercano entre quien sea presidente y el gobernador», expresó, dejando ver una posible doble candidatura en miras de los próximos comicios.
A su vez, los lectores de Clarín eran informados (lo que también era repetido hasta el cansancio por sus cientos de medios audiovisuales) de lo siguiente:
El resultado, claro, fue festejado en el comité de campaña de Unión PRO. «Un día íbamos a cambiar la historia, y ese día es hoy», expresó De Narváez en dos oportunidades poco antes de la medianoche sobre el escenario del búnker montado en Costa Salguero.
El resultado de ayer revela un malestar con el Gobierno mucho más importante de lo que las encuestas detectaban.
Los resultados de ayer en todo el país muestran la magnitud del deterioro que ha sufrido el liderazgo de los Kirchner.
Cobos, por ejemplo, ha sido uno de los netos ganadores de anoche.
3) El peronismo está buscando otros liderazgos. Declinado el poder de los Kirchner, derrotados Schiaretti y Busti, con Scioli pagando el duro precio de haber acompañado al ex Presidente hasta dentro del cementerio en vez de quedarse en la puerta, la construccin de ese líder es una incógnita. Reutemann exhibe un triunfo decisivo.
Pero en otros medios del país también se daba por descontado «el fin de ciclo K»:
Pero no sólo en la provincia de Buenos el revés del kirchnerismo es mayúsculo, sino que en otras provincias sucedió lo mismo, ya que la victoria de Gabriela Michetti en Capital Federal ha fortalecido el proyecto del liberalismo nacional que enmarca las figuras de Mauricio Macri y Francisco De Narváez.
El vicepresidente Julio Cobos logró que sus candidatos del Frente Cívico y Federal lograran una aplastante y contundente victoria sobre el PJ que conduce el gobernador Celso Jaque, posicionándose como el gran candidato de la oposición de cara al 2011.
Este triunfo cobista en la tierra del sol y el buen vino hace que su figura crezca en la oposición, sobre todo luego de la derrota del Partido Socialista en la provincia de Santa Fe en manos de Carlos Reutemann, dejando a Hermes Binner fuera de carrera en su hipotética postulación presidencial.
Por su parte, el ex corredor de Fórmula Uno se encarama como el principal rival de Néstor Kirchner dentro del PJ, ya que su imponente victoria en la provincia del litoral argentino lo lleva a ser la cara visible del peronismo post-kirchnerista de cara al 2011.
Pero otra de las grandes sorpresas es la derrota del oficialismo en la tierra que vio nacer a Néstor Kirchner, ya que Eduardo Costa le ganó a Fernando Cotillo la elección en la provincia sureña, dándole una cachetada muy grande al proyecto kirchnerista.
De esta manera la experiencia kirchnerista queda en un segundo plano, ya que a partir de ahora se empezará a hablar de que es lo que pasará en el gobierno nacional y cuál será la actitud tomada por el matrimonio presidencial, sobre todo la del patagónico, y si son ciertas las versiones que tascendieron semanas atrás sobre la supuesta renuncia de Cristina Fernández a su cargo en caso de que su marido perdiera la elección en la provincia de Buenos Aires.
Quizás por eso mismo decenas de «prestigiosos» analistas políticos, «reconocidos» periodistas e improvisados panelistas que fungían de expertos en política nacional, afirmaban en esos días de 2009 lo siguiente:
«Se condenó a sí mismo»
por Joaquín Morales Solá para el diario La Nación
El kirchnerismo ha concluido anoche como ciclo político. El tiempo que le resta es el de un paisaje resbaladizo, en el que Kirchner hará lo que pueda (o lo que quiera) para preservar una inestable gobernabilidad. Además, el peronismo tiene desde ayer el candidato que buscaba para relevar el liderazgo de Kirchner: es Carlos Reutemann, que ganó en Santa Fe contra la mayoría de los pronósticos. Reutemann es uno de los pocos referentes que el peronismo no discute.
Francisco de Narváez se erigió anoche en uno de los mayores líderes políticos de la Argentina y Julio Cobos se convirtió en el presidenciable de más peso de las corrientes no peronistas. De Narváez no sólo derrotó personalmente a Kirchner, el hombre fuerte de la Argentina durante los últimos seis años; también ganó en el mayor y más contundente distrito electoral del país. De Narváez estaba el viernes decidido a depositar en Mauricio Macri su apoyo presidencial.
De Narváez le aconsejó a Macri, en la noche del viernes último, que lanzara su candidatura presidencial en las próximas 72 horas, si ellos ganaban la Capital y Buenos Aires. Esos triunfos sucedieron. De Narváez está dispuesto a negociar con Macri, Reutemann y Cobos la gobernabilidad de los tiempos inminentes.
Sólo Cobos, entre los principales líderes no peronistas, se alzó con un triunfo arrollador en Mendoza. ¿Es sólo casualidad que los tres hombres que tuvieron un notable protagonismo contra Kirchner en el conflicto contra el sector agropecuario (De Narváez, Reutemann y Cobos) hayan ganado en el domingo de elecciones? Seguramente, no.
En los últimos tiempos, sólo se rodeaba de Hugo Moyano y del progresismo peronista, que no es malo por progresista, sino por antiguo.
Acorralado por derecha por De Narváez y por izquierda por Pino Solanas, lo que decantó ayer es que al ex presidente le quedan muy pocos seguidores, se mire por donde se mire.
No tiene mucho tiempo para contestar aquella pregunta sobre sus posibilidades de controlar el gobierno: los conflictos de la Argentina se abatirán sobre él y su esposa velozmente. Toda derrota opera sólo para diezmar el poder.
Solanas fue la expresión de un voto moral y de rechazo a la corporación política tal como es.
«¿Asumirá Kirchner el costo de corregir sus errores?»,
Por Roberto Cachanosky para el diario La Nación
El resultado electoral del domingo, en que el kirchnerismo perdió en todos los grandes distritos, incluida la estratégica provincia de Buenos Aires, muestra a un Kirchner, ministro de economía de facto, profundamente debilitado.Al mismo tiempo, Kirchner pierde la mayoría en el Congreso. Estos dos datos implican que, en principio, el gobierno empieza tener un claro límite en las políticas que puede adoptar.
Por lo tanto, en principio, debería haber un cambio de expectativas favorables en los agentes económicos. Particularmente en el sector agropecuario.
La buena noticia es que la sociedad le ha puesto un límite a una forma arbitraria y prepotente de manejar la economía. La mala noticia es que habrá que esperar casi ocho meses para hacer efectivo ese límite. Con esto quiero decir que, en todo ese tiempo, Kirchner puede seguir haciendo lo que vino haciendo hasta ahora. Aumentar impuestos, confiscar, prohibir exportar, usar las reservas del BCRA, etc., por lo tanto, el escenario para los próximos meses es de esperar y ver, porque nadie va a ponerse a invertir hasta tanto no vea concretadas las limitaciones del poder.
Hasta tanto no se vean políticas consistentes la gente seguirá con el miedo de perder su trabajo y las empresas haciendo malabarismos para no despedir personal.
Es más, la situación fiscal es lo suficientemente delicada como para generar incertidumbre en materia cambiaria, derechos de propiedad, tarifazos e incrementos de impuestos. Si Kirchner ganador era arbitrario, un Kirchner perdedor y acorralado política y económicamente puede serlo aún más.
Los límites a las barbaridades que se han hecho en materia económica comenzarán a regir en marzo, pero los problemas fiscales, de actividad económica y de tipo de cambio están hoy y habrá que resolverlos en forma casi inmediata teniendo en cuenta que el país se encuentra virtualmente paralizado.
La verdad es que luce bastante difícil que Kirchner vaya a cambiar el rumbo en 180 grados y se transforme en un defensor de los derechos de propiedad y en un hombre previsible en sus políticas. Kirchner ya no tiene excusas para demostrar si está en condiciones de recomponer la economía. Ya no tiene las elecciones de por medio, sabe lo que la gente no quiere que haga y todavía conserva la mayoría en el Congreso porque el nuevo asume en diciembre. Ahora es su turno. Si vuelve a equivocarse creará un caos social, económico y político que la derrota del domingo será un poroto para su futuro político.
«Una innumerable lista de errores que concluyeron en un derrumbe»,
por Eduardo van der Kooy para el diario Clarín
El ex presidente asistió anoche a la asfixia final de su liderazgo peronista y, de modo incomprensible, dejó además en estado de acentuada debilidad al Gobierno de su esposa, Cristina Fernández, a quien hace apenas un año y medio entronizó sin un solo chistido del partido oficial.
Ningún presidente salió del poder en la Argentina de la nueva democracia con la ponderación social de Kirchner. Ese margen generoso le permitió resignar la reelección y cederle su lugar a Cristina. En el 2007 la Presidenta logró el 47% de los votos en el orden nacional y el 48% en Buenos Aires. Le arrancó 23% de ventaja a la oposición.
El largo y todavía irresuelto conflicto con el campo le ahuyentó esos votos y también la mas solidaridad mínima de los sectores medios. La radiografía de las legislativas de ayer resulta, en ese sentido, implacable: los Kirchner perdieron Buenos Aires, Capital, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Entre Ríos. No pudieron vencer tampoco en ninguna de las ciudades grandes.
Aquel pleito con el campo fue uno de los disparadores de la derrota. Pero lo fue también un deterioro económico negado de modo sistemático por las cifras virtuales del INDEC.
Desde hoy tienen otro desafío de no menor envergadura: resolver el problema político. Hay un partido oficial (el peronismo) que resultó descabezado con la excepción de Carlos Reutemann, apretado ganador en Santa Fe. Hay un Congreso que mutará de manera sustancial a partir de diciembre, aunque el impacto político de la derrota, con seguridad, caerá también sobre los diputados y senadores oficiales que continuarán seis meses mas. Hay una oposición que puede empezar a desperezarse, a pesar de su diáspora, luego del espaldarazo popular.
«Cobos, Macri y Reutemann, los presidenciables que dejó la elección»,
por Julio Blanck para el diario Clarín
El voto de los argentinos diseñó un país político diferente. Hay un cambio que emerge de esta elección. Se aleja sin retorno la hegemonía kirchnerista, pero asoma el equilibrio necesario para garantizar la gobernabilidad de los próximos dos años.
Lo que ganó es la voluntad de cambio, el rechazo social a una forma de conducir los asuntos públicos de manera cerrada y conspirativa, y de entender la política como la exasperación constante y el aniquilamiento del adversario, convertido en enemigo por una lógica que aborrece de los matices y desconoce la tolerancia. Mantener vigoroso el funcionamiento de las instituciones, empezando por el Poder Ejecutivo, depende ahora de la racionalidad de los actores políticos.
Allí, ni el oficialismo tendrá número para imponer su voluntad, ni la oposición podrá simplemente oponerse a todo porque de aquí en más será necesario su voto para que las leyes se aprueben. Nunca había sucedido algo así en los años del poder de Kirchner.
La gran paradoja política de hoy es que el peronismo, en ejercicio del poder y con dominio electoral en buena parte del país, está a la búsqueda de un nuevo jefe.
Reutemann, presidenciable por derecho propio, es un eje -si no el único, al menos el principal- alrededor del cual el peronismo buscará reorganizar su poder. Y quizás ese reordenamiento adquiera una manera más asociativa entre sus jefes territoriales de lo que jamás se haya conocido.
El peronismo requiere ahora de una sanación rápida, eficaz y prolija, que le permita mantener su espacio de poder frente al derrumbe de su último líder. Esa caída de Kirchner arrastró a quiénes le fueron fieles hasta el último día, como el gobernador Daniel Scioli, que ahora tendrá la ímproba tarea de recomponer su proyecto personal.
De ese puñado de hombres que quizás contengan el futuro, los que se favorecieron con más claridad fueron los que jugaron sin jugar, los que armaron de atrás, sostuvieron, contuvieron e impulsaron, pero no pusieron su nombre en la boleta.
En esa lista exigua, Mauricio Macri es el que asoma con mayor claridad.
El fuerte de Macri no son los discursos. Pero sus palabras de anoche fueron las de un hombre que inicia un camino por el que pretende llegar a la Presidencia. Con algunas difusas invocaciones a Perón, un llamado genérico al diálogo con los gobernadores y hasta algún elogio a rivales de otras escuderías. Aunque la sobrevida política de Reutemann, que habilita su lanzamiento nacional y la expectativa de un peronismo reunido, le puede estropear a Macri el intento de reunir a una gruesa franja de peronistas disidentes. Otro ganador de la elección, en esta perspectiva, fue Julio Cobos.
De regreso en el radicalismo, con un candidato muy sólido en Mendoza como el senador Ernesto Sanz, se puso al frente de una elección contundente que le permitió duplicar al peronismo gobernante en su provincia.
El tropiezo feo de Elisa Carrió en la Capital -también ella fue generosa en una noche difícil- y la caída del socialismo de Hermes Binner en el duelo con Reutemann, dejaron al vicepresidente en posición privilegiada para representar en 2011 a este espacio de vigor renovado, que será la segunda fuerza parlamentaria. .
Los Kirchner y la voluntad nacional.
Por Abel Posse
No fue una simple elección a la suiza, para cambiar alcaldes de un cantón. Fue más bien, para muchos, la destitución de un autócrata sin título de déspota. Para otros fue un rechazo del surrealismo sin arte ni imaginación.
Los dioses abandonaron a los Kirchner que ya entraron en ese horrible crepúsculo donde se quiebran las ilusiones del poder manejado sin el debido límite legal.
Terminó un extraño ciclo, que algún día los politólogos estudiarán. Los Kirchner no salen por la puerta principal. Lo importante es exigirles en nombre de esta lacerada nación que ejecuten los pasos democráticos, de consenso, diálogo y decisión compartida que la Argentina necesita para recuperarse.
¿Se puede creer que un gobierno vencido, desacreditado, pueda conducir la tarea que exige esta hora de desastre? ¿Puede pensarse que el matrimonio siga encerrado en su búnker planificando negocios y tomando decisiones con sus cuatro o cinco súbditos de confianza en su mundo subterráneo?
La cantidad y calidad de poder que les queda a los Kirchner no coincide con el poder que exige la Nación enferma.
Es la Presidenta quien debe adaptarse a la voluntad nacional como mandataria (no mandante), y no el país el que debe detenerse para esperarla hasta que comprenda la mutación en el poder de la Nación.
La Presidenta está sentada en su isla como Robinson Crusoe.
La incertidumbre carcome a ganadores y derrotados.
Por Carlos Pagni
La victoria de Francisco de Narváez sobre Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires está entre los cinco resultados electorales más desconcertantes del ciclo democrático argentino. Tiene un aire de familia con el triunfo de Alfonsín sobre Luder (1983), con el de Menem sobre Cafiero (1988), el de Fernández Meijide sobre los Duhalde (1997) y el del propio Kirchner, que ganó un ballottage por default en 2003.
Contra lo que sugieren cuando imparten lecciones por TV, los grandes líderes navegan en un mar de dudas, empezando por los Kirchner.
Por eso en el entorno más próximo de la pareja explican: «Por un tiempo intentarán rescatar lo que se pueda del naufragio; es la misión que le dieron a Scioli. Si lo que suman es poco, no imagino que soporten pedir permiso antes de dar un paso. Menos si el Congreso les quita recursos con el argumento del federalismo o para congraciarse con el campo».
Quienes creen que el PJ puede llevar a un candidato a la victoria en 2011 pretenden antes desinfectarlo de cualquier vestigio kirchnerista. Y Scioli es una de las caras del alto mando derrotado.
Los vencedores no la tienen más clara. Gioja, Das Neves, Alperovich, Urtubey esperan, con la excusa del federalismo, recuperar el PJ para, una vez depurado, ofrecérselo a Reutemann. Cada uno de esos caudillos provinciales se sueña en la fórmula. Una parte importante de la CGT adhiere a esta estrategia, con Hugo Moyano como candidato. Créase o no.
Macri y De Narváez insinuarán su vínculo con el peronismo cuando se elijan las autoridades de la Cámara de Diputados. El compromiso original con Solá para presidirla podría debilitarse con la excusa de conseguir un candidato en que converjan también los radicales. Federico Pinedo, por ejemplo. Un nuevo desdén permitiría a Solá asociarse a Reutemann, como varias veces le propuso Juan Carlos Romero.
La necesidad de un pacto legislativo con la UCR es una mala excusa. Los radicales no quieren cambiar las autoridades de la Cámara. Cada vez que se modifica la línea sucesoria, ellos imaginan un derrumbe. Es la costumbre: la salida de Fernando de la Rúa comenzó el día en que Ramón Puerta reemplazó a Mario Losada al frente del Senado.
En esta intriga institucional anidan las dudas de Julio Cobos. En la UCR saben que no están en condiciones de acceder al poder en forma abrupta. Por eso los radicales serán los principales aliados tácticos de los Kirchner con tal de no precipitar su salida. Necesitan tiempo para convertir su ensueño en una fuerza política con la que convivan la Coalición Cívica y el socialismo. Si el Gobierno, por hache o por be, cayera en sus resbaladizas manos, a ellos les tocaría encarar un ajuste, mientras el PJ se da una ducha y reaparece con Reutemann o Macri para ganar las elecciones. Por eso Cobos dejaría la vicepresidencia para que la tormenta agarre a otro.
A los Kirchner sólo les queda compartir el poder.
Por Rosendo Fraga
La respuesta del matrimonio presidencial frente a la derrota es clara y contundente: no se toma nota de ella y se mantiene el rumbo y estilo.
Pero al mismo tiempo, el titular del gremio de camioneros ratifica que pide 25% de aumento en paritarias y su hijo, que lo secunda, dice que ello se logrará por las buenas o por las malas.
Pero simultáneamente, el titular del gremio rural, Jerónimo Venegas, el dirigente sindical que más apoyó a De Narváez en la provincia de Buenos Aires, convoca públicamente a Luis Barrionuevo para que retornando a la CGT, exija la renuncia de Moyano a la secretaría general de ella por la derrota del kirchnerismo, con el cual se alineó en los comicios.
En la bolsa, las acciones del grupo Clarín suben 30%,- el miércoles sumaron 15% más.
El mensaje es claro, quienes toman decisiones económicas piensan que Kirchner ya no tiene poder para doblegarlos.
No han pasado veinticuatro horas de la elección, cuando en NuevaYork, una empresa muy próxima al kirchnerismo como es Repsol-YPF, se presenta ante la SEC en Wall Street, denunciando que las malas políticas del gobierno argentino han arruinado sus utilidades en el último ejercicio.
Al mismo tiempo, la decisión del matrimonio Kirchner es que no cambiarán.
Pero ya no tienen el poder, y para ejercerlo sólo les queda compartirlo.
La historia muestra que es mejor compartirlo que perderlo y en las horas siguientes esto se explicitó casi con brutalidad. Pero hasta ahora, quienes gobiernan insisten en no entenderlo, mientras que el peronismo con el pragmatismo y flexibilidad que lo caracteriza si lo ha entendido.
Uno de los directores de Poliarquía Consultores.opinaba lo siguiente:
«La lógica del dramatismo y de la negación de la realidad es inherente al Gobierno. El autismo en la lectura de la realidad es absolutamente coherente con lo que vemos desde hace tiempo. El Gobierno, que demostró una voluntad mínima de autocrítica, vuelve a dejar claro que no trabaja sobre las causas de las cosas, sino sobre una descripción antojadiza que nunca encara el análisis de las cosas que ocurren».
Römer aludió particularmente a la conferencia de prensa de Cristina Kirchner en la Casa Rosada. «En lugar de aprovechar para reconectarse con la sociedad y demostrar que estaba reconociendo el mensaje de las urnas, optó por hacer una descripción muy sesgada de los hechos. La expectativa de la ciudadanía era escuchar a una Presidenta capaz de descifrar lo que había pasado. En cambio, no hizo más que profundizar la desconfianza«, planteó.
Manuel Mora y Araujo coincidió:
«Como era esperable, el Gobierno trató de minimizar la derrota y dio unos pasos mínimos en un intento por ganar tiempo para ver qué hace ahora. Están haciendo ajustes con cuenta gotas y queda claro que no quieren cambiar la orientación, pero por otro lado, parecería que no tienen más remedio«, profundizó el analista.
«Han demostrado muy poca autocrítica y no parece que no quieran cambiar nada, al menos que no tengan más remedio y eso se va a volver contraproducente«, pronosticó.
El tímido comienzo de la transición.
Por Mariano Grondona
El gobierno de los Kirchner corre hacia su fin. Después de haber recibido su primera herida el 17 de julio de 2008, hace un año y dos días, con el voto del vicepresidente Cobos en el Senado, una segunda herida lo alcanzó el pasado 28 de junio.
Pero los Kirchner no cambiaron, insistiendo al contrario en lo que siempre habían hecho, doblar la apuesta con la esperanza depositada, esta vez, en las elecciones del mes pasado. En ellas, ya no Cobos sino el pueblo les bajó el pulgar. Al revés que la primera, esta segunda herida promete ser mortal porque, en democracia, vox populus vox Dei , «la voz del pueblo es la voz de Dios».
Hace veinte días, la voz del pueblo desahució al gobierno de los Kirchner. No sólo terminó para ellos el sueño de las reelecciones indefinidas que compartían con Chávez; apenas si pueden aspirar ahora a completar el actual mandato presidencial con el calculado auxilio de una oposición que, apoyada por la mayoría y a punto de adueñarse del Congreso, no quiere darle al kirchnerismo ni siquiera el gusto postrero de declararse víctima de la «vieja política». El 10 de diciembre de 2011 la Casa Rosada tendrá un nuevo ocupante. Podrá ser Reutemann, Cobos, Macri o algún otro, pero ya no portará el apellido de la pareja presidencial.
Al comenzar su retirada, los Kirchner empiezan a dejar libre el espacio constitucional que hasta ayer usurpaban, permitiendo así que empiece a renacer la república democrática de los argentinos.
Esta táctica tendría la ventaja de desgastar mediante el anuncio del diálogo a la propia oposición, cuyas huestes podrían dividirse así entre los «duros», que no admiten ni siquiera encontrarse con los representantes de un gobierno en retirada, y los «blandos» que, si bien tampoco confían en el Gobierno, no querrían cargar con la culpa por el fracaso eventual de los encuentros que ahora se multiplican. Según el escenario que intuyen los «minimalistas«, en algún momento el Gobierno denunciaría este fracaso, adjudicándoselo a la oposición. Esta expectativa de los Kirchner sería en todo caso frágil porque, como lo ha señalado Rosendo Fraga, el Gobierno ya perdió la guerra aunque pueda ganar, todavía, algunas batallas.
Sea cual sea la forma que adopte el final de los Kirchner, lo cierto es que el protagonismo del que hasta ayer gozaron le cederá el paso al protagonismo de sus opositores.
¡Quién manda acá?
Por Alfredo Leuco.
Hay algunas preguntas elementales para hacer después de que Néstor Kirchner se convirtiera en el mariscal de la peor derrota electoral del justicialismo en toda su historia. ¿Quién manda? ¿Dónde está el poder político real en la Argentina?
¿Podrá Cristina retomar el centro de la escena y sacudirse las manchas autodestituyentes que su marido le hizo a la investidura presidencial? ¿O está todo fríamente calculado para que la Presidenta utilice el maquillaje del diálogo institucional para comprar tiempo mientras Néstor sigue como un presidente de facto vengativo, escondido detrás de sus polleras? ¿Es una locura pensar en un divorcio político del matrimonio presidencial?
Hoy, Néstor está preso de Moyano.
La fragilidad de Néstor Kirchner es inversamente proporcional a la fortaleza de Hugo Moyano.
Escenas de kirchnerismo explícito que obligan a no albergar demasiadas expectativas de que el positivo cambio que Cristina expresó sea algo más que una expresión de deseos.
La reina está desnuda.
Por Alfredo Leuco
La reina Cristina está desnuda. Tal vez, Néstor, su marido, siga con el engaño de decirle que está convenientemente arropada con un vigoroso poder político que los tontos no pueden ver.
La reina Cristina está desnuda porque todavía no ha registrado la dimensión territorial ni la profundidad de la paliza electoral que padeció el proyecto kirchnerista. Este es el principal motivo de la parálisis de un gobierno que no ha movido ni una sola pieza que demuestre que entendió lo que pasó y, sobre todo, por qué pasó.
Parecen haber perdido la cordura y hasta el más elemental sentido común.
Si no reacciona, cada día que pasa el Gobierno se debilita y se aísla más. Por eso, lo antes posible, cuando advierta que está sin vestido ni red de contención, la presidenta Cristina deberá anunciar formalmente las modificaciones en el gabinete que se negó a hacer incluso cuando asumió.
Cristina necesita que la ayuden. Para eso, primero debería dejarse ayudar por los sectores menos obsecuentes del propio kirchnerismo y por los dirigentes que fueron respaldados en los comicios.
Casi como un teorema funcionó la idea de que los que más se alejaron de Kirchner ganaron con más contudencia y los que más cerca estuvieron fueron perforados por los votos en contra. El matrimonio Massa en Tigre o el intendente Bruera en La Plata son dos ejemplos de lo primero.
Por eso Néstor Kirchner tiene mucho menos poder del que cree. Porque aun los diputados, intendentes y gobernadores que lo acompañaron hoy están haciendo las valijas. No saben bien hacia dónde van. Pero saben claramente hacia dónde no quieren volver.
La estrategia y el mapa para transtitar los tiempos que vienen los puede aportar Eduardo Duhalde como lo hizo el ex presidente Raúl Alfonsín en el radicalismo hasta sus últimos días. El acertó cuando vaticinó que el kirchnerismo tenía «fecha de vencimiento». Duhalde puede marcar el rumbo si es que mantiene su promesa de no ser candidato a nada y apuesta a reconstruir un peronismo renovado y productivo tan lejos de Néstor como de Francisco.
Pero ahí pueden convivir Daniel Scioli y Jorge Capitanich, cuando tomen más distancias de Kirchner; Carlos Reutemann, Felipe Solá, Mario Das Neves, José Luis Gioja, Alberto Balestrini, Juan Manuel Urtubey, Alberto Rodríguez Saá y la mayoría de la dirigencia peronista legitimada que quiera elecciones internas abiertas, obligatorias y simultáneas para elegir autoridades y candidatos.
Francisco de Narváez por ahora caminará la provincia de Buenos Aires sin resolver si apoyará a Mauricio Macri para la presidencia desde una postura más independiente de lo partidario o reconstruirá la vieja guardia menemista con otros dos de sus pares millonarios: Juan Carlos Romero y Ramón Puerta.
Aclaramos nuevamente que estos análisis y pronósticos se realizaron en 2009 (aunque se repiten con pocas variantes hoy mismo), y contra una fuerza política que luego de esos comicios (y luego de la muerte de uno de sus dos líderes) en dos años superaba no sólo esos guarismos sino los de sus dos elecciones presidenciales anteriores. Algo que los «expertos» analistas no pudieron pronosticar ni imaginar.
Queda claro entonces que muchos de los análisis políticos de los principales analistas u opinólogos mediáticos carecen de fidelidad, objetividad y racionalidad, y están demasiado sesgados ideológicamente o desvirtuados por intereses ajenos al conocimiento de la verdad fáctica (más allá de lo que cada uno podamos considerar como «verdad»), o peor aún, forman parte de una operación política para deslizar subrepticiamente en algún segmento de la sociedad una mentira o media verdad haciéndola pasar como la verdad objetiva.
Como siempre, la historia (incluso la más cercana) nos enseña a contextualizar la realidad actual, y de esta manera a interpretarla y a actuar en consecuencia. Debemos entonces relativizar más aún muchos de los análisis supuestamente objetivos que se vierten alegremente como verdades reveladas o como pronósticos de famosos oráculos mediáticos, si queremos no sólo conocer la realidad política sino actuar en consecuencia.
Una versión ampliada de las expresiones repasadas aquí, en:
El «Fin de Ciclo K» (IV), «Como la Cigarra»…
El «Fin de Ciclo K» IV. Hoy: «De Regreso al Futuro»…
Impresionante colección de ‘análisis’ y profecías de 2009.
Ahora que las veo, me doy cuenta por qué la avalancha de comentarios que aparecieron en AP en los días siguientes a la reciente elección de agosto tenían tanta onda de ‘déjà vu’.
Estaban todos repitiendo lo mismo, pero borrando algún nombre y poniendo ‘Massa’. O agregándolo.
Dejando de lado los análisis y analistas recopilados, hay que tener en cuenta que esta vez no se trata de reemplazar o agregar un nombre.
Pero tampoco debería tratarse de repetir profecías que se demostraron totalmente fallidas.
Lo dije bastante claro: no se puede analizar estas PASO planteando cuánto de parecido tienen los análisis actuales con los del 2009.
Yo también aclaro: en este momento, esto es tan ‘final’ como en 2009.
Mientras reiterás «dicen (los analistas) lo mismo que decían aquella vez», yo te invito a dejar eso de lado y ver que no es lo mismo Sergio Massa que la oposición de 2009.
Ilústrenos con su sapiencia, Ricardo F.
Hay un comentario al final de http://artepolitica.com/articulos/bancar-los-trapos/