El impuesto a los pobres

De alguna manera, la frase del título pasó a ser una descripción cabal del fenómeno inflacionario.

Antes que nada, por qué «impuesto».

Bueno, podemos suponer que se debe a que en un contexto inflacionario moderado el Estado tiene la posibilidad de diferir la actualización de sus obligaciones, mientras que lo que recauda por impuestos indirectos (al consumo) se actualiza inmediatamente que se van modificando (al alza) los precios. El desfasaje temporal le significa al estado el usufructo de un diferencial apreciable.
Justamente lo contrario, acotemos también, de lo que se conoce como efecto Olivera-Tanzi.

En otro sentido, puede aludirse a una práctica emparentada con el señoreaje. Surgida del monopolio de la emisión monetaria del que dispone el banco central. Hace falta reconocer causas monetarias y fiscales (conjuntas) en el aumento de precios para avalar esta idea.
Pero funcionaría así: el banco central emite plata para darle al Estado, que de ese modo cubre obligaciones que superaban lo recaudado por impuestos. Esa plata emitida por el banco central, al comenzar a circular va convalidando aumentos de precios. El contribuyente, paga indirectamente, con inflación, el financiamiento al estado.
En Argentina, los adelantos transitorios y las transferencias de utilidades que el banco central le realiza periódicamente al Tesoro podrían encuadrarse como instrumentos de este tipo. Suponiendo (repito) que avalemos la idea de inflación por emisión monetaria.

Ahora, aceptado esto, ¿por qué a los pobres?
Bueno, es sencillo: la inflación perjudica, más que a nadie, a los más pobres.

Ahora, pensándolo bien, la extracción de plusvalía, el régimen de acumulación de capital, el entorno jurídico que garantiza la propiedad privada incluso de los factores de producción (medios de producción, tierra, fuerza de trabajo), el marco legal en el que se asienta que el dinero sea la única mercancía que devenga interés como piedra fundamental de la renta financiera, la financiación del Estado mediante impuestos indirectos, la libre disponibilidad de las utilidades empresarias (para remesar a países de origen en algunos casos); en fin, cada una de las cosas que forman parte del sistema económico en el que nos desempeñamos, como «anomalías» o como «norma», perjudican en mayor medida a los pobres. Por eso es que, justamente, son pobres. Como resultado de un proceso histórico que excede en mucho a la aceleración coyuntural de la inflación.

Entonces, sin perjuicio de que la inflación restrinja el poder de compra de los ingresos más bajos (así se mide la pobreza), me parece que no se puede decir que sea un impuesto a los pobres.

Es, más precisamente, un impuesto al ahorro.
En el siguiente sentido: en un contexto inflacionario lo primero que desciende es la propensión marginal a ahorrar. Billete que llega a las manos de cualquier persona, se convierte automáticamente en un bien, a los efectos de resguardar su poder de compra, inclusive adelantando consumo.
Y este aumento en la propensión marginal al consumo amplía los márgenes de crecimiento de la economía, empleando mayores recursos, a veces no en actividades «de calidad» (en el sentido de la capacitación requerida que repercute en más altos salarios). Pero actividades, empleos, al fin.

Suele pensarse además que los ingresos fijos (salarios) sufren fuertemente la devaluación en un contexto inflacionario. Y que esto es corregido por las indexaciones, pero de manera tardía, lo cual también acumula márgenes aprovechables por el capital en detrimento del salario. Y es cierto.

Pero dentro del universo de asalariados los que más lo sufren son los empleados informales, en negro, porque no hay convenio que los proteja o les reintegre el poder de compra perdido. También es cierto.

Pero hay que agregar un matiz: el mercado de trabajo no es estático, ni en la franja formal ni en la de informalidad. La economía, para absorber la mano de obra de quienes se van incorporando a la población económicamente activa por cuestiones generacionales simplemente, debe crear una cantidad importante de puestos de trabajo, de forma continua.
Esos nuevos puestos de trabajo (formales e informales) no son ocupados necesariamente por los que se incorporan al mercado laboral, sino que se desarrolla una dinámica en la cual los asalariados van cambiando sus puestos, rotando. En el sector informal la rotación suele ser mucho mayor. Los empleos en el sector formal son más estables.
Y esta rotación va mitigando los efectos de la inflación en la informalidad. Porque los asalariados informales, en un contexto de crecimiento y de fuerte actividad, van cambiando de empleo periódicamente, en general a empleos mejores.

Entonces, el verdadero motor que hace funcionar el esquema es el círculo virtuoso «más consumo-más empleo».
Mientras la inflación no rompa esa relación virtuosa (cosa que puede empezar a hacer en algún momento, y por lo tanto hay que evaluarlo constantemente) los efectos nocivos de la inflación en las capas más bajas de la  sociedad estarán parcialmente mitigados. No eliminados, pero sí matizados. Mucho más que con una inflación baja a costa de enfriar mucho la economía.
Por eso, hay que pensar bien qué hacer.

Bueno, en donde dice comentarios, se puede putear.

22 comentarios en «El impuesto a los pobres»

  1. Con la inflación pasan dos cosas muy malas en una República. Y sino te gusta la palabra República como a ciertos habitúes de AP, en cualquier sistema donde los gobernantes tengan que dar cuenta de sus actos a sus gobernados.

    La primera que en vez de achicar el gastos, aumentar impuestos o pedir plata prestada. Te financias mediante la inflación, que es mucho menos visible… al principio, por lo menos. Mucho más si le echas la culpa al productor de carne, a Techint o a Magnetto. Y esto funciona a la maravilla si decís que esa inflación, producida por estos señores, en realidad no existe, porque tenes las estadísticas para probarlo.

    Lo segundo que sucede que, a diferencia de los impuestos que pagamos todos (o los créditos que pagarán nuestros nietos), la inflación afecta más a los más desprotegidos. Esos que no tienen tarjeta, educación o viveza para paliar sus efectos. Por ello, toda la voltereta que le das al asunto me conmueve pero no me convence. Mariano, la inflación afecta a los pobres y de ahí que la pobreza, corregida con cualquier indice de inflación más o menos serio, te da hoy un 30%. Que es un escándalo de proporciones bíblicas.

    Finalmente, tu explicación de los efectos paliativos del crecimiento sobre la inflación tampoco me convencen. Nadie cambia de trabajo -y mucho menos a uno mejor- dos o tres veces al año. Tampoco tenes aumentos de sueldo con esa periodicidad. Por ello, aún aquellos que tienen la suerte de conseguir un aumento del 30% en marzo perdieron con una inflación del 25% anual.

    Lo más triste de todo es que esto ocurrió tantas veces en la historia mundial y tantas en la de la Argentina reciente que no deberíamos ni discutirlo. Muchas veces lo copie aquí pero entrá a Wiki y lee sobre el edicto de precios máximos del Emperador Diocleciano y sobre su utilidad. El edicto del año 301 lo podría haber dictado Moreno. No sirvió para nada como no sirven para nada todas las medidas que no ataquen el problema de raíz.

  2. excelente artículo. claro como el agua. y brillante el concepto de impuesto al ahorro.

    derriba todos los mitos de los pseudoeconomistas de la tv basura en pocas líneas.

    saludos!!

  3. Se lo voy a explicar mañana asi a mi empleada domestica, q esto de gastarse todo el sueldo en comida y productos de limpieza para su casa es solamente un limitante de «ahorro».

    La piña te la debo.

    No le busquen tantas vueltas, el modelito esta fundido, la principal causa de q esto pueda seguir es ni mas ni menos q «anda». En un pais con leyes cientificas como «cada 8 años esto se va a la mierda», no es de esperar otra cosa sino q esto siga «andando»
    .

    Ahora, de corazon pregunto: ni superavit fiscal, superavit comercial tecleando, dolar real alto, sin posibilidad de financiacion externa… COMO CHOTA PIENSAN SEGUIR?

    La batalla del Campo II? Y ahi si, saltar por los aires, «epicamente», pero a la mierda al fin?

    1. bloncha, tu empleada doméstica va a darte clases a vos, me parece.

      espero que además esté en blanco y cobrando por arriba del mínimo.

      ah, y se te escapó el clasismo gorila, por si no te diste cuenta.

      cómo chota pensamos seguir te lo va a responder tu empleada también. y seguro que será con otros 4 añitos de modelito…

    2. Lo de que cada tantos años el país se va a la mierda hacía tres años que no lo oía o leía. Es que hace tres años habían pontificado que era cada siete. Es decir, tocaba en el 2008.

      Ya hace tres años de esto y no, no se fue todo a la mierda. Era cuestión de probar a ver si se podía seguir o teníamos que caer necesariamente en la receta de Strauss Kahn. La receta económica, digo. Bueno, probamos y salió bien.

      ¿Para cuándo pronosticás vos ahora que nos vamos todos a la mierda? Los pronósticos ya no sirven, hermano. No éstos.

      Ah! A tu pregunta, la respuesta es: así.

      Saludos.

      PD: quisiste decir dólar real bajo, supongo, porque el dólar alto era parte de la receta.

  4. (reposteo porque me moderan los comentarios desde la compu del estudio y los moderadores de AP están para cosas más importantes).

    Con la inflación pasan dos cosas muy malas en una República. Y sino te gusta la palabra República como a ciertos habitúes de AP, en cualquier sistema donde los gobernantes tengan que dar cuenta de sus actos a sus gobernados.La primera que en vez de achicar el gastos, aumentar impuestos o pedir plata prestada. Te financias mediante la inflación, que es mucho menos visible… al principio, por lo menos. Mucho más si le echas la culpa al productor de carne, a Techint o a Magnetto. Y esto funciona a la maravilla si decís que esa inflación, producida por estos señores, en realidad no existe, porque tenes las estadísticas para probarlo.Lo segundo que sucede que, a diferencia de los impuestos que pagamos todos (o los créditos que pagarán nuestros nietos), la inflación afecta más a los más desprotegidos. Esos que no tienen tarjeta, educación o viveza para paliar sus efectos. Por ello, toda la voltereta que le das al asunto me conmueve pero no me convence. Mariano, la inflación afecta a los pobres y de ahí que la pobreza, corregida con cualquier indice de inflación más o menos serio, te da hoy un 30%. Que es un escándalo de proporciones bíblicas.Finalmente, tu explicación de los efectos paliativos del crecimiento sobre la inflación tampoco me convencen. Nadie cambia de trabajo -y mucho menos a uno mejor- dos o tres veces al año. Tampoco tenes aumentos de sueldo con esa periodicidad. Por ello, aún aquellos que tienen la suerte de conseguir un aumento del 30% en marzo perdieron con una inflación del 25% anual.Lo más triste de todo es que esto ocurrió tantas veces en la historia mundial y tantas en la de la Argentina reciente que no deberíamos ni discutirlo. Muchas veces lo copie aquí pero entrá a Wiki y lee sobre el edicto de precios máximos del Emperador Diocleciano y sobre su utilidad. El edicto del año 301 lo podría haber dictado Moreno. No sirvió para nada como no sirven para nada todas las medidas que no ataquen el problema de raíz.

    1. estás repitiendo lo que todo el mundo sabe, incluso mariano, y no estás prestando atención al punto fundamental: obvio que la inlfación carcome el poder adquisitivo de la gente (de todos, por eso mariano dice genialmente que es un impuesto al ahorro y no a los pobres) y claro, cuanto menos tenés, más te duele que te carcoman lo que sea. el tema que no estás viendo es que para los pobres desamparados que te preocupan tanto es peor un escenario de economía fría que éste, más allá de los desajustes inflacionarios.
      no es muy difícil de entender. y si querés saber qué opinan los pobres mirá qué votan los pobres y vas a poder replantear tu lectura de la economía nacional.

      1. bien, entramos en un terreno técnico. y para eso hay que dabatir un montón de cosas, como cuáles son las causas del proceso inflacionario. en tu primer comentario parece que insinuás que el fenómeno inflacionario es consecuencia de la emisión monetaria, cosa que yo no creo.

        yo sí creo que el fenómeno depende, antes que nada, del crecimiento económico general y de la apropiación de la riqueza por los diferentes formadores de precio, que aumentan más de lo que les aumentan los costos, por ejemplo.

        pero ese es otro cantar. volviendo al punto inicial: sí creo que son mejores las recetas de este gobierno que los consejos de los economistas de la tele y la oposición vernácula.

      1. Con mucho gusto y gran celeridad te la defino.
        -Enfriar la economía, subir las tasas de interés, dar señales que induzcan recesión.
        -Al aumentar la desocupación, baja el sueldo promedio. ¡Voilà! Eliminamos ‘EL’ factor de inflación. La mejor manera de que el sueldo de la gente no se desvalorice, es que ganen menos o que se queden sin trabajo.
        -Echarle la culpa a la herencia K. (esto puede durar, con campaña mediática, de 6 meses a 1 año. Después ya no sirve.).
        -Preguntar al FMI qué debemos hacer.
        -Hacerlo.
        -Alentar que entren capitales. Sí, entran para hacer diferencias financieras. Y luego se van, previo pago de sus intereses. A cargo nuestro.
        -Contraer mucha deuda. Usar el colchón de moneda para mantener el tipo de cambio artificialmente bajo. Mientras dure, la inflación baja. Utilizado en los 90.
        -Claro que en este caso YA hay muchas reservas (¡la Kaja!). Habrá que gastarlas para poder pasar a implementar el punto anterior. Por ejemplo: ¿qué tal un gigantesco reequipamiento militar para hacer frente a la posible invasión de Venezuela, las FARC y el narcotráfico islámico?
        -Si a pesar de todo sigue la inflación, hay que PROFUNDIZAR el esquema. Y si no resulta, es porque el país está equivocado. Hay que irse, o sacar la guita.
        -Otras opciones: dolarizar, trasladar el sistema financiero al extranjero. (No invento nada, son las ideas de 2001/2).
        No hace falta implementar todas las opciones, con sólo algunas de ellas saldremos del infierno K.

      2. Mi respuesta a tu listado de atrocidades es la misma que le di a Tapones arriba ¿Por qué la recesión es la única salida posible al descalabro del modelo?

        ¿Podemos crecer menos -no digo nada- pero también con menos inflación?

        Porque seguro estoy de que vos no sostenes que este modelo es sostenible en el tiempo.

      3. No sostengo que un modelo -cualquiera sea- pueda ser sostenible en el tiempo sin cambios, actualizaciones y/o virajes de acuerdo con su propia dinámica y con las circunstancias.
        Por lo tanto, este modelo se sostendrá si se le hace el ‘mantenimiento’ adecuado.
        Hasta ahora, los responsables ‘leen’ bastante bien la evolución de las variables y las correcciones posibles.
        Yo no veo ningún ‘descalabro’, sólo tensiones.
        En cuanto a la segunda pregunta:
        -Cuanto menos se crezca, menos se satisfacen las necesidades de los necesitados. Por eso, con este sistema capitalista (y quizá con otros también) no hay otra que crecer lo más posible si queremos que más sumergidos emerjan y vivan una vida que merezca ese nombre. Cosa que debería ser lo que más importa.
        -No creo que se pueda ‘crecer menos’, poniendo un número, por decisión de arriba. Es decir, intuyo que si se mandan algunas señales recesivas el país se precipita en una recesión.
        En ingeniería podemos hacer que los sistemas tengan sintonía fina, que el control sea ‘proporcional’ y no ‘On-Off’ (Todo-Nada). No veo que eso sea factible en política económica. Es decir, no veo que las señales recesivas que dan las autoridades económicas encuentren un equilibrio adecuado sin irnos a la recesión lisa y llana.
        -Inversamente, si un país en efecto crece al X por ciento y con Y por ciento de inflación, puede deberse a miles de cosas y no a que el Banco Central dijo ‘vamos a hacer que los números sean X e Y’.

      4. Tapones, no laburé ahí pero viví en un país que seguía sus normas… la Argentina.
        Curiosamente, yo no demonizaba (demasiado) al FMI. Sólo decía: no les pidamos prestado y se terminó el problema… Cosa que después hicieron NK y Lula, entre otros.
        El maestro Aldo Ferrer dice: cada país tiene el FMI que se merece y los EE. UU. que se merece…
        En parte es cierto. Ahora tenemos el FMI que nos merecemos: cero influencia sobre nosotros.
        Saludos.

  5. coincido con político. quieren dictar las recetas al terrible, bíblico y espantoso problema de la inflación? voten a mauricio en oktubre!!!!

    ah… pero… qué? no? vuelve a la ciudá? ups….

    1. Esa es la única opción, inflación o Mauricio, que claridad de conceptos Tapones…

      todo lo anterior es irónico, no me hago responsable de la flata de interpretación, promoción no válida en Córdoba y Mendoza…

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