Goles hasta en la sopa

Y al fútbol lo vimos en casa. Una extraña sensación causaba ver el escudo de canal siete y las camisetas de Boca, River, Independiente, etc. recorrer la pantalla. ¡Habíamos naturalizado ver los goles el domingo! Es increíble lo que pueden hacer con nuestra cabeza. El poder de los medios es el que nosotros le damos. Cuando tomamos como verdad absoluta lo que de ellos se desprende. Cuando repetimos como loros las ganzadas que dicen. Por ejemplo, uno de esos mercenarios que se dicen periodistas deportivos, preguntaba a cada rato si se podían destinar seiscientos millones de pesos para el fútbol habiendo tantas necesidades bla bla. Quizás este «periodista» no sabe que esa suma es apenas el uno por ciento de lo que se invirtió en ayuda social, que por otra parte es un ochocientos por ciento superior a lo invertido por cualquier otro gobierno anterior. También aparecieron los lobbystas preguntándose: ¿Porqué Doña Rosa tiene que pagar el fútbol con sus impuestos si no lo ve? Habría que avisarle primero a este conductor que hay muchas Doñas Rosa que ven fútbol y segundo, que tiene que pagar por la misma razón que los ateos pagamos para que existan las iglesias que, encima, no sirven para nada.

 

El fútbol es parte de nuestra cultura popular, es algo que nos distingue en el mundo, parte de nuestro orgullo y es de todos. Se podrá argumentar que en muchos lugares del interior no llega canal siete y es cierto, pero este es un problema derivado de la ley actual, que es de la dictadura, quien se esmeró en limitar la tv pública. Precisamente la nueva Ley de Medios Audiovisuales preve esta situación y la corrige. Termina siendo un problema técnico.

 

 

Otra cosa es hablar de democratización del fútbol y, si bien eliminar al monopolio ayuda, de eso estamos bastante lejos. Comenzando por la AFA, pasando por la dirigencia de los clubes y hasta el último barrabrava integran y conforman estructuras piramidales burocráticas, similares a la mayoría de los sindicatos. Donde la lucha por el poder y por la permanencia en el mismo lleva a conducciones eternas a cualquier costo. El señor Julio Grondona, «Don Julio», vendió el fútbol y el secuestro de los goles a TSC, TyC, Clarín, el «terrible Magneto» o como se llame. Correspondería una autocrítica y, por que no?, una rendición de cuentas, o mejor aún, la renuncia.

 

 

Lograr destronar estas conducciones eternas es una cuenta pendiente de nuestro pueblo. Derribamos dictaduras, gobiernos de todo tipo, y no podemos cambiar al presidente de la AFA ni a los más viejos burócratas sindicales. Se necesita de la movilización popular para lograrlo, tomar conciencia de todo lo que damos por obvio sin cuestionar, estar atentos. Siempre es posible otra realidad, solo hay que crearla. Ellos están porque nosotros lo permitimos. Recordar siempre que nos bancamos hasta el domingo para ver los goles.

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Psicólogo Social

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2 comentarios en «Goles hasta en la sopa»

    1. Por supuesto! y ahora que gracias a este gobierno tenemos la despenalización mucho más! triste realidad creerse superior y despreciar la cultura de su pueblo.

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