Hola, Bergoglio, te estamos llamando…

Coincido en que debería archivarse el tema de la pena de muerte, porque mañana será suplantado de los medios por cualquier imbecilidad que convenga al videlismo de «la gente». Lo que preocupa es ese videlismo y obviamente la ignorancia que campea. Policías y jueces acusados de corruptos -en las encuestas que alimenta esa misma «gente»- (en el caso de los magistrados rubriquemos el CORRUPTOS, y no el DESBORDADOS como dice Argibay), carecen de autoridad moral para implementar una decisión como la que se pide.

Tenemos también (y usémoslo) el incontestable argumento del principio cristiano. Ofrezcamos a todos los dinosaurios que se golpean el pecho como creyentes, que pasen por la parroquia del barrio para ser excomulgados, como corresponde. A la luz pública y frente a las cámaras.

A propósito: ¿Bergoglio no tiene nada que decir? O a los terroristas mediáticos les contesta ocupado su celular.

PD Soy católico. Pero no boludo.

Acerca de Mono Gatica

ENRIQUE MARTÍN (Mono Gatica). EX SECRETARIO DE REDACCIÓN DE LA AGENCIA DyN Y REDACTOR EN LOS DIARIOS LA RAZÓN, LA PRENSA Y CRÓNICA. ACTUAL PROFESOR DE REDACCIÓN PERIODÍSTICA E INTRODUCCIÓN AL PERIODISMO EN DISTINTOS INSTITUTOS PORTEÑOS.

Ver todas las entradas de Mono Gatica →

3 comentarios en «Hola, Bergoglio, te estamos llamando…»

  1. Ahora que leo esto me viene a la memoria algo que me paso alla por los 70 y tantos cuando era un tierno parvulo de la escuela primaria. Resulta que a mis padres se les ocurrio la genial idea de mandarme a un colegio de curas. De mas esta decir que como buen catolico que se precie habia recibido la confirmacion, comunion y toda la parafernalia de rituales que la iglesia catolica reserva para los niños. Para completar, ademas de las tipicas materias de la primaria uno estaba obligado a cursar catecismo. Una hermosura de la que solo se podia zafar si uno esta judio o mahometano o alguna cosa asi.
    Pero veamos la clase de catecismo, en ella se remarcaba (mas bien se remachaba en la cabeza) los horrores de cometer un pecado. Era terrible, sencillamente uno no se limpiaba jamas de esa marca. Corria el año 74, yo estaba en sexto grado de la primaria y una tarde cualquiera durante la clase de catecismo el cura parroco del colegio se descuelga con la perorata del pecado de matar y la cuestion de amar al projimo como a uno mismo. Siempre me tiraron las cuestiones logicas y desde chiquito conservo la costumbre de leer entre lineas y ver conexiones entre los hechos. Resulta que dias antes habia visto a un capellan del ejercito bendecir algun tipo de armamentos o algo asi. Cuando el parroco comenzo a hablar de no matar algo adentro de mi cabeza se disparo. Levante la mano como para preguntar algo, la logica de mi cerebro habia encontrado un fallo y tenia que cerrar la cuestion. El parroco me habilita y le lanzo la pregunta: por que si esta prohibido matar, la iglesia bendice las armas del ejercito?.
    La respuesta fue algo extraña, evidentemente lo habia descolocado por completo. No se condecia la cuestion de no matar con bendecir armas. Ensayo una salida por el lado de que una cosa es matar en una guerra y otra asesinar a alguien y ahi mi cerebro dijo fuiste. En ese instante deje de creer en la iglesia catolica como institucion.
    Mas tarde me entere que el buen parroco se dedicaba a «coleccionar» articulos nazis de todo tipo y tenia simpatias por sujetos mas complicados que mis preguntas. Lo importante es que me avivo de golpe en el hecho de que puede haber una gran distancia entre el dscurso y los hechos. Seria bueno saber que diria Bergoglio ante un cuestionamiento sobre la pena de muerte, en mi humilde opinion creo que quedaria descolocado y luego ensayaria alguna salida tipo: …una cosa es el asesinato y otra la ejecucion ambas son diferentes a matar en una guerra, etc…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *