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Vivimos un momento donde las biografías de los personajes públicos se convierten en un tema de análisis y reflexión política. La dimensión de la subjetividad, como pocas veces, se ve enlazada en el devenir histórico y descubrimos, una vez más, que nuestra identidad como sujetos no puede limitarse a los actos privados.
Hace una semana escuchaba a Horacio González soltar algunas advertencias sobre este modo directo de cruzar biografías en una discusión política. Entiendo que toda vida es compleja, que existen cambios, transformaciones, conflictos a veces difíciles de resolver, todos tenemos derecho a equivocarnos y sería demasiado cruel que se nos limitara a nuestros errores. Pero más allá de la comprensión, absolutamente imprescindible para darle a esta discusión cierta profundidad y justicia, me permito disentir con el director de la Biblioteca Nacional.
Hay momentos donde nos enfrentamos a situaciones definitorias. Sería mucho más fácil para todos transitar una vida donde nuestras elecciones no generaran consecuencias. Muchas veces nos engañamos pensando que nuestras pequeñas decisiones no van a hacer historia. Siempre existen buenas excusas para no comprometerse. Cuando por estos días se buscan explicaciones a los actos y declaraciones de algunos periodistas o políticos, ciertas personas sufren un estado de pudor. Tienen miedo de quedar como los acusadores que le están exigiendo coherencia a Magdalena Ruiz Guiñazú, por poner un ejemplo. La indulgencia que noté en González durante su visita al programa “6,7,8” me pareció inmerecida. Escuchar ese tono afable y complaciente de una joven Magdalena frente a un genocida como Videla y compararlo con el tono guerrero y agresivo que usa para entrevistar a Aníbal Fernández, merecen una severa crítica. Al menos, merecen que la misma Magdalena se haga cargo de sus cambios y transformaciones, que entienda que ese tono afable frente a un asesino le quita la posibilidad de exaltarse y acusar al gobierno de Cristina Fernández de ser una dictadura. A los dictadores se les habla candorosamente por miedo, nadie prepotea a un dictador como hace Magdalena con Aníbal Fernández, en su propio comportamiento está la revelación de la mentira.
Podría aceptar a una Magdalena temerosa ante Videla si ella fuera capaz de entender que ese acto implica consecuencias, autocrítica y un mínimo cuidado con las palabras y las acusaciones. Decir que el uso reiterado de la cadena nacional por parte de la Presidenta “es cosa de milicos”, no sólo es una absurda mentira sino que es una manera muy fácil de desligarse del pasado. ¿Tiene autoridad realmente Magdalena para lanzar esa acusación?
Comparto con González la idea de refinar los argumentos. No se trata de exponer biografías exigiendo una coherencia imposible. Se trata de revalorizar la importancia de las acciones, de saber que hay instancias donde nuestra responsabilidad es suprema y donde si llegamos a un lugar de jerarquía y autoridad profesional tenemos además un mayor nivel de exigencia en cuanto a la verdad y el compromiso.
Porque aquí ocurre algo más importante. Cuando se disculpa a quienes no se animaron,cuando se justifica el silencio de varios periodistas porque “necesitan sobrevivir ” . Cuando se es complaciente con quienes hoy escriben mentiras y se vuelven cómplices de los oscuros negocios de las corporaciones mediáticas, se desmerece a quienes si se animaron. Se trata de un discurso que parece afirmarse en las generalidades y no en las excepciones. Yo creo que la verdad está en la excepción, en esos actos que revelan todo aquello de lo que el ser humano es capaz. Rodolfo Walsh podrá ser un lugar común pero nuestro esfuerzo tiene que estar centrado en comprender a un Walsh . El hombre que se rebela es inexplicable, decía Michel Foucault pero también puede ser inexplicable que muchos periodistas asalariados del grupo Clarín sigan participando de esta gran estrategia de sus dueños para no perder poder.
“6, 7, 8” está corriendo un riesgo al hacer periodismo de periodistas, al escarbar en el pasado de los personajes mediáticos y preguntarse qué hicieron y qué hacen ahora, imaginando que uno puede encontrar una explicación en las numerosas conductas que sostienen una vida. Puede ser cruel, puede generar un poquito de miedo y de introspección pero a mi me parece fabuloso correr ese riesgo porque el menemismo fue, entre otras cosas, una experiencia política que llenaba de liviandad nuestras vidas. No había consecuencias, el pasado se borraba, uno podía desprenderse de su historia sin contradicciones y desdecirse de sus actos. Volver a una mirada donde las acciones tienen un valor es el gran salto histórico al que se enfrenta nuestra subjetividad y será doloroso porque la vida se vuelve más difícil y definitiva. Me parece que no todos los sujetos tienen la frialdad para mentir frente a a una cámara o para adular a un asesino. Creo también que ciertos títulos como los que se publicaban en la dictadura, o más cerquita en el tiempo como los que vemos todos los días,son puntos de no retorno. Que Julio Blank diga ante una cámara que un título como “La crisis causó dos nuevas muertes” está mal, es mentiroso, no dice toda la verdad. Tendría que ser motivo suficiente para que no se dedicara más al periodismo. Nos acostumbramos durante mucho tiempo a naturalizar el desastre, a aceptar lo inadmisible y yo no quiero que un intelectual como González ocupe el tiempo televisivo en decir que la historia de la redacción de Clarín es la historia de los grandes fracasos argentinos porque a toda esa historia ellos la trituran todos los días, la rifan, la historia de las derrotas de nuestro país hoy está en otro lado y la lectura que hace clarín hoy de todos sus resabios históricos no sólo es banal sino que atenta contra la historia que hoy se está construyendo.
Insisto, existen muchas personas que no son ni fueron capaces de decir con estridencia que todo es un desastre o que estamos ganando una guerra canalla. Algo le tiene que estar ocurriendo a un sujeto para manejar ese cinismo y esa absoluta falta de solidaridad.No estoy dispuesta ni a aceptarlo ni a comprenderlo, prefiero gastar mi indulgencia en causas con más sustento.
No se trata de condenar o reducir a una persona a sus tropiezos y debilidades sino de asumir la magnitud de nuestros actos y procurar repararlos.También de tener la dignidad de llamarse a silencio, de retirarse antes de hacer papelones como defender a una apropiadora.
Disiento con González porque no creo que se complejicen los argumentos siendo indulgente, tratando de entender, sino reconociendo el peso que tiene cada acto. Magdalena participó del informe de la Conadep, más allá de las discrepancias y limitaciones de esa comisión tuvo un valor muy reconocido en un contexto sumamente delicado. Pero ese acto no la disculpa de su silencio frente a la declaración de Duhalde de “construir una sociedad para los que quieren a Videla”, ni del modo banal en el que redujo la investigación sobre la apropiación de menores a una mera elección de hacerse o no un ADN como si se tratara de degustar un vino. Nuestro pasado no nos salva de nuestros errores o complicidades del presente, mucho menos si nosotros decidimos dilapidar nuestro capital histórico.
Estos razonamientos dejan muy solos a aquellos que han optado por decir que no, sacrificando carreras brillantes y protagonismo mediático. Hay muchas personas desconocidas que persisten en su verdad pero son figuras secundarias en este relato porque todavía seguimos pensando bajo la lógica menemista del éxito. Somos vulnerables al éxito y justificamos a aquellos que dicen que si para no perderlo.
Yo creo que se puede criticarlos por lo que hacen hoy, sin la necesidad de apelar continuamente a los 70.
los 70 le importan a una minoria del pais.
juzguen a los tipos, que los pibes se hagan los ADN, barbaro, pero la verdad a mi como a muchiiisima gente me importan un joraca «felipe y marcela» y sus padres reales. es porque somos todos desalmados? culturalmente menemistas? o quiza porque eso ya no tiene nada que ver con lo que rodea la vida cotidiana de mucha gente?
no estoy en contra de que «se sepa lo hicieron los medios durante la dictadura», pero quiza hay gente que se entera y ¿sabes que? sigue comprando Clarin, porque no le interesa.
678 apoya el gobierno de un hombre y una mujer que no hicieron nada por los DDHH durante la dictadura y tenian algo de poder. Hoy reabrieron los juicios, perfecto. ¿porque son «mejores» que Magdalena? ¿desde que lugar se levanta el dedo? ¿que hizo Barone? y Russo que hizo? No se puede simplemente responderle que esto no es una dictadura, no, hay que buscar la notita en la que ella se callo ante videla, no alcanza con criticar tal juez, no, Verbitzky saca que el tio estuvo en la marina, el abuelo tenia un poster de Roca y bla bla.
y si muchachos, hay mucha gente que tiene familiares milicos y piensa que lo que hicieron esta bien, por suerte hay consenso en la mayoria de la sociedad en que deben ser juzgados, listo, punto y aparte.
Barone?. Nada, trabajar para el diario golpista La Nación.
Alejandra:acuerdo total, te felicito por tu texto
Estos temas, caro Pepe,no pueden reducirse a la exigua dimensión de la vida cotidiana.Entiendo que estas cuestiones tal vez superen tu inerés, pero no universalices.
Alejandra:
Escribis excelentemente bien, y manejas la dialectica muy bien.
Es claro que mis habilidades de redacción,no llegan ni al meñique de tu pie izquierdo. Es ta parrafada, es solo a los fines de decir que te respeto.
De tal modo que humildemente te pido, un poco de honestidad intelectual, no se tata de defender o no a Clarín, ni a los formadores de opinión ni a nadie en particular.
Se trata del como. Investiga un poco,muy poco, (no más de 5 minutos de google), y encontrarás materialcon los que Givirtz, podría construir «Archivos Demoledores», de la mitad del gobierno, y de la mitad de la mesa de 6,7,8. Obviamente usando, los modos de 6.7.8 , intrasendencias, sacadas de contexto etc.
Cuidate, no sea cosa que de chica te hayan sacado una foto al lado de un granadero.
Bromas aparte, siceramente creo, más allá de las opiniones politicas, que el fin No justifica los medios.
ej: La propia biografía autorizada de Pablo LLonto, dice que trabajó para Clarin del 78 al 91 , como redactor de las secciones deporte y POLITICA.
Barone: Trabajo para Clarín todo el proceso, de allí el 82, salto a 7 dias, suma ademas´haber trabajado en los 2 diarios del establishit economico-liberal durante los ´90, (Ambito y El Cronista , este ultimo llegó a dirigirlo), y recién en 2008 se «avivó» que La Nación es un Diario GORILA OPOSITOR y les renuncio.
¿Que haria Givirtz, con esto?
Hizo Duro de Domar, al comando del nuevo figurìn progre, Togneti, que no para de vociferar al unìsono con los panelistas mientras claramente puede observarse que lee los carteles instructivos sin que salga una sola idea de su propia cabecita. Yo cuando lo vi por primera vez lo califiquè de sucursal barata de 678, ciclo con el que uno puede disentir pero que cuenta con algunos integrantes que dicen lo suyo sin necesidad de apuntadores.
Es tan vulgar que compite con los peores programas de chimentos y peleas histèricas, pasando de vez en cuando un avisito que a 678 les quedò de saldo sin colocar.
la sobreactuacion de Tognetti me hace pensar que hace un mes se comio un par de libros de Gramsci, Cooke, Jauretche y el de Laclau y arranco.
un curso acelerado de «compromiso»
tema delicado.A gonzalez tambien se le objeta el reemplazo del nombre de la heneroteca de la Biblioteca Nacional de Martinez Zuviria(por nazi)a Martinez Estrada porque se considera que podria haber elegido otros mas populistas.
Lo de Magdalena toca el problema de si la gente evolciona o no.Que la misma persona y hasta los grupos e instituciones en un contexto aparecen defendiendo los derechos y libertades mayoritarios,y luego,con el correr del tiempo,los vemos acentuando un conservadorismo o ese liberalismo propio de Magdalena,que no es grato ni favorece al avance popular.Entonces,unos evolucionan bien y otros mal o negativamente.
En otro link critico escribe»el que este libre de pecado que tire la primera piedra»,porque solo la propia conciencia es el debido juez de nuestro accionar:cada uno sabe si se torcio o se vendio o se jugo.¿Existen los puros?Puede que los haya,que no tengan que arrepentirse de nada.Dificil que lo hagan publicamente…(cada ser persevera en su ser).
Tambien soy un convencida de que mas que las personas interesan las ideas que puedan ser utiles en el avance popular.Y,sin caer en olvido del pasado,de ninguna manera,tampoco me adhiero a eso de que»el pasado te condena».Sin duda los procesos van determinando el cambio del dibujo de los actores y sus» merecimientos»provocan su despido o ascenso por el poder predominante.
Yo diria entonces que H.Gonzalez,mas que un hombre cordail es un hombre tolerante.
Alejandra, comparto algunas cosas pero no otras, por ejemplo, creo que a Magdalena se la puede criticar mucho por lo que hace hoy, cito párrafos de tu post: «su silencio frente a la declaración de Duhalde de “construir una sociedad para los que quieren a Videla”, ni del modo banal en el que redujo la investigación sobre la apropiación de menores a una mera elección de hacerse o no un ADN como si se tratara de degustar un vino»»exaltarse y acusar al gobierno de Cristina Fernández de ser una dictadura»»Decir que el uso reiterado de la cadena nacional por parte de la Presidenta “es cosa de milicos”»
El problema es que en el caso de ella, no me parece que haya suficientes datos para contraponer eso a su «actuación» en la dictadura. ¿Lo más fuerte que hay para mostrar de ella es «una pregunta en tono afable» a Videla? ¿No es demasiado poco? Lo que a mi juicio invalida las críticas a sus posiciones frente a la dictadura, no es tanto lo de la Conadep, como lo poco que hay en su contra. Si encima luego tuvo agradecimientos de parte de Hebe, los argumentos flaquean, y lo peor de eso, es que se la mezcla con otros que sí tuvieron actuación pro-dictadura, lo que les da elementos a estos, para decir, «esto es cualquiera, vean lo que hacen con Magdalena». Yo estuve de acuerdo con el «juicio a periodistas» de las madres, pero no con la inclusión de Magdalena, decir que alguien apoyó una dictadura requiere algo más concreto. Sí me parecieron tremendos los archivos de 678 con una nota de Ernestina y una del semanario dirigido por Fontevechia (sea o no, él, el autor de la nota, era el director de la revista, es suficiente).
Sergio:
En realidad yo me refería a ciertas actitudes y conductas de Magdalena, no tanto para pensarla como cómplice de la dictadura sino porque creo que determinados comportamientos exigen cierta coherencia en quien los realiza. Si soy sumisa frente a un dictador y agresiva frente a un demócrata mínimamente tengo que poder preguntarme qué me pasa, si no tendré que autocriticarme algo. El post busca pensar en la facilidad con la que algunas personas se desprenden de su pasado, no para que se flagelen en público sino para que piensen que tal vez deben reparar, modificar, o pedir perdón. Pero además creo que si sos una persona pública y si ejerces el periodismo con ese tono de maestro ciruela a lo Santo Biasatti donde se la pasan retando a los políticos desde un lugar de supuesta autoridad, al menos preocupate por tener una vida acorde. Yo creo que habría que empezar por ahí, por entender que el periodista debe investigar, informar, analizar la noticia pero no ponerse en ese lugar moralista de desenmascarar al político. Una vez traspasada esa barrera surge un periodismo de periodistas que los cuestiona no porque sean superiores a ellos sino porque ellos se ubicaron en un lugar de autoridad incuestionable. Lo que equivale al autoritarismo.
Ninguno de los jefes de Gwirtz, o de Barone, me refiero a Nestor y Cristina Kirchner, pueden compararse en valentía y trayectoria frente a la dictadura con Magdalena Ruiz Guiñazú. Si lo de ella se considera muy valiente, lo de los kirchner o lo de Barone es humanamente entendible. Si lo de Magdalena es cuestionable, entonces Barone y los kirchner son ratas.
Magdalena tuvo la valentía de sacar denuncias al aire ciando nadie lo hacía. No lo hizo en el 76 (mientras Barone trabajaba en Clarin), pero si lo hizo en el 79, cuando los kirchner se dedicaban a dejar familias en la calle por cuenta de usureros.
Hubo periodistas muertos, y hubo vivos, dentro de los vivos pocos se compara con Magdalena Ruiz Guiñazú.
A ella la atacan, y lo reconocieron, por su posición actual y no por la pasada, porque si no no quedaría ninguno en pie.
Lo de Horacio Gonzalez solo pone en evidencia que no todo el kirchnerismo es excremental, que existe también gente digna, con la qe se puede estar o no de acuerdo, pero que no tienen esa actitud cínica e hipócrita de sus jefes.
¿Cuando hablaba de excremental se miraba al espejo?
Después de haber leído este himno a la delación y la caza de brujas me siento inclinado a elogiar a Horacio González por segunda vez en dos días. Además, da toda la impresión de que es el propio González el que está siendo víctima de una caza de brujas interna. La tolerancia y la ecuanimidad parecen incompatibles con el kirchnerismo.
Quintín:
La palabra delación no sólo me parece horrible sino que no comparto ese vocabulario de campo de concentración. Aquí estamos discutiendo abiertamente,en un contexto democrático y (por lo menos yo) lo hago dando mi nombre y apellido. La delación es otra cosa. Yo no estoy acusando estoy discutiendo y no realizo ninguna caza de brujas interna. Disiento con Horacio González, como otros se oponen a la decisión de ponerle a la hemeroteca de la Biblioteca Nacional Ezequiel Martínez Estrada como señalaba Isabel. Los kirchneristas tenemos distintas opiniones, no somos una masa compacta y uniforme. Yo me escribo mi propio libreto por eso no tengo ningún problema en plantear mi mirada.
La delación empieza con 6,7,8, donde la sola mención de un nombre sirve para el escarnio. Delación y caza de brujas es lo que se hace con Magdalena en un intento de instalar una mentira —una condena basada en la vaguedad— mediante el procedimiento de repetirla mil veces (eso recuerda a los campos, efectivamente). Delación es sostener que la tolerancia es una mala palabra y que al adversario hay que perseguirlo, juzgarlo y condenarlo antes que comprenderlo. Al bautizar una hemeroteca a partir de los muy superiores méritos literarios y libertarios de Martínez Estrada frente a los de Martínez Zuviría o al proponer prudencia y moderación frente a la defenestración automática de Ruiz Guiñazú, González ha honrado su condición de intelectual. Usted, en cambio, cree escribir su propio libreto ignorando que ya está escrito y es el que lleva a Auschwitz.
Hace falta pensar todas las discusiones políticas e ideológicas del presente como si estuvieramos en la Alemania de los treinta? Quintín, no estás en la Escuela de Frankfurt, así que quizás te vendría bien empezar renovar las imágenes satánicas a las que recurrís para suplir la falta de argumentos. Acusaste a Alejandra Varela de «delatora» (!), y ahora das marcha para atrás, y acusas a 678, y guitarreas con Auschwitz porque no tenés más argumentos. Sos el imaginario básico de la revista Noticias, publicación que pone esváticas allí donde ve una humilde K. Magdalena no es un santa inmaculada, y su discurso de superioridad moral habilita para que nos preguntemos si ella ha sabido estar a la altura de lo que ella exige a todos los demás (incluídos los chicos de un secundario que hace unos anios hicieron un reclamo cortando una calle y ella los acusó de «antidemocráticos»!). Mi sensación es que toda la discusión sobre el kirchnerismo o los kirchneristas se interrumpe cuando se termina volviendo a la acusación de «autoritarios», y todos los fantasmas que de ella se sigue.
No estamos en Alemania de los treinta, pero tampoco se puede hablar como si Alemania de los treinta no hubiera existido o estuviéramos vacunados contra ella gracias a una poción mágica. No sé en qué di marcha atrás. Me limité a defender a Horacio González y a indicar algo obvio: que hacer de Magdalena el emblema de la colaboración con la dictadura es un despropósito, además de una canallada. El problema es que a una buena parte del kirchnerismo le resulta imposible respetar —o siquiera tolerar— a alguien que no es del palo. Basta, por ejemplo, una discusión por radio con el talibán de Llonto (que bien podría vivir en la URSS de los 30) para que Magdalena sea oligarca-golpista-represora-asesina y se le niegue la valentía y la decisión que mostró en su oportunidad. Magdalena es un caso testigo. Los conservadores y las personas de doble apellido también pueden tener actitudes valiosas y democráticas. Si aceptaran eso, el fantasma del autoritarismo podría empezar a desvanecerse. Pero no hay demasiadas señas de ello, por lo cual la actitud de González resulta doblemente valiosa.
Yo creo que la referencia historica de una persona sirve solamente para desindexar la sensibilidad moral detras de la que se escuda su opinion politica.
Si en una opinion politica una persona sostiene que es inaceptable un gobierno con este nivel de violencia, es razonable buscar en su historia si se trata de Patti o de Farinello. Si se trata de Farinello esta claro que es alguien para quien un minimo nivel de violencia, aun verbal, en la mirada, le resulta intolerable, en este y en cualquier gobierno. (Aqui me apropio de un farinello de ficcion). Si en cambio descubrimos que tiene el pasado de Patti, sabemos que su opinion es falsa, esconde una objecion hacia las acciones politicas.
Si el comentario inicial es de orden politico y no moral, no hace falta hacer ningun revisionismo, porque la opinion en si debe refutarse mas alla del pasado. Pero no es el caso de las mayorias de las criticas que le escucho a Magdalena sobre este gobierno, ni a la mayoria de los comunicadores de la oposicion. De ahi que el artilugio del archivo sea tan eficaz en destuir imagenes.
Si en lugar de comenzar comentarios con «es inaceptable, me horroriza, etc…» dijeran «yo prefiero, o a mi me resulta poco tal o cual cosa» el pasado del personaje no ofreceria ningun beneficio en la contra argumentacion.%Pr
De todos modos, que periodistas con carrera acusen de infamia la publicacion de archivos de sus propios comentarios, es solo muestra de la impunidad con la que se han manejado hasta hoy. Ellos no solo fueron los duenos de los archivos, nunca objetaron el uso de archivos con terceros, ni de la intromision en la vida privada de nadie, menos de gente publica -como lo son ellos-, sino que nunca pensaron siquiera que sus comentarios podrian ser reproducidos. En algun punto, «bienvenidos al mundo real».%Pr
Aplaudo la honestidad intelectual de Horacio Gonzalez, justamente algo de lo que el post carece, pero,a esta altura, no vamos a pedir peras al olmo.
La caza de brujas no se detiene, están cegados y 678 se ha convertido, tal vez sin proponérselo al inicio, desconozco si quería ser solamente un programa oficialista «a secas» en la punta de lanza de una absurda confrontación social, innecesaria y arbitraria.
Cuando se aplican los cánones de la tv espectáculo a la vida real, la que importa, el mensaje es más potente pero más dañino. No nos olvidemos que «la farándula» convive con la necesidad de prensa y los informes editados en la onda pnp, tvr o 678 sobre temas simpáticos, ridículos o nimios servían para entretenimiento. Pero aplicar la misma mecanica a denunciar a todos los que se les ocurre decir algo en contra del gobierno es la DPP (Declaración Pública de Paranoia) más evidente de la que tengamos memoria.
Este fanatismo, que como fanatismo no tiene matices, los lleva a sobreactuar y «profundizar» sus características, que son perversas. Y llegamos al fin al affaire Nelly-A Fernandez, una absoluta muestra de ESTUPIDEZ difícil de igualar. (Ah, 678 le dedicó una parte del programa también al supuesto mensaje mafioso), que, en definitiva, cual sería: los custodios son putos? y????
Lo peor de todo es que el bloque entero fue dedicado a criticar a TN que no había resaltado que no solo coincidían los apellidos sino también los cargos… lo que terminó siendo otra mentira de Fernandez.
Un papelon
6,7,8 es un programa que no puede criticar a nadie. Ayer, trataron el tema de la «historieta famosa». Lo titularon ¿Amenaza o casualidad? pero desde el vamos, el informe dejo claro que se trataba de lo primero. Lo más gracioso del asunto es que criticaron duramente a TN por no resaltar que no solo coincidían los apellidos sino también los cargos de los involucrados… el problema es que eso era falso, otro invento de Fernandez, y ellos ni siquiera lo chequearon.
Respecto a este artículo, todo régimen tiene sus apologistas.
A Camargen le rechazo la acusacion.Uno se puede equivocar,pero hablar de falta de honestidad intelectual,en mi caso,tengo la conciencia tranquila y creo que el acusador se cree el gran juez.
Cuantos admiradores tiene Ruiz Guiñazú (la hija del filofascista), a la gorilona que ya parece un mártir de la democracia cuenta con varios defensores de oficio.
La señora que denunciaba la campaña antiargentina, ese era el pie que le dio a Videla en el mencionado reportaje, se la pasó bajando línas para las lectoras del Para Tí durante por lo menos tres años. Ponerla como la valiente que denunciaba a la dictadura, además de ser un error histórico, es un chiste de mal gusto. Esto no es una caza de brujas, es simplemtente recordar los antecedentes de una persona que denuncia el supuesto autoritarismo del actual gobierno.
No la admiro, pero desprecio la infamia, lo que es una practica recomendable, ya que dificilmente se te vuelva en contra.
http://www.youtube.com/watch?v=kFiMi-aaJuk
Febrero de 1984, había muertos tibios, un poder militar que se resistia a morir, todavía no habia habido levantamientos carpintadas (3) para presionar a la naciente democracia, y seguramente a juzgar por el reportaje, ni los medios sabían aún muy bien que partido jugar. Todavía saliamos con los documentos a la calle, todavía estaba todo fresquito.
No se trata, si se jugo o no, y es mejor, creo, no hacer nombres de quienes no se jugaron, a que jugaron algunos.
Para los defensores de la Noble Magda escuchen:
http://juanmansilla.blogspot.com/2007/11/la-noble-magda.html
Lo acabo de escuchar, 2 cosas, tuvo oportunidad de decirle a Magdalena , lo que piensa de ella, no lo dijo.
Y la verdad es que yo le preguntaria, porque no lo denuncio el (Trabajo en Clarin en los años que cita), y como seguramente Clarin lo hubiese censurado (no tengo dudas), por quer no se fue a laburar en otro lado en vez de seguir allí hasta el 91, por otra parte se jacta de ser abogado de la familia Arrostito desde casi 30 años (sic), ¿Como Clarín no lo hecho, o lo hizo «chupar»?.
Mira, construir alrededor del recorte infame de las cosas, se puede volver en contra el fin No justifica los medios.
PD: Podrías hacer honor a tu nic.
En el ´84 Hebe de Bonafini reclamaba algo que hoy ya tiene y con creces: acceso a los medios. La Hebe de hoy hubiese puteado a la de hace 26 años por tibia.
Emilio:
Què tal si cuando mencionamos a N.K. agregamos (el nieto del usurero)? O cuando nos referimos a Piri Lugones o J. Alsogaray (ambos muertos durante la dictadura) agregamos la hija del inventor de la picana o el sobrino del general?
En todos los casos resulta un recurso detestable, una descalificaciòn que descalifica a quien la utiliza.
En las respuestas que te dan no hay errores ni chistes de mal gusto.
Me cuento por edad entre quienes escuchamos en ese entonces a Magdalena y eso no me convierte en defgensor de oficio. Vuestro fanatismo les impide separar las aguas y aceptar aquella actuaciòn y con toda tranquilidad criticarla por su actual posiciòn polìtica. Y en màs de un tema con razòn.
Cada dos por tres endilgan la falta de valentìa de fulano o mengano, en tiempos que seguramente por la liviandad con que escriben sòlamente lo leyeron.
Les sugiero investiguen el listado de abogados que se jugaron por los habeas y aunque sea por pudor se llamen a reflexiòn.
Para quienes sufrimos las 3A y el proceso en vivo y en directo, y perdimos amigos y familiares igual que miles y miles, nos resulta màs que superficial y frìvola estas disquisiciones destinadas exclusivamente a defender una gestiòn de gobierno. Ademàs este temor reverencial en rechazar las criticas a Hebe por ejemplo, como si eso le restara valor a todo lo que Ella hizo y a la valentìa que tuvo, pero junto a muchas otras Madres y otras Organizaciones de DD.HH. a quienes se pretende ignorar por sus posiciones polìticas.
Asì como resulta justo que los genocidas vayan a parar a la càrcel, tambièn tendrìamos que reconocer que el horror siempre salpica, roza o hiere para siempre a la Sociedad entera, aunque màs no sea por haber festejado los goles del maldito 78.
Si a Magdalena hay que tirarle el «tono» con Videla encima, ¿cuánto se sostiene eso? ¿Cuánto tiempo hace que Barone es combativo? ¿Cómo responder al «pasado» del matrimonio Kirchner durante la dictadura? No, no es el camino el carpetazo, porque arrasa con todo y sólo deja en pie al anonimato. Porque, ¿qué se puede decir? ¿Que estos sí son los tiempos decisivos que definene quién es quién y en cambio, bueno, algunos viejos méritos del pasado no pueden eclipsar este-momento-preciso? No, loco, no. Paremos un poquito. El mérito de Magdalena por la Conadep es suficiente para mí. Punto. ¿Algunos qué van a descubrir ahora? ¿Que Magdalena no es qué? ¿Que no es peronista? ¿Que es liberal? Y bueno, es una liberal del modo tan embarrado como se puede ser todo en la política argentina: se puede ser peronista y kirchnerista, y eso no vuelve a nadie una libélula.
Martín:
O no leíste con atención mi post o yo no soy muy efectiva al momento de trasmitir mis ideas. Mi propósito fue abordar el tema con toda la complejidad que está a mi alcance porque no es un tema sencillo y justamente por esa razón me siento motivada a escribir sobre él. Yo creo que las vidas de las personas son muy complejas. No creo que una persona quede reducida a un error ni a un acierto pero, contradictoriamente, en función de la complejidad del tema, también creo que hay acciones que no tienen retorno y otras que nos salvan. El gran tema es poder identificar y también poder revertir estos episodios. Lo más importante para mi en esta reflexión es revalorizar el lugar de las acciones no para disculpar ni para condenar, para entender que somos seres que tomamos decisiones y que esas acciones genera consecuencias y tenemos que hacernos cargo. Perdoname que me cite a mi misma pero en el año 2006 escribí una nota para la revista “La mujer de mi Vida” donde hablaba de la biografía de Günter Grass y su confesión que había pertenecido a las Waffen –SS y de la asistencia de Peter Handke al entierro de Milosevic. Lo que yo dije en ese entonces es lo mismo que pienso hoy sobre la discusión del post. Esas decisiones tienen un valor en sí mismas y no tienen por qué atenuarse ni disculparse pero todo lo que estos dos autores aportaron al arte y a la inteligencia de las personas (algo que también es ideológico) no se borra por sus acciones políticas. Mi planteo es que las dos cosas valen y hay que aceptar vivir en ese conflicto. No estoy de acuerdo con vos en sacarse de encima el pasado. Vamos a discutir el pasado hasta que ya no importe, mientras importe, mientras la discusión no haya perdido sentido, hay que bancarse convivir con estas contradicciones porque la alternativa es este juego de sacarse de encima el pasado con cierta liviandad y actuar como si uno no tuviera historia. Esto es lo que me molesta de algunos personajes periodísticos y políticos, que no tienen el menor pudor. Por otra parte fueron muchos de los periodistas que ahora se sienten perseguidos los que comenzaron imponiendo esta política de levantar el dedo. Ellos no son indulgentes con los demás pero habría que ser indulgente con ellos. Esta ecuación no me cierra.
Pero hay algo que para mi es mucho más importante y que nadie tomó en la discusión y es ¿qué pasa con aquellos que sí se animaron? porque se gasta mucha tinta en defender, comprender, justificar a quienes fueron más vulnerables al poder y nadie se ocupa de los que sí se animaron. Creo que estamos dejando muy solas a estas personas que tal vez perdieron oportunidades laborales y muchas cosas más como es el caso de Liliana López Foreci. Mi propuesta es: tratemos de fortalecer la excepción
¿Leíste la declaración de Magdalena en el juicio a las Juntas?
Un beso
Criticar una supuesta tibieza de magdalena desde el PO puede ser entendible. Desde el kirchnerismo es hilarante.
Los kirchner apoyaron el indulto de 1990 a los militares genocidas, cuano Magdalena estaba en contra. Y de ahí para atrás lo pergaminos de los kirchner son inexistentes.
Tá bien, Mariano, pero este comentario tuyo no ayuda, vuelve a poner todo en el mismo lugar. Miralo desde este lado: fuera de la «competencia» a ver quién hizo más por los DDHH (si Magdalena o los K) tu idea de que apoyaron el indulto supone que entonces no están en condiciones ahora que son gobierno de hacer nada. Es lo mismo. Es la idea de una especie de registro meritocrático que te te puede inhibir de acciones que se suponen incoherentes con tu prontuario aún cuando sos un hombre o una mujer de estado. Es más o menos el mismo razonamiento de que Menem tenía autoridad moral para indultar porque él había sido preso. O sea, Mariano, para desmontar el aparato deberías hacerlo con uno que no invierta simplemente los términos.
martin: para acudir a la política de archivo, hay que adherir a dirigentes con la cola limpia. Los kirchner tienen todo el derecho a cambir de política y es muy loable lo hecho estos años para tyerminar con la impunidad. Pero no tienen derecho a levantar el dedito contra nadie.
Mariano: no hay que acudir a la política de archivo, a no ser que tratemos de comprobar delitos de lesa humanidad. Hay una premisa que yo hice propia: si los delitos de lesa humanidad no prescriben, las resistencias tampoco. Y estoy seguro de que una época tan difícil y gris como la de aquellos años, no puede ser revisada catapultando una caza de brujas de agachadas o complicidades. Prudencia y sobrevivencia. Hoy, el debate político se encarga de dividir aguas, que no son tan terminales como las aguas de otros tiempos. El estilo «levantar el dedito» estuvo presente desde el principio, cuando comenzó a desarmarse la legalidad de la obediencia debida y el punto final en el 2003, ya se empezaba a hablar del «pasado usurero» de los K. lo que te digo es que vos tenés una lógica en espejo, idéntica. Y que de ese modo no vas a erradicar lo que decís que querés erradicar. Saludos.
Martín,
Si lo que proponés es una suerte de amnistía (no para crímenes contra la humanidad o cualquier delito grave, se entiende), me parece bien, quizá no moralmente, pero sí políticamente.
Comento esto porque en alguna oportunidad leí que a vos te interesaba sobre todo del ’83 a la fecha, y me suena razonable.
Entonces, desde una posición así, lo lógico sería aflojar con el revoltijo de excrementos que no favorece a nadie, tampoco al oficialismo ni mucho menos a su partido, que entre 1983 y 2003 tuvo una postura execrable en torno a los DDHH.
La postura de Horacio González es digna pero sobre todo razonable. Lo de Magdalena Ruiz Guiñazú en la conferencia de prensa con Videla es francamente desagradable, de acuerdo, pero de ninguna manera puede llevar a la conclusión de que se trataría de una colaboracionista con la dictadura y muchísimo menos de una convalidadora de la represión estatal.
Personas como ella, o Dupont o Lanusse, insospechables de ser «izquierdistas», experimentaron de manera muy directa la criminalidad monstruosa del proceso y tuvieron agallas para salir públicamente a denunciarlo.
Me da que en la actualidad muchos deditos acusadores son de tipos que quizá por edad no sepan lo tremenda que fue esa época y se compraron la versión maniquea y falsa de la historia.
Saludos
Estoy de acuerdo en todo menos en que «una suerte de amnistía» es lo que yo propongo. A mi me parece que la mejor manera de saldar el pasado (que siempre va a quedar abierto ya que no se trata de juzgar a asesinos seriales sino lo ocurrido en un proceso político) es a través de la justicia, y manteniendo a raya el principio de que se juzgan los delitos que el estado violó. Sacando ese detalle, sí, estamos casi totalmente de acuerdo.
Lo de «suerte de amnistía» lo puse entre comillas precisamente para evitar el malentendido. Es una palabra que trae malos recuerdos y no tengo problemas en usar una mejor si es que la encuentro. En cualquier caso me refiero a amnistiar agachadas, flojeras o pasos en falso, de ninguna manera crímenes.
Saludos
Corrijo (perdón, estaba medio groggy), no puse comillas yo, pero hablé de «suerte de» precisamente para evitar el malentendido, a eso iba
Alejandra:
Considero que tendrías que pedirle disculpas a Horacio González por tratarlo de indulgente.
H. González sólo expresó una opinión en disenso con los demás panelistas.
Resulta llamativa la pretensión de algunos periodistas que no tienen más mérito que ser oficialistas (porque de combatir la dictadura están más que escasos), de exigirles a aquellos periodistas críticos del gobierno, que no hayan tenido gestos de una valentía poco común en el pasado dictatorial; conductas que se pagaron con la vida, la cárcel o el exilio.
La calificación de indulgente a H. González también podrías merecerla. En tu post del 12/4 “Capital intelectual” sobre la conducta de los Kirchner en derechos humanos, los justificás diciendo que puede que no hayan hecho nada hasta el 2003 pero cuando llegaron al poder “se pusieron al día”. Que no hayan hecho nada (los Kirchner) durante la dictadura ni tampoco desde 83 al 2003, no importa, porque «se pusieron al día» al ocupar un posición de jerarquía institucional; claro que en democracia. Y eso los redime. Sin embargo, le exigís a Ruiz Guiñazú, no se sabe muy bien qué o por qué, por haber ocupado una lugar de jeraquía (profesional), pero en la dictadura.
En este tema de escarbar, en la biografías, bien podríamos llegar a un punto inconveniente: podría volverse en contra. Además, que quien impulsa estos supuestos revisionismos, lo hace desde la facilidad, por pereza intelectual y por una pobreza de espíritu.
Sobre Walsh:
En mi comentario en el post del 8/5 de Doroteo Arango «De qué miedo hablan» decía que contrastar conductas como la de Walsh y otros compañeros desaparecidos era una simplificación (en la que a mi juicio caían desde Aliverti, Pablo D hasta Arango) que desmerecía precisamente sus vidas y sus luchas. Destacaba el comentario de Lectora en «Miedo a qué» del 30/4 de Pablo D., que considero oportuno reiterar: «Dos cositas para señalar, no por (vieja) maestra ciruela sino para terminar con ciertas leyendas que algunos gustan repetir.
Rodolfo Walsh no fue secuestrado por escribir la famosa carta a las juntas. Estaba clandestino en su casita de San Vicente, era un oficial montonero que tenía grandes diferencias con la conducción y las había manifestado internamente. Para decirlo rápidamente, decía que había que replegarse, descentralizar armas y dinero, y lanzar una campaña nacional e internacional que denunciara la masacre. Y abandonar el funcionamiento vertical que los hacía tan vulnerables frente a los milicos. La carta a las juntas formaba parte de esa estrategia (la agencia Ancla, etc.) Lo secuestraron, después de depositar la carta en varios buzones, cuando llegaba a una cita envenenada -como se decía en aquel momento.
Magdalena empezó a hablar de la masacre a fines de los 70, antes que casi todos los periodistas con la honrosa excepción del Buenos Aires Herald, Nueva presencia y no sé si alguien más. En la radio era la única, por lo que me acuerdo. No sé si habló porque era amiga de Elena Holmberg y tampoco me parece relevante: Hebe de Bonafini, como la mayoría, salió a denunciar la masacre recién cuando la tocó. Y eso no la desmerece.»
Y acotaba de lo oportuno de la síntesis de Lectora para hacer un aprendizaje necesario.
Finalmente, estas descalificaciones hacia un compañero (Horacio González) que disiente, no es ninguna construcción política.
Saludos
Para los verdaderos verdugos está la justicia. Que funciona. No necesita que le hagamos ninguna compañía moral. Lo que se puede lograr con esta especie de caza de brujas moral es la creación de un victimato. Que se requieran verdugos para la perduración del estado de víctima. Este victimaje no dignifica, no construye política. ¿Qué tema
¿Qué tema político hay en señalar tonos de voz o risitas en una época de terror? El terror es objetivo, no lo banalicemos.
Que sucedio con Artepolítica? se volvio un conglomerado de retrogrados neoliberales, o será que como el radicalismo se a covertido en el mejor partido de derecha, ahora todos piensan de la misma manera?
Todos los extremos son malos, un poco de equilibrio muchachos.
Saludos
¿?
¿Como es? Si nos plegamos a la «caza del archivo» (recortado y fuera de contexto) somos gente noble, y si no somos liberales de derecha.
Que todos pensemos de la misma manera esta mal, excepto que pensemos de «Determinada Manera».
Me explicas un poquito eso que escribite al final, cito : «Todos los extremos son malos, un poco de equilibrio muchachos.»
Ya que, no entiendo la relación entre tu comentario y tu cierre.
Gracias, y disculpá mi poca entendedera.