No sé muy bien qué es un intelectual, pero veo con interés que cada vez son más. En los últimos meses, y especialmente a partir del conflicto agropecuario, surgieron una gran cantidad de espacios definidos por esa pertenencia difusa. No sólo aparecieron: además, se pusieron a trabajar.
Ya es de rigor decir que Carta Abierta es el caso testigo. Sus Cartas, pero también sus debates sabatinos, en salones colmados, sacaron a la sociedad de un peligroso letargo. Pero no es el único anclaje de esas características. En especial, el Club Político Argentino, con resonantes presencias, como las de Vicente Palermo y Marcos Novaro, ha puesto en duda aquella afirmación jactanciosa, que por pudor dejaría sin citar, repecto de que «los mejores hombres y mujeres de la cultura de este país» están en cercanías del gobierno. Y hay otros, todavía: la lista sería incompleta, y los apellidos podrían superponerse, pero es claro que asistimos a un renacimiento de la figura del intelectual comprometido con la sociedad.
(Por eso, no se entiende muy bien a qué se refiere Piglia cuando, justo ahora, declara al entero campo intelectual en crisis).
En todo caso, lo que define este momento del acontecer intelectual no reside tanto en la suma de clubes y sociabilidades, ni tampoco en su posicionamiento respecto del gobierno, sino, me parece, en la índole de su inserción. Para ser más claro: en la actualidad, no existe ningún parámetro demasiado estricto que establezca coincidencias necesarias entre campo intelectual y campo político, entre intelectuales, organizaciones, movimientos y partidos. No sé si eso es bueno, malo o regular: no he venido aquí a juzgar, salvar y condenar. Lo que sí creo percibir es que ésta es la condición misma de la intervención intelectual, es decir, comprometerse con valores y con ideas, con proyectos en progreso, con el debate como práctica y con la intervención pública como corolario natural de la misma. Los intelectuales del Segundo Centenario podrán tener muchos colores, pero toman partido sin estar supeditados a uno. En un momento de crisis nacional, ellos eligieron hablar. Podemos escucharlos, o podemos dejarlos de lado. Pero ellos están allí, legitimados en su prestigio social, en defensa de valores, universales o no tanto, que consideran amenazados. Ante todo, el valor de la palabra, como decía, hace unas semanas, Alejandro.
Claro que hubo intelectuales en el pasado argentino: si no, me pregunto que sería de la vida de Carlos Altamirano. Pero, en general, salvo momentos excepcionales como la recuperación democrática, los intelectuales estaban ligados, de manera más o menos orgánica, a proyectos políticos definidos. Su condición era una función dentro de una organización determinada, no una instancia autónoma de legitimación. Su producción estaba relacionada antes con el poder y el Estado que con la sociedad y el mercado. Tal vez por ello, tenían, a menos que una buena fortuna señalase lo contrario, una mayor dependencia respecto de los avatares de la vida política. Por supuesto, incide decisivamente una cultura política donde la intervención pública tenía mediaciones tipificadas: el partido. Y lo contrario es cierto también: en la medida en que la crisis de representatividad se fue acentuando, cada vez se ha hecho más difícil intervenir desde una estructura de ese tipo.
Lo cierto es que, para bien o para mal -y yo creo que es un síntoma excelente-, los intelectuales están de vuelta. Rompieron el cerco simbólico del fin de las ideologías, y se pusieron a pensar. A ver qué pasa cuando se les ocurra algo.
La discusión del rol del intelectual en la política es un problema que se transforma con cada vuelta que tiene la política.
Creo que el lugar del intelectual como vanguardia del partido ya no va… y por la tradición de los intelectuales les cuesta aceptar no tener ese espacio.
Y el otro elemento, lo que decíamos el otro dia: los partidos ya no representan «bases»: sus modelos de construcción de poder está vinculado con la representación de corporaciones.
Lo que ha sucedido, me parece, que se ha reestablecido cierto vínculo entre las bases y los intelectuales, que pasa (o no) por la cuestión política. Hay un resurgimiento y una religitimación de la ciencia argentina y eso se ha fortalecido por espacios como Carta Abierta o el énfasis que se está poniendo en la extensión desde algunas universidades.
No importa lo de los intelectuales sí o no, Lo que importan son los espacios públicos donde se genera la república. Donde surge lo público allí está la deliberación, sea de quién fuere, y en la medida que se someta a discusión lo público en ese espacio( la política) se hace democracia.
Este proceso es así, casi sistémico, si existe espacio público, existirá la democracia como una consecuencia de la res pública. Si existen apropiadores de esos espacios no serán ya públicos, entonces tampoco habrá democracia.
Si la apropiación se hace en base a la palabra, tampoco habrá democracia ni política, si la apropiación se hace en base a un club de científicos profesionales o técnicos calificados, tampoco.
Solo con el libre flujo de información en esos espacios se crea política y a partir de ella la democracia.
Entonces poco tiene que ver lo intelectuales que sean o nó los del ágora, sino que pueda haber un ágora a partir de la buena voluntad de los todos los que quieran habitar el suelo argentino
Bueno, eso suena muy bien Charly, pero te guste o no los intelectuales tienen un lugar especial en ese debate.
Es cierto, en la democracia lo importante es que todos puedan sumarse, pero hay que reflexionar, tener un buen conocimiento de las limitantes del juego democratico y de la construcción de poder para poder agrandar ese espacio y no que te salga el tiro por la culata. Ese es el lugar que «históricamente» han tenido los intelectuales en la política.
Que empiecen a ocupar un espacio desde el lugar de intelectual y no de mero poppolo es lo positivo que está señalando Ezequiel, me parece.
Saludos!
Absolutamnete para bien, pensar este pais es un deficit que nos debian los «pensadores» y uno de los efectos de la polarizacion surgida de la 125.
Parte del bagaje de la «Derrota Cultural» es haber dejado el imaginario nacional en manos de mendigos cerebrales como Morales Sola.
No se trata q sean de derecha, izquierda o kirchneristas, se trata de diseñar un provenir e influenciar en las desiciones para escapar de la quimera tematica que nos ofrecen los medios.
Perdimos la discusion del Bicentenario (demasiado para este pais descerebrado)no perdamos entonces esos espacios de reflexion y debate.
Buena reflexion, coincido con tu post.
Coincido en todo, pero me parece especialmente bueno el párrafo final, creo que resume muy bien el tema.
En ese sentido creo que es un momento clave, el derumbe de Wall Street me parece que abrió definitivamente el espacio para que surja algo nuevo, seguramente emparentado con las ideologías predominantes del siglo XX, pero con características propias.
Lo dije en mi comentario a otro post, creo que los lugares privilegiados para que eso aparezca son China y Latinoamérica. En ese sentido los intelectuales argentinos bien pueden tener un rol más importante, incluso internacionalmente, del que han tenido en el pasado.
Y si bien no serán solo los intelectuales los que lo hagan surgir, si creo que tienen mucho para aportar y teorizar al respecto.
Interesante el planteo ¿y antes de la 125 que hacían los intelectuales? Y en general no mucho, digamos que su costado «técnico» se imponía sobre el intelectual. La crisis destapó un poco la necesidad de pensarnos (ya lo había hecho en el 2001) Y desde luego los intelectuales no son los únicos habitantes del Agora, pero no cabe duda que tienen capacidad de ordenar debates, aunque ya sea imposible pensar el intelectual orgánico o de vanguardia. Es curioso además la ausencia de intelectuales en la derecha. Eso algo nos dice
Saludos
Carlos:
Incluso en el ágora griega, no todos recibían el cetro de la palabra. Reformulo, porque salió mal: hay «apropiadores» cuando lo que se toma no les corresponde a ellos, sino a otros. Pero si los otros, la ciudadanía en general, se mantienen en la pasividad decorada con teflonazos de vez en cuando, inevitablemente deliberarán quienes lo deseen.
Obviamente, esa pasividad es fruto del Terror y de los noventa, en ese orden. El Escriba seguramente agregaría la gestación, durante el alfonsinismo, de políticos profesionales que se encargaban de lidiar con la comunicación.
Paradójicamente, el alfonsinismo vuelve a ser, en este sentido, el horizonte de diálogo del kirchnerismo: pensemos en el Club de Cultura Socialista.
No imagino una democracia sin jerarquías de la palabra, aunque sería altamente deseable que existiese.
Sergio:
La última línea tiene que ver, sobre todo, con la articulación de lo que salga de los diferentes clubes y el resto de la sociedad. CA es un proyecto interesante, en ese sentido. Falta, creo, una mejor articulación entre la Universidad Nacional y la Sociedad.
Efectivamente, la crisis internacional tiene mucho que ofrecer como oportunidad para uno o más pensamientos alternos, pero la repolitización de la sociedad, en estos últimos dos años, es, a mi humilde entender, la verdadera partera del proceso.
Mauri:
En efecto, siempre que hay reflexión y debate, deliberación, ganamos todos. El discurso mediático tiene más dificultades para imponerse si enfrenta adversarios dignos de la palabra que pronuncian. Pero los intelectuales, en esta sociedad post libresca, también necesitan de los medios, inclusive de estos medios, para expresar sus ideas del modo más amplio posible.
(Estoy un poco obamista)
Primo: exactamente, meter una cuña en el vínculo entre partidos – corporaciones y medios, que pase por representar otra cosa, otros valores, desde otro lado, puede oxigenar y motorizar el debate.
Gracias a todos por pasar.
Avallay: lo que pasa es que, tras el fracaso del alfonsinismo, que tenía a sus intelectuales orgánicos en la Universidad, acá pegaron feo, muy feo, el discurso de la «profesionalización» y el «academicismo». Mucho paper, poca utilidad social. Ahora la caverna está abierta de nuevo,
Piglia dice que la barbarie era percibida por Sarmiento (el intelectual) como el poder asociado a lo rural. Y se pregunta quién representó a Sarmiento en el actual conflicto. Si entendí correctamente, esto puede querer decir: ¿dónde se ubicó el intelectual, en la barbarie o en la elite ilustrada? o ¿de qué lado quedó la barbarie y dónde la elite? Tal vez, con lo de «crisis» se refiera a esa salida del lugar tradicinal que, con Alfonsín, podía ocupar y ya no. Que el mito del gaucho (creado por la elite) fue efectivo, lo demostró, justamente, el último episodio. Entonces, si el intelectual se declara crítico, arrastra con su crisis los lugares establecidos hasta ahora.
Avallay: ¿se olvida de los intelectuales del Likud local, Ale Rozitchner, Marquitos Aguinis y Santiago Kovadloff?
Interesantísimo el post, Ezequiel. Desde la caída del imperio soviético, y en realidad desde bastante antes se percibe la necesidad de una revolución conceptual, de un faro ideológico, de un marco o un camino superador de ese proyecto y del neoliberalismo, ambos ya claramente fracasados, víctimas de sus propios errores, pero sobre todo de su falta de amor.
Seguramente este es el desafío para los intelectuales, ayudar a enterrar a lo que fué y alumbrar el camino de lo que viene.
Graciela:
Es cierto, lo estoy forzando a Piglia, porque me parece arbitrario mantener congelada en el tiempo la antinomia sarmientina entre Civilización y Barbarie reducida al juego de oposiciones entre el campo y la ciudad.
En todo caso, la 125 mostró la paradoja de un gobierno peronista (pensemos en las imágenes: Rosas y Perón, los inmigrantes internos, etc.) enfrentado al «campo», pero sustentado por la intelectualidad progresista (no llegaría a decir ilustrada). Ahí se cae toda la estantería, y se vuelve evidente que el pasado no es necesariamente el borrador del porvenir.
Jorge:
Bueno, depende. La derecha tradicional, liberal, hace rato que no tiene hombres de cultura presentables, como los que en su momento se nuclearon en torno al primer antiperonismo. Pero el hombre de cultura, el literato, el poeta, el dramaturgo, el filósofo -en una palabra, el intelectual humanista tradicional- no es el único capaz de ejercer, por su formación, la dirección ideológica de la sociedad. Aunque los grupos conservadores han sido más proclives a la dominación que al consenso, a las soluciones de fuerza que al juego democrático -y por ello, tal vez, no necesitaron de un discurso humanista demasiado estructurado-, sí tuvieron tecnócratas, directores culturales de otra especie que cumplieron la misma función, pero prometiendo eficacia en lugar de belleza y utopía. Me imagino a Krieger Vasena, a Martínez de Hoz, a Cavallo…
Lo malo es que no tuvimos ninguna de las dos alternativas.
Una vez más, gracias por pasar a todos.
Maestro ,usted tiene sentido de las cosas. Es muy bueno y oportuno el tema. Yá daré yo también mi opinión sobre el tema, Abrazos,campeón!
Pupi Espinoza.
Primo Luis, Político Aficionado, Pupi: gracias sus comentarios, y más aún por pasar.
En efecto, si hay una oportunidad para América Latina, vamos a necesitar reflexión.
Incluso en el apogeo del gobierno de Néstor, debo reconocer dos falencias gravísimas: la ausencia de debate, y lo señalado por Tomás en su post: la incapacidad de formar cuadros.
Hoy tenemos debate, y aparecen algunos cuadros interesantes. Bastante de lo primero, poquito de lo segundo.
Eze,
Para la segunda está artepolitica… y usted es uno de los mejores exponentes!
Primo: No sé por qué, cuando hablo de formar cuadros, pienso en Victoria Donda. Pero está el caso de Martín R., un compañero, que es cuadro nuestro y miembro de Arte Política.
Vamos por el final Eze, no te preocupés por Victoria ,El Movimiento Organizado Libres del Sur,tiene una muy buena escuela de cuadros. Procupate como hacemos para que Victoria sea la próxima candidata a Gobernadora en Provincia de Bs.As. Necesitamos politicas audaces ,basta ya de tanta realpolitk!
El progmatismo es la filosofia del imperialismo, su cuna es la América del Norte. Alli nació. Seamos realistas pidamos lo imposible. Los que adoran a Obama pero dicen que Tumini todavia nó, que dentro de 10 años. Esos se olvidan que Obama no tenía ni siquiera a un mov.como Libres. Esos intelectuales del gobierno, asalariados en un país donde no abunda el trabajo para un sociólogo o politicologo se trasforman en esclavos de la subsistencia.
Algunos que criticaban a Carta Abierta tenian razón en cuanto los principales actores cobraban salario del estado.
No es un pecado cuando tienen una actitud crítica y en ese sentido C,A es un ejemplo. Esa crítica es de derecha.
Pero es verdad que hay otros tecnócratas que son chupamedias del poder y llevan la marca K en la frente.
El intelectual tipo es en general un trepador que habla en dificil, para impresionar. El tipico snop de esos hay algunos en A.P y hasta tienen prestigio porque son los encuestadores de k o los modistos de Cristina. Señores…a esta hora hay un niño en la calle! Y no soy sensiblero. Muchos de los que escriben en A.P ,no todos por supuesto, les falta ir a una fabrica a trabajar un tiempo para hacer estudio de campo. Estudio de campo, señores se los digo con autoridad moral poque lo he hecho y no es obrerismo. Las cosas vistas desde la fábrica son de otro nivel para un intelectal de verdad que tiene el privilegio de haber leido la práctica de los de los otros en esos libros que leyó.Enriquece.
Lo mejor que tuvo el PRT fue la proletarización, lo menos posible de companeros rentados. Solo los necesarios ,el resto a militar y trabajar. Me contaba un viejo compañero que hoy en los barrios antes bastiones nuestros, hoy estan llenos de evangelistas aliados del imperio y algunos trostkos
trasnochados.
La practica teorica al decir de Althuser, no la subestimo, pero no es para pasarsela de universidad en universidad y nunca comprometerse o entrar en el gobierno y decir a todo que sí.
La universidad forma los intelectuales a su semejansa y medida.Y las unversidades en fin…es otro tema. Ezequiel vos que sos un intelecrual serio, sería lindo que hicieras un post sobre las universidades, me parece una buena idea. Intelectual tiene es su mayoría un sabor a universidad.Si queremos buenos y comprometidos debemos cambiar la universidad. Darla vuelta como una tortilla. Porque vuelvo a insistir, tenemos la gente muriéndose de hambre. A veces uno piensa que Quebracho puede tener razon en muchas cosas. Sobre todo, de ver tanta charlateria en la Peña mientra el tiempo pasa y se hace poco muy poco por distribuir la riqueza injustamente repartida. Redistribución de la riqueza,Yá !
Pupi:
Vos para agarrarme mal sos mandado a hacer. Digo que Victoria está muy bien formada, no a la inversa. Y en poco tiempo, además, no olvidemos que es nieta recuperada. Junto a Juan Cabandié, son los nuevos cuadros que tenemos.
Sobre LDS, bueno, yo estoy en contacto con ellos casi semanalmente. Lo que pasa es conozco su inserción en el conurbano, la Universidad y en Capital. Les va a ir bien en esos distritos, pero sigue siendo, si lo miro con la mayor ecuanimidad, una construcción a largo plazo.
En lo personal, no me animo a escribir sobre Universidad. Me negué desde siempre a la política universitaria tal cual la conocí, y mantengo esa prevención. Podrá sorprenderte, no lo tomo a mal, pero considero que nunca aprendí tanto como cuando milité en barrios, el frente territorial.
PD: para cuando pude hacer política, no había muchas fábricas y el concepto de clase obrera estaba en crisis.
Si Eze, tenés razón pero puede ser también que no te entendí bién, tá ?
De cualquier manera y a pesar de todo yo fundé hoy un Club de Animadores de Victoria. Vamos a elegir una foto bonita para hacer un poster podrías vos mandarnos una foto de ella.?
Tenemos un archivo, pero las pocas que tenemos se le nota mucho ese diente que es medio drácula que tiene.
Te mande una noticia de internacionales y ni bola, no te gustó ?
Puedo enviarte artículos sobre como vá la crisis en europa para tú blog ?
Abrazos, Pupi.
Club de Animadores de Victoria Donda Perez.
Se reciben las adhesiones aquí
Pupi Espinoza.
Digamos una construccíon a mediano plazo de los LDS., de acuerdo, Eze ?
Pupi:
Adhiero al club, mando la foto en breve.
La expresión incorrecta es mía: «largo plazo» en política suena a décadas.
Primero, habría que establecer que, para LDS, no va a ser lo mismo construir con un gobierno K en el Ejecutivo, que con un gobierno neoconservador. Eso puede acelerar o retrasar los tiempos.
Segundo: LDS tiene muy buena sintonía con la CTA y con dirigentes como Sabbatella en el conurbano, de modo que por un tiempo va a estar un poco jugado a los resultados de esas construcciones: si les va bien a sus socios progresistas, le va bien a LDS, y a la inversa.
Tercero: LDS entendió algo elemental, que es la necesidad de una presencia territorial constante en todos los distritos electorales. En ese sentido, cambian su posición en el «plato» K precisamente desde lo que consideran una posición de fuerza.
Cuarto: LDS, finalmente, debe adquirir en las provincias presencia propia o socios. Ahí le veo el mayor problema, a menos que capte parte de la construcción de la CTA. Han comprendido bien que la primera etapa de esa construcción es municipal, y por eso, vaya a saber uno utilizando los restos de qué organización popular tradicionalmente fuerte en la zona mediterránea del país, compiten por intendencias nada menos que en Córdoba. El pelado Tumini estuvo llamando viejos amigos, se nota.
Último: formación de cuadros. Es muy importante que el líder político no sea el único que mide electoralmente, ni el único que se arremanga. LDS lo aplica a la perfección. Ayer promovía a Donda y Merchán, ahora que están instaladas promueve a Ceballos. Tumini no se pone permanentemente a la cabeza.
Con todo esto, yo diría que depende un poco de ellos, otro poco de la sociedad, y el resto lo hace el tiempo. Mediano plazo, o sea que hablamos en cinco años.
Totalmente de acuerdo y el día que Tumini descubra el s.p de holanda pega un salto. Aquí el crecimiento ha sido muy lento,en treinta años el s.p
le ha ido comiendo las bases obreras de la poderosa socialdemocracia,hoy tienen 15 por ciento del total de habitantes.El proximo gobierno en el 2011,será de centro izquierda con el s.p en el gobierno.
Abrazos, Pupi.