Alguien propuso algún tiempo que usáramos los sábados (creo) para no hablar sólo de política. A mí me gustó la idea, pero no pude. Escribiendo algo sobre Judas, no pude evitar la comparación con Cleto. Acá va:
Pasé por todas las etapas. Cinco minutos después del voto, después de cuatro horas seguidas de debate, lo único que quería era que el tipo renuncie antes de salir del Senado. Era ver a Carrió hablando de Dios, a Buzzi llamando compañero a Miguens, y daba tristeza. Solamente me salía -todavía me sale- la palabra traidor. Con un poco más de tranquilidad, horas después, nos fuimos dando cuenta que no había que crear un mártir. Que el Gobierno no podía darle más jugo a los multimedios (mucho menos si es cierto que se va por la ley de Radiodifusión) y la nueva derecha (a la que, incluso, se la estaría dotando de la cara visible lavada que le falta). Que, decía Mendieta, con Cobos adentro después de esto, va a ser difícil que se sigan escuchando las gansadas de autoritarismo-fascismo para calificar al Gobierno. No conozco fascismos donde el vice vote en contra de su Ejecutivo. Más: no conozco gobiernos así.
Judas es mi apóstol preferido porque representa el altruismo, el sacrificio por una idea: Judas fue el más cristiano de los apóstoles, el más convencido, y en ese convencimiento enfermo comprendió la necesidad de convertir a su dios en un mártir. Para que existan los mártires deben existir los traidores, porque, sí, Jesús hubiera sido encontrado y muerto de todos modos, pero entonces la Historia no hubiera tenido la moraleja que tuvo. La responsabilidad hubiese recaído sobre los romanos, y la culpabilidad sobre un todo siempre se disuelve (por eso es tan inútil la idea de que todo lo que pasa es un problema de la sociedad entera). Entonces Judas decidió encarnar la traición él mismo, hacerla figura viviente, representarla. Dio su vida y su reputación para que otros entiendan que alguien mató a Jesús, pero que ese acto era la Humanidad entera. Lo de Judas no fue un mensaje religioso -y por eso me atrae- sino moral: Judas es la representación de la Humildad llevada al extremo, el sacrificio de la vida propia en aras de lo que, supuso, era mejorar la Humanidad entera.
En la tribuna, en la sobre mesa, en el bar, sostengo que Cobos es un traidor. Y tengo con qué. Nadie votó las convicciones de Cobos, ni su carácter de «hombre de familia» (¿?). Está ahí en representación del Ejecutivo y no cumplió su rol institucional. También, coincido con la idea de que la política es una cuestión de formas. Que, si Borocotó hubiese esperado unos meses, hubiese desparramado unas cuasi-lágrimas y hubiese apelado a la dificultad de dicha decisión, hoy «borocotear» no sería un verbo, y el tipo sería un legislador más que se pasó de un partido a otro. Sin tanta indignación, y hasta con aplausos, como los que recibió Don Julio.
Ahora hay una nueva versión dando vueltas, que no me convence, pero que me gusta como fantasía literaria casi. Dicen por ahí -repito: no juzgo la idea, no la acepto ni la descarto, la uso para jugar un rato, para sacarme el gusto a bronca que me quedó -que Cobos jugó para el Gobierno, que sacó un problema de encima de un modo tal que no repercutiera en la autoridad de Cristina. Hay una trampa por detrás de la idea: el falso supuesto de que el Gobierno sabía que la 125 era inaprobable, pero que no podía tirarse para atrás sin perder el capital político que había apostado durante cuatro meses. La versión, de todas maneras, hace agua por todos lados. Primero, que no se puede calcular y fingir semejante empate. Segundo, encuentro otras maneras menos dramáticas de ir para atrás sin que quede tan feo. Y, tercero, a diferencia de Judas, se sabía que Cobos iba a ser considerado traidor por una parte, pero enarbolado como líder por otra en crecimiento.
Hace un par de años encontraron el Evangelio de Judas. La idea central del manuscrito es una reivindicación de Judas, al estilo de un ensayo de Borges («Tres versiones de Judas»): Judas, en realidad, cumplió los deseos de Jesús. El Mesías necesitaba que alguien lo entregue para ser más Mesías, para que quede claro que él no estaba para éstas cosas tan mundanas, terrenales. El Viejo Testamento era poco claro: había que reafirmar la idea de que todos somos pecadores, y Tata Dios mandó a su Hijo a que lo matemos. Pasaron 33 años y nadie se hizo cargo, hasta que vino Judas y cumplió el Plan de Culpabilización Divino. Ahora sí quedaba clarito que era necesario construir Iglesias y sentirnos mal desde el día uno. Ser bueno no alcanzaba porque, quieras o no, todos habíamos sido un poco de Judas («Todos somos Judas» dirían los panfletos en las 4X4 de la época).
No hubiese estado mal una jugada así. Como estrategia política, Maquiavelo puro, hubiese sido intachable. Incluso, más viable que la de Jesús. Porque, en todo caso, para Judas no hubo, jamás, un desagravio. Judas no tuvo ni tiempo para decir que actuó con el corazón, con sus convicciones, que era un hombre de familia. Para Judas sí fue el día más difícil de su vida, y horas después lo demostró, terminándolo. Judas no es Cobos. La traición de Judas tenía un propósito más amplio, de encarnación de La Traición. Y para reforzar la idea, Judas se suicidó fingiendo una culpabilidad que, en realidad, no le correspondía.
Cobos, al segundo de traicionar, salió a festejar y a capitalizar políticamente la traición. Judas, en cambio, se llamó al silencio eterno para que no se descubriera la verdadera maniobra política. Judas, en el fondo, era un orgánico del cristianismo.
Interesantísimo Tomás, disfruté tu análisis y versación sobre el tema. La figura de Cobos en esos instantes de dramatismo impresionante va a ser por mucho tiempo, para quienes observamos la vida, además de vivirla, uno de esos personajes mìticos que provocarán una y otra vez reflexiòn y anàlisis. Una cosa es desde el punto de vista polìtico, otra es desde el sociológico y sicológico.
Recuerdo esos minutos como si hubiera visto una puesta en escena de un drama de Shakespeare. Me impresionó tremendamente lo que dice Picheto antes de que Cobos dijera su «mi voto no es positivo». El jefe de la bancada oficialista, sabiendo que Cobos iba a votar contra el Gobierno, le dice las palabras que Jesùs le dijo a Judas instándolo a la traición: Lo que haya que hacer hagásmolo rápido.
Pocas veces se ve una escena de la vida real armada por el destino con la profundidad de un clásico de teatro griego.
Gracias Tomás.
Bueno.Calmemosnos un poco y a disfrutar. Subir el volumen que la alegria no es sólo brasilera.
http://www.cristinacobosyvos.com.ar/menu.html
Eva: gracias por lo que decís. A mí también me pareció muy dramática toda la situación, las cuatro de la mañana, el tipo que define, la apelación a la Biblia. Igual lo que escribí no es un gran análisis, es casi un desagravio al bueno de Judas que en esta no tuvo nada que ver. Gracias por el comentario!
Lito: tranquilos estamos todos (aunque no sé si podríamos decir lo mismo si la cosa hubiese sido al revés). Una joyita lo que encontraste.
Tomás: es un post extraordinario el que pusiste.
El personaje del cuento de Borges que citás, Tres versiones de Judas, llamado Nils Runeberg, es un teólogo, que insinúa la idea de que, en realidad, Judas era el hijo de Dios, y no Jesús (Judas era Dios hecho carne).
Como bien decís, Judas, sometido al escarnio por los siglos de los siglos, no se parece en nada a este señor, que decidió salir de gira para sentir el amor del público.
Un abrazo.
Gracias por el dato, no tengo el libro de Borges acá (sigo en Olavarría) y no lo pude consultar, pero lo recuerdo porque me parece un gran ensayo. Pero no sabía la idea de Judas como hijo de Dios, muy significativa. Gracias!
Tomás: te paso un link al cuento de Borges.
Un abrazo
http://www.literatura.us/borges/tres.html
mira te digo loco que en holiwud no lo hubieran hecho mejor ,con mi señora nos pusimos tan nerviosos que nos dolia el estomago nos descompusimos y despues no pudimos dormir,al otro dia estubimos con retorcijones todo el dia,yo no fui a laburar,de los nervios me agarro taquicardia y me subio la presion,la esena final con el cleto que parecia dudar,y no queria pronunciarse ,te digo final de pelicula,es como con las torres gemelas la realidad copiando al cine,igual no todo esta perdido compañeros VIVA PERON KARAJO
Ya leí en otra parte esa versión: Cleto estaba arreglado con Cristina (algunos dicen que también con Buzzi) para de ese modo evitar un conflicto interminable, cosa que habría ocurrido -y es posible- si el gobierno terminaba ganando por un voto, o por desempate. Suena interesante, pero, conociendo a quiénes son los jugadores en este partido, no puedo creerlo.
Si me tocara asesorar a la presidenta, le diría que lo deje en el cargo, de tocador de campanita. Les conviene a todos (salvo que haya un magnicidio y el pelotudo este quede de presidente, toco madera, ¿alguien se acuerda de la presidencia de Guido?). Pero, con el carácter de CFK y su marido, me parece difícil.
Mariano: gracias por el link, ahora lo reviso.
Hombre suburbano: sí, fue increíble. Cuando pasen los años, la anécdota de sobremesa va a ser en dónde estabas cuando votó Cobos. Fué difícil dormir después de eso.
Balvanera: analizando fríamente hoy, me parece que está bien que se quede, la propia ingeniera institucional no le deja demasiados lugares como para que el tipo vuelva a tomar trascendencia. No hace falta enfriarse, los vicepresidentes se enfrían solos.
Gracias a todos por comentar.
Tomás, yo soy una de las que cree que Cleto jugó para el gobierno. Pst, en realidad no se si lo creo me parece mas bien una explicación probable, una hipótesis, nada mas. Hay cosas que no me cierran ni de un lado ni del otro. Si el Cleto es verdaderamente un traidor, me queda picando el abrazo de Buzzi con Rossi y de la rápida firma de la derogación. No se la esperaban ni los del campo. Si Cleto jugó para el gobierno, me queda también el cabo suelto del discurso de Cristina hablando de los traidores. Por eso, me gustaría que profundices. Hablaste mucho de Judas pero poco del Cleto, por eso me gustaría que ahondes en las razones del punto 2), es decir, cuáles eran las otras salidas menos dramáticas para volver para atrás sin claudicar. No sé sino puede arreglarse lo del empate, aunque me pareció bastante sincero el fervor de Picheto y también el cagazo del Cleto. Eso sí que no se puede disimular. A no ser que Picheto no supiera de la jugada, cosa que dudo. Espero el nuevo post.
Será cuestión de ponerse a pensar en eso. A mí la estrategia del arreglo me parece irrealizable -además, ni una sola filtración a la prensa no me parece probable. De todas formas, este post era para jugar un poco con esa hipótesis y la figura de Judas que siempre me gustó. Pero no descarto la hipótesis como tal. De hecho, creo que reformándola, sacándole el componente conspirativo, suponiendo por ejemplo que el Gobierno sabía del voto de Cobos y de la imposibilidad de revertir los números en la Cámara, quizás tomó la decisión de dejar de dar la pelea…
Disculpen, pero tengo que prender el fuego, feliz día del amigo!