Hace poco recibí un mail donde destacaban las bondades de Suiza en cuanto a su crecimiento económico, a su crecimiento social, a la estabilidad que vive y que trasmite. El título era la diferencia entre países pobres y ricos no es la edad del país. El mensaje me mueve a analizar nuestra realidad como país emergente en pos de una vuelta de hoja al crecimiento, a la seguridad, entre otras cosas.
Es cierto que la diferencia no es la edad del país, aunque muchos sostienen que los integrantes del grupo de los 8 o países casi desarrollados llevan años de práctica y por conclusión llegan al crecimiento. Esto puede ser demostrado con países como India y Egipto que tienen más de 2000 años y son pobres; por otra lado Canadá, Australia y Nueva Zelanda que hace 150 años eran inexpresivos, hoy son países desarrollados y ricos. La diferencia entre países pobres y ricos tampoco reside en los recursos naturales disponibles.
Japón posee un territorio limitado, 80% montañoso, inadecuado para la agricultura y la cría de ganado, pero es la segunda economía mundial. Japón es como una inmensa fábrica flotante, importando materia prima de todo el mundo y exportando productos manufacturados.
Otro ejemplo es Suiza, que no cosecha cacao, pero tiene el mejor chocolate del mundo; en su pequeño territorio cría animales y cultiva el suelo durante apenas cuatro meses al año, no obstante fabrica lácteos de la mejor calidad. Es un país pequeño que da imagen de seguridad, orden y trabajo por lo que se transformó en la caja fuerte del mundo. Ejecutivos de países ricos que se relacionan con sus pares de países pobres, muestran que no hay diferencia intelectual significativa. La raza o el color de la piel, tampoco son importantes: inmigrantes rotulados de peligrosos en sus países de origen son la fuerza productiva de países ricos europeos.
¿Cuál es entonces la diferencia? Está en el nivel de conciencia del pueblo, de su espíritu. La evolución de la conciencia debe constituirse en el objetivo mayor del estado en todos sus niveles de poder. Bienes y servicios son apenas medios. La educación (para la vida) y la cultura a lo largo de los años, debe plasmar conciencia colectiva estructurada en valores eternos de la sociedad: moralidad, espiritualidad y ética.
En síntesis, transformemos la conciencia de los latinoamericanos, de los argentinos, de los santafesinos. El proceso debe tener inicio en las comunidades donde vive y convive el ciudadano; comunidades cuando organizadas políticamente (asociaciones, instituciones intermedias, ONGs) se tornan en micro-estados. Las transformaciones deseadas por la nación para el estado serán realizadas en ese micro-estado y así confirmar la física cuántica.
Al analizar la conducta de las personas en los países ricos y desarrollados, constatamos que la gran mayoría adoptando el paradigma cuántico, prevaleciendo el espíritu sobre la materia, adoptan los siguientes principios de vida: 1) La ética como principio básico, 2) Integridad, 3) Responsabilidad, 4) Respeto por las leyes y los reglamentos, 5) Respeto por los derechos de los demás ciudadanos, 6) Amor al trabajo, 7) Esfuerzo por la inversión, 8) Deseos de superación y 9) Puntualidad
Dice el ex – presidente Alfonsín en su artículo El fortalecimiento de la acción política «Tenemos la necesidad de revalorizar y estimular la política para fortalecer una democracia republicana con justicia social, sobre la base de tres líneas argumentales: la primera concierne al equilibrio institucional de la democracia; la segunda concierne al convencimiento de que la estructura portadora de nuestra democracia es una buena relación entre gobierno y oposición y la tercera, en consecuencias, concierne a la reunificación cultural e intelectual de la política.»
La preocupación de todos debe ser para la sociedad la causa, y no apenas con la clase política, el triste efecto. Solo así cambiaremos nuestra Argentina. La política no es sólo conflicto sino también construcción. Reflexionemos lo que dijo Martin Luther King “lo que más preocupa no es el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin carácter, de los sin ética, lo que más preocupa es el silencio de los buenos”
Se ve que la mayoría eran muy chiquitos en los 90.
El que impidió que Menem, allá por el 98, impusiera la re-reelcción fue Duhalde. Duhalde se despegó de Menem mucho antes que el Lupo.
Desde la provincia, se puede hacer muy poco por la redistribución, solo se puede hacer asistencialismo, y eso lo hizo Duhalde mucho mejor que nestor.
Y las teorías estúpidas sobre Kosteki y Santillan las conocemos hace mucho. Era un momento muy jodido. Nadie le pidió a Franchiotti que saliera a matar piqueteros. Y no se olviden que Anibal fernandez estaba en esa cadena de mandos.
Si mañana hay un quilombo y mueren otros dos, vas a defenestrar también a Kirchner? Que encima en Santa fe esta armando con reutemann?
El peronismo no es socialismo, es el intento reformista de llegar a la justicia social, eso es los que la mayoría del pueblo banca, no a 4 loquitos que se quieran cortar solos, o al mismo reformismo pero con saco y corbata y con soberbia y desprecio por los únicos que constituyen el nexo con los desposeidos.
Iba a hacer un comentario sobre el tenor cipayo de este texto, sobre todo en lo referido a las nobles virtudes de los ciudadanos suizos,etc. Pero cuano vi que esa lista incluía la puntualidad ya no pude tomarlo en serio.
¿En serio creés que los suizos son éticos, íntegros,etc.?. Son puntuales, lo demás…
Hola Cuidado c.
Muy bueno y meduloso tu post. Voy a agregar mi punto de vista al problema de países pobres y ricos. La condición de país rico se consigue a lo largo de muchos años. Todos son el resultado de producir mucho, variado, comerciar mucho y fundamentalmente de consolidar formas de comportamientos ciudadanos que permitan y no impidan el crecimiento. Pero una vez bien cubierto un primer nivel de buena alimentación y salud, le doy más importancia al desarrollo del conocimiento.
Los elementos deseables creo que son:
-Un pueblo bien consolidado en un capacidad de convivencia mutua y tolerancia elevado
-Gran tendencia a la valoración social del trabajo e iniciativa.
-Gran tendencia a la colaboración y solidaridad.
-Un Estado no usurpado que sea realmente un colaborador del ciudadano.
-Buen uso de sus recursos en organizar todo muy bien sin cuestiones inútiles. Con buena educación y salud.
-Un mercado que funcione bien, con leyes que impidan abusos provengan de cualquier sector.
-Facilidad para que los ciudadanos se ubiquen en la actividad en la que se sientan bien y útiles.
-El dinero como un medio que facilita las cosas y no un fin en si mismo.
-…
Loe elementos indeseables serían:
-Sociedad en permanente conflicto entre sectores.
-Gobierno que toma parte en los conflictos en lugar de procurar los puntos de arriba.
-Poca preocupación por la educación orientada al pensamiento y a la creatividad.
-Intereses orientados a las vanalidades y los vicios.
-Mucha preocupación por el poseer
-…
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Preocupándose por todo esto, la buena distribución viene seguro.
En los ejemplos que das, creo que la diferencia es lo que en inglés se llama ‘The Protestant ethic’, segun la cual somos responsables de nuestros actos y nuestro destino, y tenemos obligaciones hacia nuestra comunidad. En Argentina, y este blog es bastante tipico en ese sentido, dedicamos mucha energia a definir el enemigo, historico o actual, quien tiene la culpa de todo, lo que pasó y lo que pasa. Y siempre es tan poderoso que no podemos hacer mucho para cambiar nada. Pero nuestro mé
yo pense que los piases ricos lo eran simplemente porque nos explotaban a nosotros.
eso me dijeron aca.
Se envió sin terminar. Pero nuestro mérito es la habilidad y la dureza con que definimos y calificamos al enemigo, no lo que se hace para cambiar, porque cambiar es realmente imposible. La definicion del enemigo nos exime de responsabilidad. La historia del tango, alguien llorando sobre la crueldad del mundo.
El comentario de Pepe, que aparecio entre los mios, es buen ejemplo de lo que digo.
Se puede aprender mucho observando las sociedades que han logrado dar ese salto que los posiciona dentro de cierta dinámica en la cual sus ciudadanos logran una conciencia colectiva tal que les permite conciliar los intereses colectivos e individuales de forma natural y poco traumática. Pero de nada sirve observar todas esas peculiaridades si no se pueden contrastar con elementos culturales, históricos y hasta geográficos de nuestro país.
Aún así tal vez se puedan extraer algún “factor común” de todas esas naciones, tan disímiles como la suiza, la australiana o la japonesa; o incluso estas renovadas naciones del sudeste asiático que han logrado cimentar un orden social que les permite ahora poder desarrollarse sin las torpezas y los vaivenes de estas latitudes.
Como bien señala el post, una cuestión central es la conciencia de esos pueblos como tales. Para que una nación pueda crecer en paz, debe en primera instancia querer la paz y luego construir esa paz en la conciencia del pueblo. Para que una nación logre la unidad necesaria para alcanzar la sinergia que le dé impulso a su desarrollo, debe desear esa unidad y desarrollar una conciencia de tolerancia y aceptación de los intereses, deseos y realidades del otro. Y así se puede seguir con cada aspecto del contenido de una hipotética conciencia de pueblo.
Basta salir a calle y observar, o simplemente pegarle una leída a este blog para darse cuenta que en esta nación ni siquiera hay interés en lograr estas pautas colectivas. No hay interés porque no se comprende lo importante que son; o no hay interés porque resulta más divertida la guerra que la paz (ojo, a ver si terminamos siendo “grises”, que feo…); o no hay interés porque algún héroe de la infancia instigó este destino; o no hay interés por simple fetiche. Cualquiera que sea la razón, el espíritu nacional, dominado por su pulsión de muerte, insiste neciamente en sabotear su unidad para luego jactarse del logro. Con aplausos de fondo. Y posterior condena histórica, claro está.
En este sentido nuestra conciencia de pueblo parece una conciencia adolecente. Un adolecente que se niega a crecer. Reivindica lo dionisíaco de su existencia y sólo habla de los ideales que alguna vez aprendió, pero que por el momento no hace nada por alcanzarlos. Y no lo hará en tanto su interés esté más orientado a saciar su fálico anhelo de poseer y dominar, de abatir y celebrar, con jactancia y desprecio hacia su semejante, que en última instancia, quiere lo mismo que él, pero sin haber logrado su cometido.
Así, el argentino en tanto individuo que pulula por el mundo, es una cosa hermosa. Es una poesía que seduce e invita a gente de otras naciones a conocer este país. Pero cuando el mismo ciudadano retorna a su patria y vuelve a ser encapsulado por esta conciencia de pueblo, se vuelve algo por completo diferente, una simple pieza de este engranaje social vicioso que reivindica nuestra bien ganada fama de tramposos y charlatanes.
El día que la charlatanería deje de engañarnos, seguro sea esa la señal de que hemos dejado atrás esta tardía adolescencia que nos tiene estancados.
La diferencia está en la cultura y los estandars morales que arraigan en ella (en esos países no se naturaliza la «viveza» ni se aplaude a los tramposos).
Cómo hacer para cambiar la cultura de un pueblo? Se puede? Si quienes tienen más recursos de poder para impulsar cambios sociales y culturales son justamennte los que más se benefician de este estado de cosas, no creo.
Es raro que no hayan mencionado el sistema político suizo, que está a las antípodas del nuestro: es un sistema de democracia semidirecta que funciona en base a consensos con un pueblo politicamente educado, con alta participación y partidos políticos que tienden a la cooperación (el extremo opuesto de lo que tenemos en nuestro país).
Un ejemplo: http://www.swissinfo.ch/spa/busca/swissinfo.html?siteSect=881&sid=7791356
La puntualidad es una virtud cívica que se basa en el RESPETO al tiempo del prójimo. Es común en todos los países del Norte de Europa. En las reuniones de mandatarios internacionales los que siempre llegan tarde a la foto son los maleducados del Tercer mundo (como Cristina)acostumbrados a cagarse en el tiempo y la vida ajenas.
Reportaje a Antonio Hodgers, diputado suizo de origen argentino del Partido Verde (nada kirchnerista, por cierto):
“En Suiza no se habla sólo de política cada cuatro años. Se habla de política cada 3 ó 4 meses, se vota 3 ó 4 domingos por año.”
Entrevista: Lic. Antonio Hodgers: Diputado en el Parlamento Suizo por el Partido Verde (32 años)
– Legislador cantonal más joven de Ginebra
– Licenciado en Relaciones Internacionales
– Residente en Suiza desde 1981
MHG: ¿Nos puede contar brevemente su historia?
AH: Llegué a Suiza a los seis años con mi mamá y mi hermana como refugiados políticos, porque mi papá fue desaparecido en 1976 y por lo tanto mi mamá se refugió, como tantos argentinos, por el mundo. Poco a poco nos integramos a Suiza, no del todo, me interesé en la política. Empecé a trabajar en mi comuna, con temas locales. Yo vivía en las afueras de Ginebra y no había transporte de noche, a partir de las 12 de la noche no había más buses. Nos movilizamos con muchos jóvenes y logramos que el municipio ponga transporte nocturno. Este fue mi primer acto ciudadano más que político, que me llevó a lo que hoy soy, parlamentario por el cantón de Ginebra.
MHG: Fue su primera conquista…
AH: Exactamente. Luego fui trabajando sobre temas inmigratorios. En Ginebra el 40% de los habitantes son extranjeros. Además se agrega gente como yo que siendo argentino me naturalicé suizo, con lo cual me cuentan como suizo, pero en realidad yo soy ciento por ciento argentino. Ginebra es un planeta reducido en una ciudad, hay gente de todas las nacionalidades y de todos los orígenes. Luché para que los extranjeros pudieran participar en la vida política, me llevó diez años, pero logré que los extranjeros puedan tener derecho de voto a nivel municipal.
MHG: El extranjero para poder votar en el ámbito municipal ¿debe acreditar tener la ciudadanía y trabajar allí?
AH: En Suiza el tema de la ciudadanía es muy diferente de lo que pasa en Argentina. Suiza tiene una tradición de ciudadanía que se basa en el derecho de sangre, y no sobre el derecho de suelo como en Argentina en donde si uno nace allí enseguida obtiene la ciudadanía. Aquí hay personas que nacieron y vivieron en Suiza, y que sus padres nacieron y vivieron en Suiza, pero que aún no tienen la ciudadanía suiza, porque sus orígenes fueron inmigrantes. Solicitar la ciudadanía es un trámite de mucho tiempo, cuesta dinero, en mi caso particular lo hicimos pero hay mucha gente que no puede hacerlo. Ante esto nuestra propuesta fue que quien viviera en Suiza y que acredite ocho años de residencia, pueda votar a nivel municipal.
MHG: ¿Cómo se estructura la democracia suiza?
AH: la democracia suiza es muy particular. Es casi única en el mundo. Es una democracia semi-directa. Tiene un Parlamento Nacional del cual yo formo parte, a nivel regional están los cantones; pero el pueblo en cada instante puede bloquear una ley que no le gusta. Cualquier ciudadano recolecta firmas, tiene 40 días para juntar 50 mil firmas a nivel nacional. Al lograr las 50 mil firmas, las presenta al gobierno, quien dispone que se suspenda la ley y el pueblo la va a votar. Luego se organizan votaciones por sí o por no. Si gana el no, la ley no entra. También puede darse lo contrario, supongamos como en el caso de Argentina donde mucha gente pidió que no se pueda fumar en lugares públicos, el Parlamento suizo no votó ninguna ley al respecto, pero los ciudadanos juntando el doble de firmas, o sea 100 mil, una vez reunidas, el gobierno se ve obligado a hacer votar al pueblo sobre la propuesta. El resultado es que cada tres meses los suizos votan sobre 7 u 8 temas. En realidad, los suizos están todo el tiempo votando…
MHG: Es una vida altamente politizada…
AH: En Suiza no se habla sólo de política cada cuatro años, Se habla de política cada 3 ó 4 meses, se vota 3 ó 4 domingos por año. Esto es lo interesante. El voto no es obligatorio, cuando hay temas que no son interesantes la gente no se desplaza. Pero, por ejemplo, cuando se votó el ingreso de Suiza a la Unión Europea, la gente se movió mucho más. Además la ventaja es que se vota por correo. Ahora nos estamos organizando para hacerlo por Internet.
MHG: ¿Cómo se estructura el máximo nivel de gobierno, lo que es en Argentina el Poder Ejecutivo?
AH: Esto es también muy particular. Como todo país democrático, Suiza tienen un Poder Legislativo y un Poder Ejecutivo. En Suiza el Ejecutivo es elegido por el Parlamento, son siete ministros, y cada ministro cada año asume el rol de presidente. O sea que en realidad el presidente suizo no tiene poder real, es un poder simbólico. El que decide es el colegio de siete personas. Por ejemplo el año pasado la presidenta fue socialista, actualmente el colegio de siete está compuesto por 5 representantes de la derecha y dos de la izquierda, o sea 2 veces en los siete años asume el gobierno un representante socialista, aunque la mayoría sea de derecha. El presidente no tiene un poder decisión total, es parte del colegio, lo representa. Este gobierno debe funcionar con consenso, encontrar un punto que convenga más o menos a todos, pero no siempre es posible…
MHG: Durante la gestión del ex presidente Kirchner, nunca hubo reunión de gabinete. No sé que sucederá con su sucesora, su esposa, Cristina de Kirchner. Esto en Suiza es impensable.
AH: No solo es impensable, es contrario a la Constitución. El gobierno son los siete ministros y los siete ministros juntos deciden sobre las cuestiones importantes. Luego cada uno tiene su competencia particular, pero en la competencia gobierno la asumen colectivamente los siete consejeros federales, así se llaman, con un equilibrio complicado en donde está la mayoría y la minoría.
MHG: Cuando se piensa en Suiza, se lo hace como un país modelo, con una economía consolidada, aunque según algunos analistas pareciera que a este país “le llegó el mundo”
AH: Esa es una linda expresión… yo la uso, Pienso que a Suiza le fue bien en el siglo XX, en un mundo bipolar en donde estaban los países “capitalistas” y del otro lado los países “comunistas”, Suiza era ese lugar neutral, donde estaban los bancos, donde se hacían las negociaciones, es como que Suiza vivió el siglo XX afuera del mundo. Pero ahora con este mundo multipolar, con la globalización, el mundo no necesita a una Suiza tan particular. La Suiza se está “normalizando”. Hay más desempleo que antes, las relaciones de trabajo son más tensas entre las empresas multinacionales que exigen más de sus empleados. Se habla mucho de los bancos suizos, pero a la banca suiza no le importa un pito de la gente suiza. Ellos son un conjunto de gente que tienen un montón de dinero que hoy están en Suiza, mañana están en Alemania Hoy en día el ciudadano suizo se siente mucho más frágil. Eso explica en gran parte el voto a un partido de extrema derecha conservador…
MHG. Usted es parlamentario en Suiza por el Partido Verde. Hoy ¿Cuál es la identidad de dicho partido?
AH: El partido verde es un partido nuevo, hay muchos jóvenes. Representa para mí una alternativa al sistema capitalista que oprime a la gente, que crea problemas ecológicos. Pero que a su vez acepta la economía de mercado, o sea la responsabilidad individual de los ciudadanos para formar un Estado solidario pero que de lugar a la autonomía individual, sobre todo que sea respetuoso del medio ambiente. Es una ideología nueva que trata de equilibrarse entre el socialismo tradicional y el capitalismo tradicional.
MHG: ¿Cómo definirías las ideologías? ¿Podemos identificar partidos de derecha, de centro de izquierda?
AH: Hoy no podemos leer la política como de extrema derecha o de extrema izquierda, como algo bidimensional. Hay varias dimensiones. Por ejemplo, yo represento al Partido Verde por el cantón de Ginebra, pero trabajé un tiempo con el presidente del Partido Radical, que es un partido de centro-derecha en Suiza. Fue algo inédito. El presidente de ese partido tiene mi misma edad, empezamos a trabajar sobre temas generacionales, modernos, por ejemplo el lugar de la mujer no es un tema de izquierda o derecha, es más de antigua generación contra nueva. Los temas ecológicos, el medio ambiente, interesan tanto a la derecha y a la izquierda. Sobre temas ecológicos a veces me llevo mejor con jóvenes de derecha que con aliados de izquierda o de extrema izquierda que tienen una visión que cualquier trabajador puede tener su auto y consumir todo lo que quiera sin importar el medio ambiente. Hoy en día hay que ver las cosas desde un punto de vista multidimensional con alianzas de valores. Los Verdes estamos identificados con la izquierda, con la solidaridad, la sociedad, esos valores quedan; pero la forma de ponerla en acción no es siempre pasando por el esquema de un Estado fuerte, de un Estado que está en todos los temas de la sociedad, sino también basado en la responsabilidad de cada uno.
MHG: ¿Sus pares lo aceptaron? Si bien usted es suizo, como bien dijo es argentino de nacimiento, con papá y mamá argentinos…
AH: En Ginebra hay muchos extranjeros. En el Parlamento hay 2 españoles, 1 francés, un italiano. Como argentino, además tengo rasgos europeos, soy rubio… En el Parlamento Suizo ingresó al mismo tiempo que yo, un diputado negro oriundo de Angola, quien también llegó como refugiado político. Una sola vez me ocurrió que un diputado de extrema derecha me dijera ¡volvete a tu país!. Le expliqué que Suiza era tanto mía como suya, y que finalmente los países son de la gente que los hace, y no sólo de los que nacen o viven allí.
MHG: A propósito de Argentina, en general, ¿cómo se ve desde Europa? ¿Se sabe algo de nuestro país?
AH: Se siguió mucho la crisis del 2001-2002. En Suiza hubieron marchas en contra de los bancos suizos, ya que algunos estuvieron comprometidos con la crisis argentina. Se siguieron las elecciones presidenciales con la elección de la actual presidente argentina. De vez en cuando aparecen artículos periodísticos sobre argentinos de origen suizo que están viviendo en Argentina., que son muchos.
MHG: Y en su caso particular, con un padre desaparecido ¿Cómo analiza la gestión del gobierno del ex presidente Kirchner y el de la actual presidenta, en ese aspecto?
AH: sigo mucho más estos temas relacionados con la justicia, las leyes de obediencia debida y punto final. Yo sigo mucho los temas de derechos humanos. De eso se habla acá, pero ahora, muy poco…
MHG: Su papá debe haber tenido al momento de desaparecer, su misma edad…
AH: Exactamente la misma edad…
MHG: Si puede despojarse de tu ser-hijo ¿como analiza aquella etapa de Argentina?
AH: Esa generación fue muy particular. El compromiso político que tuvieron, al contrario de mi en donde yo puedo actuar sin riesgo para mi vida, ellos arriesgaban su vida. En el caso de mi viejo fue real ese riesgo. En esa etapa el compromiso de esa generación fue total, la vida o la muerte. Eso me da una doble sensación: mucho respeto por un lado y a veces me cuesta entender algo tan fuerte e importante.
http://www.clarin.com/diario/2008/01/07/conexiones/t-01577902.htm
No sólo el post sino varios comentarios me han conmovido hasta las lágrimas. Ver por ejemplo que los suizos, como los europeos en general, adoptan el ius sanguis, esa tendencia que evita todo racismo; los que ponen como ejemplo de nuestra inferioridad al tango. Me cuesta entender que tengamos problemas contando con gente tan instruida, tan sagaz y aguda y cómo hasta hoy ha fracasado la preceptiva sarmientina acerca de exterminar a los nacidos aquí. ¿Será que el proceso militar se quedó corto?.
Siento un profundo dolor y compasión por los comentaristas de nuestros males que deben vivir aquí, un país tan incivilizado,tan alejado de la ética anglosajona, que es «una merienda de negros» como dijo el lúcido Lavalle.
¿Tiene chances un país cuyos cuyos habitantes lo desprecian y se autodenigran?
Sí, la única forma de mejorar es ser autocríticos, la autoindulgencia es reaccionaria. Además es bueno ser humildes y reconocer lo que hacen bien los demás (aunque es cierto que la humildad no es una virtud de la engreida y fanfarrona clase media argentina).
No sé como es en Japón, pero en Suiza funcionan ambos criterios para la obtención de la ciudadanía (jus sanguini y jus soli).
Nadie habló de razas, sino de culturas que generan cierto tipo de comportamiento cívico que redunda en el bien común. Justamente Suiza es el país que tiene la mayor cantidad de inmigrantes de Europa y éstos se suelen integrar bien a esa cultura independientemente del color de sus pieles o lugares de nacimiento.
A mí me dan pena los conformistas que creen que una sociedad es producto de la fatalidad.
A mi me dan pena los que siempre están buscando que país imitar, inventándole virtudes que no tienen. Ahora resulta que los suizos son generosos, más que inmigrantes reciben los dineros mal habidos de todas las mafias del mundo. Pronto descubriremos que producen jugo de naranjas.
En cuanto al racismo, cara Laura, no te hagas la suiza, no mires para otro lado, los suizos son racistas.
“En Suiza no se habla sólo de política cada cuatro años. Se habla de política cada 3 ó 4 meses, se vota 3 ó 4 domingos por año.”
y te falto : se recibe, en ese paraiso(fiscal), el dinero sucio del resto del mundo todos los dias.
Realmente es increible que a esta altura del partido se siga queriendo ser un emulo europeo en america. Realmente que buen trabajo que hizo Sarmiento.. ahi estan los hijos de la patria.
Juan, me refiero al sistema político suizo, a la cultura cívica que genera ciertos comportamientos de compromiso con lo publico, etc. (de eso se trataba el post inicial) y tu respuesta (o chicana) son boludeces como los mitos sobre la banca o el racismo. Si no te interesa el tema (la relación cultura/sistema político/valores sociales), no intervengas para decir cualquier pelotudez sin sentido que te contó Hollywood.
Viajá un poco y después hablamos.
Muy valiosos aporte Laura. Gracias.
Como baile y como música el tango es espectacular. Las letras son, en el 99% de los casos, sobre alguien a quien alguien malisimo le hizo algo terrible que no puede superar, y llora solo/sola en una pieza. Mas o menos la explicación política de Latinoamerica y Argentina según los superavispados de este blog, que por lo visto te incluyen, Juan. Que suerte entender todo y poder despreciar lo que uno es incapaz de lograr.
Querida viajera Laura: ¿como se dice pelotudez en suizo?. Esa es la cultura que tenés. Sos tan burra que pretendés cambiar la cultura del pueblo arentino, como quisieron Sarmiento, Alberdi, Isaac Rojas,etc. Parece que ignorás que si a un pueblo le quitan su cultura, desaparece.
En cuanto a Lagos ¿no te das cuenta que repetís lamentables lugares comunes con el empaque del tipo culto, que cree que piensa y que ni siquiera eniende a su pueblo?
Juan, por favor aclarame tu origen étnico. Si no sos 100% indígena (sería raro que alguien de semejante pureza racial en Argentina tenga acceso a la Internet, y se exprese en clichés de psicoanalizado setentista enamorado de las simplezas de Eduardo Galeano), te agradeceria me expliques la diferencia entre tu/mi pueblo, que aparentemente vos entendés pero yo no.
«Viajá un poco y después hablamos» (Laura 12.30 a.m.).
¿¿¿¿Viajá un poco y después hablamos???
Ya saben, por favor atiendan todos, entiéndanlo bien, si no tienen plata para conocer Europa, NO OPINEN.
Estos comentarios están limitados a aquellos que hayan pasado por lo menos dos años de sus vidas allá y conozcan no menos de 6 o 7 paises europeos.
Es más, no creo que tenga sentido seguir charlando estas cosas en el blog, para los que tengan el tiempo y el dinero, la reunión es mañana en Berna, a las 15 hora de Suiza, no sean impuntuales que eso no queda bien.
Estimado Guillermo Lagos: hay en algún lugar de Suiza un relieve en la pared que llaman «el León herido».La escena representa un grupo de soldados atravesados por flechas y muribundos. Eran suizos que al no tener trabajo se hicieron soldados mercenarios y constituían una guardia del rey de Francia. Murieron defendiendo al que les pagaba.
Tragicómico y lamentable, pero los suizos lo reivindican. Nosotros tenemos mejores cosas que reivindicar y de lo que se trata, creo, es de eso, de asumir lo propio no porque sea lo mejor sino porque es lo que nos tocó; corrigiéndo los errores, por supuesto, pero desde nosotros y no desde una mirada ajena. Borges se quejaba de que su destino era la lengua española;pero no la rechazó y con ella logró maravillas. Además de Galeano a veces leo a Juan Gelman, que alguna vez se refirió a esa «secreta intimidad llamada pueblo»; pertenecemos a ella y hay que asumirlo. El que no puede, tiene todo el orbe para emigrar.
no seeee
Estimado Juan, conozco poco de Suiza. No aclarás en que período pasó el incidente de los suizos al servicio del rey de Francia. Sospecho que estás cometiendo el mismo error que cometés al juzgar a Sarmiento, que es aplicar tus valores y tus creencias del siglo XXI a gente del siglo XV. El concepto de ‘patriotismo’ como lealtad al estado/nación es posterior al siglo XVII, hasta entonces la lealtad era al señor feudal, rey, etc, cuya nacionalidad era menos importante que el pacto de lealtad o contrato de servicio existente. A vos te parece tragicómico o lamentable, a ellos no. Ellos vivieron sus vidas, no vos. La diferencia entre vos y los suizos es que los suizos, si les hacen monumento, tienen la amplitud de criterio de reconocer que, en los terminos de la epoca en que vivieron esos mercenarios, que no era una ocupacion innoble entonces, su lealtad fue digna de reconocimiento. Como mucho de lo que hizo Sarmiento fue admirable para su epoca (y hoy tambien), y lo que no es admirable hoy no era abominable para los valores predominantes del siglo XIX.
En cuanto a miradas propias y ajenas, los errores no vienen porque los valores sean ‘propios’ o ajenos (el Renacimiento no hizo malas cosas inspirandose en los valores de la epoca clásica, ningun turista viene a Buenos Aires a admirar los edificios hechos de 1950 en adelante, vienen a ver lo que se hizo inspirandose en el pasado europeo,y si alguna vez te hacen cirugía es bastante posible que la tecnica usada haya sido inventada en otro país), vienen de que valores que vale la pena adoptar son aplicados por gente que los usa mal. Y esto aplica tanto para nacionalistas como no-nacionalistas. Y usás ‘pueblo’ en la forma peronista que considero excluyente y racista. Para mí,‘Pueblo’ es la comunidad de todos los argentinos, de Amalita Fortabat a los despojados del Norte. El peronismo no habla por ‘el pueblo’, habla por quienes lo votan. cosas nuestras que son distintas y tan buenas como otras, y valores compartidos con otras culturas. Admirar cosas de los suizos (pais en que no todo es admirable ni mucho menos) no significa despreciar lo que es respectable o admirable en Argentina. Pero por ejemplo asumir que el rock argentino es tan bueno como el anglosajón porque es argentino sería ridículo. Admirar a Radiohead mas que SodaStereo no es una traicion al espiritu nacional.
Sergio, Pepe, Juan: hay un lamentable error de información o de perspectiva de parte de ustedes en el hecho de intentar una discusión con Guillermo Lagos. Un poco más de sensatez, señores: deberían ser capaces de reconocer que no es factible tal cosa, por un motivo elemental y básico: Guillermo Lagos siempre tiene razón. Siempre va a encontrar la respuesta adecuada, se diga lo que se diga y no importa qué argumentos se le opongan. Porque, más que tener razón, Guillermo Lagos es la Razón, o al menos su representante en la tierra. O uno de sus representantes, o de los encargados de llevar a cabo la tarea de lograr que la razón reine para el bien general y la tranquilidad pública. Con ese alto fin, Guillermo Lagos se encarga paciente y serenamente de intervenir cada vez que ve la ocasiónen este blog, aventando fantasmas irracionalistas y populistas y esclareciendo nuestros aturdidos espíritus, en tanto otros se encargan de cumplir su apostolado racionalista extirpando factores de irracionalidad y salvajismo por otros medios, más prácticos, inmediatos y materiales, o se preparan para hacerlo, como lo hicieron en otros momentos de nuestra historia.
A modo de ejemplo: Una de las líneas de pensamiento gracias a las cuales los apóstoles de la razón cuyo legado prolongan en la Argentina pensadores como Guillermo Lagos consiguieron en ciertas ocasiones limpiar parte de nuestro suelo de la maleza de la irracionalidad y la barbarie (que así y todo, como mala hierba que es, vuelve a surgir) aparece explicitada por uno de ellos, Domingo F. Sarmiento, en el tomo II de sus Obras Completas:
“Porque es preciso que seamos justos con los españoles; al exterminar a un pueblo salvaje, cuyo territorio iban a ocupar, hacían simplemente los que todos los pueblos civilizados hacen con los salvajes (…) Puede ser muy injusto exterminar salvajes, sofocar civilizaciones nacientes, conquistar pueblos que están en posesión de terreno privilegiado, pero gracias a estas injusticias, la América, en lugar de permanecer abandonada a los salvajes, incapaces de progreso, está ocupada hoy por la raza caucásica, la más perfecta, la más nteligente, la más bella y la más progresiva de las que pueblan la tierra (…) las razas fuertes exterminan a las débiles, los pueblos civilizados suplantan en la posesión de la tierra a los salvajes: esto es providencial y útil, sublime y grande.”
“Sobre todo quisiéramos apartar de toda cuestión social americana a los salvajes, por quienes sentimos, sin poderlo remediar, una invencible repugnancia, y para nosotros, Colocolo, Lautaro y Caupolicán no son más que unos indios asquerosos, a quienes habríamos hecho colgar y mandaríamos a colgar ahora, si reapareciesen en una guerra de los araucanos contra Chile, que nada tiene que ver con esa canalla.”
G.Lagos: adhiero a las palabras del gran pensador Marlon Brando:»Odio el rock and roll».
Prefiero a Bach (que no fue argentino por casualidad)ja,ja,ja.
Demás está decir que concuerdo con Balvanera
Balvanera, habrá que reconocerle a Domingo Faustino que no se andaba con eufemismos a la hora de decir las cosas. Si bien la manera de expresarla suena ahora un tantico zarpada (pero hay que recordar que en esa época los políticos argentinos no habían aprendido todavía los modales europeos), lo que está diciendo es que el modo de producción de los araucanos es incompatible con el capitalismo en expansión. Cuando el capitalismo se encontró con sistemas con los que podía articular lo hizo ya sea mediante el comercio, o mediate la subordinación política colonialista o con relaciones esclavistas o semiesclavistas. Distinto tipo de relaciones que se correspondían con el grado de compatibilidad entre los dos sistemas: el dominante y el subordinado. Y aniquiló a los pueblos con los que no había articulación posible y que resistían la expansión capitalista.
El parrafo citado de Sarmiento es una barbaridad, pero no mucho mas desatada que las imbecilidades histéricas que soltaba Evita cuando entraba en cortocircuito en el balcón, casi cien años más tarde (cuando el discurso de odio racial o de clase ya no tenía la excusa de ser la norma), o algunos comentarios en AP sobre la clase media o sobre no-peronistas a principios del siglo XXI, hechos por gente supuestamente letrada .Incluyendo algunos a quienes la palabra ‘razonable’ les parece un insulto. Puede ser que haya algo en el caracter nacional, ilustre o no, que lleve a hacer discurso de bestia a todo nivel. Pero decir barbaridades no fue lo único notable que hizo Evita – o Sarmiento (a diferencia de algunos comentaristas de AP), y hay que juzgarlos en base a lo bueno y lo malo que hicieron, y cual es el balance..
Con respecto a la maldad del capitalismo en su relación con los pueblos colonizados, me parece que la historia de la expansion humana, desde Babilonia en adelante, los romanos, los bárbaros germánicos, las invasiones dentro de Asia o de Asia hacia Europa, etc, etc, raramente fueron cuentos de hadas con juguetes de regalo para los huerfanitos creados por las batallas. El capitalismo colonial es una etapa más de la historia, ni mejor ni peor que sus predecesores en ese aspecto, y probablemente que sus sucesores. Hubo algunas invasiones que respetaron y alentaron culturas locales, otras – muchas más – las pulverizaron. Los Tutsis y los Hutus, los árabes y las tribus locales en Darfur no se masacran porque Citibank les dice.
¿Ven que Guillermo Lagos siempre tiene razón?
No, Balvanera. No tengo razón. Tengo opiniones, que me parece preferible a tener prejuicios de tercera mano, un quilombo mental de primer orden basado en contradicciones no resueltas, y odiar a cualquiera que no los comparta.
Bueno, una de las cosas que más me gusta de Suiza -aparte del sistema político, la democracia semidirecta, el civismo espontáneo de la gente, el cuidado del medioambiente, el sistema de transporte público (especialmente el ferroviario), los deportes al aire libre, etc.-, es el respeto a la enorme diversidad de las culturas tradicionales locales: no hubo, como en el resto de los países europeos y americanos, un proceso de formación del estado nacional basado en la destrucción o represión de las diferencias culturales regionales (una homogeneización cultural y política «desde arriba»). Al contrario: Suiza funciona como un estado confederado con cuatro lenguas oficiales y una gran diversidad cultural interna. No es perfecto, pero es preferible a nuestro federalismo trucho (Que habrá que aceptar como la impuntualidad, la contaminación, la corruptela política, la cumbia, el estado prebendario, etc. porque son parte de nuestra «cultura» nacional).
Muy graciosa la crítica a los mercenarios del siglo XV, eso demuestra la falta de sutileza y perspicacia para los análisis históricos y culturales de Juan. Lo mismo que critica a los demás. Te faltó añadir que el servicio militar todavía es obligatorio.
JK: gracias a vos.
Sergio: es mejor no opinar sobre lo que no se sabe (o es que el guitarreo también forma parte de nuestra «cultura nacional»?).
Hay relativistas culturales bien dispuestos a justificar cualquier cosa en nombre de la «cultura», pero se les acaba toda capacidad comprensiva cuando se trata de entender las sociedades que rechazan justamente por ser ofensivamente mejores.
Así que hay sociedades «ofensivamente mejores». Salute!
Sin duda, tengo prejuicios de tercera mano, Guillermo, y bien que los reconozco, a diferencia de usted. Y es terrible tener las contradicciones resueltas, es realmente terrible: los nazis las tienen. Yo, por suerte, no.
No odio a cualquiera que no comparta mis ideas o mis opiniones. Odio, sí que odio, cierta manera de situarse ante el otro, sea cual sea la opinión que se tiene, pero no espero que usted lo entienda, porque no le conviene entenderlo. De hecho, no lo escribo para su lectura, sino pensando en que a este comentario pueden leerlo otras personas.
«Ofensivamente mejores». ¿Será una expresión idiomática, una amalgama de las cuatro lenguas suizas?
En fin, cada cual admira lo que puede y cuando es un analfabeto letrado puede poco.
ARTICULO ENGAÑOSO PORQUE NO ANALIZA EL ROBO GLOBAL:
El robo global del capitalismo financiero «hacia el circuito asiático, africano y latinoamericano». Hoy,
la estafa está a la vista. Leer estos artículoa,
coloniza nuestra mente una vez más… Europa fue y
es colonialista y no debe esconderse la verdad con buenos argumentos, hay que profundizar en el
análisis histórico. Chau, gracias.
Buenos Aires, 29 Diciembre-2008
La insinuación de nazismo es una estocada al corazón, Balvanera. Qué ojo para reconocer el meollo de la cuestión sin recurrir a clichés. Es la misma precisión de lenguaje y pensamiento que hace de cada Carta Abierta una joya de relojería verbal. Parada, pero relojería al fin.
Pese a la fatiga que producen tantas zonceras repetidas, quisiera hacer una última aclaración:decir que nuestra cultura es la corrupción -los demás rasgos, la impuntualidad ,la cumbia, la ¿contaminación? son banalidades y constituyen un argumento trivial- es pura mala fe. Que uno defienda la propia cultura no significa que apoye la corrupción, contra la que es necesario luchar. Cuando hablamos de nuestra cultura nos referinos a otras cosas. Que haya quienes las nieguen y desprecien es lamentable y clausuira toda posibilidad de una discusión honesta. Con los gorilas -no sólo políticos, sobretodo sociales y culturales- no hay caso. Son irrecuperables porque, como ya dije ora vez, el gorilismo es una enfermedad senil.
Bueno, es que vos mismo, Juan, apelaste a la «cultura nacional» para defender, por ejemplo, la impuntualidad. Y amparada en ella, aunque sin definir, cuestionaste algunas de las virtudes sociales que son propias de los países del Centro y Norte de Europa.
Hacete cargo de lo que decís.
La puntualidad es deseable porque implica respeto al otro,pero tambien refleja aquello de que»el tiempo es oro»y el perfeccionamiento del reloj mecanico va de la mano con el capitalismo moderno.Fijese en el titulo del tema propuesto:la diferencia entre los paises ricos y los paises pobres(referencia economica),pero terminamos hablando de la diferencia cultural entre los paises que se mencionan:Suiza,Japon,Australia,Europa en general,y nosotros.Entonces¿la cultura depende de la riqueza?¿QUE ES LA CULTURA?’.Que el debate continue y sirva como base de autocritica,aunque no de complejos de inferioridad o de superioridad.
Que lindo, que lindo. Es bueno ver en AP que la derecha (expresada por pepe, G.Lagos) ya tiene resuelto como funciona el Mundo y cuales son los pasos a seguir en la solución de los problemas aregentinos.
Ahora, chicos de la derecha, la pregunta es ¿quiés es su preferido para el 2011?, ¿quién se acerca más al ideal?, ¿Macri, López Murphy, algún otro?. Vayan pensando quien encarna los principios liberales.
Claro que como causa de nuestros problemas no le echemos toda la culpa a los otros…
Como representante del antikirchnerismo en AP, hago saber a los lectores que repudio a todos los suizos que aparecen en este post. En contraste con la mayoría de las opiniones aquí vertidas y la temática centrada en la civilización y la puntualidad, declaro que Guillermo Moreno me cae simpatiquísimo.