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Después de la discusión que tuvo lugar en el programa “678” entre Pablo Marchetti, director de la revista “Barcelona” y varios miembros del plantel del programa de la televisión pública, sobre los significados, lecturas y reflexiones que podía despertar la inusual marcha convocada por un grupo de ciudadanos que son mucho más que espectadores o fan de un faceboock , se me ocurrió compartir con ustedes algunas anotaciones que hace tiempo vengo realizando sobre la experiencia “Barcelona”
En los escritos de Nicolás Casullo ronda la afirmación de la ausencia de la idea de revolución como la condena de la etapa política que nos toca vivir . Ya Michel Foucault había asegurado en los años setenta que transitábamos la desaparición de la idea de revolución y que eso implicaba el fin mismo de la política.
La ausencia de revolución pudo producir un vacío que nos llevara hacia el vértigo de lo nuevo pero siempre debemos luchar contra quienes buscan ponerle un nombre para hacer de esa inquietud que provoca toda revolución, un bálsamo conformista. Ya no es necesario cambiar el mundo sino adaptarse. Se trató de un problema generacional que no necesariamente debe pensarse en términos etarios. Se trató de una cultura de lo juvenil, de una reivindicación de la juventud como ese desenfado que borra el pasado, como la mera expresión de su voluntad que se entrega a la simpleza de decir: No me importa la revolución porque se trata de una carga demasiado pesada. Tenemos la libertad de ser seres comunes, planos, conformistas sin la obligación de ser héroes, podemos dedicarnos a vivir sin épica, ser los hombres y mujeres grises de la democracia. ¿Qué pasaría si los sujetos se declararan seres que sólo quieren permanecer? ¿Qué odiaba Quereas de Calígula? No su poder sanguinario, no el hambre que provocaban sus caprichos sino la capacidad para desnudar la mediocridad de sus vidas. Quereas defendía su derecho a ser mediocre sin que nadie lo inquietara con su anhelo ridículo de querer la luna, de buscar lo imposible.
¿De qué modo, entonces la sociedad busca rellenar ese hueco? Sin ánimo de parecer simplista, me animo a decir que el sarcasmo ha sido el gran consuelo, la tabla de salvación para transitar la nada que, en sí misma, es insoportable. Desde la arbitrariedad más descarada (porque entiendo que la realidad argentina no puede pensarse en términos lógicos) me detengo en la experiencia de la revista “Barcelona” como una expresión conflictiva de ese sarcasmo. Digo conflictiva porque es políticamente correcto proclamar que a uno le gusta Barcelona y de hecho, no sería reprochable ya que en sus páginas y en sus derivaciones radiales y televisivas, se despliega mucha inteligencia. Los barceloneses nos dicen que el periodismo es ficción, que el modo descarado con que ellos juegan la ironía no es muy distinto al que se respira en cualquier redacción de la prensa supuestamente seria. “Leemos Clarín y nos reímos” dicen los ideólogos de Barcelona, dando cuenta del carácter ficcional del “gran diario argentino,” del modo en que muchas de las historias que pueblan sus paginas son una enorme mentira cada vez más evidente, pero también fácil de digerir para buena parte de la población.
Pero Barcelona es algo más. Es el permiso para satirizar , la certeza de que no existe nada sagrado. Hay comicidad en el modo de hablar sobre la desaparición de Julio López como en el modo de presentar las delirantes ideas de Mauricio Macri. Todo pasa por su filosa mirada sin el menor atisbo de piedad. Este camino es inquietante. En su modo satírico aparece la verdad, especialmente en esos momentos donde la realidad misma habla su propio idioma. La impunidad menemista fue, entre otras cosas, una experiencia cultural que eliminó el pudor. Nuestra clase política se anima a decir disparates porque cuenta con la complicidad y la complacencia de los medios y buena parte de la sociedad. La realidad se ha vuelto disparatada y en ese punto, Barcelona da cuenta de esa transformación donde el estilo de un diario como La Nación queda totalmente fuera de época.
Muchas veces he percibido el límite de su estilo. Titulares donde se anunciaba que volvían los ochenta por alguna moda retro y por la hiperinflación, me molestaron profundamente. En primer lugar porque se trataba de una gran mentira, una de esas mentiras que podrían estar en boca de Marcelo Bonelli. Hacer fatalismo como un modo de decir: somos más vivos si vemos sólo el lado malo, si nos reímos de todo y demostramos que somos los más inteligentes porque no creemos en nada, eso no es vanguardia, es obediencia a las normas más sólidas del escepticismo que se erigieron en los años noventa. Así piensa un Jorge Lanata.
Lo que me molesta profundamente de Barcelona es esa pose de nosotros somos más inteligentes que el resto, estamos en un pedestal mirando todo desde afuera y riéndonos de ustedes (nuestros lectores) porque son unos giles. El maltrato, la subestimación que se respira hacia el lector de sus páginas, te expulsa. No hay complicidad con el lector, lo que existe es un modo cada vez más evidente de decirle que es un estúpido que no entiende nada y que tal vez logre esclarecerse leyendo las páginas de Barcelona. Es verdad que la sociedad argentina merece ser cuestionada pero no humillada. Barcelona descalifica al lector porque no cree en nada. El único camino es la ironía, si cuestiona a la sociedad es porque supone que se cree la realidad política que desfila ante sus ojos. Lo que sustenta a Barcelona es la idea de que todo es mentira, que todos son iguales, que nada merece respeto. No hay límites, hay un deseo de reírse de todo.
Juzgamos a los militares y a los integrantes de la triple A porque ya no tienen poder, se reía a carcajadas Barcelona en una nota de tapa en la plenitud del gobierno de Néstor Kirchner. No es muy distinto a lo que puede decir cualquier opositor al gobierno en un programa de TN. Olvidan señalar que se necesitaba desgastar su poder para llevarlos a un juicio. ¿O acaso era posible condenar a los jerarcas nazis en pleno reinado del Tercer Reich? No creer en nada como garantía de inteligencia es una señal de debilidad, fundamentalmente porque necesitaron hacer un estereotipo de sí mismos para subsistir. Barcelona existe en la medida en que sus redactores se trasformen en seres de una sola pieza, sarcásticos al extremo con todos y en todo momento, menos con ellos mismos.
Si Leónidas Lamborghini sostenía que en la parodia se producía una suerte de identificación con el objeto a parodiar, donde uno se embarrocaba, dejaba de lado el lugar del indignado para pensarse en la misma mugre que el sujeto en cuestión. Si Judith Butler habla de dejarse ganar por la postura del otro a tal punto que quien nos observa no sabe exactamente de qué lado estamos. Si los dos sostenían a su modo que la distorsión tenía como base esa identificación que permitía que la crítica se diera desde el interior mismo del objeto a parodiar donde quien parodia también asume riesgos, podríamos decir que los barceloneses son la anti parodia. Ellos salen limpitos.
La ironía puede ser muy útil si nos pensamos como observadores de la realidad pero si su ideología se difunde cómo el único modo de ser inteligente, como el pasaporte hacia el mundo de los políticamente correctos, no podremos crear sujetos de acción, dispuestos a cambiar las cosas, nos costará mucho pensarnos como sujetos reales. Porque la política requiere de sujetos que puedan tomarse en serio algo, creer en ideas, en conceptos o en acciones y jugarse por ellas a riesgo de parecer ridículos. Los sujetos reales a veces necesitan de la seriedad y de la bronca, no pueden estar siempre chispeantes, ingeniosos y sarcásticos. A veces también se emocionan, no pueden ser seres de una sola pieza porque la vida nos exige cambiar. En el mundo de Barcelona, los hombres y mujeres que piensan imaginan y escriben lo hacen desde un único lugar, si se salen de ese rol todo su universo se desmorona Construir una realidad política cargada de sentidos conspira contra la ironía, por eso sus ideólogos se preocupan de cubrir todos los frentes, de inyectar la risa incrédula en todos lados, no sea cosa que alguien se tome en serio la vida política de nuestro país.
Podrá sonar exagerado pero la ironía, el sarcasmo y sus derivaciones satíricas son hoy, en la segunda década del siglo XXI, un elemento de dominación, no ya las herramientas hacia la lucidez que pudieron ser útiles en otros contextos.
Asumir la seriedad sin vergüenza, es una actitud mucho más arriesgada . No estoy proponiendo cargarnos de solemnidad ni desechar el humor sino pensarnos como sujetos inmersos en una realidad política y vivirla como propia, dar cuenta de sus estados, de su tono, de sus preocupaciones con hondura, como un modo de escaparle a la banalidad, porque ese tono irónico indiscriminado se vuelve superfluo, porque decir que en Haití no está Julio López cansa, alguien podrá argumentar que da cuenta de la banalidad mediática, que juegan con mimetizarse a tal punto que apenas se noten las diferencias, pero lo verdaderamente revolucionario en la Argentina de hoy sería poder tomarse en serio algo. La ausencia de una idea de revolución de la que hablaba Casullo es esa falta de voluntad frente a lo real, es un abatimiento que me dice que no puedo creer en nada de lo que veo, que todo es ficción, que todo va a fracasar, que finalmente algún irónico de turno va a descubrir una cuenta en Suiza, una fortuna, una coima que va a reducir la realidad a un mero juego de intereses donde lo único que importa es la parte del botín con la que cada uno puede quedarse.
La ironía en su expresión tan totalizadora, tan excluyente como la que padecemos por estos días, conspira contra la posibilidad de un sujeto activo. Es un refugio absolutamente cómodo en el que la realidad se vuelve una película que jamás puedo tomarme en serio. “Una risa que sangra “tiñe a ese sujeto espectador del más oscuro resentimiento. No le resultará difícil odiar a aquel que se decida a romper con la convención y convertirse en un protagonista de la realidad. Un sujeto anacrónico, pasado de moda que ilumine nuevos conflictos. El irónico no es un ser de batallas. Él se atrinchera en su sarcasmo y reparte puñaladas seguro que jamás será herido porque nadie puede lastimar al que no se toma en serio nada, al que pelea escondido en su bunker. Como el irónico se convierte en un ser absolutamente insensible (¡que le importa un ultraje!,) él nunca pierde porque no está en carrera, es un outsider al que sólo le importa enmantecar la pista para que los demás se caigan así puede reírse de sus tropiezos.
En el fondo el irónico es un fatalista que cree en un destino ya trazado, una realidad que no se puede cambiar. Con su sarcasmo achica al sujeto a la expresión de un ser que ha venido al mundo inútilmente. El dolor que encierra su risa es la certeza de que su presencia en la tierra es absolutamente intrascendente.
Lo leí en tu blog, no sé si mi comentario entró ahí, así que lo comentó acá: Muy bueno y muy profundo.
comparto un poco el contenido pero creo que la forma es demasiado rebuscada.
podes decir lo mismo en palabaras con menos silabas y en menos renglones pero pareceria menos «carta abierta»
como cuando escribe horacio gonzalez. si tengo ganas de leerlo primero me tomo una pastilla de carbono
en usa hay un acronismo que es KISS keep it simple stupid
bueno muy bueno igual
Fede:
Gracias por compararme con Horacio González pero no me lo merezco
Si sos solemne, por eso te cae mal.
Al militante solemne y malhumorado le cae peor que no lo tomen en serio a que lo contradigan.
Como a todo el mundo, Mariano.
No es misión de Barcelona imaginar un futuro político. Mucho menos apoyarlo.
Su misión es desnudar el ridículo idioma de los poderosos, y poner en evidencia a los conformistas.
¿Fatalista? No: brillante.
Es muy interesante poner a discusión qué es más conformista en este caso. Entiendo lo que querés decir, y a mi me gustan muchas tapas de Barcelona que pueden desnudar verdades, sin embargo en sentido profundo, comparto con Alejandra que hoy en día es más conformista el sarcasmo de Barcelona, que apoyar un proyecto político. El que se compromete en un proyecto, cree que puede cambiar la realidad para mejor. Barcelona de algún modo dice que no, que todo es la misma mierda y que lo mejor que podemos hacer es reirnos de ella. ¿Quién es más conformista? Fijate que en el texto del post, el conformismo aparece del lado de Barcelona justamente y yo estoy de acuerdo.
Sergio:
Interesante tu comentario.
Para quienes creemos que los cambios sociales no dependen de un «proyecto» de «iluminados» sino que el mismo pueblo, con aciertos y errores va creando su propio devenir histórico, es tan conformista Barcelona como el que cree que un determinado movimiento político le va a cambiar la vida al País.
Solo que Barcelona es más divertido y menos peligroso para la vida.
A mi me parece que la clave está en lo que dice Sergio cuando sitúa el estilo de Barcelona. A mi me parece que ser irónico en los 80 no era lo mismo que en la actualidad. Si uno piensa en ciertas letras de Luca Prodan, en el teatro que se hacía en el Parakultural o en algunos textos de Humor o El Porteño se da cuenta de que no era nada fácil satirizar sobre la primavera alfonsinista. Hoy ese recurso cumple otra función, me animo a decir que es conservador. Una de las dificultades que yo observo es la de poder cambiar y no enamorarse de ciertos estilos, ahí es cuando se convierten en un refugio fácil porque ya están probados y sé que desde ese lugar no voy a hacer el ridículo. Es mucho más fácil quedar ridículo involucrándose o creyendo en algo ,que asumiendo la pose satírica.
No creo,por supuesto, que Barcelona tenga que pensar el futuro del país, si tomo ese ejemplo es porque me parece que ese rol de ponerse fuera de la escena e ironizar sobre todo se está convirtiendo en un refugio muy cómodo no sólo para quienes pueden tener una idea tan brillante como la de la revista Barcelona (y yo creo que realmente es brillante) sino que también aparece en muchos sectores del periodismo e incluso de la militancia y, más claramente, en una población no militante que se agarra de ese discurso para sacar chapa de inteligente. Lo que observo en Barcelona da cuenta de un problema más profundo y de un límite. Es fácil enamorarse del sarcasmo pero también hay que pagar el costo de no poder dejarse sorprender por la realidad, de no poder implicarse porque lo que el personaje satírico tiene para decir es anterior a los hechos, está condenado a reírse de todo.
El texto de Alejandra es redundante a fuerza de querer ser claro.Por lo que explica parece tener razon.El humor es una defensa psicologica que alegra la vida pero a esta,en primer lugar,existe el derecho y el deber de tomarla en serio.El humor solo vale como comentario.
Ale;
muy, muy, pero muy bueno. No lo firmo porque no tengo la capacidad que hace falta para escribirlo. Me encantó, me conmovió. Gracias.
Hay algo de cierto a nivel general sobre la postura irónica y sarcástica: se trata de una mueca que toma distancia y no se compromete; una pose que salva la ropa propia al precio de no ponerse ninguna y se ríe de todas por igual. Quien ironiza en algun punto tambien desprecia, pero el desprecio no se manifiesta en forma directa, sino que da un rodeo para provocar un efecto menos débil que la crítica o incluso el insulto. Ahora bien, me parece que la crítica a Barcelona en este sentido me parece exagerada, ya que a Barcelona no se le puede exigir una ética militante que respete valores y propugne un camino a seguir. Al mismo tiempo, Barcelona no es «corrección política»: todo lo contrario, aborda temas como nadie y mete la cuña muy profundo no solo en el sentido comun sino que por medio del humor pone en relieve situaciones o temas que dificilmente veríamos. En este sentido, el cinismo de Barcelona es esclarecedor, algo que, por lo visto, entusiasma a los sarcásticos y molesta -no solo a los conservadores- sino tambien a cierta progresia bienpensante.
Barcelona pone el dedo en la llaga de cierto sentido comun hegemonico.
a toooda la hegemonia cultural de izquierda no les mueve un pelo, «bancan» la revolucion cubana, estan contra de la mano dura, son criticos de los medios, etc, nada nuevo ni esclarecedor.
yo tambien me cago de risa con muchos chistes, son buenos.
a los que les molesta no es tanto a la progresia «bienpensante»
porque la progresia bienpensante, piensa lo mismo que ellos, sino a la «malpensante», los que la cuestionan, algunos peronistas, algunos kirchneristas, algunos liberales de izquierda.
Pepe:
A mi me parece que lo que hace Barcelona es hoy un lugar común. Ellos no rompen con el lugar común, esa actitud cínica es lo más común que hay.Pudo haber sido una buena estrategia en el 2001, 2002. Ellos se creen de vanguardia y entienden que las críticas que se le hacen son siempre retrógradas, como vos lo estás mencionando. Para mi es al revés. No se puede ser vanguardia y decir lo mismo que los caceroleros de Barrio Norte.
Lo que a mi me molesta de Barcelona es la pose de somos más inteligentes que el resto. No le exijo un proyecto político pero ellos se plantean una forma de crítica política que ,si uno es realmente sincero , no se diferencia mucho de cualquier gestito irónico que te puede hacer un vecino o un compañero de trabajo cuando le decís que creés en este proyecto político. Se te ríen en la cara porque no pueden pensar más allá de la desilusión. Eso es lo que quiero decir, el sarcasmo hoy se ha convertido en una forma de no-pensamiento porque es un apriori, en vez de tratar de entender la realidad, de descubrirla, de dejarme sorprender por lo nuevo, me atajo diciendo que todo es una mierda y que yo soy la más viva porque no creo en nada. Si el sarcasmo viniera después de un análisis sería otra cosa. Cuando Pablo Marchetti comentaba la marcha del facebook de 678, uno se daba cuenta de que necesitaba aferrarse a ese personaje irónico que él construyó y que se negaba a pensar la particularidad de esa experiencia. Terminó diciendo una frase tan ridícula y tan fascista como : “Blumberg representaba más a la clase media porque juntó cien mil personas y ustedes quince mil” Es absolutamente poco inteligente esta frase porque nadie estaba midiendo allí representatividad, por el modo en que había sido convocada cada marcha, por las particularidades del tema y porque el fenómeno Blumberg se desvaneció y eso solo bastaría para que el argumento de Marchetti se cayera a pedazos. Pero él necesitaba de cualquier modo desmerecer lo que había pasado. Así no se construye nada, se retrocede. Es reactivo no progresivo.
Coincido en todo con la crítica de Alejandra. El humor que practica Barcelona no se diferencia del de las cámaras ocultas de Tinelli, en el que todos se rien de uno, en vez de reirse CON uno.
Lo vuelvo a leer y no encuentro por ningún lado que Alejandra hable de «la ironía» o «el sarcasmo»; veo más bien que está tratando de pensar tipos específicos de ironía y tipos específicos de sarcasmo que aparecen como subterfugios, como coberturas de un vacío. Es decir; yo leo en el artículo lo contrario de lo que estás diciendo: no hay nada cierto a nivel general porque no está tratando el tema a nivel general. Habla de un contexto histórico concreto, de actores concretos, de circunstancias concretas. En otras palabras: vos suponés que hace una crítica general y la aplica a Barcelona; yo leo una crítica al modo específico de Barcelona (que es un modo histórico), que sólo con muchas precauciones se puede universalizar. En ese sentido, no veo la exageración.
Por otra parte, decir que Barcelona debe desnudar y poner en evidencia algo, es un poco suscribir lo que se dice en la nota respecto del rol autoasignado de custodios de la correción utilizando la herramienta del develamiento. Siempre subsistirá la pregunta acerca de lo que piensa el custodio, que Barcelona se cuida muy bien de enunciar. Es el eterno dilema del discurso deconstructivo: siempre necesita de alguien que construya algo para poder existir, en tanto la tarea de fijar los parámetros su propia existencia no le compete (cosa extraña si las hay).
En lo que dice Ale Bresler hay un dato clave. Ese discurso irónico siempre es dependiente, nunca es autónomo y desaparece cuando se desvanece el objeto de su critica. Yo lo que observo es que esa ideología comienza a generalizarse y se encuentra en muchos sectores sociales porque una de las cosas que no genera es crítica hacia esa misma expresión, uno tiende a asumir el humor como un recurso inteligente y a no cuestionarlo en sí mismo. Cuestionar el humor siempre te hace quedar retrógrado.
No creo que ¨el sarcasmo achique al sujeto a la expresión de un ser que ha venido al mundo inútilmente¨, sino más bien lo contrario. La ironía sirve para desenmascarar la ignorancia de quien dice saber y suele generar desconcierto, inquietud necesaria para buscar cualquier tipo de conocimiento.
La ironía tiene además la cortesía de desconcertarnos evitando la utilización de textos farragosos que muchas veces apuntan a lo mismo.
PS: Estimado Jorge Schussheim, las cámaras ocultas de Tinelli se ríen del pobre diablo. Barcelona, de Herrera de Noble (¨Ernestina buscaba adoptar dos hijos y finalmente encontró los apropiados¨). El objeto de la burla define también la calidad de quien la ejerce.
la ironia y el sarcasmo tambien puede ser temor, comodidad y facilismo.
apoyarian algun proyecto politico los de barcelona o ellos estan a la izquierda de todos?
pepe
Como gran parte de nuestras expresiones, la ironía puede provenir del miedo, la comodidad y el facilismo.
¿Pero que importancia tiene saber si la gente de Barcelona apoyaría algún proyecto político en particular, para poder gozar de su estilo irónico (o por el contrario, para aborrecerlo)?
Para disfrutar de la ironía de Borges sobre la literatura comprometida, que él calificaba de ¨equitación protestante¨, creo que no se requiere conocer su afiliación política.
quien dice que no se puede disfrutar de su ironia?
yo di mi opinion, eso es todo.
de vez en cuando la leo y me rio.
Estimado: lo que está en cuestión, me parece, no es la ironía o el sarcasmo como instrumento o posibilidad. Lo que el post enuncia y yo estoy totalmente de acuerdo es ese sarcasmo sin afuera, que todo lo abarca y que termina finalmente por decir: todo es lo mismo. Y el todo es lo mismo es una burrada política (por no decir una hijoputez).
Amigo Turner
Describir a Massera como un potus, a Herrera de Noble como apropiadora, a la oposición como fascista y al gobierno como oportunista no es sostener que todo es igual. De hecho, yo podría compartir mi almuerzo con un oportunista pero preferiría no tomar un café con un fascista.
Sin tener el nivel de The Clinic es, como sostiene Verbitsky, la mejor revista política argentina.
Amigo Rinconete,
1) con el respeto que le tengo al perro Verbitsky, le permito una burrada cada tanto. Si es por eso, también dijo alguna vez que la llegada de Redrado al Central era el final de los 90 (algo que habrá leído en la Barcelona).
2) No es oportunista el único epíteto que Barcelona lanza arbitrariamente sobre este gobierno, en posturas que parecen más goriladas que críticas.
3) Por lo demás, ¿qué clase de adjetivo es «oportunista» para definir un gobierno? Pensémoslo un poco. Algo así como que si hace algo bien no es porque lo siente sino por algún fin oscuro como conseguir votos o alguna otra cosa horrible de esas. Perdón pero esa acusación (de un moralismo carriotista) tiene un subtexto de populismo y clientelismo que eriza los pelos de la nuca.
4) Esto sin abundar en los chistes que involucran a personas desaparecidas, discapacitados y padres de pibes calcinados en boliches, que dejaron de hacerme gracia a los 15 años.
5) Todo con el respeto que sabe que le tengo.
Amigo Turner
Cuando Barcelona escribe que Cristina fue a Paris a buscar a Julio Lopez (por ejemplo) no se está burlando de un desaparecido en democracia sino, creo, del Ejecutivo que no logra encontrarlo. Más allá de sus intenciones, que son irrelevantes, ayudan a mantener el tema vigente.
Cuando, otro ejemplo, escriben sobre el gang de las chicas down que se dejan violar con no recuerdo que malévolo fin, no se están riendo de ellas como cualquier descerebrado de algún programa cómico sino que cascotean a aquellas almas católicas de gran corazón que quisieran obligar a esas chicas a tener a los hijos de sus padrastros o desconocidos violadores.
Hay otra cualidad en Barcelona: después de leerla es imposible tomar en serio cualquier sílaba de Clarin (aunque usted podrá argumentar con justa razón que antes tampoco)
Por último, una revista satírica que no critique al gobierno es una contradicción en los términos.
Pero lo más importante es saber que veneramos al mismo Perro y que nuestro respeto es mutuo.
Me parece que hoy la ironía no cumple esa función que vos señalás, puede cumplirla en otro contexto.Hoy cierra las posibilidades de pensar lo real porque todo está descartado de antemano. Esa línea de mi texto que vos señalas tiene que ver con que para mi ese escepticismo que actúa como soporte del escéptico habla de un ser muy angustiado y muy frustrado que como no cree que las cosas se puedan cambiar el único camino que le queda es sentarse a un costado del camino y reírse de todos. Es verdad que Barcelona se ríe de personajes como Ernestina de Noble pero el propósito de su risa es poner a todos en una misma bolsa y señalar que nada cambia. La comparación de Jorge cuando menciona a Tinelli tiene que ver con esa necesidad de humillación que se respira en Barcelona ,por eso diferenciaba al sarcástico del paródico. Un paródico sería Capusotto que se siente parte de lo que cuestiona, que se mete en el barro.
Yo creo que las estéticas están muy relacionadas con su época. Si vos observas (y cualquier persona que se dedica al periodismo y que le da a ese periodismo una narratividad que bebe de la ficción tiene que ser un agudo observador de la realidad) que el sarcasmo hoy se ha generalizado como una expresión cómoda donde cualquier ciudadano se ríe de todo e ironiza, como un mecanismo defensivo y como un modo de no comprometerse, vos, desde una revista, un programa de radio tenés que cuestionarte esa estética y pensar a qué fines sirve, no sentirte tan apartado, tan en otra esfera que no podes ver que esa forma ya no es vanguardia. Honestamente nadie puede negar que los barceloneses quieren presentarse como vanguardia y aspiran a provocar. No hay vanguardia si ese discurso puede estar en boca de Leuco.
Por otro lado yo escucho el programa de radio Barcelona todos los sábados y disfruto de su lectura.
Lo que vos decís es cierto pero yo estoy desarrollando el otro costado de Barcelona. Su límites que son tan importantes como sus aciertos.
Un movimiento politico no necesita la suspcripcion explicita de los sectores que lo integran, con «contenerlos» es suficiente.
No todos tienen que estar convencidos.
La politica, en el fondo, es humildad.
La funcion de una revista de humor no es cambiar la realidad, así que bo tiene sentido comprarla con la militancia. Es un absurdo. Al militante normal no le tiene porque caer mal, y es sintomático que algunos se calienten (como para hacer esta nota), al malhumorado, intolerante, solemne y pagado d si mismo es lógico que le caiga mal, y esta bien. Hay que acordarse que enel secundario la mejor garantía de que te carguen es enojarte por eso.
Y la provocación que trasuntan sus páginas es muy buena:
“La redistribución ya se hizo. Lamentablemente no alcanzó para los pobres»
Marianote, es cierto, la redistribución del ingreso será posible sólo con un programa de ustedes los chaca-rentívoros.
Nadie le está pidiendo a Barcelona que cambie la realidad pero te voy a comentar algo. Si alguien se ofende, se muestra intolerante y agresivo frente a una crítica son los mismos barceloneses. No son nada piolas cuando se los cuestiona.
Soy una pluma pobre, pauperrimá , si se quiere. Seguramente un «entendedor» muy limitado, por lo que mi comentario solo se limita a lo que que crei comprender.
Es como que la ironía está bábara, excepto cuando afecta mi sistema de creencias.¿No? o Entendí mal?
Es así.
No, la ironía está bárbara salvo cuando impide pensar, actuar, comprometerse. Cuando, como ocurre con CQC no hay límites. Puedo hacer y decir cualquier cosa sin importarme como incide en la realidad porque sostener mi personaje irónico es más importante que aquello sobre lo que estoy hablando. Ese es el punto. Cuando la estética que uno debe sostener está por encima de la realidad. Si la realidad cambia y la pone en crisis yo miento para sostener mi personaje irónico.
Fantastico!!!
Leemos a Casulllo, leemos a Foulcaut,citamos a Lamborghini
Y el sujeto de análisis es barcelona y CQC!!!!!
Creo que muchos no le contestan al post. Alejandra no habla de las burlas al gobierno, ni de las frases irónicas o sarcásticas como modo de exponer un absurdo, o una injusticia. Habla de la ironía como modo de existencia, no de la ironía como recurso crítico.
Muchos de los que están comentando acusan todo el tiempo a gente como yo (ultrarrecontrak, si quieren) de polarizar. Pero apenas aparece un post referido a algún tema un tanto más interesante que la disputa política en términos de superclásico, llevan la discusión inmediatamente al terreno del que se supone que son otros los promotores. Así, un artículo que intenta pensar el sarcasmo como despolitización de la discusión se transforma injustamente en una queja «porque Barcelona habla mal del gobierno».
Estamos todos muy chiquitos, me parece.
Según, como se vea…
Se está comenzando, nuevamente a hablar del discurso de la «antipolitica», pero solo como manera de defender lo actuado por la clase politica (con independencia de banderías, ya que no es la primera vez que ocurre).
Ahora, el termino «antipolitica», oh caramba!!, lo inventaron los politicos ¿Curioso no?.
Ahora bien, ¿No es cuestionar una forma de politica?¿Es solo politica enarbolar una bandera?¿Y si no me identifico con ninguna?¿La opinión no es politica?.
En el fondo, no jodamos, se cuestiona a los politicos, en tal caso a sus «codigos» y reglas no escritas, quizá a sus formas. Nadie cuestiona a «La Politica».
No coincido; ni el término «antipolítica» lo inventaron los políticos (¿de dónde sacás eso?) ni es sinónomo «ironizar» de «cuestionar»; de hecho, el sarcasmo puede ser, concretamente, la forma menos comprometida de intervenir en una discusión, jugando al «como sí» de la crítica sin poner en tela de juicio nada. Esto último es precisamente lo que está tratando de pensar el post.
Y finalmente te digo que yo creo que sí: hacer política es enarbolar una bandera.
Yo no dije que enarbolar una bandera No es hacer politica, dije: Que no es solo eso…
«No coincido; ni el término “antipolítica” lo inventaron los políticos (¿de dónde sacás eso?) …»
«Antipolitica»,es un termino de uso habitual del poder politico o deus representantes y propaladores, toda vez que se los cuestiona.
Buscame, cuando alguien que cuestiono a la politica (aunque en realidad, cuestiona a sus actores y formas), se identifico como «Antipolitico». Y con gusto la seguimos.
PD: Si es «sarcasmo» o «critica por el absurdo», creo que es un tema subjetivo.
Es que yo creo que sí, Gus. Creo que sólo es política enarbolar una bandera; no porque haya que enarbolar una, sino porque es imposible no enarbolarla. Siempre (siempre) estamos defendiendo o rechazando algo. El gesto ideológico por excelencia es el que comienza declarando la ausencia de ideología.
Ahora, si de acuerdo y clarisimo.
Lo que ocurre, es que muchas veces observarás, que cuando decís que te oponés a X suponen un apoyo a Y.
Y si decís que ninguno te representa, te acusan de que no te jugás o de no comprometido.
Gracias por la ampliación.
Es por eso que insisto que lo que ligeramente se califica de «antipolitica», es en realidad una declaración por demás politica.
La anti política fue un recurso del que se valieron muchos políticos y periodistas para instalar la política de los noventa. La anti política tiene un sustento político pero busca despolitizar al otro. Lo que equivale a vaciar el pensamiento. El kirchnerismo politiza la escena. No importa si se está o no a favor de su proyecto, te obliga a actuar políticamente. Eso es lo que yo defiendo.
A la luz de lo que se ve, lee y oye:
La definición de «antipolitica», es parecida a la de Peronismo, todos la manipulan a conveniencia.
totalmente de acuerdo, Alejandra.
los de Barcelona son los hijos rebeldes de pergolini, los hijos de izquierda de pergolini.
cinismo, izquierdismo utopico porteño.
gran columna.
El comentario de Pepe contiene parte de verdad, Barcelona es la hija cínica de CQC.
Está (creo yo) bastante claro a lo que apunta la autora de esta nota, a que la posición (específicamente) de la revista Barcelona es una posición cómoda, puede dar palos a todos sin ningún compromismo. Esa posición «políticamente correcta» (como lo fue en la última elección en capital votar a Pino Solanas, o anteriormente a la Alianza) de la revista es la que genera sensaciones encontradas (estoy intentando interpretar lo que sostiene la autora).
Por otro lado, pero intimamente relacionado, el tema de «la muerte de la Revolución», concepto postmoderno si los hay. Como bien se relata, esta idea proveniente de Foucault, que es una marca registrada del momento histórico que nos tocó vivir (la posmodernidad, el neoliberalismo), es propia de los pensadores hermeneutas, relativistas, escépticos (o neo escépticos); al parecer también Casullo se hace eco de este pensamiento hegemónico.
En mi opinión, este pensamiento (que puede tener distintos autores de los que deriva, desde Heidegger con sus interpretaciones sobre Nietzsche, la escuela de Frankfurt, el neomarxismo, Foucault, etc.) es propio de un contexto histórico del que no se lo puede sustraer. Es propio de la salida, la escapatoria capitalista que fue el neoliberalismo. Este como resultado de la gran crisis del modelo de Estado de Bienestar a partir de la crisis del petroleo. La «liberalización económica de China» que se convierte en el paraíso capitalista por excelencia. La caida luego (como resultado de estos asuntos) del llamado «socialismo real», el avance de la «globalización», la «revolución tecnológica» y la entrada en el mercado capitalista mundial de la mitad del mundo que se encontraba tras la «cortina de hierro» durante la década del 90 (lo que permitió el fabuloso crecimiento económico del que gozaron los paises imperialistas hasta el 2008) y el consenso de Washington.
Esta idea de «muerte de la Revolución» solamente puede ser entendida en este contexto (y por lo tanto, de derrota a nivel mundial de la clase obrera y de los sectores populares y de retroceso absoluto en las conquistas que había logrado), esta tesis de «la muerte de los grandes relatos» (como diría Lyotard o Vattimo) es un concepto que ha sido utilizado por varios sectores e idelogías. Desde los sectores más conservadores, hasta los sectores reformistas. Pero esta concepción, no es más que una reacción frente al marxismo, frente a la idea de Revolución, es decir, frente a la idea de liberación social.
Este argumento de «la realidad no existe», muy común en estos tiempos, ha sido utilizado (y lo sigue siendo) por todas las variantes reformistas (entre ellas el populismo) para criticar, desacreditar y difamar al marxismo y a los revolucionarios; pero como siempre han dicho todos los autores marxistas, esta ideología transitoria y pasajera, se destruye por sus propias contradicciones. Y he aquí, como los relativistas luchan contra su propio relativismo: «no podremos crear sujetos de acción, dispuestos a cambiar las cosas, nos costará mucho pensarnos como sujetos reales». Pero, ¿no era que la realidad no existía?.
Bienvenidos a la realidad, los esperamos con los brazos abiertos. Como bien ha dicho Carlos Marx: «Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo».
Tomá un poco de Alka-zelzer porque estás indigestado con lecturas de textos que pareces no entender
Jaja, nuevamente no decís nada. Sos cómico flaco. Dame algún argumento, alguna vez tratá de pensar un poquito.
Decime que es lo que te parece que no entendí y vemos.
Nada, sos un pobre infeliz, me cansaste con tus descalificaciones constantes, sin ningún argumento, sin expresar una idea.
Sos como la oposición patronal, no se te cae una idea.
Cuando me refería a la idea de muerte de la revolución y tomaba la pregunta de Casullo ¿cómo llenar ese vacio? Me interesaba sostener que la ironía que se puso de moda en los noventa (esa particular forma de ironía) nace de la necesidad de sacarse de encima el pasado porque resulta una carga demasiado pesada. Se aspira a una vida más liviana donde no tenga que hacerme cargo ni de los muertos, ni de las injusticias, ni de las consecuencias de los actos históricos o personales. Si el menemismo prendió y si sigue habiendo tanto menemista que vota a De Narváez es porque a muchos le atrae esa vida impune donde no existe ni la culpa,ni las consecuencias. Yo creo que la ironía apunta (en muchos de estos ejemplos mencionados) a banalizar el mal, por expresarlo de una forma extrema porque impiden la aparición de lo nuevo y aquí recurro a Badiou: “El Mal es el imperativo de nombrarlo todo”
¿Y a quien hay que seguir? ¿a unos iluminados que creen que el kirchenrismo tiene algo que ver con una actitud revolucionaria?
Todavia hay gente que puede nombrar la palabra revolucion, palabra a la que nunca se le puede despegar un folklore generacional, como si el echo de cambiar las estructuras economicas de una sociedad fuera a darnos un cambio radical …
Nosotros apoyamos el gobierno de Nestor y ahora el de Cristina, pero eso no tiene que significar que no nos caguemos de risa con la Barcelona y su humor de clase media ilustrada.
Esa solemnidad con anteojeras y reduccionista fue estupida en los 60 y 70’s. Otra vez no, por favor
Alejandra: hace semanas y semanas que intento escribir un texto sobre la Barcelona, pero me pongo agresivo y sé que es un tema sensible para cierto progresismo. Hace rato que estoy harto de (patricio rey dixit) «La pendejada de que todo es lo mismo». Que pienso (lo insinué al rescatar en comparación la de The Clinic en Chile) que la ironía sin afuera deja de ser un estilo para ser una patología, que es desagaradable no poder mirar nunca a los ojos a tu lector. Hace rato que creo que si te la pasás haciendo guiños, probablemente te conviertas en tuerto. Hace rato que espero este texto. Te lo agradezco profundamente.
PD: Me olvidaba. Un saludo para los amigos del gobierno, diganle a sus líderes que muchas gracias por poner un acto el 24 en la Plaza de Mayo a la hora en que históricamente marchó el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.
Si creen que así van a lograr que no marchemos están bastante equivocados; y si la Cámpora nos quiere venir a copar la plaza no nos vamos a quedar de brazos cruzados.
¿Nada? ¿Ni un poquito? ¿Ni un milímetro de reconocimiento al hecho de que «nuestros líderes» fueron los que impulsaron el proceso de juicios que se están llevando adelante y por los cuales la agrupación a la que pertenecés pelea? ¿Y que esos procesos se iban a mirir en el olvido porque ya eran, ya estaban, de eso no se podía hablar, eran cosa juzgada? ¿Todo es mierda? ¿Todo lo que se hace es para cagarte a vos? ¿Sabés qué, Es así? Andate a la puta que te parió.
No, las reivindicaciones se consiguen con la lucha. Además jamás le voy a reconocer nada a un gobierno que es el que más deuda externa pagó; el que mandó a reprimir a los obreros de terrabusi, a los trabajadores del Casino, a los trabajadores de Bosch. Te recuerdo que antes de la anulación de las leyes de obediencia de vida y punto final Kirchner tenía un apoyo del 23 % de los votos (puesto ese número por el aparato de Duhalde, buchón de los milicos en el copamiento al cuartel de Monte Chingolo).
Es chamuyo que no reprimen, además, nunca podría apoyar a un gobierno que tiene como máximo sosten a la burocracia sindical, traidora y asesina. Moyano fue miembro de la JPRA, de la Juventud Sindical de Mar del Plata, de lazos muy cercanos con la AAA. Ni que hablar del burócrata fallecido de Smata, de Cavallieri.
La realidad, el hecho concreto al que me referí es innegable. Ponen un acto en el horario que históricamente se hizo el acto de MVJ, no hay mucho más para decir salvo que están provocando, quieren probarnos.
Y mi vieja tiene la suerte de no tener que ejercer la prostitución, pero ese es un insulto descalificador y bajo.
Mejor sería, chupame bien los huevos burócrata traidor!!!
es asi, no podra ser que ni siquiera los tienen en cuenta?
osea no te interesa a vos que la justicia juzgue a los milicos, ni siquiera aunque cuentes con el apoyo de las principales organizacions de DDHH, sino que lo hagan vos y tu grupejo de esclarecidos, y encima, junto con la revolucion, como si esas dos cosas fueran juntas.
lo que queres es el protagonismo, estar en la fotito. que para colmo nunca van a tener porque no existen para los trabajadores.
Preguntale a los trabajadores de la alimentación si no existimos. Preguntale a los trabajadores de Ivecco de Córdoba si no existimos, a los ajeros de Mendoza, a los ceramistas de Neuquén, a los trabajadores del neumatico de San Fernando.
Si, me interesa que juzguen a los milicos genocidas, nuestros abogados son quienes llevan adelante la mayoría de los juicios, son los mismos que en la dictadura militar defendían presos políticos (no se llenaban de guita rematando propiedades de tipos que se fundían por la política económica de Martinez de Hoz y cia).
Y por último, la Revolución y el juzgamiento a los milicos genocidas va junto obviamente. Los 30 mil compañeros detenidos desaparecidos eran en un 90 % militantes revolucionarios; justamente por eso fueron las víctimas de la represión y no los cagones que se iban a enriquecer al sur.
PD: Además por ahora, nadie respondió al tema al que me referí. Es una burda provocación, saben perfectamente que lo es, su gobierno será el que tenga que afrontar las consecuencias de tan nefasta y reaccionaria medida.
ah ok, tenes razon, existen para el 20 por ciento de los trabajadores.
dudo mucho que el 90 por ciento de los desparecidos sean militantes revolucionarios.
revolucion y estado de derecho no van juntos. revolucion y fusilamientos si
y los abogados que estan llevando a cabo los juicios, hace tanto tiempo, tampoco estan de acuerdo con que sea este gobierno quien los impulse? y para que los llevan a cabo? porque no esperan a la revolucion ?
insisto, lo tuyo es absolutamente superficial.
Pepe, a la revolución no se la espera, se trabaja todos los días para hacerla posible. Luchando contra todos los reaccionarios, los patrones, las fuerzas represivas, el imperialismo y los reformistas.
Claro que revolución y estado de derecho no van juntos; el derecho tiene una intencionalidad, no es equitativo, ya lo dijo Rousseau. El derecho actúa a favor del opresor. Fijate en Chile, el estado de derecho es el que manda a reprimir a las fuerzas armadas (las mismas que durante 20 años fueron las que torturaron al pueblo chileno).
El derecho, las leyes y el Estado actúan a favor del opresor; como la conciliación obligatoria.
Fusilamientos hay en toda guerra, pero debe haber un juicio, pruebas y un tribunal popular. La diferencia con el golpe genocida es que no vino a combatir a las organizaciones guerrilleras, ya que en marzo del 76 estaban diezmadas (por el accionar de la AAA, que empezó a operar durante el gobierno de Perón); lo que vino es a frenar el auge obrero, la lucha de clases en las fábricas, vino a derrotar la «guerrilla fabril» (como la denominó el nefasto Balbín) vino a terminar con los miles de delegados de base, clasistas, que amenazaban la dictadura del capital.
El rodrigazo fue lo que decidió a los milicos a hacerse cargo del poder y a implementar el plan más sangriento de aniquilación de la subversión (que no es más que el aplastamiento de la clase obrera) como el decreto que firmó el gobierno peronista.
El rodrigazo fue la primera huelga general a un gobierno peronista, y fue arrancada por la movilización desde las bases a la burocracia sindical asesina y que formaba parte de la AAA (como Lorenzo Miguel).
Las movilizaciones de más de 1 millón de obreros de las coordinadoras de la zona norte fueron embriones de doble poder; lo que ocurrió en Villa Constitución también.
Lo superficial es lo tuyo, yo intento hacer un análisis histórico.
esta bien es asi, te pregunto algo concreto y salis con una parrafada de nociones ultraconocidas y obvias.
entonces como queres juzgar a los genocidas sin un estado de derecho burgues? ah por tribunal revolucionario, cierto.
esta claro, vos queres hacer la revolucion, juzgar o no a los militares y que vayan presos no te importa.
Ale Bresler
Tu insulto a ES ASI no revela razones que excedan al fanatismo K..
Me dio verguenza leer semejante muestra de desprecio.
Fue de cuarta, pibe.
Te repito pepe, nosotros actuamos igual en todas y cada una de las fisuras que deja el Estado burgués. Por esto somos querellantes en miles de causas, que avanzan demasiado lentamente.
Pero lo que digo es: para que esto no vuelva a ocurrir no hay que cometer los mismos errores del pasado. Si esperamos que haciendo las mismas cosas, vamos a obtener un resultado distinto seríamos idiotas.
Por lo tanto, nosotros lo que decimos es, la dictadura se impuso para defender la gran propiedad (aca y en la mayoría de los paises de latinoamérica) y no contra las organizaciones armadas (ese es el discursillo vacío y falaz de la teoría de los dos demonios). Esta fue directamente impulsada por los grandes empresarios (que hasta pusieron a uno de sus hijos predilectos como ministro de Economía, Martinez de Hoz, además de ser el administrador de los bienes de Techint), los cuales fueron recompensados con la toma por parte del Estado de sus deudas, la venta a precios mínimos de algunas empresas (el caso del crecimiento de Techint es muy ilustrativo),etc.
Estos mismos empresarios que, junto con la burocracia sindical, confeccionaban listas negras de delegados de base combativos, antipatronales, son los mismos que siguen teniendo el poder en la Argentina.
Para esto, si volvemos a utilizar la vieja y fracasada táctica de tranzar con ellos, de crear una «burguesía nacional», de realizar un gobierno de conciliación de clase; vamos a obtener el mismo resultado, tarde o temprano.
No vamos a lograr convencer a los empresarios para que cedan sus riquesas y sus ganancias, eso si que es una utopía.
Para concluir y no extenderme tanto, a todos los gobiernos populistas y reformistas, los sucede una gran reacción oligárquica que no los deja terminar su mandato, muchas veces. Esto le ocurrió hasta al propio Perón.
Lo que nosotros planteamos es, si seguimos «hablandoles con el corazón» a la clase dominante, no vamos a obtener otro resultado que su contestación «con el bolsillo».
Es asi, sabés que teorías como las que exponés, no me parecen en absoluto descabelladas, creo que el capitalismo es un sistema marcadamente injusto y aunque no tenga muy claro cuál podría reemplazarlo, me parece lógico luchar en contra de algo tan injusto. Lo que en realidad no entiendo, es por qué estar tan seguro que el único camino para el cambio es la revolución. Vos decís: «Si esperamos que haciendo las mismas cosas, vamos a obtener un resultado distinto seríamos idiotas.» y luego «a todos los gobiernos populistas y reformistas, los sucede una gran reacción oligárquica que no los deja terminar su mandato, muchas veces. Esto le ocurrió hasta al propio Perón.»
De acuerdo, serían experiencias fracasadas. ¿Pero acaso no hay una enorme cantidad de revoluciones fracasadas? Incluso en distintos sentidos, fracasadas porque no se pudieron llevar a cabo y costaron mucha sangre, y frcasadas porque llevándose a cabo se desvirtuaron posteriormente.
Lo que yo critico de posiciones como la tuya, es que no entiendo de dónde sacan la certeza de que ese ES el camino. Quiero que quede claro, NO estoy diciendo que NO es el camino, estoy diciendo que es UNO de los caminos, y no tengo claro por qué descartar otros. No me basta el argumento de que otros no prosperaron aquí y allá, si es por eso, muchas revoluciones tampoco prosperaron. La pregunta entonces es: ¿Por qué no serían válidos TODOS los caminos que tengan un margen de viabilidad hacia el objetivo de cambiar el sistema por uno más justo?
Sergio, realmente valoro tu posición, es muy bueno poder dar estos debates.
Primero, es para mi muy importante entender que el sistema capitalista es un modo de producción (forma de producir, la forma en que el hombre transforma a la naturaleza y se transforma a sí mismo, se hace) que es histórico y es una construcción social. Por esto, entendemos los marxistas que es posible cambiarlo, que no es dado «desde siempre» que no es «natural» (como afirma el sentido común reaccionario).
Entendemos a su vez, que los cambios históricamente se han dado a partir de revoluciones, crisis, luchas de clases (que son una formación histórica, social, determinadas por el modo de producción, el modo en que los hombres producen sus propios medios de subsistencia), con idas y vueltas, con avances y retrocesos, con revoluciones y contrarevoluciones. Es por esto que Marx toma de Hegel el concepto de Dialéctica, para conformar su método de análisis de la sociedad: el materialismo dialéctico (y el materialismo histórico). El partir de la negación para a su vez obtener una superación de esa negación, una síntesis.
Para ir a lo más concreto, que es para lo que usamos el análisis marxista, nosotros creemos que lo que explica la pobreza, la desigualdad, la explotación, el hambre y demás padecimientos del grueso de la población (no sólo argentina sino mundial) es el modo de producción capitalista y su correspondiente modo de apropiación de esos bienes producidos.
Nosotros observamos que la producción de los bienes es social y su apropiación es privada. Este es el principio básico del capitalismo. Y es aquí donde surgue la desigualdad, en la división en clases de la propia sociedad (a partir del modo de producción) que genera por un lado a los que se encargan de producir riquesas y por otro lado quienes se apropian de ellas.
Esto para dar una explicación muy mínima y básica del marxismo.
Por otro lado, nosotros haciendo un estudio histórico de la humanidad, podemos ver que los cambios y transformaciones en los modos de producción y su respectivos cambios en la superestructura política ideológica y jurídica, se dan a travez de revoluciones que implican el triunfo y la imposición de una clase por sobre la otra. Esto ocurrión en la revolución francesa, la burguesía aplastó a la aristocracia monárquica como clase, y la hizo desaparecer.
Esto es lo que proponemos que ocurra con el proletariado (los trabajadores) contra su clase opresora, la burguesía (los patrones).
Esto es lo que nos impide apoyar a un gobierno que no se propone esto. Para hacer desaparecer las desigualdades no alcanza con cobrarles más impuestos a los terratenientes; hace falta terminar con la clase terrateniente. Para terminar con la omnipotencia de los industriales no alcanza con cobrarles impuestos a las exportaciones, o hasta con crear un organismo estatal de control del comercio exterior (como medida aislada, es parte de nuestro programa), hay que terminar con la clase explotadora que vive del trabajo no remunerado.
Esto no decimos que sea algo fácil, para nada lo es. Además también tenemos un planteo mínimo, que es lo que nos permitiría lidiar con el problema (por ejemplo aca en Argentina) de la «clase media» (que pueden estar compuestas por pequeños burgueses empobrecidos -comerciantes- por profesionales de altos ingresos, por gerentes de empresas, etc) que es una subclase.
Si queres luego te paso el programa mínimo que tenemos, sino podés leerlo, está en internet, el programa de transisión de trotsky.
Es un debate muy largo este, además también te debería explicitar mi opinión de por qué las anteriores revoluciones fracasaron (en otra entrada me extenderé más, pero nosotros planteamos que para la supervivencia de la revolución en un país -y más aun en uno semicolonial como es el caso de la Rusia de 1917, Cuba y mismo Argentina- es necesaria la revolución mundial; por esto somos internacionalistas furiosos, como lo era el Che también), pero lo que decimos es que si no se transforma el eje central del sistema capitalista, no hay reforma que valga; por que el capitalismo es un sistema mundial, necesita inevitablemente para su desarrollo, el crecimiento de los mercados, necesita consumidores para poder introducir sus productos. Cuando estos productos no consiguen más mercados, más consumidores dispuestos a adquirir sus productos (que en realidad son producidos por los trabajadores), se producen las famosas «crisis de superproducción», como la que estamos viviendo ahora en el mundo.
No se si mi respuesta habrá sido del todo satisfactoria, me gustaría que sigamos este debate pero ahora tengo que irme a laburar.
Saludos
Es asi, Tu respuesta es muy amplia y razonable y por supuesto no es que desconozca la visión marxista, en realidad lo que a mi no me cierra de esa visión es que no tengo claro que TODOS los cambios se hayan dado en la historia por revoluciones. No soy un experto en historia, pero si tomo las evoluciones de Francia, España, Inglaterra, Suecia, etc. diversos paises europeos, por ejemplo, la revolución francesa se produjo en Francia solamente y sin embargo hoy son parecidos todos ellos en sus relaciones capitalistas.
En lo que acuerdo completamente es en que el sistema capitalista no es nada «natural» y en que más tarde o más temprano seguramente cambiará. Mi discrepancia sería no estar seguro de que sea (en todos lados) por el camino revolucionario. Y también discrepo (en realidad no sé todavía tu posición al respecto)con las teorías que dicen que NECESARIAMENTE cambiará en una dirección determinada. Sí puedo creer que ciertas cosas sean más probables que otras, pero como ateo absoluto, no creo que haya nada que se pueda prever con un 100% de seguridad, quiero decir, podría estallar una guerra atómica y morir todos y todas las teorías se irían al diablo, o el capitalismo podría seguir imponiéndose por 1000 años más, o el marxismo triunfar dentro de 50 años. Sé lo que para mi sería deseable (esto último sin dudas), pero no puedo asegurar qué va a ocurrir realmente. Bueno, está claro que un debate de estas características es extensísimo, pero para mi no deja de ser interesante.
Sergio, nuevamente aprecio tu voluntad de debate.
En el caso de Inglaterra quiero recordarte lo que fueron las sucesivas crisis y revoluciones, la cabeza del monarca rodó. Existió un Cromwell. Existió una gran lucha, enorme. Las transformaciones no son instantaneas claro.
El caso de España (uno de los paises que más tarde ingresó al modo de producción capitalista) vio destruirse en su mayoría los resabios feudales. Pero también (aunque más tardíamente, luego de la instauración del capitalismo) hubo una gran lucha, la República de España. En cuanto a España, podemos ver como su economía quedó en bancarrota al no entrar al capitalismo, esa es la forma de conquista que utilizó el capital.
Por otro lado, para explicarte más claramente (por que se que me voy por las ramas) lo que pienso. El problema de el cambio si se hace por revolución o por reforma. Es una discusión larga en el marxismo. Hay muchisimos autores que se refieren a esto, seguramente podrán explicarlo mejor que yo; pero el problema con la llegada al Socialismo por reformas es que no ocurre ni ocurrió nunca. Chavez sostiene esta posición; pero no terminó con la clase empresaria, ni siquiera expropió a todas las empresas extranjeras.
A Techint la compró a precio de mercado. Eso no es lo que nosotros planteamos, allí Techint hizo un negocio. Además el control Estatal de la producción no supone el control obrero de la misma. Esa fábrica no es manejada por los obreros y ganan sueldos casi idénticos; es aquí el Estado quien los explota.
El gran drama es: ¿cómo hacés para que los empresarios a los que tenés que expropiar necesariamente para terminar con el capitalismo, no te hagan un golpe de Estado o no te volteen?. Armando al pueblo, a los trabajadores me vas a decir. ¿Por qué no lo hizo Perón? o más aun te digo: ¿Por qué no lo hizo Allende?.
Por que los marcos de la legalidad burguesa te indican que si vos armas al pueblo, a los trabajadores, tenés que romper con la legalidad burguesa. Pasas a hacer una revolución.
Además, si vos armas al pueblo para defender a un gobierno, estos no se van a quedar (si triunfan y más tarde vuelvo a este tema) en las puertas de las fábricas, estos no van a devolver las armas a las Fuerzas Armadas propias del régimen opresor.
Para terminar, absolutamente de acuerdo con vos. Los marxistas no pensamos que se cambia en una dirección única. Al contrario, lo que nosotros decimos es que en un período de crisis y revoluciones, un período pre revolucionario, las fuerzas de la revolución y de la contrarevolución están en una especie de empate. A las fuerzas de la revolución les corresponde una fuerza reaccionaria de la misma intencidad o similar.
Es ente momento que se decide si: o hay revolución y triunfan los trabajadores y el pueblo; o hay contra revolución, dictadura feroz, represión y un retroceso enorme de la clase obrera. Esto último fue lo que pasó en el 76 y en el mundo en la década del 90 con la caída del «socialismo real» (que creo ya expuse lo que pienso de él, pero aun así era un fantasma para las burguesías de todo el mundo).
Saludos
De acuerdo Es asi, nuestro único punto de disenso es que si bien acepto que nunca se llegó al socialismo por la vía de la reforma, dado que quienes llegaron al socialismo por la vía de la revolución, terminaron saliendo de él (la relativa excepción sería Cuba y no es poco, con todos los defectos que pueda tener, está en una situación mucho mejor que cualquier país que se le pueda comparar geopolíticamente, Honduras, Guatemala, etc), la situación es parecida, es decir, para mi no hay suficientes ejemplos como para asegurar que la revolución ES la vía, por lo menos no necesariamente. Pero entiendo que se pueda tener otra posición. De hecho cuando decís: «¿cómo hacés para que los empresarios a los que tenés que expropiar necesariamente para terminar con el capitalismo, no te hagan un golpe de Estado o no te volteen?» lo comparto en buena medida, si cuando intentás cosas mucho menores que esa, ya empiezan con las desestabilizaciones.
Dar estos debates para mi es importante, porque aunque no comparta del todo tu posición, comparto mucho menos la posición de desacreditar el discurso marxista como si fuera parte del «pasado», como si en la humanística se progresara de modo similar a la tecnología y entonces el marxismo fuera «obsoleto». Creo que no puede quedar en el olvido, porque no quedaron atrás las condiciones para que surja. Que no comparta sus premisas 100%, no significa que no lo considere una de las explicaciones más acabadas sobre la condición humana. Saludos.
Para mi también es muy enriquecedor este debate. Me hacés replantear posiciones, se aprende así creo yo.
En cuanto al tema de las anteriores revoluciones y sus rotundos y estruendosos fracasos, es cuestión de seguir luchando, jamás permitir que se burocratice y se aisle. El socialismo en un sólo país nunca más.
Saludos
El sentido del humor es algo que cambia con las épocas, porque no todos nos reímos siempre de lo mismo. Cuando salió Humor a fines de los setenta, era una revista que hacía humor a costa de la cultura permitida por la dictadura (el gordo Porcel, las películas de Palito Ortega, el debate entre menottistas y bilardistas, entre otros temas) y por eso se apreciaba su gesto transgresor. Después fue volviéndose más nítidamente política, hasta que se terminó poniendo la camiseta del alfonsinismo, y como en los noventa el humor predominante era el de las cámaras ocultas de Tinelli, CQC o el absurdo de Casero -que de político no tiene nada- su mensaje se perdió en el tiempo.
Lo de Barcelona es otra cosa. Es un humor antipolítico en el sentido en el que su visión de la política es muy cínica -no es un juicio de valor-, pero si algunos militantes virtuales no se bancan ese cinismo quiere decir que el discurso de Barcelona, que barre a todo el mundo de sus pedestales, ha logrado calar en una parte significativa de la sociedad que no se identifica ni con Cristina, ni con Macri y prácticamente con ningún otro.
Coincido, Hernán.
Cuando Humor se salió de los cauces aceptados por la dictadura, finalmente fue clausurada.
Hoy es más difícil «clausurar» a Clarín (ganas no le faltaría a más de uno), entonces el gobierno se toma el trabajo de atacarlo todos los días. Obvio que Clarín no se queda atrás. Y tendrán que convivir como enemigos… hasta que los intereses mutuos coincidan.
Pero habiendo tantos problemas realmente serios en el País, creer que todo pasa por destruir al multimedio, muestra la mediocridad de una dirigencia que no sabe, no puede o no quiere afrontar los verdaderos problemas sin victimizarse… ¡por un periódico!
Como el venerable Jorge de Burgos, la autora quiere suprimir la risa. Será cuestión de poner un poco
de veneno en el borde de las páginas de la mencionada revista.
«primero vinieron por Bombita Rodriguez y no nos importo…»
Me permito enunciar la «Ley de David»:
«Los gobiernos comienzan a caer cuando pierden el sentido del humor»
De nada.
Gracias, Alejandra. Por fin alguien lo dijo.
Son triiiiistes!
Y bueno, yo siempre pensé que Pernía tenía que haber sido el marcador de punta en el 78…
Che, que manga de amargos, viejo
ojala Pepe y Es asi se encuentren unidos el 24 en la Plaza…
Lamentablemente no Isabel, sería muy bueno que todos estuviéramos en la plaza luchando contra las patronales agrarias, fabriles y financieras, que fueron las impulsoras del golpe de Estado más sangriento de nuestra historia.
Pero justamente por eso no podemos marchar juntos; si pepe cree que defendiendo el estado de derecho la oligaquía no nos va a aplastar, le falta leer un poco que ocurrió en el 76.
En 1974 la AAA empezó a asesinar miles de combatientes y miles de luchadores revolucionarios; no sólo guerrilleros y miembros de las organizaciones armadas, sino que a muchos delegados de base clasistas; intelectuales revolucionarios.
No podemos marchar juntos por que el peronismo cree que se puede negociar con los empresarios, que se puede negociar con los ideólogos de los genocidas; nosotros no.
No marchamos juntos por que nosotros repudiamos el pago de la deuda externa, no lo aplaudimos y mucho menos lo presentamos como una medida popular y «revolucionaria» (como se refirió moyano, aliado de la AAA).
Igualmente nosotros los esperamos a todos los kirchneristas que se den cuenta de la imposibilidad y el corset que representa la burocracia sindical y el mantenerse dentro del sistema, para lograr los objetivos que todos tenemos.
Es muy fácil vomitar balas en el papel y creer que la revolución se encarna en uno,pero hacer la revolución exige identificar al enemigo y no vociferar contra todo el que no me sigue y despreciar a los trabajadores que eligen otras banderas, banderas que fueron las realmente perseguidas. A los revolucionarios a la violeta el régimen siempre los consiente. Largá que te vieron Es así
A los que verdaderamente persiguieron es al 70 % de los desaparecidos (de los que se «encargó» el ejercito, con centro en Campo de Mayo) y fue a los delegados de base, al sindicalismo clasista y a los militantes y combatientes del PRT-ERP; el 20 % fue a militantes de Montoneros y demás organizaciones peronistas (con centro en la Esma y se «encargó» la armada) y el restante 10 % para las otras organizaciones de izquierda (se «encargó» la aeronáutica). Esto fue la confesión de Harguindeguy.
Asique a mi no me vengás a sacar chapa que no portas.
Claramente hacer la Revolución exige identificar al enemigo, nosotros lo identificamos muy bien; es contra ese contra el que marchamos, contra las patronales agrarias, fabriles y financieras, es contra los mismos con los que el gobierno se anda sacando fotos y alabando mutuamente. Es contra la UIA, la SRA, la asociación de Bancos, la AEA, Techint, Roggio, Taselli, Eurnekian, Kraft, Pepsico, Stani, la COPAL, CRA.
Los mismos que fueron los principales impulsores y beneficiarios del golpe.
Nosotros los tenemos bien identificados, me parece que a ustedes es a quienes les falta identificarlos. Nosotros no nos sacamos fotos con Cavallieri o Zanola (interventores de los sindicatos por parte de la dictadura), no tenemos como apoyo máximo a Moyano (quien fue miembro de la Juventud Sindical, muy cercano a la AAA, la que inició la represión a los compañeros desaparecidos), nosotros no pagamos la deuda externa y negociamos con los hold out (fondos buitres y deuda, la combinación que nos dejó la dictadura), ni le pagamos al FMI 10 mil millones de dólares (que aca se toma como una medida de izquierda, cuando al mismo tiempo hicieron esto mismo los gobiernos de Brasil, Turquía y Rusia, los cuales no tienen ni un pelo de izquierda).
Nosotros no despreciamos a los trabajadores que no nos siguen, intentamos que se organicen autónomamente del patrón y del Estado en la fábrica. Por esto es muy importante el proceso de surgimiento del sindicalismo de base, que es fuertemente anti burocrático y anti patronal.
Claro que me vieron y me van a seguir viendo, en todas las luchas. Siempre. Me van a ver en la plaza mañana.
Me tengo que ir a laburar, pero después la seguimos.
Alejandra, te felicito por el texto (no me gusta la palabra post)y por las cuestiones que plantea. Sobre todo la del sujeto,que un cierto clima posmo elude siempre
Excelente y concuerdo plenamente con el texto.
Y me gusta mucho tu estilo.
Pensaba en la revista Humor, mientras leía, y la diferencia abismal que hay entre ambas.
Son productos de épocas distintas, ¿quién lo puede negar?, pero eso no hace más que reafirmar que Barcelona se dirige hacia un público que piensa igual que ellos: está todo mal, no hay posibilidades de cambio, mejor nos riamos.
Humor, en cambio, era una revista que satirizaba pero tenía una línea ideológica y plumas que escribían artículos de una lucidez brillante. Me viene Enrique Vázquez ahora a la memoria. Y reportajes jugados. No por nada durante la Primavera Alfonsinista perdió un poco de -valga la redundancia- humor.
Creo que la diferencia fundamental es que Humor era una revista cultural y Barcelona es un suplemento de humor.
PD: coincido con pepe en que son hijos del modelo CQC.
Es así: tengo motivos más fundamentales que verte a vos para ir a la plaza.En cuanto a las proporciones de militancia perseguida ignoraba que la mayor parte eran perros. O sea ques si hubieran optado por presentarse a las elecciones -sacrilegio que jamás cometerían – le hubieran ganado a Perón. Todos sabemos que vos y tus commilitones representan a la mayoría del pueblo y que los demás arderán en el infierno ¿Qué es esto, un ataque de humor negro?.
30 mil en una población de 30 millones, ajaja. Sos un capo de las matemáticas eh. Perros y delegados combativos. Eso lo declaró uno de los principales genocidas, uno de los que pensó el plan de aniquilación.
No creo en el infierno, seguramente vos si. Yo soy ateo. Y además el marxismo (a diferencia del peronismo) no hace valoraciones morales.
Para terminar, tratá de responder algo. Por ahora sólo pavadas y sarcasmo (como te jode de Barcelona, hiciste lo mismo).
Y otra cosita que te comento, el PRT si intentó presentarse a elecciones con la fórmula (nada sectaria) Agustín Tosco – Armando Jaime (compañero combativo de Salta, del Peronismo de Base). No se logró por la negativa del gringo.
Hay que leer menos del «infierno y el cielo» y más historia.
los»perros»eran una minoria numerica dentro de la rebelion.Yo nunca confundi el PRT con Montoneros.Los primeros eran marxisras,los egundos peronistas.Pero siempre pense que deben umirse porque tienen un enemigo comun.
Claramente Isabel, yo pienso lo mismo. Y fue algo que se intentó desde siempre. El problema, la linea divisoria era Perón. La confianza de Montoneros en Perón.
Hasta el día de la muerte de Santucho se intentó la unificación, estuvo cerca. Ese mismo día se iban a firmar los acuerdos para crear la OLA (organización para la liberación argentina).
Que diferencia enorme es discutir con vos o con Sergio que con Juan. Este último a pesar de que lo oculta es un reaccionario, es un anticomunista. La diferencia con ustedes es enorme. Además intelectualmente también por lo visto, ya que Juan se encarga de la parte cómica del blog parece.
Querido Es así, te lo digo con buena onda, no seas boludo.Cuando se van a avivar, Uds., que su odio al peronismo los ha hecho y los hace alcahuetes de la oligarquía. ¿O es a propósito?
Seguís sin argumentos. Podés contestar algo alguna vez, no hace mal.
Si te referís por alcahuetes de la oligarquía a la Unión Democrática y la participación del PC; estoy absolutamente de acuerdo. Me parece vergonzosa la posición (y en general todas las posiciones históricamente del PC argentino) de ser furgón de cola del proyecto burgués pro imperialista.
Es por estas agachadas que el PC perdió gran parte de su apoyo obrero que supo conquistar. Te recuerdo que hasta 1944 el PC tenía un poder de convocatoria bastante importante, realizó paros y huelgas con movilizaciones multitudinarias, iguales que el 17 de octubre en cantidad de trabajadores. Hasta entrado el primer gobierno de Perón el PC tuvo importancia en varios gremios (luego fue deglutido por sus terribles políticas pro oligárquicas y por la represión de Perón y la expulsión de sus militantes de los lugares de trabajo).
Pero también te recuerdo que el PC apoyó en el 73 a Perón y en el 76 luego a la dictadura. No es un partido al que se le pueda realizar un análisis serio, es una vergueza.
Si lo decís por el MST y el PCR que se movilizaron con las patronales agrarias, nuevamente coincido. Verguenza les tendría que dar, levantar las banderas de la revolución (por la que tantos millones de hermanos y hermanas dieron su vida) para apoyar a Biolcatti y Miguenz.
No tengo mucho más que aclararte, el tema es que sería bueno que vos contestes algo. Por ahora no lo hiciste jamás. Sólo chicanas y sarcasmo al estilo Barcelona, sos un antipolítico parece.
PD: Es ante esas huelgas que Perón realiza ese famoso discurso en la bolsa de Comercio en 1944. Ese en el que dice que él es el máximo defensor de los intereses de los capitalistas, no se si te suena.
No voy a contestar cada pelotudez que te pasa por la cabeza o que te mandan a decir tus superiores. En realidad no me interesa discutir con vos porque no te creo, ni siquiera que sos militante, no se muy bien cual es la función a la que apunta tu «actividad»
Jajaja que payaso. A mi no me manda nadie, el marxismo consiste en la crítica constante. Todo es objeto de revisión y de crítica (también los textos de Marx, al cual le hago críticas yo y montones de marxistas, el marxismo es un método de análisis, no un dogma como la religión).
Nadie manda a nadie, no es un ejercito ni una religión. Talvez te confundís con el peronismo.
«No te creo», jajajaja. No sabés cuanto me afecta que no me creas, estoy muy dolido. Yo si soy militante, vos no se que hacés, seguro sos un pobre funcionario de última.
Mi actividad (sin comillas) apunta a hacer la Revolución. A conformar una organización política que permita que la clase obrera tome el poder y termine con la clase opresora, con el imperialismo.
El que trabaja y es aliado de la oligarquía es el gobierno al que defendés. Ese mismo que tiene como aliados a un gran empresario como Urquía o Eurnekian.
Me enteré que el encuentro por la memoria ,la verdad y la justicia va a la plaza encabezado por Vilma Ripoll.Ahora estoy seguro de que a la revolución no la para nadie.!Que manga de boludos!
Che una preguntita nomás. ¿Sabés leer?. ¿No viste lo que puse arriba?.
Vilma Ripoll y todas las organizaciones que siguieron a la patronal agraria me dan asco. A ver si se te pone en la cabeza.
Pero también me dan asco los payasos que reivindican a un gobierno que instauró la enseñanza religiosa obligatoria en las escuelas públicas.
Nunca un argumento, andá a la Barcelona, sos puro sarcasmo.
PD: Igual en la Barcelona te meten una patada en el orto, tienen un poquito más de chispa por lo menos. Para ser irónico hace falta tener media neurona por lo menos.