Después del cumpleaños de mi ahijado, donde terminé jugando con el hasta la madrugada, volví a casa y pensé que el pibe crece tan rápido y que no lo disfruto, me pasó lo mismo con mis hijos. Estaba haciendo balances, sacando conclusiones y el domingo aproveché parahacer revisionismo.
Esta es otra de esas elecciones que se presentaba como gran derrota del oficialismo y que viró, dejando perplejos a tirios y troyanos. Por eso es provechoso para momentos parecidos que volverán a repetirse en el futuro hacer la inteligencia del asunto.
¿Que pasó?, antes que Mariano Grondona, Morales Solá y Blanck y tantos otros nos lo expliquen.
Allá por el 21 de marzo de este año MP nos daba aquí el siguiente panorama:
“Los planes opositores pasaban, presumiblemente, por amontonar victorias parciales sobre el oficialismo en elecciones distritales para crear “sensación de derrota oficial” entre la opinión pública. No era un mal plan. Hasta octubre, la orgía mediática haría su parte y la sensación quedaría instalada: el gobierno está en retirada, pierde en todos lados, la oposición gana una elección tras otra levantando las banderas de la renta agraria. Todo resumido en una frase: fin de fiesta, retraducción del famoso “postkirchnerismo”.”
Ese era todo el plan político del conglomerado gorila: instalar un microclima en el que un oficialismo agónico, derrotado en octubre y ya sin mayoría en ambas cámaras, radicalizaría sus posiciones ideológicas y se transformaría ante “la gente” en el enemigo que ellos ya ven, tomando medidas desesperadas como la nacionalización del comercio exterior, la nacionalización del banco hipotecario y otras medidas “peronistas” que asustan a las señoras en la peluquería. Y por fin, con todo “el país” en contra, la caída.
Ese escenario polarizado, de un gobierno en retirada, lanzando decretos “vengativos” de necesidad y urgencia y obviando al Congreso (opositor), era el “momentum” deseado por el rejunte gorila, quien lo aprovecharía para forzar un gobierno parlamentario “de facto”, imponiendo medidas de corte liberal que beneficiara a los grupos de interés que representan. La hipótesis de máxima de los dirigentes aliancistas, más los Medios, más los patrones agrarios, que era la renuncia en diciembre o antes de la presidenta, luego de perder las elecciones de octubre, encuentra en la decisión gubernamental de adelantar el acto comicial un escollo insalvable: no hay tiempo físico para rosquear lo necesario, no hay tiempo para instalar candidatos, para disimular las guerras internas por las cabeceras de listas, para blindar los distritos a fuerza de presencia mediática. Un verdadero lío.
Este era el plan global de la esperpéntica oposición desde mediados de junio del año pasado hasta mediados de marzo de este año.
Ese mismo dia (21 de marzo) en Artepolítica Ignatius (autor de esta nota) señalaba lo siguiente
Tres cosas hizo el peronismo conducido por los Kirchner en una sola semana
1.- Cerró en Diputados y envió al Senado una ley de adelantamiento de las elecciones.
2.- Por Decreto salió a coparticipar parte de las retenciones (30%)
3.- Puso en la agenda la ley de Radiodifusión
Las tres cosas se piensan como tres elementos independientes, cuando en realidad son uno solo: la gran estrategia gran.
Se pateó el tablero y las fichas quedaron desparramadas. En parte estas tres cosas combinadas/impensadas fueron las que empezaron a torcer el rumbo:
Néstor Sbariggi esta mañana nos aclaraba aún más el panorama.
Esta pelea obliga a Clarín a decir la verdad como hoy en el análisis de Julio Blanck:
Se lucha punto a punto en la intención de voto en la Provincia. Y esa batalla se libra también en la movilización de aparatos. Allí el kirchnerismo lleva ventaja porque tiene los recursos del Estado y tuvo la habilidad de comprometer electoralmente a medio centenar de intendentes. Eso le está permitiendo, por ejemplo, revertir tendencias muy negativas en algunas ciudades decisivas como Mar del Plata, La Plata y Bahía Blanca, donde tendría la posibilidad de hacer elecciones muy decorosas, y triunfantes en algunos casos.
No hay misterio alguno. El gobierno hizo política, leyó correctamente algunos signos en el comportamiento del electorado, intensificó la acción sobre los distritos difíciles con mayor número de votantes y se mostró unido y trabajando en equipo mientras los conflictos en los frentes opositores eran la comidilla de los medios.
Nos queda en el tintero algo que Clarín refleja en el editorial mencionado: se está conversando con los heridos por la lapicera colorada. No solo con los heridos sino con gente que a pesar de haber superado la prueba e ir en las listas ya piensa en el 29 y como asumirán el 10 de diciembre en el caso de resultar elegidos.
Sin dormirse, y haciendo ya caso omiso a las operaciones berretas que apuntan a hacer del colorado un «ganador» moral, el peronismo conducido por los Kirchner se dirige al escenario posterior a las elecciones. Prueba de ello son las pistas que tanto Scioli como D’Elia construyeron oralmente para que el felipismo se decida a aterrizar el 29 de junio.
Esto lo veíamos venir desde hace un tiempo. Manolo planteaba lo que se discutirá a partir del escenario que quede a partir del 29j y cual será el centro del dialogo nacional después de esa fecha:
«La disputa distributiva; Este es el fondo de la cuestión; aquí los ministerios, las gobernaciones, las diputaciones, etc.; son secundarios. Con o sin recesión hay que discutir la torta; quien, o quienes se van a quedar con las plusvalías de los próximos dos años.«
El proyecto de país chico, exportador de materias primas (agricolas y extractivas) y receptores del capital especulativo, tímidamente industrializado -solo con procesamiento de las materias primas que permita el modelito- nunca se rinde, pero deberá esperar otro momento para intentar reinstalarse.
Dos materias adeudamos para mejorar la relación de fuerzas con nuestros adversarios: debate y movilización.
A mi humilde entender, el asunto de las elecciones está casi-casi terminado, ahora lo importante es resolver problemas -en definitiva ese es el secreto por el que hasta nuestros enemigos terminan por preferirnos-. El primer punto a resolver es como ganar la discusión de las medidas que se implementarán para paliar los coletazos de Godzilla que producirá en nuestra economía la crisis mundial, por supuesto en esto tenemos que defender un modelo, es otra vuelta de tuerca de la discusión acerca del proyecto de país que queremos.
…un detalle, estos tipos no resisten cuando el gobierno pisa el acelerador. No hay que dejar que se rearmen, el 29J es quinta a fondo y a seguir hacia adelante. Se necesita ya mismo un plan para encarar lo que viene. Hay un monton de cosas que hay que cambiar, tantas que equivale a definir que modelo de pais se busca. La ambulancia puede pasar, pero con una advertencia: no siempre hay segundas chances, esta puede ser la ultima. De hecho, puede ser la ultima para todos si algo sale mal…