Los muchachos de Venado Tuerto – Mario Benedetti

Trasladarse de Montevideo a Venado Tuerto (provincia de Santa Fe, Argentina) requiere tantas horas de viaje (bus más buque más otro bus) como volar de Montevideo a Madrid. Pero vale la pena. Desde comienzos del 83 me venían invitando y por compromisos varios no había podido ir. Los venadenses —que no tienen la costumbre de darse por vencidos— comprendían mis dificultades, pero periódicamente me seguían llamando. Al final me ganaron —sobre todo para su causa—pero debo reconocer que en mi aceptación tuvo mucho que ver Eduardo Galeano, que hace algunos meses estuvo ahí y volvió entusiasmado.

 

Tras doce horas de viaje, es lógico que uno llegue a Venado Tuerto más bien reventado, pero los rostros que lo esperan son tan optimistas, tan vitales, tan esperanzados, que el recién llegado empieza a evaluar su fatiga como una deleznable claudicación.

 

La invitación era de la Biblioteca Popular Florentino Ameghino/Centro Dinámico Cultural. Como la denominación es demasiado larga, todos la llaman simplemente “La Biblio”. El grupo de activistas está formado por unos sesenta jóvenes (salvo una o dos excepciones, las edades oscilan entre los 18 y los 30 años) pero ya en el 87 el número de asociados llegaba al millar. Hoy son muchos más.

 

La Biblioteca Ameghino fue fundada en 1920 (han editado una pegatina que proclama “1920-1990. Sesenta años no es nada”). Como mellizo de la Biblio, me sentí poco menos que aludido. Los cierto es que la casa estaba en ruinas y hacía muchos años que no cumplía la función cultural para la que había sido creada. Estos muchachos consiguieron la correspondiente autorización y se dedicaron a reconstruirla, trabajando afanosamente como albañiles, pintores, carpinteros, electricistas, plomeros y luego como organizadores, bibliotecarios y corredores de avisos, administrativos, etcétera.

 

Venado Tuerto tiene unos sesenta mil habitantes y está situada en una zona que siempre ha sido económicamente próspera y políticamente conservadora. El problema que los organizadores se plantearon fue cómo involucrar a esa gente en un proyecto cultural progresista. En Argentina, como en Uruguay, el fútbol es fenómeno pluralista, y Venado Tuerto no es una excepción. De manera que la Biblio creo su equipo, pero con caracteres muy especiales. Por lo pronto, la alineación en la cancha es a “la antigua”: un golero, dos zagueros, línea media de tres, cinco delanteros. También el atuendo es coherente con ese planteo: camiseta a colores vivos (amarillo y rojo, en diagonal), pantalones que son casi bermudas, medias rojas con pompones y, por si todo eso fuera poco, el golero lleva camisa blanca con corbata de moño.

 

La actividad del equipo empieza desde abajo. En el 86 ingresan a la Liga Venadense, luego participan en el campeonato Provincial. De triunfo en triunfo, su singularidad también va ganando terreno y el  Newells Old Boys, club de primera, los invita a jugar. La Biblio acepta y, tras un arduo partido, gana Newells por sólo dos a cero. Al margen de los resultados, los de la Biblio encaran el fútbol con alegría. Una convocatoria reza:

“Este domingo, si ganamos, venga y festeje con la Biblio, pero si perdemos, venga y festeje con la Biblio”.

Y una pancarta que los hinchas enarbolan en los partidos, dice:

 “Enamórense”.

 

En general, todas las consignas de la Biblio tienen un sentido vital, renovador:

“Hagamos algo que no esté de moda”,

“Que lo urgente no nos quite lo importante”,

 “Todos decidimos sumar, nadie restar”.

Naturalmente, la Biblio no es sólo fútbol, es sobre todo biblioteca. Cuando solicitaron un subsidio local, cierta prensa capitalina los denunció como antro de drogadictos, subversivos y otras layas, pero la Secretaria de la Cultura envío una inspectora para que informara y la funcionaria regresó sinceramente emocionada con los logros de la Biblio. O sea que de droga y subversión; cero, de desarrollo cultural y social, sobresaliente. Ergo, les fue concedido el subsidio. Con el levantaron más salas, más bibliotecas, compraron más libros, construyeron el Galpón del Arte, donde hay funciones de teatro, cine, vídeo, conferencias.

 

Publican una revista, Biblio, con editoriales que a veces son en verso. En uno de ellos se dice:

“No quiero obedecer y desobedecerme”,

y también:

No quiero aceptar lo que pasa como si me pasara. ¡No quiero que le falte corazón a mi tarea!”.

Fútbol, biblioteca, revista, bailes, , ciclos de charlas, etcétera, todo lo financian con donaciones y/o publicidad. A tal punto se han ganado el apoyo de los venadenses, que los comerciantes, a pesar de la crisis, colaboran con cierta regularidad.

 

En la nómina de actuaciones y “deslices” —así los denominan— figuran entre otros estos rubros: adquisición y recuperación de libros, representaciones teatrales, una fiesta titulada “La joda de la historia”, así como la adquisición del perro Platón y la perra Juanita, “quienes luego de un apasionado romance” engendraron una perrita bautizada como Lucrecia.

 

A los intelectuales, científicos y periodistas, invitados para que brinden charlas abiertas, sólo se les pagan el alojamiento y el transporte, y sin embargo constantemente acuden a Venado Tuerto gente como Osvaldo Soriano —quien además les brinda siempre sabrosos y apasionados consejos sobre futbol—, Beatriz Sarlo, Juan Carlos Volnovich, Waldo Ansaldi, Norman Brinski, León Rotzitchner, Eduardo Galeano, Juan Carlos Pontantiero, Luis María Pessetti, Ernesto López, Mario Lipsitz y tantos otros, que han tratado temas de psicoanálisis, teatro, filosofía, posmodernismo, plástica y creación musical, generación del 70, generación de la dictadura. Sin olvidar el fútbol, claro. Tomás Abrahams dio una charla sobre Filosofía y Fútbol, en la que abordó subtemas sabrosos: a)la ética según Bilardo y b)la ética según Menotti.

 

En la Biblio Proliferan volantes con poemas, proas breve (firmadas o anónimas), signos de una creatividad espontánea, puentes sencillos entre la sociedad y el individuo, , experimentaciones sin soberbia, desacuerdos sin odio. Como muestra transcribo un textillo en prosa, sin firma, titulado “Reflexiones”:

 

“Nos habíamos conocido durante el estado de sitio. Teníamos que caminar abrazados y besarnos si se acercaba cualquier bulto de uniforme. Los primeros besos fueron por razones de seguridad. Los besos siguientes por las ganas que nos teníamos”.

 

Para estos muchachos parece no haber ruptura generacional. De los viejos tratan de aprender y de aprehender lo que les sirve; casi sin proponérselo, enseñan a los fogueados, modestia y elegancia. Tratan al veterano como si fuera uno de ellos, dando y recibiendo confianza, y eso facilita extraordinariamente el diálogo. Con su trabajo, su modestia y su simpatía, se han ganado el apoyo masivo de los vanadenses. Como consecuencia inmediata, el nivel cultural de Venado Tuerto ha subido notoriamente en un par de años. Eso lo reconocen los más y los menos amigos.

 

Es aleccionante verificar qué pueden llegar a ser y hacer los jóvenes cuando tienen motivaciones colectivas que no desbaratan el impulso individual. Pero también es bueno comprobar que, en este caso, las motivaciones no cayeron del cielo; ellos mismos las provocaron, crearon, desarrollaron, con un ritmo de vida que es la mejor noticia en una Argentina que parece descreída, fatigada y sin rumbo. Pienso que a Cervantes le habría gustado una de las incitantes consignas de la Biblio:

 

“La vida ataca a los molinos”.

 

Brecha, Montevideo

16 de marzo de 1990

 

5 comentarios en «Los muchachos de Venado Tuerto – Mario Benedetti»

  1. todas las hojas son del viento menos la lus del sol y el sol era nuestro al igual que esos largos dias vividos en el mundo de la biblio .Hoy siendo padre mis hijos quieren saber mas y yo busco en esta impensada maquina lejana en esos tiempos de asado y vino de DOn Musini,si tienen algun recuerdo mas publiquenlo por favor gracias CHARLY

  2. Acabo de ver un documental en el canal Encuentro sobre «La Biblio». Realmente me emocionó. Creo que estos proyectos son inspiradores y sobre todo, posibles. Solo hay que sacudirse el polvo y tender la mano. Un saludo desde Rosario a los gloriosos Muchachos de la Biblio»

  3. Vi el programa de Encuentro hoy y me pareció fascinante, es increible que me entere de qué se trataba La Biblio por este medio, siendo yo venadense. Recuerdo sí cuando era chica que hablaban mal de los «chicos de la Biblio», pero ahora entiendo que les pasaba lo mismo que a mí, no sabían nada de nada. Ojalá volvieran esos tiempos y pudiera participar en esos nobles proyectos y en esas alegrías compartidas.

  4. Que grande la bibliooooo, uno de los jugadores es odontologo en mi pueblo «maggiolo» a 30 km de vdo tuerto, y sevilla el mediocampista fue tecnico de sarmiento de maggiolo y salio campeon por el 2004, unos maestros, Jugaban en la cancha de San eduardo y se iban antes para cortar el pasto ellos mismos, unos grosos! Estaria bueno saber la formacion completa de la biblio! la mascota del equipo era «platon» un perro jaja! saludos desde rosario!

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