- “(…) Todas las clases y todos los partidos se habían unido en un partido del orden frente a la clase proletaria, como partido de la anarquía, del socialismo del comunismo. Habían salvado a la sociedad de los enemigos de la sociedad . Habían dado a su ejército como santo y seña los tópicos de la vieja sociedad: «Propiedad, familia, religión y orden «, y gritado a la cruzada contrarrevolucionaria: «¡Bajo este signo, vencerás!»
Desde este instante, tan pronto como uno cualquiera de los numerosos partidos que se habían agrupado bajo aquel signo contra los insurrectos (…), intenta situarse en el campo de batalla revolucionario en su propio interés de clase, sucumbe al grito de «¡Propiedad , familia, religión y orden!».
La sociedad es salvada cuantas veces se va restringiendo el círculo de sus dominadores y un interés más exclusivo se impone al más amplio. Toda reivindicación de la más elemental reforma financiera burguesa, del liberalismo más vulgar, del más formal republicanismo, de la más trivial democracia, al mismo tiempo es castigada como un «atentado contra la sociedad» y estigmatizada como «socialismo».
Hasta que, por último, los pontífices de «la religión y el orden» se ven arrojados ellos mismos a puntapiés de sus trípodes píticos, sacados de la cama en medio de la noche, empaquetados en coches celulares, metidos en la cárcel o enviados al destierro; de su templo no queda piedra sobre piedra, sus bocas son selladas, sus plumas rotas, su ley desgarrada, en nombre de la religión, de la propiedad, de la familia y del orden. Burgueses fanáticos del orden son tiroteados en sus balcones por la soldadesca embriagada, la santidad del hogar es profanada y sus casas son bombardeadas como pasatiempo, en nombre de la propiedad, de la familia, de la religión y del orden. La hez de la sociedad burguesa forma por fin la sagrada falange del orden y el héroe Crapulinski* se instala en las Tullerías como «salvador de la sociedad.”
“El 18 Brumario de Luis Bonaparte”, Karl Marx.
creo que aca los represores durmieron tranquilos,dominantes,y aun hoy son respetados.No hubo jacobinismo argentino,porque existe por nuestra «idiosincrasia»un enanito facista(o gusano)que es muy dificil de transformar en mariposa.
Cualquier analogía con el golpe del ’76 y sus clérigos amigos y sus intendentes radicales y sus «Nobles» periodistas y la Sociedad Rural y los entusiastas empresarios, financistas, banqueros y funcionarios civiles (Smart, Carrió y un largo etc etc), o los muchachos del PC que veían un general progresista en el jefe de los genocidas, es pura casualidad.
… y sus intendentes y políticos justicialistas, y los gordos de la CGT, y la mayor parte del pueblo de la nación argentina, etc.
Te olvidaste de millones de personas en tu lista.
Me limité a incluir los que estaban a favor del golpe, disculpe si lo omití.
Todos los que listé yo también lo estuvieron. Esa fue la tragedia de la Argentina.
Se equivoca, fue el movimiento obrero quien echó a Lopez Rega y sus dirigentes junto a dirigentes políticos, militantes y trabajadores peronistas fueron encarcelados, torturados, muertos o desaparecidos.
No le niego que algunos compañeros dieran un suspiro de alivio como solemos hacer ante la muerte de algún pariente por el cual la medicina ya nada puede hacer.
A los pocos dias del 24/3 yo caí preso por enfrentar el golpe y me siento afortunado de poder contarlo.
Por supuesto que muchos estuvieron contentos y salieron a vivar al dictador, sospecho que a mas de uno hoy se le caería la cara de vergüenza si se lo recordaran. A otros no.
No todos los del movimiento obrero estuvieron en contra de Lopecito y su Triple A. Algunos, la integraron: nada le divierte más a buena parte del sindicalismo peronista que apalear zurdos.
Y en el resto coincidimos, la mayor parte de la sociedad -y sus dirigentes- respondió aliviada y a favor del golpe. No solo la pequeña lista que vos propones. El apoyo al golpe fue mucho más grande.
Y es cierto, la mayoría hoy se averguenza de ello.
Una cosa es el alivio ante el fin de la agonía y otra el apoyo al golpe. Muchos nos opusimos.
Los que yo mencioné en primer término son aquellos que apoyaron activamente el proceso involucrándose, proveyendo ministros, intendentes (nada menos que 300 intendentes radicales nombrados por los comandantes), paros agrarios y solicitadas golpistas, una justicia, una prensa y una iglesia adictas.
¿Qué estaba haciendo Huguito en ese momento? Qué buena pregunta, Mario.
Hebe de Bonafini: “No me queda duda que Moyano es culpable y responsable de haber participado de la Triple A”
http://www.izquierda.info/modules.php?name=News&file=article&sid=4185
En el 2003 deberían haberse dado cuenta. Ahora puede que sea demasiado tarde.
Obvio. No me hago cargo de ninguna analogía con lo que escribió un tipo a mediados del siglo XIX.
Puede que la analogía resulte ser más bien contemporánea, puesto que del análisis del 18 brumario de Luís Napoléon, surgió el régimen político que se ha denominado como bonapartismo. Tal sistema se ha caracterizado por el marxismo como la forma de gobierno en la que queda desautorizado el poder legislativo,que en el estado democrático representativo creado por la burguesía es por lo común el poder primario, y en la que se realiza la subordinación de todo poder al ejecutivo guiado por una gran personalidad carismática, que se coloca como representante directo de la nación, garante del orden público y árbitro imparcial frente a los intereses contrarios de las clases.
Naturalmente que esa autonomía es real a nivel de la superestructura política, pero aparente en cuanto a las políticas económicas que en general coinciden con los intereses de las clases dominantes. Este concepto del bonapartismo fue utilizado por el marxismo en los años 20 y 30 para la interpretación del fascismo y lo fue también para algunos analistas del fenómeno peronista.-
La caracterización del bonapartismo es algo más compleja que esto que usted esboza aquí, aunque ciertamente surge de esta obrita maestra de Marx. Sobre la caracterización que ha hecho el marxismo, y especialmente el marxismo vernáculo, del peronismo en fin, está claro que ha sido nunca muy feliz.
El recorte del texto no pretende ir más allá del párrafo señalado, en el sentido en el que ilumina como pocos una dinámica habitual de los procesos de derechización de las sociedades. No haría una analogía por encima de esto, que no es poco.
al enanito o gusanito facista no hay que darle de comer.
Tiene razón Isabel, recién veo su post.
¿Lo dicen por mi?
cola de paja