Por eso podemos decir con orgullo que estamos instalados en el sentido común y en la cultura cotidiana de varias generaciones de argentinos. Quisiera ser aún más explícita: el diario son sus lectores”
Grupo Clarín, Misión y Visión (son palabras de Ernestina Herrera de Noble)
“Así como se suele hablar del rostro de una época o de un país, la expresión de una época se define también por su lenguaje”
Victor Klemperer, LTI. La Lengua del Tercer Reich
¡¿Por qué seguimos hablando de medios de comunicación?! Un medio de comunicación es el teléfono, del mismo modo que un medio de transporte es el colectivo, no El Rápido Argentino ni Chevallier. ¿Cómo puede ser posible que sigamos pensando que los grupos concentrados de la telecomunicación diversificada son “medios de comunicación”? Es un contrasentido que goza de mucha vitalidad, incluso hasta en los más críticos (esos debemos ser nosotros, supongo).
Victor Klemperer, a quien se cita en el segundo epígrafe, fue un filólogo que padeció la Alemania Nazi y la sobrevivió, entre otras cosas, porque su mujer era aria. Eso lo salvó de los campos de exterminio. En aquéllos años fue llevando un Diario (su balancín, como decía) en el que captó lo que llamó la LTI, la Lengua del Tercer Reich (pero en latín es tercer imperio y ahí concuerdan las letras). Decía Klemperer que el nazismo traía una nueva lengua, pero que no se constituía a partir de la invención de nuevas palabras sino que tomaba palabras aisladas (crispación), expresiones confusas (riesgo país, libertad de expresión), y formas sintácticas que imponían repitiéndolas millones de veces hasta que se adoptan de manera mecánica e inconciente (hay demasiados ejemplos…). Decía: “las palabras pueden actuar como dosis ínfimas de arsénico: uno las traga sin darse cuenta, parecen no surtir efecto alguno, y al cabo de un tiempo se produce el efecto tóxico”. Estamos envenenados y el veneno ya está en nuestra sangre.
Siento que con el concepto de “medio de comunicación” sucede esto. No lo ponemos en discusión y damos por sentado que es así. A lo sumo decimos: es un mal medio de comunicación (o algo por el estilo, con un lenguaje más sofisticado). El sólo hecho de seguir pensándolo como un medio ya es un problema. Ya empezamos con 3 jugadores menos y el referí comprado. Y digo referí porque esa es la figura, justamente, con la que juega la idea de medio: es algo neutral que está entre dos cosas, entre la noticia (la realidad) y vos. Porque el medio es sólo el “canal”, como dicen los lingüistas. No se mete: es independiente. Burrada peligrosas si las hay.
Es el momento de empezar a llamar a las cosas por lo que son. En este caso: empresas. Empresas súper diversificadas, con incumbencia en distintas ramas y diferentes industrias. Empresas que comercian con noticias o con discursos. Esta es la era de lo espectacular integrado (si tengo tiempo, luego escribiré sobre este concepto). Y una empresa, como todos saben, tiene intereses y esos intereses están identificados en la Misión y la Visión de la empresa. La misión es el motivo, el propósito, la razón de ser de toda empresa. Es lo que pretende cumplir en su entorno, lo que pretende hacer y el para quién lo va a hacer. Los accionistas tienen en claro a qué se dedica la empresa y cuál es su objetivo en la definición de su misión.
El primer epígrafe de esta entrada, casualmente, es el extracto de la misión y visión del Grupo Clarín que figura en su web (y son, además, las palabras de EHN). No tienen ningún pudor en dejar en claro su ideología: nosotros somos el sentido común. Lo que está por fuera de nosotros, es lo que no tiene sentido, lo ilógico, lo fuera de lugar. No hay separación entre el grupo y sus consumidores (ella dice el Diario y sus lectores, que es parte de lo mismo). Son (somos) una misma cosa. Sin autonomía. Ustedes piensan lo mismo que nosotros o nosotros decimos lo que ustedes piensan.
Es absurdo y peligroso seguir llamando medios de comunicación a estas empresas que comercian con el discurso. Si quieren, para no hacerlo tan “demodé”, hasta las podemos llamar Empresas de Telecomunicaciones. No importa. Lo que importa es que en esta batalla tengamos herramientas propias. Y una vez dicho esto, lo que realmente nos tenemos que preguntar, para pensar una nueva forma de llamar y pensar a esto que tenemos entre manos, es ¿qué es la comunicación? (sobre eso también me gustaría escribir algo). Por ahora, lo único que puedo decir es que la comunicación refiere a lo común, es decir, a lo que tenemos de común entre nosotros. Aquello que nos une pero que también nos separa. Por eso, si unas empresas pueden apropiarse de lo que tenemos en común entre lo hombres y hacer como si fuera propio y devolverlo totalmente masticado y digerido, entonces muchachos, estamos en el horno.
Muy bueno. Igual es algo que ya está instalado, es my difícil masificar este tipo de mensajes y que encima se adopten. De todas formas celebro la toma de conciencia. Se parece mucho a un artículo publicado en Página hace algún tiempo que decía:
Frente al desarrollo del escenario político cultural y las nuevas realidades que se presentan, Santiago Marino propone definir a los hasta ahora denominados medios masivos de comunicación como “agentes corporativos de información”.
http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-134631-2009-11-04.html
Muy bueno el artículo, no lo había leído, lo cual me provoca pensar lo siguiente: que la idea, que si bien no es nueva, empieza a ser la expresión de un «clima de época», es decir: si aparecen uno, dos, tres… mil tipos planteándolo, es porque comienzan a surgir las condiciones para ese planteo. Quizá no se logre desinstalar el concepto, lo importante es que lo desnaturalicemos lo más posible, tanto como para hacerlo reversible.
bueno , las empresas son tambien medios de comunicacion.
Al margen de que detestemos clarin, son parte del juego. Jugar el juego contra ellos esta bien, pero no puede ser central , o al menos no puede parecer que es central
«ugar el juego contra ellos esta bien, pero no puede ser central , o al menos no puede parecer que es central»
¿Cómo no va a ser central la construcción del relato? ¿De qué estamos hablando? No estamos hablando de los hechos, sino de lo que los hechos representan en la mente de cada uno. De si (p.e.) la AUxH debe verse como «inclusión social» o como «clientelismo». El hecho es el mismo, su interpretación no.
Esta lucha es contra la Prensa Canalla que pretende construir y ordenar nuestra realidad, legitimando hechos, ideas y valores. Ni más, ni menos.
exelente, vos decis lo que io siento gracias por este aporte saludos…