No entienden. Nunca entendieron. Nunca entenderán

En 2003, apenas se lo proclamó Presidente de la Nación por la deserción del balotaje de Carlos Menem, Néstor Kirchner recibió un consejo/imposición/sugerencia/pedido/amenaza (cada uno elija el vocablo que mejor le parezca) de parte del establishment que se había encargado de gobernar el país desde 1976 hasta esa fecha –haciéndolo estallar en mil pedazos en 2001-, que se lo comunicó a través de uno de sus más fieles sirvientes, el (siempre muy solícito a la derecha) subdirector de La Nación, José Claudio Escribano.

“Procesismo más noventismo o durarás un año”, rezaba el documento. Ya se sabe qué hizo Kirchner con dicha bravuconada. La historia se encargó de demostrar que los amenazadores no pudieron y que el presidente ‘03/’07 tuvo razón en no hacer caso a ninguno de los puntos del escrito para el cual Escribano prestó pluma y firma.

¿Qué cosa se habrá posesionado de todos aquellos que participaron de tan antidemocrática y antirrepublicana maniobra como para creer que tendrían éxito? Seguramente la costumbre de largos, por entonces, veinte años de tipos que –haciendo escaso honor a las investidura que el pueblo les había otorgado-, o bien se les rindieron fascinados (Menem, De La Rúa, Duhalde), o bien no pudieron porque no supieron cómo hacer para torcerles el brazo (Alfonsín). Con Kirchner, por suerte para todos los que andamos a pie, sería distinto. Por primera vez desde un tal Juan Domingo, que era General, llegó a Presidente, y que años después sería emulado fielmente por un flaco desgarbado, cara de pingüino, que, como él mismo decía, vino con “la fuerza de los vientos del sur”. Vaya fuerza.

Ese flaco acaba de desaparecer físicamente de este mundo. Pero a diferencia de ese General, que llegó a Presidente, no nos deja en manos de una incapaz mental como la Presidenta que asumió en 1974, sino del mejor cuadro político y militante que hay dentro del mundo político dirigencial argentino de 2010. Una tal Cristina Fernández, o, como ella misma dice, “CFK, si te gusta más”.

No obstante lo anteriormente dicho, hay gente que nunca aprende. Apenas dos horas habían pasado desde conocido el dato oficial de la desaparición física de Kirchner, y en La Nación, reincidente el house organ de los sectores de poder, aparecía una columna del que fuera secretario privado del dictador Roberto Viola (presidente procesista en 1981), Rosendo Fraga, desde la cual se quiso ganar tiempo y espacio para las exigencias establsihmenteras, esta vez dirigidas a “CFK, si te gusta más”.

¿Cómo puede ser que no aprendan de las lecciones que da la historia? ¿O será acaso que no hay balas que les entren; que tienen los ojos tapiados a los hechos (que nunca son como a ellos les gustaría que fueran) e intentan amoldarlos a sus interpretaciones y oscuros deseos?

Dice Hernán Brienza (que de kirchnerismo sabe y mucho) que en la pareja Kirchner era (es) el pragmático, y Cristina la de la fortaleza en las convicciones. Desde la vereda de enfrente a la de Brienza, hace rato que ese buen opositor que es “Turco” Asís dice que es ella, en verdad, la que no quiere dar el brazo a torcer con Clarín. Alguna vez también el miserable de Fontevecchia dijo que fue por la Presidenta que hubo Ley de Medios, ya que a ella le resulta intolerable, como a ningún otro de sus predecesores, el no reconocimiento de sus potestades constitucionales de mando.

Las imágenes de los miles de ciudadanos despidiéndose de su líder y compañero, a lágrima pura frente a un féretro dentro del cual nadie quiere creer que él está; y de una Presidenta que, a horas de haber perdido al compañero de toda su vida en el más amplio sentido, consolaba más ella a su pueblo y a los visitantes que incesantemente llegaban a dar el último, incrédulo y sentido adiós, que viceversa, dan la pauta de la entereza de Cristina, del material de que está hecha ese roble con faldas. No lloró, no se permitió quebrarse, estuvo para consolar a los que fueron a consolarla. Capoteó aún en ese momento de mierda. Compungida, acongojada, sí, pero también conmovedoramente entera.

Aflojaba ver a Correa y a Evo, como dos nenes que perdieron a su papá. De hecho, Evo habló de una Sudamérica que quedaba huérfana. Huérfana de su primer presidente de su historia. Tenían motivos, ambos, para sentirse como se sentían. Son dos presidentes cuyas investiduras fueron amenazadas en distintos momentos, y siempre tuvieron a Kirchner al pie del cañon para defenderlos, y con ellos a sus instituciones, méritos que no puede ostentar ninguno de los autodenominados repúblicos de estas pampas, así como tampoco pueden decir que evitaron una guerra, cual sí lo hizo el compañero Jefe, que dejó su huella en cada cargo que ocupó, que nunca fue simplemente uno más. Y allí iba ella, a darles la palmada, el abrazo, la palabra de aliento. Surrealista. El sufrimiento sudamericano fue transversal, no importaron derechas e izquierdas en esta ocasión, así como no importan hace rato para defenderse entre ellos cuando los buitres amenazan.

Una verdadera PRESIDENTA, así, con mayúsculas, asumiéndose líder de la patria, y de un pueblo al cual no quiere dejar caer. Tuvo tiempo hasta para bajarse del auto que la llevaba en el cortejo para ordenar a la policía que dejara de pegarle a la gente que hacía más lento el tránsito de los restos, porque no querían dejar de despedirse.

Ni una lágrima. Algún pucherito y gracias. Y eso que hubo momentos como para quebrarse. Demasiado para alguien que, como quien esto firma, no tuvo coraje de entrar a la Casa Rosada, porque no cae (ni quiere caer) del significado de ese sarcófago, y porque le faltó lo que a CFK le sobra, para ir a verla y darle un beso, un abrazo y decirle que no está sola. Solo pudo pasar un rato el jueves, cantar la marcha, y rápido los nudos lo alejaron hacia mejores recuerdos, pues todo aquello lo derrumbaba, y cree necesario, por ello, pedir las disculpas del caso.

Estuvo, Cristina, firme en todo momento para, como dijo una chica que labura con Víctor Hugo Morales en la radio, trasladarle a Néstor cada palabra de aliento o vitoreo que se le dedicaba en cada caricia cariñosa que le hacía a ese cajón maldito, que nunca hubiésemos querido ver.

Si no pudieron con Kirchner, ¿qué demonios les hace creer que sí podrán con la Compañera Jefa? Solamente la enorme incapacidad que desde hace muchísimo tiempo tienen para observar e interpretar lo que les pasa por delante de sus pestilentes rostros. No cabe pensar otra cosa.

Les está diciendo que se equivocaron una marea humana que invadió las calles para desmentir aquello del “odio a los K”. Y uno no puede creer que corran el eje, y lo importante pase por determinar por determinar si los asistentes a Plaza de Mayo estaban o no encuadrados en alguna organización, valor ese que ya definitivamente han optado por denostar cada vez que tienen la oportunidad. Lo mismo hizo el pueblo de la Río Gallegos natal de Lupo, esa ciudad por la cual, supuestamente, “Kirchner no puede andar por la calle sin custodia”.

Les dijeron “están equivocados” los presidentes latinoamericanos, que fueron a llorar como chicos la pérdida física del que no dudaron en venir a romper el mito de “una Argentina aislada” (lo que está es bien integrada, con quienes corresponde). Lula habló de la pérdida de “para mi, un amigo; para Argentina, un gran presidente, que le devolvió su dignidad; para el mundo, un enorme estadista”. Pavadas de elogios de parte del que suele ser mentado como “un hombre muy distinto a Kirchner”. Se nota.

Les escupen en la cara las madres y abuelas de la plaza, que lloran su hijo “treinta mil uno” sin importar sus propias divisiones internas. Esas madres que, según ustedes, son utilizadas con fines políticos, como si alguien supiera mejor que ellas mismas lo que les conviene y a quien quieren. Lo lloran sin excepción. Y para ellas, también, hay consuelo de parte de La Elegida.

¿Se capta? La tesis de esta columna es probablemente burda, pero bastante simple. No esperaron ni que se enfríe el cadáver para hacer carroña. No importa. Haberles pedido que tengan respeto por el dolor humano, hubiera sido demasiado. Lo primero, el respeto, no lo conocen, solamente saben de la sumisión al poder del bolsillo. Lo segundo, comprender el dolor humano, les es sencillamente de cumplimiento imposible: No entienden el dolor humano quienes no son humanos. Con lo cual, el irrespeto del que históricamente han hecho gala para con el sentir del pueblo, no llama la atención.

Lo que, a pesar de repetido, sí que no deja de sorprender, es la increíble capacidad de cometer errores políticos (tanto de lectura, cuanto de praxis) de que adolecen. El cómo creyeron, realmente, que podían soñar con imponer condiciones a ese roble con ovarios de acero, que les respondió con la fortaleza ya mencionada. El cómo no comprenden el significado de la impresionante multitud de los más de tres días de despedida.

Florecieron las mil flores que Kirchner siempre pedía. Allí estuvieron -también- para dejar sentada una advertencia. Perón decía que solamente la organización vence al tiempo. Y Scalabrini habló de “el subsuelo de la patria sublevada”, para hacer referencia al 17 de octubre de 1945. La obra de Kirchner consistió en sintetizar ambos postulados. Los días 27, 28 y 29 de octubre (octubre de nuevo, lo que son las coincidencias del destino) nació un nuevo subsuelo de la patria, pero ya no sublevada, sino organizada. Dispuestos/as a pelear por lo suyo. La militancia de organizaciones, o la que está encuadrada sin estarlo formalmente, la que creció de modo silvestre. Hicieron carne que, de Kirchner, solamente se fue el cuerpo, porque sigue viviendo en las banderas que, como las evitistas, serán tomadas por más de doscientas almas, que dijeron «presente», y que son la guardia de CFK, la que conducirá a la victoria.

Todos, absolutamente todos los que estuvieron en el adiós histórico, a más de los ojos hinchados y rojizos por las lágrimas, dijeron que se hacían presentes para agradecer algo, cualquier cosa, por chiquita que sea. Fue la mejor demostración de cuanta razón tiene la Presidenta cuando habla de que este es «el Gobierno de la devolución de derechos».

Deberán pensarlo mil veces y más (en el hipotético caso que les toque gobernar, a cualquiera de los integrantes de la Unión Democrática 2.0) antes de intentar lijar, siquiera, un solo ladrillo de lo edificado por el kirchnerismo en estos años. Se despertó el pueblo, señores, a tomar nota se ha dicho. De aquí el odio que les generó siempre este proyecto nacional y popular, que nunca les robó nada, pero del cual siempre les resultó insoportable su desfachatez, irreverencia y rebeldía para con lo establecido, la resignación y el posibilismo.

Saben que el marco de discusión (y con eso profundización democrática) que abrió esta pareja que nos convocó a los sueños y al amor (desde su propia historia de amor), implica la certera posibilidad de que entren en cuestión sus valores, símbolos e intereses de clase.

Los Kirchner no inventaron ni la crispación ni las divisiones, simplemente las evidenciaron, las pusieron en agenda, permitiendo que se procesen en el marco de la democracia. Allí donde, quizás, hipótesis que le surgen a uno, sienten o saben con certeza que llevan todas las de perder.

Y saldrá, toda esta militancia, orgánica e inorgánica, a dar la batalla. Dando todas y cada una de las discusiones, en todos y cada uno de los espacios, frente a todos y cada uno de los interlocutores. No hay resquicio que dejar al azar. Comprendan, señores, que de todo («todo» es «campo» ’08 y elecciones ’09) este movimiento siempre salió fugando hacia adelante.

¿Creyeron que muerto el perro Néstor se acabaría la rabia? Malas noticias para sus boletines. Renació la juventud, y eso es posibilidad de rebeldía, de un cambio que no desean. Lo mismo les pasó cuando en 1955 creyeron que echando a Perón del estado, y cortando «el expendio del chori conurbanero y el tetra, la sidra y el pan dulce», se terminaba el peronismo. Pasaron más de cincuenta años, y doscientas lucas de tipos en la calle les demuestran que no aprenden más. Y ahora ese pueblo que odian, gloriosamente heterodoxo y transgresor, que descree de las reglas que siempre les impusieron, está para más: Para ser sujeto y herramienta de la defensa de los cambios que logró desde ’03, y de consecución de los que le faltan por lograr.

Córtenla con las hipótesis y las especulaciones: Será Cristina. Es Cristina. Ni se les ocurra rozarla, tan siquiera. Guay de ese día, si llega. “Ni lo intenten, el futuro es nuestro”, dice un dicho. Lástima que eso ustedes no lo entienden. Nunca lo entendieron. Nunca lo entenderán.

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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18 comentarios en «No entienden. Nunca entendieron. Nunca entenderán»

  1. Ayer Fantino, Nacho Goano y Petinatto expresaron en distintos momentos, los tres, un estupor del que no podían salir. Tenían un poco de miedo. No miedo a que les peguen o los maten, como el pusilánime de Morales Solá. No, el miedo era a estar rematadamente equivocados. El miedo de haber vivido una mentira. «Pero esto no es lo que se veía en los medios. Sabíamos quienes no lo querían (a NK), pero no sabíamos que tanta gente lo quería tanto». Se les cayó la Matrix. Tenían, si me disculpan lo soez, el culo lleno de preguntas.

    Petinatto no podía entender el silencio de un pueblo que no expresó esa adhesión hasta la muerte de Nestor. Se preguntó porque se valora post mortem lo que no se valora en vida. No, es la televisión, estúpido. Cuando se dijo que no se le daba lugar a otras voces, nos referíamos a esto, al monopolio de la verdad, al monopolio de la palabra.

    1. Sí y no Leonardo, porque por un lado la monopolización de la ‘verdad’ de los medios hegemónicos estuvo, y ahora está en cuestión. Pero como dice un amigo, la muerte del cuerpo de Nestor genera un shock, enfrenta a un hueco, que moviliza a ser llenado poniendo el propio cuerpo.
      Muchos, muchos conocidos ‘cayeron en cuenta’ que para ellos el rumbo estaba bien, pero estaba en buenas manos, mientras que la ausencia de Nestor los compele a llenar ellos ese vacío participando y acompañando a Cristina. A diferencia mía, que participé en muchas movilizaciones, estos amigos no, pero se dan cuenta ahora que no están dispuestos a un retroceso, y entondes se preocupan ocupando con su propio cuerpo la plaza y compartiendo la tristeza para sobrellevarla.
      Es como dijo Feinman el bueno, ‘una puta suerte’, triste y movilizante.
      Creo que parte de la sorpresa de estos tipos pasa por ahí, aunque también esté el ocultamiento que usted menciona.
      Saludos

    2. Aunque comparto con Ladislao que la muerte genera un shock y les hizó repensar las cosas a muchos, hay algo muy claro de lo que decís, Leonardo, que tiene que ver con los medios. Fantino, Goano y Pettinato, ya habían visto a mucha, mucha gente apoyar a este gobierno, pero hasta ahora no le habían creído, son demasiados los que se comían el verso de: «van todos por el chori» «están todos pagados». Lo que hizo la diferencia esta vez, es la evidencia de que los que estaban ahí, estaban de verdad. El ocultamiento previo de los medios, consistía en minimizar cualquier apoyo, hablando del «aparato».

    3. La clave está en convertirse en herramienta y factor de cambio. Y lo digo porque todos los que iban a la Plaza lloraban, todos, al mismo tiempo, agradeciendo algo, lo que sea. La invasión a la calle implica un pueblo, que, a más de volver a serlo, ha decidido que no pasará por alto que la desaparición física de quien representaba esos logros y tomará en sus manos la defensa de los mismos. No solamente bancando a CFK, además interpelándola, lo cual es lógico: ¿A quien más que a este gobierno le van a ir a pedir cosas?

      1. PABLO,PUDE SECAR LAS LAGRIMA Y LEER TU NOTA.
        SIENTO QUE NO ESTOY SOLA,QUISIERA SABER EXPRESARME,PERO SOLO ATINO A LLORAR.GRACIAS
        NO ENTIENDEN,NUNCA ENTENDIERON, NUNCA ENTENDERAN

  2. Ayer se vio al 46% del 2007 que intentaron invisibilizar desde su mismo inicio. No pudieron ignorarlo. La mentira se les desplomó de una a las 9:15 del 27/10/2010. Todos los invisibilizados aparecieron de golpe, les llenaron las pantallas, les cerraron el orto.

    Se les presenta por delante un horizonte negro: Conseguir trabajo. ¿De qué van a laburar ahora? Algunos, como los que vos mencionás, pueden por algún tiempo más, seguir intentando pedalear en su nube de metano.

    Otros, más hábiles de reflejos, ya se están dando vuelta como una media. Comentaba en otra parte que daba vergüenza ajena ver la seisieteochización repentina de la canalla televisiva. Creo que -con sobrada razón- advirtieron que no era momento de seguir tensando la cuerda. El «tronar del escarmiento» estuvo ahí, a milímetros de materializarse. Vidrio no comen.

  3. Y agrego dos detalles paradójicos:

    1. Malas noticias para la canalla político-mediática: El «postkirchnerismo» ya no será posible. El Flaco se encargó, como último acto, de tornarse en partero de la historia: Hacer nacer al Kirchnerismo.

    2. No sólo que el Flaco vive, sino que los únicos cadáveres políticos son los de la contra. QEPD.

    1. Sí, y más todavía: cómo luchar o posicionarse contra alguien que está en el panteón? La única forma sería denostarlo previamente, pero para hacerlo se generaría la paradoja de obtener el rechazo de denigrar a un muerto. Aún los que denostaron previamente deben relativizar por este mismo motivo para mitigar sus excesos previos (o alguien vió a Carrió en estos días festejando la única de sus profesías que se cumplió, la muerte de Nestor?)

      Pero por otra parte creo que habrá que abrir las puertas a quienes se sepan re-posicionar, aunque lo hicieran por el interés de no oponerse a alguien que está en el panteón peronista.

      1. Cero: No hay chances ya de hacer antikirchnerismo.Se notaría demasiado. Por otro lado, la invasión popular a las calles, agradeciendo, reformula el escenario en clave propositiva, por cuanto quien no agarre la onda se quedará pedaleando en el aire. De allí que CFK haya bajado la orden de ponerse a laburar rápido.

  4. ¿que paradoja,no?:el muerto en este momento tiene mas vida que los muñecos que como»lideres»politicos aparentan estar vivos pero hace rato que estan muertos…

    1. Porque los procesos políticos que verdaderamente lo son trascienden a sus referentes y no se definen exclusivamente por medio de las características personales de los mismos. El kirchnerismo no era, no es, los enojos, arrebatos o las salidas del formalismo de Néstor: Es más que eso, y no lo captan.

  5. Buen texto Pablo. Como es “el Gobierno de la devolución de derechos” sabemos que se va a profundizar en el proyecto porque hay más derechos por devolver, así que es importante que la militancia con organización llene y acompañe a Cristina en eso.
    Saludos

    1. Acompañar, llenar de textos el espacio público, interpelar como corresponde a un militante, organizarse, dar debates.

  6. Para Eduardo Real:

    Eduardo gran poder síntesis, otros prefieren » balbucear: gre… gre… gre… para decir gregorio»

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