Obediencia debida partidaria

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Alejandra Varela

El juicio a las juntas, entre otras medidas del alfonsinismo, instaló la discusión sobre la política de lo posible, algo de lo que se hablaba mucho en los años ochenta. Después del fracaso del proyecto de liberación nacional, se corría el riesgo de caer en una política de la resignación, una política de derrotados donde las limitaciones estuvieran por encima de los proyectos.
Raúl Alfonsín se inclinó por una política (muy criticada por la izquierda que parece no ver nunca los obstáculos) que corría riesgos enfrentándose a los condicionantes de su momento y tratando de resolverlos en el plano de la confrontación y los acuerdos pero sin recurrir a las acciones vanguardistas de los setenta. El posibilismo era una política del hacemos lo que podemos pero exprimiendo al límite las posibilidades. Dicho de otro modo, se trataba de hacer lo mejor de lo posible.
Alfonsín tenía muy en claro la experiencia del fracaso pero no fue el político de la derrota. Fue un presidente combativo que intentó repensar las anteriores maneras de enfrentarse al poder y creyó que la palabra, la intensificación de la democracia, los argumentos, eran el arma para vencerlos. Como Galileo Galilei, tal vez creyó que los anteriores fracasos se debían a la ausencia de pruebas racionales para ganarle a la irracionalidad de la derecha argentina. Cristina Fernández estaría en esta misma línea.
Para la izquierda se trata de ingenuidades porque ellos saben que la verdadera derecha es asesina.
La diferencia entre Alfonsín y Cristina Fernández reside en que el líder radical soñó con un liberalismo democrático. Muchos teóricos políticos hablaron de la incompatibilidad de estos dos términos en el ámbito nacional. El liberalismo, en nuestro país, no es democrático Hoy se expresa en el pensamiento de intelectuales como Beatriz Sarlo, Marcos Aguinis, los integrantes del Club Político Argentino y se reproduce toscamente en los discursos del PRO, la Coalición Cívica y el radicalismo. Es un discurso que no confronta con el poder económico y que no politiza la política. Algo que poco tiene que ver con la palabra y la acción de Alfonsín.
Cristina Fernández, al recuperar el peronismo clásico, se desliga de la tradición liberal. Su gobierno es peronista, populista, con menos mitos y más racionalidad. Para Cristina Fernández es más fácil incluir en su discurso a los sindicatos, a los trabajadores, a los sectores populares. Alfonsín tenía allí una limitación. Él entendía el juego político entre los partidos y las instituciones pero naufragaba en el terreno sindical. Tal vez aquellos que Alfonsín pensó como aliados fueron los que terminaron siendo oponentes.
Según Ernesto Semán en una nota publicada en Página/12 el año pasado,Alfonsín pensaba una instancia real o imaginaria donde el acuerdo con su enemigo de turno fuera posible. Aldo Rico podía convertirse en un “héroe de Malvinas” como los empresarios que lo silbaron en la sociedad rural eran falsos ruralistas. En esas frases estaba el reconocimiento del poder de sus enemigos y también la limitación de su proyecto.
Cristina Fernández no puede ceder a estas frases porque ella sabe que el acuerdo es imposible. La tensión se resuelve en el triunfo o la derrota de alguno de los dos bandos, en el esclarecimiento, en la pérdida del velo de toda la población argentina que puede decidir y ver, como a través del telescopio de Galileo Galilei, las pruebas.
El límite de la confrontación siempre es el resultado. Alfonsín confrontaba pero no dejaba espacios concretos para cimentar su política, por el contrario, le abrió el camino al menemismo.

De los usos que a un año de su muerte se hace de Raúl Alfonsín quisiera detenerme en uno. Tal vez no se trate exactamente de un uso sino de la única herencia que el radicalismo parece haber interpretado del principal líder que dio el partido de Yrigoyen en los últimos años. Lo único que la triste tropa radical parece estar en condiciones de asimilar de Alfonsín es la máxima de la totalización del partido.Alfonsín puso siempre al partido radical por encima de todo. Por salvarlo, por cuidar su protagonismo en épocas donde parecía estar destinado al olvido ,aceptó ser coautor del pacto de Olivos y llevar adelante una estrategia como la Alianza donde convivían sectores que se odiaban entre sí.También le valió acciones encomiables como su decisión de ser candidato a senador en el 99 por la provincia de Buenos Aires sabiendo que iba a perder, pero con la certeza que podía darle una banca a su partido.

En una nota que publicó Página/12 el 31 de marzo pasado, Mario Wainfeld, destaca este lugar prioritario que Alfonsín le daba al partido como una virtud. Me permito disentir con tan prestigioso analista político. Si Alfonsín detestaba a Fernando de la Rúa no tendría que haberlo respaldado como candidato a presidente porque si se callan públicamente las diferencias con un dirigente político que demostró su incapacidad alevosamente, se termina convirtiendo a los partidos políticos en corporaciones y no en espacios de debate que funcionan como el soporte de la democracia. Callarse sus diferencias con De La Rúa y respaldarlo como presidente no sólo se parece mucho a fomentar la obediencia debida sino que vuelve a Alfonsín cómplice de un gobierno que llevó al país a la ruina y huyó tras la muerte de decenas de personas en todo el país.

Wainfeld destaca que el espíritu de cuerpo pudo más que su bronca al momento de enterarse de las coimas en el Senado y el voto contra Cuba en la ONU .Lo que significa que para Alfonsín era más importante el partido que el país.

Yo también creo que los partidos deben ser espacios fuertes, sitios que hay que revitalizar con debates políticos y con un intenso sentido ideológico,estoy en contra de esas rupturas que aparecen como la alternativa más fácil ante la primer disidencia pero todo tiene un límite. No se puede respaldar a un candidato que tira por el suelo los fundamentos del mismo radicalismo o ,al menos ,aquellas sentencias en las que creía Alfonsín porque también implica echar por tierra su propia lucha de convertir al radicalismo en un partido social demócrata.

Esa manera de pensar al partido por sobre el país, de buscar cualquier estrategia para no perder protagonismo, lleva a la construcción de alianzas oscuras y desemboca hoy en el apoyo a Julio Cobos que el radicalismo parece dar sin fisuras. Wainfeld especula que si Alfonsín viviera desearía que el candidato para presidente en el 2011 fuera su hijo Ricardo pero si “como pintaba en marzo del año pasado y como es también factible que suceda, Julio Cobos tuviera mejores chances, el ex presidente estaría empujando su carro.” No sé si este comentario contra fáctico de Wainfeld se basa en una verdad y no quiero atacar a Alfonsín por algo que en vida no hizo porque, si somos sinceros, Alfonsín tuvo muchas oportunidades para respaldar a Cobos y jamás lo hizo públicamente aunque el vice diga que en su lecho de muerte le pidió que salvara al radicalismo. Como no sé que hubiera hecho Alfonsín decido pelearme con Wainfeld porque en su nota destaca esta decisión (por demás detestable) como un acto de valoración hacia Alfonsín. Cobos es un traidor. Si el radicalismo apuesta a reconstruirse en base a un traidor simplemente porque da bien en las encuestas, está firmando su acta de defunción . En primer lugar porque realiza un proceso de desideologización. Si para ellos la supuesta buena imagen puede más que sus ideologías y sus convicciones, están vaciando de contendido al radicalismo y se están volviendo claramente peligrosos. ¿A quien podrán elegir de candidato en un futuro si esta idea los guía?

Pero no sólo corre riesgos su identidad como partido sino que, al darle a la acción de un traidor la envergadura de un referente político , de un líder están deteriorando la construcción misma de nuestra sociedad. Por salvarse ellos, por volver al poder, por ganar una elección ( si es que lo logran) no le tiembla el pulso de instituir la figura del traidor como regla y camino para llegar a la popularidad política.

Yo no creo que “esta suma algebraica tenga el signo más adelante” como afirma Wainfeld. No creo que un partido sea un todo, un medio y un fin. No creo que el protagonismo político valga más que la nación. No creo que haya que callar diferencias por obediencia partidaria. Sigo apostando a los que dicen que no en los momentos difíciles Cuando dentro de algunos años la sociedad argentina deteste a Cobos y lo considere un traidor ¿que explicación dará el radicalismo? ¿Cuántas víctimas podría llegar a cobrarse este signo más que Wainfeld escribe con tanta ligereza?

57 comentarios en «Obediencia debida partidaria»

  1. Alejandra: Alfonsín temía que el menemismo hiciera una reforma constitucional entre gallos y medianoches que resultara tan trágica como la que se había mandado el peronismo en 1949 sin el radicalismo y la fusiladora en 1957 sin el peronismo. Pactó a sabiendas que se iba a tener que tragar muchos sapos.
    No hubo valija ahí, como malévolamente se rumoreó, ni pretensión de salvar a la UCR, sino preocupación de estadista por la Argentina.
    Claro que a partir de su caída y ya antes, la UCR había mutado su misión de ser un instrumento al servicio del pueblo para pasar a ser un partido cuya misión era preservarse a sí mismo. Creo que fué eso lo que hizo que Alfonsín, quién fué el que incluyó a la UCR en la Tercera Internacional, se equivocara al apoyar la Alianza que impulsaba al reaccionario, utracatólico y pusilánime de la Rua.
    Y yo me equivoqué al haberlo felicitado en aquella ocasión, aunque sabía perfectamente que de la Rua iba a ser la continuidad de Menem.
    Felicité a Alfonsín, pero rompí mi viejo voto radical votando por Estévez Boero, lo seguí rompiendo en favor de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández y lo seguiré rompiendo sin arrepentimiento mientras el radicalismo no haga una profunda autocrítica y demuestre ser un partido digno de pertenecer a la Tercera Internacional, volviendo a servir al pueblo.

    1. Jorge:

      Entiendo lo que decís sobre la reforma constitucional. También tengo que reconocer que yo nunca milité dentro de un partido y que esa decisión de pertenecer a un estructura partidaria y ser un referente dentro de ella como era Alfonsín, implica ciertos compromisos como toda decisión en la que uno algo tiene que ceder. Si me pongo flexible y comprensiva puedo aceptar, incluso, que haya apoyado a De La Rúa pero creo que no pasó mucho tiempo de su gobierno para considerar que había que cambiar de opinión. Es en este punto donde sostengo que el partido no puede estar por encima del país. Igualmente mi crítica fundamental es hacia el texto de Wainfeld. Todos tenemos derecho a equivocarnos porque somos seres situados y tomamos decisiones en el momento de los hechos, no tres años después con las consecuencias a la vista pero el comentario de Wainfeld me suena a negar los hechos y negar la historia y me parece lo más grabe de todo.

  2. Alejandra: me gustó el post y comparto lo que planteás; sin embargo tengo una objeción y es «Si el radicalismo apuesta a reconstruirse en base a un traidor simplemente porque da bien en las encuestas, está firmando su acta de defunción . En primer lugar porque realiza un proceso de desideologización. Si para ellos la supuesta buena imagen puede más que sus ideologías y sus convicciones, están vaciando de contendido al radicalismo y se están volviendo claramente peligrosos.»
    A esta altura creo que el radicalismo está absolutamente vacíado de su ideología y convicciones originales; prueba de esto es cuáles son los exponentes actuales y que tipos como Aguad o Morales sean la cara visible. Obviamente que el vaciamiento ideológico de los partidos políticos es un fenómeno que excede por lejos nuestro aquí-ahora, pero creo que particularmente con el radicalismo hoy cuesta mucho decodificar a qué tipo de país apunta o qué ideología tienen.
    Saludos

    1. Diego F:

      Por supuesto que el diagnóstico del radicalismo es el que vos planteas y si venís leyendo lo que yo escribo creo que esa descripción queda más que clara. El propósito del post era discutir con Wainfeld, discutir desde que lugar se paraba Wainfeld para ponerle un signo negativo o positivo a Alfonsín. Si Alfonsín hubiera apoyado a Cobos y si el radicalismo, como queda en evidencia, apuesta a reconstruirse en base a su figura, está realizando ese proceso que yo señalo. A veces no se toma en cuenta cual es el verdadero sentido de las acciones. Obvio que el radicalismo ya vació su ideología hace tiempo pero la recuperación del personaje Cobos en sus filas no es un acto más, no da para naturalizarlo como más de lo mismo, implica doblar la apuesta, tiene un sentido en su no sentido que para mi está siendo más peligroso y a su vez el mensaje que da a la sociedad no es gratuito, tiene altísimos costos. Me parece que Wainfeld hace en su texto una defensa demasiado liviana al pragmatismo partidario.

      1. Alejandra,
        yo agregaria que el vaciamiento del radicalismo es muuuuuuy antiguo.
        Muy anterior a Cobos o a De la Rua.
        Desde la decada infame y la llegada del peronismo al poder, el radicalismo perdio su razon de ser.
        Hace decadas que cumplio su ciclo historico. Desde la muerte de Irigoyen que al radicalismo no le llega su razon de ser.
        Alfonsin fue una anomalia que intento (durante un tiempo al menos)hacer del radicalismo algo que no podia ser. La base social del radicalismo era incompatible con su breve «utopia progresista».
        Como dijo algun bloguero : «el ataud de Herminio hizo que muchos radicales se sintieran progresistas».

        Ni Cobos, ni De la Rua son la anomalia
        Si lo fue el primer Alfonsin

        Ya es hora de sepultar al radicalismo para que porfin en Argentina nazca un partido de derecha democratico.
        Necesitamos un partido que se asuma de derecha y que sea democratico.

      2. donde dije :

        «Desde la muerte de Irigoyen que al radicalismo no le llega su razon de ser.»

        quise decir :

        «Desde la muerte de Irigoyen que al radicalismo no le llega su PARTIDA DE DEFUNCION»

  3. Creo que el actual radicalismo no sólo ha sido vaciado de cualquier proyecto de país, sino que ni siquiera creo que aspiren a ganar. Su meta máxima es que el kirchnerismo pierda, nada más. Sobre qué hacer luego si esto finalmente sucediera, es problema de su patrón, Magnetto.

  4. creo que la reforma politica que llevara a elecciones internas permitira superar el problema de la obediencia debida partidaria,que preocupa a Alejandra.Claro que subsisten dos cuestiones:la del»piso»del numero de afiliados y la manifestacion de la propia conciencia frente a lo que sostiene el partido en cada votacion o toma de medidas para quienes ejerzan sus cargos.

  5. Es admirable ver estos debates, donde se hacen explicita la coyuntura de temas como la politica,la historia, y las opiniones de cada uno.Pero sirve de algo? seamos mas objetivos y menos criticos a la hora de debatir,de que sirve entender las mimicas del sistema politico, si sabemos que la gran falla de esta estructura es la corrupcion, personas que dicen representarnos y dicen buscar el bienestar general y solo tienen un objetivo:»beneficios personales».
    La argentina es una mina de oro por que funciona sola, gracias a los que se ganan el pan dia a dia, priorizan la educacion de sus hijos y luchan contra la adversidad de la triste realidad.
    Para ser objetivos, es obvio que hay que tener evidencias y creanme que las hay,solo hay que tomarse el tiempo de investigar mas y debatir menos sobre las jugadas y el tiki-tiki de la politica argentina.
    Ni la oposicion, ni el oficialismo y ni tampoco los que son disidentes o zurdos son santos , nadie tiene la caja de pandora para colocar a la argentina en la posicion que se merece, los que estan , los que esperan su turno y los que vendran a futuro, son y seran personas a las que les importa poco representarnos.

    1. No adhiero en absoluto. Primero porque no es cierto, y segundo porque la única alternativa que propone este cualunquismo es el «que se vayan todos». ¿Y que gobierne quién? ¿Videla, que no está en cana precisamente por chorro? ¿Carrió, que no afanó porque aún no le tocó manejar ni un kiosco?

      El 2001 quedó allá atrás, y algunos atrasan una década. Sigan viendo TN o CQC, así les terminan de limar las 4 neuronas supervivientes.

      1. es tu opinion y la respeto pero me parece que interpretaste mal. No apuesto al «que se vayan todos», apuesto a que nuestro pais conserve algo de dignidad. Me baso en los hechos que puedo corroborar, ver y experimentar, y no en el producto que me vende TN o CQC o el medio que se te ocurra.

      2. Hola Eduardo!!!: Primero que nada espero que estes bien.
        Ahora, pregunto? Cita:»¿Carrió, que no afanó porque aún no le tocó manejar ni un kiosco?»
        Te aclaro que noes por apoyar a nuestro Ned Flanders vernaculo.
        Pero esa visión, ¿No es la misma que tan vehementemente criticas?

      3. Gus: No. Lo virtuoso es manejar miles de millones y no afanárselos, no dárselas de honesto sin haber pasado por «La Prueba de la Blancura». Así yo también soy honesto. Cláh…, si no no manejás ni la caja chica, cuál es.

        Aún así, sin manija ni nada, recuerdo cuando en América 2 sacaron el informe con la cámara oculta en la que el «honestismo cívico» del senado bonaerense le hacía dejar el «diezmo» a un ñoqui paralítico que habían puesto. Me imagino si agarraran la manija.

      4. Eduardo:No dije lo contrario, solo que primero te quejás y después sostenes el sontodoschorros.
        Que el 2001 quedó atrás, es tu visión y tanto tu visión como la mia pasa por lo que significo el 2001 para vos y lo que significo para mi.
        De ese significado, surgen las expectativas que cada uno tenia con respecto al futuro. No pasa por Nestor si o Nestor no.
        Pasá, al menos para mi que el hecho que las segundas y terceras lineas de la politica de los ultimos 25 años, ahoran sean primera linea no implica renovación de un carajo.
        Pasa porque toda la politica, actua en función a numero/encuesta y que nunca sabés que se proponen realmente.
        Pasa porque siempre el mejor para cada puesto es «su gente»
        Pasa porque nunca pidieron una disculpa.
        Pasa porque me quieren hacer creer que los 90 lo hicieron Menem (solo cual emperador romano) y Clarin.
        Pasa porque las estructuras siguen siendo las mismas.
        Pasa porque admitis los ñoquis y te parece un tema menor (¿Cuantos subsidios de $180 salen cada uno?)
        Pasa porque la interna del pj en la provincia de Buenos Aires la hacen durante las elecciones nacionales.
        Y así, te parece un Macri, de Narvaez te gana en la provincia; vuelve Tachuela y la mitad de los intendentes están atentos como suricatas.
        Eso pasa si me quedé en el 2001, y tengo motivos.

        PD chicanera: Eso de «te quedaste en el 2001», me hace acordar cunado un ex-presidente decia «Pero por dio, se quedaron el 45»

      5. Perdón, otra cosita a cuento de que me querés difinir por mi voto. Como si el menu de opciones de los ultimos 20 años hubiese sido de brillante estadistas.

      6. Sí, juzgo, porque tengo raciocinio, qué le vamos a hacer. La deducción no es muy complicada. La antipolítica me tiene los huevos al plato. Como si no votando, finalmente no terminara gobernando alguien, sea de la política o del stablishment. Me recuerda a los chicos que cuando los cagás a pedos te dicen «…no te ‘cucho, no te ‘cucho…». Y capaz que como «antipolítico» todavía sacás pecho y lo decís con orgullo «Ayyyy…! Qué asco la política! Son todo’ chorro, y yo que soy Blancanieves…!». Al plato con ese discurso.

      7. La deducción no es complicada, pero si partís de premisas falsas ¿de que sirve el resultado?
        Insisto ¿Discutir la politica es antipolitica?, ¿Ah, si?, Bueno pongamoslo así : Discuto a los politicos ¿Asi si me dejas?
        En este intercambio, me trataste a mi y otro forista de limado y de contar solo con 4 neuronas (favor, que me hace adulador!!!).
        Luego me trataste de ¿Videlista?, para terminar diciendome, que probablemente yo también tenga algo «sucio».
        Obviemos el hecho que al iniciar el intercambio, yo lo primero que hice fue saludarte, ya que nos hemos cruzado otras veces y mi educación me pide hacerlo.
        Pero bue, estoy seguro que solamente tenés un mal día, a todos nos pasa.
        Caso contrario si esta es tu idea de intercambio democrático, avisame por donde andas, así no paso.
        Que estes bien y que estemos mejor todos.

      8. «Insisto ¿Discutir la politica es antipolitica?». No. Abstenerse de votar por creer que uno se encuentra en un nivel moral superior al de los candidatos de los últimos 20 años, sí.

        Te pido disculpas por el tono, tenés razón, pero la superioridad moral desde la que emana ese discurso es repugnante.

      9. Si animo de polemizar al cohete, pero si genuinamente, y con seria reflexión, no te sentis representado por nadie ¿por que habria de votar a alguno?
        Y no hablo de moral, ya que muchos le conocés la historia cuando es demasiado tarde, hablo de propuestas, modelos ideas, juicios etc.

      10. Tenés desde troscos delirantes hasta ultraderecha neocon recalcitrante. En el medio, en 20 años, nada te representa? ¿En qué rama estás parado? Vos mismo ¿Tenés idea? Porque haber, hay de todos los colores, eh?

      11. No se trata de ideologia, que en tal caso mi corazoncito es y será peronista (pero del que me contó mi abuelo, no del que me toco y toca vivir).
        Si no de la concepción, del estado del, manejo del mismo, de la cosa publica, de los limites del juego politico, de la relación entre representantes y representados.En estas areas hay más coincidencias (en los hechos, no en el discurso), entre los actores de la politica de cualquier bandería que la que yo puedo tener con cualquier fuerza en particular.
        Y soy un convencido, depués de estudiar mucho al tema («fato en casa») que esa es la llave para nuestros problemas y nadie ofrece cabalmente revisar eso.

    2. Flavio:

      Reducir la política a la corrupción es apostar a la no política. Ya escribí sobre eso. Los periodistas hegemónicos son los principales propagandistas de esta ideología de la desideologización y quienes más negocios hacen con ella. Si te preocupa la corrupción de los políticos ocupate en investigar las corrupción de los periodistas de los grandes monopolios que tienen más poder que ellos

      1. Reitero no me baso en lo que proponga Las clases de periodistas que vos decis ni tampoco en los grandes monopolios de los medios informativos y comunicacionales, no consumo esa clase de informacion, me baso en hechos que eh vivido, esperimentado y analizado; y en estudios que para nada estan politizados.
        La corrupcion que hay en los monopolios de los medios es gracias a aportes tanto de gente del lobby empresarial como de la politica ya sea argentina o extrabjera (sean inversionistas o magnates multimillonarios que no saben que hacer con la montaña de plata que manejan)

      2. Dos cositas:
        1)Por lo menos negame la corrupción politica, como para empezar una defensa o mostrame como lo solucionamos, decirme «es asi, un mal necesario» a muchos no les basta.
        2)La corrupción periodistica no es tan importante como la politica, el periodismo, no me fija impuestos, no me dibuja con cuanto uno es pobre y con cuanto no y no decide como se usa el presupuesto del pais. Lo siento a mi la cuenta $20.000 para un legislador, contra $180 para un plan de contencion social, no me cierra. Y para mi esa es la verdadera corrupción, que se queden con un vuelto de una licitación? No me gusta, pero seguro que el jefe de compra tambien lo caga a magnetto con la compra de cartuchos de impresora.
        Me molesta la «corrupción» digamos legal.

        PD: Hay algo que me tiene particularmente hinchado las pelotas.
        Del 2003 para acá, solo perdieron media elección, controlaron ambas cámaras hasta hace un mes y todavía está por verse si realmente perdieron el control.
        Solamente una iniciativa rebotó (la 125), en estos 6 años.
        Y el poder «real» lo tienen las corporaciones y los grupos concentrados.
        Mira tener poder lo tienen, no lo niego, pero no me hagas el cuento de David y Goliat, ya que no es el caso.
        PD:Dejen de hablar de los capitales concentrados, como si fuese Emmanuel Goldstein. Fuera de Clarín y La Nación (2 diarios!!!!), nadie me supo dar un nobre hasta ahora.

      3. Gus y Flavio,

        cuando las almas bellas de la antipolitica deciden bajarse de su torre de cristal, siempren terminan apoyando a opciones reaccionarias

        QUE FEA ES LA POLITICA
        QUE LINDO ES EL SHOPPING

      4. Felipe:
        ¿Eso es tu mejor golpe?Buuuu!
        O sea que según tu reflexión. discutir la politica es antipolitico, pero comernosla a ojos ciegos es lo politico.
        ¡Mira vos!

        PD: Vivo a 4 cuadras del Dot y nunca entre.

  6. Me gustó mucho el post y coincido en que existen semejanzas entre el kirchnerismo y el Alfonsín de la Primavera Alfonsinista.

    Disiento, eso sí, en un par de puntos:

    Coincido con Wainfeld que para el último Alfonsín era más importante el partido que el país, pero eso no va en desmedro de Raúl Ricardo, ya que no era él quien iba al frente del partido peleando electoralmente. Su función se circunscribía al partido y creo que ocupó bien ese lugar.

    Por el contrario, disiento con Wainfeld cuando dice que Alfonsín querría a su hijo Ricardo como candidato. Jamás le dio lugar en el partido y Junior solo pudo conseguirlo una vez que su padre estuvo muerto. Si convalidó el proxenetismo que le imprimió Gerardo Morales al partido y más aún cuando permitió la incoroporación de un Lavagna que se reivindicaba peronista y ninguneaba al radicalismo que le alquilaba la estructura a cambio de imagen.

    Por otra parte, el uso principal que están haciendo de Alfonsín va en dirección de proponerlo como un tipo apolítico que estaría más alla del bien y del mal cuando precisamente lo que no pueden quitarle nunca es que fue un gran político, excelente orador y un tipo cargado de ideología que quiso ser más progresista que su propio partido. Y esa es otra de las semejanzas con los Kirchner.

  7. «El liberalismo, en nuestro país, no es democrático Hoy se expresa en el pensamiento de intelectuales como Beatriz Sarlo, Marcos Aguinis, los integrantes del Club Político Argentino y se reproduce toscamente en los discursos del PRO, la Coalición Cívica y el radicalismo. »
    Lo que estas diciendo es que el radicalismo y los personajes que nombrás no son democráticos.
    No podrías equivocarte más. La democracia excede en mucho a la facción que gobierna ahora.

    1. O sea que se reproduce el sectarismo de todos los escritos que te leí hasta ahora. Beatriz salrlo es al menos tan demodrática como cristina, y la UCR es al menos tan democrática como el FPV.

  8. coincido con las criticas que se hacen al radicalismo en varios comentarios.Aun que sea simplista,sigo creyendo que en su origen mantiene rasgos conservadores,aunque su nayor merito fue la defensa de las libertades publicas.Flavio y Gus se muestran pesimistas hacia el futuro.Es que seguimos viviendo una crisis de representatividad,no aparecen nuevos lideres politicos que logren un prestigio suficiente en una sociedad que demanda muchas cosas.

    1. conicido con vos, aunque no soy pesimista, creo en el buen porvenir del pais. El problema es que hasta que no dejen ese afan por querer mostrar quien la tiene mas grande y concentra todo el poder, no van a prestar atencion a la demanda social y a las demandas del regimen mundial que esta dado para que la argentina este en lo mas alto.por que hay recursos humanos, tecnicos y economicos.

    2. Y… si se hubiese hecho la reforma propuesta por FPV en su plataforma 2003, y refrendada por un decreto de ese mismo año (hoy ya caido en el olvido).
      Acaso piensa, que no hay relación entre una cosa y la otra?

  9. si,se gasta mucha energia en lo que no la merece,lo que demuestra que los legisladores y jueces piensan mas en el poder que en la politica.Por eso hya que generar su reemplazo,o cambio de conducta.

    1. No entienden la politica más alla del juego de poder entre su clase.
      Y lamentablemente, la naturaleza humana hace que cuando alguna pérsona accede al poder,por lo general lo usa de manera miserable.

  10. Felipe:

    Me cuesta mucho imaginar una derecha democrática en la Argentina. Recuerdo una nota de Sandra Russo contestándole a aquellos que decían que con Néstor Kirchner se venía el zurdaje y ella planteaba ¿ y cuándo se viene el derechaje? Se refería un poco a esto que planteás vos, una derecha aceptable, democrática pero para mi todo lo que sea derecha en nuestro país, todo aquel que decide colocarse de ese lado, reproduce la lógica del asesino en todas sus variantes. La derecha nunca fue nacional, como tampoco tenemos ni tuvimos una burguesía nacional. Si hubiera visto alguna vez algún conservador que jugara para el país, que le importara desarrollar un proyecto de crecimiento antes que ser un cipayo, antes que arrastrarse frente a las potencias y destruir el país porque ellas se lo mandan, yo podría intentar imaginarme una derecha democrática pero nombrame una sola persona que responda a ese perfil.

    1. Uno desearia una derecha democratica y nacional.
      Es muy probable que sean muy pocos

      Lo importante tambien es que la derecha se asuma como tal.
      Ya basta de autotitularse de CENTRO o apolitica

      Si la UCR se asumiera como partido de derecha le haria un gran bien al pais y yo le desearia larga vida.

      De lo contrario solo sirve para cada 20 años canalizar vientos de cambios, claudicar y atrasar el reloj de la historia.

      Para peor, el radicalismo es la fuerza politica que impide que se separen las aguas dentro del peronismo.

    1. Lilita es la nueva derecha, por ejemplo. Asi como Moyano, los barones, Scioli, Boudou, Anibal F., y la ex-rata y nuevo amigovio de Nestor, son la nueva izquierda progresista nacional.

    2. si, tenes razon, serio es un jefe de gabinete y padre ejemplar polemizando sobre seguridad con una modelo, y nuestro gran Timonel progresista que tiene como asesor al ex-desguazador estatal recuperado Dromi, y al ex-yeta, ex-roedor, ex-vendepatria y procer de Anillaco como nuevo socio politico. Lo mio es solo un mal chiste.

    3. Al fin y al cabo las categorias derechas e izquierda no parecen hechas para paises perifericos como el nuestro.
      Prefiero partir el espectro en categorias como nacional y popular.

      Pudiendo tener las cuatro variantes :

      Nacional y popular : FPV
      Nacional y antipopular : Proyecto Sur
      Antinacional y popular : PJ disidente
      Antinacional y antipopular : Partido Socialista y UCR

      1. son demasiadad categorias. Mejor simplifiquemos usando tu logica: llamemoslos a Uds, los talibanes kirchneristas, «divinos y populares», y a nosotros, el resto «garcas y vendepatrias». Es mas facil de recordar.

      2. Bue, como digan. Es claro que no se entendío (mi culpa).
        Solo una cosa, ese nivel de análisis, no los aleja, más bien los acerca al FPV.

      3. Que suerte que está Felipe para aclarar las cosas y barrer con todas los teoricos!
        Ahora es raro eso de nacional y popular -que solo le asigna al FPV- cuando por citar dos cuestiones nada más: en lo nacional, los cuantiosos fondos provinciales de Santa Cruz los guardaron y guardan afuera (generando ganancia para la gran banca extranjera) y prefieren usar y moverse con articulos importados de lujo. Y la otra cuestión sobre lo popular: el FPV el 28-jun en los distritos más populosos sacó bajisimos 11% en Capital, 7% en Santa Fe, 8% en Cordoba, perdió con un don nadie en Bs.As. con solo 32% llevando a sus maximos exponentes al tope de la boleta (Kirchner-Scioli o Scioli-Kirchner?), perdió por 25 puntos en Mendoza y hasta en Santa Cruz..

  11. Decis que «La diferencia entre Alfonsín y Cristina Fernández reside en que el líder radical soñó con un liberalismo democrático…. Cristina… un gobierno con menos mitos y más racionalidad».
    Confundís en el análisis (lo que trastoca todos tus argumentos) el liberalismo economico con el politico. No tienen nada que ver, ni acá ni en la China, pueden estar juntos, opuestos o indiferentes. Menem fue peronista, popular, apoyado en los mitos del peronismo y por los Kirchner desde su posición de gobernadores que avalaron todas y cada una de sus políticas privatistas y ultraliberales.
    Alfonsín soñaba con la socialdemocracia, no con el liberalismo, y apoyaba fuertemente la función de los partidos politicos antes que ver la politica como la visión providencial de una persona. Cristina es lo opuesto en esto: tiene una visión meramente delegativa de la democracia al estilo Menem y Fujimori (claro que estos lo hicieron con muchos más votos) y sostiene la prevalencia de líderes providenciales antes que los partidos con sumisión absoluta de todos los otros actores del sistema democratico (congreso, partidos, etc.). Así destruyeron el PJ y todas las otras fuerzas que fagocitaron con la mentira de la transversalidad. Igual de lineal y falso es el planteo que hacés sobre Cobos: quién lo eligió a Cobos como vicepresidente (no para presidir una comision vecinal, eh)? El FPV, es decir Kirchner, ya que el partido no existe a la hora de la toma de las decisiones. Y entonces lo votaron con ganas, festejando su traición al radicalismo. Con tu criterio lineal, Kirchner sería aun más traidor de Duhalde y aún de Menem, a quien festejó en su época como «el mejor presidente de la Argentina». La actuación de Cobos lo que demostró a mi modo de ver, es el anacronismo del FPV que pretende dejar todo el poder en un matrimonio, desconociendo que iban en alianza política con otros grupos, algo contrario a lo que pasa en la práctica democrática usual en todo el mundo. Incluso en Brasil, hay ministros de gobierno aliados a Lula, pero que tienen peso propio y se manejan independientemente sin que nadie en el PT se victimice por ello.
    Más bien, la diferencia más notable que va surgiendo entre uno y otro -aunque suene anacrónico- radica en el federalismo postulado (o soportado según se lo mire por sus circunstancias electorales) de Alfonsin, y el unitarismo cada vez más acendrado y autoritario que practica el kirchnerismo en las parcelas tanto politicas como economicas, desconocedor de las potestades preconstitucionales de los Estados provinciales. Y esto no es precisamente muy popular que digamos, sino recordá los porcentajes bajisimos que sacó el FPV en las principales provincias.

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