Otra vez, un grupo de potenciales candidatos se reúnen y deciden entablar una alianza de cara a las próximas elecciones. Si cada uno va por su lado, dividirían los votos, facilitándole la victoria a Kirchner y cía.
Dice La Nación: El motivo formal de la reunión fue la elaboración de un documento titulado «Reencuentro», que lleva la firma de 14 dirigentes de 10 distritos del país. El texto convoca a «todos los sectores del justicialismo y a los independientes que quieran sumarse a la propuesta», y manifiesta la vocación de elegir candidatos «democráticamente para las elecciones generales de 2011». Además de Reutemann, por el despacho de Rodríguez Saá pasaron cuatro precandidatos presidenciales: Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Francisco de Narváez y Mario Das Neves, y otros seis dirigentes, el senador Juan Carlos Romero, el diputado Ramón Puerta, el ex gobernador de Entre Ríos Jorge Busti, el ex defensor del pueblo Eduardo Mondino, el senador Roberto Basualdo y el ex jefe de la SIDE Miguel Angel Toma. El documento también lleva la firma de la senadora Hilda «Chiche» Duhalde y del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, que también manifestó sus deseos de pelear por la presidencia.
Y ahí es donde surge EL problema: porque este tipo de alianzas lo único que hace es rejuntar egos y voluntades, nada más que para sumar más votos. No hay un proyecto común. Mejor dicho, el proyecto común es principalmente ganarle a Kirchner. No hay nada más cortoplacista que esto, porque a la hora de llegar al poder, comienzan a conocerse las divisiones y grietas que siempre existieron en dicho grupo, pero que nunca fueron claramente percibidas en la etapa previa a la elección.
Es algo que va más allá de las ideologías o los partidos: ya nos pasó con la Alianza (UCR+FREPASO), que al primer bolonqui, se dividió y hubo sectores que se aliaron con los que justamente habian jurado combatir. También nos pasó con nuestra Presidenta, que para asegurarse que no necesitaría ir a segunda vuelta, se unió con un sector del radicalismo que a la primera de cambio se distanció de ella (¡y de qué manera!). Y con Unión PRO, que es el ejemplo más reciente: se aliaron Solá, Macri y De Narváez pura y exclusivamente para ganarle a Kirchner. No pasó ni un año todavía y ya se dividieron nuevamente.
Hilemos fino en estas cuestiones, no sea cosa que repitamos los mismos errores…
Coincido, me hace aordar el engendro de la transversalidad, se podrá conseguir una foto de Kris. CObos y los otros integrantes???
Una foto vieja seguro. Si pedís una nueva, la veo difícil…
EL único propósito visible es ganarle a Kirchner. O sea, cumplirle el sueño a Clorín y al Dr. Habano, entre otros del «Grupo A». Si ése es su proyecto de país, cuesta mucho no detectar que el rey está desnudo.
Al autor de la nota le recuerdo que la Alianza no es el único ejemplo de alianzas fracasadas en Argentina ¿Te suena el apellido Cobos?
Al comentarista de la nota le transcribo una parte del anteúltimo párrafo que parece haber omitido:
«También nos pasó con nuestra Presidenta, que para asegurarse que no necesitaría ir a segunda vuelta, se unió con un sector del radicalismo que a la primera de cambio se distanció de ella (¡y de qué manera!)»
Gracias
Lo leí. Solo lo resalto.
Pero justamente Sr. No!! Das todos ejemplos exitosos de rejuntes de egos y voluntades, y no se puede negar que al tiempo se ven los ganadores y perdedores. De la Rua le gano al más compacto peronismo de Duhalde, y lo volteo la crisis más que la renuncia de Chacho, que de impacto duro lo que un suspiro.
Que yo sepa Cristina sigue gobernando y Cobos es el candidato radical gracias a haber estado en el lugar indicado en el momento indicado, independientemente de la espuma alfonsinista, y De Narváez quedo como referente de los votos peronistas disidentes al haberle ganado a Kirchner, de ahí a que Solá y Macri no lo puedan capitalizar es otra cosa.
Conclusión, los rejuntes en los últimos años han demostrado que son muy útiles para ganar elecciones!, en todo caso deberías mencionar un rejunte que haya perdido una elección, por caso Lavagna!
aristo, ese es justamente el punto de la nota: El rejunte se resquebraja entero cuando llega al poder. Le pasó a Cristina teniendo una horrible inseguridad en el poder legislativo y le pasó a De La Rua con la alianza.
Ese rejunte desde el vamos no sirve para nada, solo para tratar de bajarle la caña a K.
Aristo: es como bien apunta Lelale. El objetivo de la nota es plantear que los rejuntes son exitosos para ganar elecciones pero no para gobernar. Al gobernar (o con el mero paso del tiempo, como sucedió con Unión PRO), saltan las diferencias, el rejunte se quiebra y pasa lo que pasa en los casos que se mencionan.
Gracias Lelale por aclararlo
Estimados, no discuto la lógica que las alianzas políticas en Argentina fueron un fracaso gobernando, y que tienen un objetivo de corto plazo.
Pero remarcó que todas las mencionadas tuvieron éxito justamente en ese punto, como así también que hubo otras estrategias electorales que no, sean colectoras, testimoniales, etc.
Y que la distribución de las ganancias y pérdidas dentro de las alianzas una vez rotas es desigual, por lo que la racionalidad es que conviene pelear espacio dentro de una alianza en contra del puritanismo de largo plazo y la idea de proyecto en común.
La necesidad tiene cara de hereje.