Mientras la política argentina sigue girando en torno de la controvertida decisión del gobierno nacional de estatizar los fondos privados de pensión, en Brasil y en Chile las coaliciones oficialistas afrontan la crisis posterior a los recientes comicios municipales. En el análisis de los resultados, se advierte un fuerte desplazamiento de los apoyos electorales, desde los proyectos oficiales, hacia una oposición que coincide de manera cada vez más clara con la derecha tradicional. Este desplazamiento, especialmente notorio en el electorado de clase media de las grandes ciudades, replica hasta cierto punto comportamientos políticos de alcance regional, y pone en riesgo severo las expectativas futuras de los experimentos antiliberales en curso.
En particular, la problemática relativa a la sucesión presidencial aparece, tanto en Brasil como en Chile, en el ojo de la tormenta. Sobre Brasil, este artículo de La Jornada me parece meridiano. En cuando a la lectura de Sader, no me satisface completamente. La derrota del PT y sus aliados en San Pablo puede resultar significativa, no tanto por el margen alcanzado, como por el compromiso público del presidente Lula con la candidata, Marta Suplicy. En Chile, en cambio, el enorme retroceso electoral de la Concertación afectó especialmente a la Democracia Cristiana, cuyo liderazgo, encarnado en la senadora Soledad Alvear, debió dar un paso al costado.
En todo caso, asistimos a una contraofensiva renovada, en la cual las corporaciones y los medios de comunicación han liderado y amalgamado muchas veces a una oposición no directamente identificada por organizaciones partidarias. Este fenómeno pone de relieve un rasgo ya secular de los procesos de transformación iniciados con la debacle regional de la hegemonía neoliberal, a saber, que dichos procesos han debido avanzar en el marco de una tensión permanente con el marco institucional heredado, tensión que ha derivado en complejos equilibrios entre lo viejo y lo nuevo, o, para expresarlo de otro modo, entre el poder constituido del statu quo económico y político, y el poder constituyente de la sociedad civil y los nuevos movimientos sociales.
En esa modalidad de equilibrios, el desplazamiento de los sectores medios urbanos, así como la candente problemática de la sucesión de los liderazgos nacionales, aparecen como dos fenómenos indisociables.
Buen post Ezequiel. Las tensiones con lo viejo, en los dos países mencionados, son menores que en otros actores regionales. Brasil y Chile han sido, históricamente, y con algunos interludios, reacios a avanzar si ello exigía salir de un cierto orden. Para hacer anacronismo: la república portaliana y el Imperio. Pero es también su historia en el siglo XX.
La que se parte es la Concertación. El consenso chileno lleva casi 20 años, y no han podido sumar las nuevas realidades creadas por ese proceso.
Estimado Lodovico: Yo también pienso así. El tema es que las oposiciones no se dirigen a Lula y a Bachelet (y ahí se equivoca Sader), sino al agujero negro de la sucesión.
Como ya lo expresé en tu blog,me gustó mucho tu análisis.Dá para pensar más.
Abrazos.
Buen artículo Ezequiel, hace falta política exterior en este blog
Yo diría primero latinoamericana en especial Brasil por consideraciones geopolíticas,sin despreciar al resto,of course.
Los articulos sobre Brasil,si son en portugués los dejaría así.Si hay tantos que hablan inglés que se ubiquen y aprendan portugués que es la lengua del inmenso vecino.Así como ellos estan enseñando castellano en las escuelas,nosotros tendríamos que aprender portugués también en la escuela.
Tenemos que aprender que es lo que mas nos conviene como nación si queremos liberarnos del imperio.Esto es un poco de lo que yo entiendo por nacionalismo argentino de izquierda.
Saludos.
Pero lo que pasa es que en la París de Sudámerica se sigue privilegiando el fancés sobre el portugués en idiomas. Tachame la doble Tedesco
Me extraña, Julián: Yo estoy en contra de la censura. :P
Qué quiere decir;Tachame la doble Tedesco?
Efraín, «tachame la doble» es una frase hecha, trillada y seguramente sin sentido para varios que se refiere a una oportunidad en el juego de la Generala.
Si la tirada de un jugador fue mala, en el juego tradicional existe la doble generala, que es muy difícil de conseguir pero promete muchísimos puntos: es la última esperanza para quien está muy rezagado en el puntaje y a la vez resulta la primera opción de descarte cuando la suerte no nos sonríe. Es eso o tener puntos negativos. (La expresión «tachame la doble» está tan indisolublemente ligada a la generala como «jaque mate» al ajedrez o «canto las cuarenta» al tute.) Representa la necesidad de tachar la posibilidad “jugar lindo”, y aprovechar cualquiera de las escasas chances de “jugar bien” o “ganar” que se te presenten.
Ahí está lo interesante de la expresión también, ya que encierra muchas implicancias rebuscadas, representa una 2da.oportunidad ya que al menos todavia me queda la chance de hacer una generala simple ¿o no?
Tedesco es el ministro de Educación de la Nación
Ezequiel, mato mil (para seguir con frases ochentosas) esta entrada.
Julián,gracias.No juego ni al truco,un poco a la escoba,cuando tenía 15 años.Así que te agradezco.
Me hiciste acordar que aquí hay un juego de esos de mesas, que se llama «El Colonizador» hace rato que tengo ganas de ver de que se trata, pero es algo asi como…vos me entendes,no?
A Tedesco cuando estaba en la J.P los de la tendencia le deciamos Tedasco.Anda mal,no?
Pensar que en el setenta…fue lealtad también?
Hablando de sucesión de liderazgos, se pudrió en Uruguay.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-114602-2008-11-07.html