En la Argentina hubo dos marchas casi al mismo tiempo. Veamos algunos comentarios sobre una de ellas, luego citaremos las fuentes.
«Con excepción de la modesta participación de algunos trabajadores pertenecientes a gremios controlados por la CGT disidente de Barrionuevo, los manifestantes provenían de la clase media y la clase alta, y estaban vestidos elegantemente»
«Los periódicos norteamericanos celebraron la marcha como prueba de la presunta impopularidad del gobierno: Doscientos cincuenta mil personas se congregaron a favor de la libertad»
«Yo no tenía ninguna duda acerca de la justeza de la política del MST, que erroneamente llamamos de unidad nacional. Pero en la «marcha», de pronto me vi rodeado de figuras que me traían el recuerdo del proceso militar. Allí estaban presentes los más altos exponentes del conservadorismo, de la banca extranjera, de la Sociedad Rural; no veía a mi clase, a los trabajadores, sino en el escaso número de militantes del MST. La Avenida Libertador nos aplaudía desde los balcones, mientras que desde las puertas de servicio, los domésticos nos miraban con rencor, con odio»
Desde la otra marcha nos decían:
«A pesar de sus tonalidades casi heroicas, la anunciada convocatoria solo encubre un acto más de la lucha sin cuartel que oscuras fuerzas de regresión están librando contra el gobierno a través de una táctica que consiste en atacar por oleadas para tratar de derribarlo(…)Sus tácticas orientadas por dirigentes que constituyen una genuina expresión de la oligarquía criolla económica y política, no fueron expresiones de juego limpio que el gobierno hubiera deseado(…)Cohesionados con ciertas figuras políticas y otras «apolíticas» y ayudados por determinados agentes foráneos, han logrado perpetrar un plan de una activa y costosa propaganda, aplaudida con rara unanimidad por ciertos sectores del periodismo.»
Naturalemente pensarán que hablo del pasado 15 de julio. No, se equivocaron. La historia que les cuento ocurrió en la Argentina el 18 y 19 de septiembre de 1945. Aquella vez las dos marchas fueron con 24 horas de diferencia. El primer párrafo pertenece a Potash, El Ejercito y la Política en Argentina, solo cambié comunistas por CGT disidente. El segundo párrafo pertenece a El 45 de Félix Luna, citando al New York Times. El tercer párrafo es un testimonio de J.J. Real, militante del PC en 30 Años de Historia Argentina. Donde puse MST, decía PC. Donde escribí Proceso Militar, decía Golpe de Uriburu y cambié Avenida Libertador, por Barrio Norte. El último párrafo pertenece al discurso de Perón, no tuve que cambiar ni una coma. ¿Nestor se los estudiará antes de hablar? Todas las citas están tomadas de la biografía Perón, de Norberto Galasso, tomo 1, páginas 287 a 290.
¿Qué ocurrió desde allí? El politólogo Canadiense Pierre Ostiguy, estudioso de la Argentina nos dice: «La matriz básica de la realidad política y sociopolítica de la Argentina -producto de su propia y diferenciadora peculiaridad histórica- es el doble espectro político. Dos espectros políticos que abarcan de izquierda a derecha, paralelos el uno al otro. Uno culturalmente «peronista»: popular, localista, «con pelotas», inmanente y personalista. Y otro no peronista, más formal y «bien educado» (por lo menos en público), «institucionalista», a menudo muy preocupado por la mirada desde afuera»
Si omitimos el pequeño detalle de que los del discurso institucionalista son los que daban los golpes de estado y proscribían al peronismo, concuerdo con el análisis, lo del institucionalismo tomémoslo por el lado del discurso, no de los hechos.
Al calor de la guerra fría (valga el oxímoron) y de los procesos revolucionarios en el mundo de los años 60; del eje contradictorio Peronismo-antiperonismo de los años 50, pasamos al más clásico Derecha-Izquierda en los 70. Luego, la victoria cultural de la derecha en todo el mundo con el fin de las ideologías es representada por Menem en la Argentina. Cuando producto de la crisis neoliberal, K llega al poder, busca reponer el debate político, lo que en ese contexto, es ya una posición de izquierda. Intenta inclinar la balanza hacia el eje Izquierda v.s Derecha, pero no lo consigue, ¿por qué? Varias causas posibles: sus propios errores de armado político o de propuestas seductoras, el afán de diferenciación constante de la izquierda argentina, que el pueblo argentino sienta como más propia la contradicción Peronismo-antiperonismo, el contexto latinoamericano, el aparato del PJ. Probablemente sea una mezcla de estos factores, este tema da para un debate aparte.
Por todo esto, en el presente hemos vuelto a la contradicción peronismo-antiperonismo. Creo que las similitudes casi mágicas del comienzo del post lo prueban. Las acusaciones de anacronismo a quienes seguimos manejando estas categorias me parecen completamente infundadas. Entonces, ¿no hemos aprendido nada en 63 años? Creo que sí, en la actualidad la violencia parece estar muy atemperada. Eso me parece un logro de la democracia consolidada. Hasta cuando ahora se habla de «golpismo» (con razón a mi entender), uno imagina un golpe institucional, no militar. Los conflictos siguen existiendo y siguen siendo graves, pero un pasito hemos avanzado. El camino que queda por delante es infinitamente largo.
Sergio:
Nada me une ni me unirá al menemismo, por el cual siento un desprecio sin atenuantes. Dicho esto, considero que el caso argentino durante Menem no es el de abandono de la política. Creo que ese caso, trágicamente, es el de la Alianza. Menem fue un líder político que luego de vender su alma al diablo no paró de hacer política un sólo segundo, de alinear tropa, de redistribuir beneficios materiales para las clases dirigentes y su banda de maleantes. El menemismo es un grupo político harto contradictorio que en su momento de gloria supo alinear desde la izquierda peronista ex montonera hasta la derecha del grupo Propaganda Due. En ese sentido, si hay que buscar algún ejemplo de defección política, de «sometimiento ante las corrientes de la historia», es el Gobierno de la Alianza, triste ejemplo de un Gobierno que no se animo a cambiar nada ni a tocar nada y terminó como ya todos sabenmos que terminó, atragantado por la historia.
Hay una línea interesante en tu comparación PC-MST, en el sentido de que para 1945 el PC estaba dejando cada vez más de lado la conducción clasista para establecer alianzas con las fuerzas burguesas a fin de conformar el frente de la Unidad Nacional, en el cual no descartaba la participación de grupos conservadores. EL IX Congreso del PC confirmaría etse suicidio político, pero igualmente hay una diferencia entre el PC y el MST. El PC era realmente un partido de izquierda en 1945, poseía una amplia influencia en el movimiento obrero, su base política era una mezcla de pequeño-burguesía radicalizada con clase trabajadora, tenía una gran cantidad de militantes y sólidos contactos con la CGT laborista. El MST no tiene ninguna de esas características.
Sergio:
está bien el paralelismo que trazás, aunque lamento profundamente que en una línea de una de las citas, la comparación sea inconsistente (lo cual no la invalida como aproximación al análisis).
Me refiero a las miradas rencorosas del personal doméstico. Con gran dolor digo que en esta «repetición» de aquella historia es difícl encontrar «domésticos» comprometidos con el proyecto K tal como lo estaban con el primer peronismo.
Leí en algún comentario a algún otro post en Artepolítica, una frase que describe muy bien la correlación de fuerzas que define los «enfrentamientos» de la actualidad: las disidencias son violentas, cargadas de odio, implacables, irreconciliables; los apoyos son críticos, o peor, tibios (con la tibieza de a quien «le da más o menos lo mismo»). Es más, me parece que el comentario al que aludo era tuyo. Puede ser?
Un abrazo
Muy buena esa observación: disidencias implacables y apoyos tibios. Dice mucho de como se construyen las alianzas y el poder.
Julian: En la perspectiva que lo ponés, comparto lo que decís de Menem. Yo me refería a actitudes del menemismo que favorecieron la deslegitimación de la política. Discurso individualista y de «salvese quién pueda», actores llegados desde fuera de la política (Reutemann, Palito Ortega, Scioli), defensa del pragmatismo hasta justificar el engaño («si yo decía lo que iba a hacer no me votaba nadie»), corrupción generalizada que dio pie al discurso antipolítico.
En cuanto al PC y el MST, entiendo las diferencias, pero creo que la similitud es entre partidos de izquierda que no apoyan al peronismo (lo cual es perfectamente válido), pero que además se unen a la derecha para atacarlo, lo que ya me parece descabellado.
Mariano: Es verdad, dado que era la parte final del texto pude haberlo terminado en «La Avenida Libertador nos aplaudía desde los balcones». Salvo nombres propios no quería cambiar nada, para que la comparación tuviera mayor validez. En cuanto al comentario, no era mío (no me acuerdo de quién era), pero yo lo apoyé, diciendo que era muy cierto y que eso también era correlación de fuerzas y no muy agradable. Para Américo vale lo mismo, acuerdo con ustedes; disidencias implacables y apoyos tibios, en cambio en aquellos tiempos era amor y odio.
Sergio:
Muy bueno lo suyo. Las analogías con el presente son evidentes, con las salvedades que han efectuado algunos lectores. Podríamos agregar que el «algunos sectores del periodismo» que denuncia el General hoy debería sustituirse por «la casi totalidad del periodismo».
Sergio:
Este video es un pequeño y perfecto ejemplo de lo que señala Ostiguy: http://www.youtube.com/watch?v=EkaD-RLf6kc
Para que dejen de sangrar por la herida del pacto roto con el Grupo, amigos K, estaría bueno que en las altas esferas gubernamentales en vez de prestarle tanta atención a lo que dicen los pavotes de los medios, le dieran más bola a su viejo líder: «Me fuí con toda la prensa a favor y volví con toda en contra» Juan Perón.
«de pronto me vi rodeado de figuras que me traían el recuerdo del proceso militar»
Esto también tiene que estar cambiado, porque la manifestación era justamente contra el proceso militar que estba vigente en ese entonces.
Politico Aficionado: Hasta hace poco quedaba TVR que se dio vuelta como un panqueque en la mitad del conflicto con el campo. Pero pienso que es solo porque cambiaron de opinión, no puedo creer que tenga que ver con el multimedios en el que trabajan.
Julian: En cuanto a ciertas contradicciones entre la idiosincracia peronista, cantitos de la JP incluidos, y los deseos transversales de Cristina, hay otra nota de Ostiguy, 3 días después de las elecciones, que es interesante. http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/93812-29768-2007-10-31.html
Mariano T: Cuando mandé mi respuesta anterior no había visto tu comentario todavía. Entiendo que lo decís porque en ese momento Perón era parte de un gobierno militar, sin embargo en el texto de J.J.Real, que era un militante comunista que efectivamente participó de la marcha, lo que él dice es: “de pronto me vi rodeado de figuras que me traían el recuerdo del 6 de septiembre de 1930” Me parece que reemplazar su referencia al golpe de Uriburu, con una referencia actual al proceso, es bastante equivalente (con la obvia salvedad que el proceso fue mucho más sanguinario que Uriburu).
Te faltó un último lugar común, como para rematar el post: esa frase de Marx en la que dice que la historia se da como tragedia y se repite como comedia.
Las analogías no sirven de mucho en un sentido crítico, solamente para cosechar apoyos a este gobierno, en el sentido de polarizar posiciones.
Por otra parte, el post carece de rigor por lo menos en eso que de que lo que se dió fue una polarización peronismo-antiperonismo. Si así fuera, la votación en el senado hubiera sido distinta.
Por otra parte, desde el ´83 a esta parte, los intentos destituyentes solamente han provenido desde las FFAA, y, por lo menos en dos ocasiones de manera exitosa, del PJ. No de sectores institucionalistas (que no sé bien cuales serían).
WW: Para mi las analogías son muy útiles para entender la historia, me parece muy difícil pensar como si hubiéramos nacido ayer y todo pasara por cuestiones coyunturales. En cuanto a la polarización peronismo-antiperonismo a mi me pareció bastante marcada desde un punto de vista social, pero tenés una parte de razón en cuanto a los actores políticos, es cierto que un sector del «peronismo alvearizado» se pasó al otro bando. Finalmente, creo que los argentinos en general (peronistas y antiperonistas) no tenemos mucho apego a las normas y a la institucionalidad, pero desde ciertos sectores, el radicalismo por ejemplo, se habla mucho de ese respeto sin practicarlo. Hablaron de Perón como un autoritario y apoyaron la Libertadora, nos pasan a Illia como un ejemplo, cuando aceptó candidatearse y asumir con el partido mayoritario proscripto, ahora Carrió (la CC es hoy en día la representante del pensamiento radical)nos habla de las instituciones pero apoyó a quienes cortaron rutas y desabastecieron en una evidente extorsión.
Yo no propuse olvidarse de la historia; me refiero a no reproducir ese discurso en el que dos fuerzas objetivas de la historia, como Cain y Abel del relato nacional, permanecieran sustanciales, con cambios meramente nominales y adjetivales a través de más de medio siglo de historia. Ese tipo de discurso son una suerte de chantaje político en el cual uno, si no apoya hoy al gobierno, queda pegado a toda una fuerza histórica retrógrada. Esa analogía es efectista, y sólo obtiene su resultado-efecto a costa de un excesivo recorte del contexto. Aunque no deje de ser simpático el juego de las adivinanzas. Yo no soy peronista ni antiperonista, pero no intenté voltear mingún gobierno. El peronismo sí lo hizo y lo intentó con vehemencia del ´83 a esta parte. Decir que los argentino, todos, no tenemos apego a las norma es caer en el lugar común y disfrazar el hecho de que hay una fuerza política que en nuestra historia reciente se benefició con ese desapego de las reglas de juego.¿O ya nos olvidamos de cuando se veia venir la caída de De La Rua, el PJ, al retomar la mayoría en el senado, puso a Genoud en la sucesión presidencial al colocarlo la vicepresidencia segunda?
WW: Entiendo que según tu postura, es el peronismo el único «que en nuestra historia reciente se benefició con ese desapego de las reglas de juego». ¿Cómo decidimos desde qué fecha revisar la historia? Yo podría tomar los últimos 5 años y decirte que él único intento serio de desestabilizar a un gobierno, acaba de ocurrir (no verlo es de ciegos)y que fue contra un gobierno peronista. Vos elegís ir al 2001, un contexto muy diferente, con una parte tan grande de la sociedad en contra, que De La Rua 2 meses antes de su caída no pudo ni siquiera tener un referente en las elecciones legislativas (el radicalismo de Terragno se mostraba «crítico» del gobierno). Esto para mi no justifica tratar de derribarlo como lo hizo Duhalde (que también operó contra Cristina, no está en mi defender a cualquiera por ser peronista ni mucho menos), pero está claro que era un gobierno mucho menos representativo que el de ahora que había sacado 46% 4 meses antes del primer cacerolazo. Vos podés completar con el 83, pese a que eso se pareció más a un adelanto en la entrega del poder que a un golpe de cualquier tipo (el secesor estaba elegido 2 meses antes, tiempo que en cualquier situación sería el normal)Tampoco justifico pero evidentemente es otra situación. Yo podría ir más atrás y en el 76, se produjo el golpe más sanguinario de nuestra historia, contra el peronismo. Si analizamos del 55 al 73, la proscripción del peronismo es un hecho inaudito convalidado practicamente por todos los actores políticos no peronistas. Los bombardeos de junio antes de la libertadora siempre me hicieron pensar cómo después de eso pudo haber gente que en septiembre los apoyara. Vos podés decirme que Perón hizo su entrada a la política con el golpe del 43, (que todavía sería disculpable porque fue contra un gobierno fraudulento) y hasta podrías agregarme, que, aunque sin demasiado poder, participó de un golpe contra un presidente con apoyo popular como Yrigoyen. Me parece que puedo hablar tranquilo de cierta falta de respeto general en la Argentina por las instituciones (obviamente no incluyo en ella a TODOS los ciudadanos). Pero por lo que veo de tus dos comentarios, probablemente vas a negar el intento reciente y después no se porque magia, vas a considerar que ir hasta el 83 es válido, pero hasta el 76 no. ¿Quién decide esas fechas WW?
Sí, el intento reciente lo voy a negar, porque no hay nada que lo indique. Acepto que haya habido un intento genuino de erosión del gobierno -es evidente- pero no de voltearlo, de que caiga. Sí así fuera, la defección de Cobos no habría aminorado ese intento, lo habría intensificado. La tensión todo-nada la puso el gobierno, más allá de las metodologías odiosas de «el campo», algunas de las cuales el gobierno avalaba para conflictos en los que no se veía perjudicado por su uso. Los rumores de renuncia que provenían de la casa rosada fueron sintomáticos en ese sentido. Nadie les pedía que se fueran y ellos echaron a rodar la idea, probablemente para reafirmar su legitimidad.
En ningún momento intenté insinuar legitimación alguna del golpe del ´55, ni siquiera por el recurso de que Perón habia formado parte del golpe del ´43.
Elijo esas fechas porque me parece que explican más acerca del desarrollo actual de las fuerzas y de un sistema de reglas de juego en el campo de la política que hechos que tienen más de medio siglo. Quiero decir, también podríamos hablar del ´76, y por qué no, si todo fuera tan caprichoso, de 1810, de Rosas y la generación del ´37, etc. Me parece que la política tiene una dinámica diferente del ´83 a esta parte, no sólo por los resortes institucionales, aunque estos determinen un poco qué se considera legitimo y qué no. Nuevas reglas introducen nuevas violaciones a las reglas.
Ahora, para pensar lo que pasó, sostengo que es mejor no remontarse al período que vos invocas para entender lo que pasa. Ese gesto lo veo como netamente legitimante, lo que no me parece inválido necesariamente, pero necesita un mayor peso objetivo, explicativo, y creo que no lo tiene.
Que no haya habido intento golpista, que la institucionalidad de la figura presidencial electa no peligrara, se explica para mi por el hecho de que las fuerzas políticas activas que en el corto plazo del pasado han realizado e intentado maniobras desestabilizantes, hoy juegan, o jugaban en el conflicto para el gobierno: El PJ bonaerense.
Si vamos a hablar de desestabilización y de intentos destituyentes en el marco actual, veamos primero qué fuerzas lo intentaron recientemente, no vayamos sin escala, por obra de la asociación histórico-simbólica, a las fechas clásicas del peronismo.
Vos decís de algún modo que los sectores que se movilizaron fueron los mismos que se movilizaron para voltear a Perón. Aún admitiendo que esos sectores se mantuvieran sin modificar, es decir, que la estructura social se mantiene intacta desde el ´55 (y no basta para para eso decir que sigue habiendo dominadores y dominados, es decir, habría que delimitar cuáles son los nuevas relaciones sociales que concretas de esa dominación, aunque no estamos haciendo un tratado de historia, pero lo señalo como una vertiente de la discusión), hoy no tienen la fuerza para voltear al gobierno, aún si probaramos que quisieron hacerlo, cosa que creo que no fue así. En el fondo, lo que cuestiono es la idea romántica y maniquea de la historia que creo que no nos sirve: dos flujos concretos, objetivos, antagónicos, que se enfrentan a través del tiempo, y que cuando gane el nuestro, el bueno, el popular, seremos todos felices.
WW: Yo tampoco creo que sean: «dos flujos concretos, objetivos, antagónicos, que se enfrentan a través del tiempo, y que cuando gane el nuestro, el bueno, el popular, seremos todos felices.» Solo planteo analogías que me parecen interesantes. En cuanto al clima destituyente, ¿viste que el campo está otra vez en la ruta?
Sí, pero se me escapa la conexión. El campo está haciendo un reclamo otra vez, ¿por qué no hablamos de destitución cada vez que los camioneros salen a parar? ¿O los subtes? ¿O los maestros? Puede ser todo lo malsana que sea, pero por favor explicame donde está lo destituyente. ¿Toda oposición sectorial más o menos vehemente es destituyente?
Traje a colación la idea que vos decís que no sostenés porque me pareció que lo «interesante» de la analogía implicaba esa idea de la historia nomás.
ww:¿Oposición sectorial más o menos vehemente? ¿el lockout más largo de la historia Argentina es «más o menos vehemente»? un mes después de lograr lo que se propusieron cortan otra vez y vos no ves ninguna relación. Y, bueno, no nos vamos a poner de acuerdo evidentemente. Seguramente es como vos decís, los muchachos del campo solo quieren dialogar, como siempre.
Y quien esta cortando ahora Sergio?
No aprenden más, mentir es como un carnet de afiliación al nestorismo.
Mariano T: Perdón, perdón, es verdad, es que lo veo todo tan parecido a la otra vez que dije cortar. En mi respuesta a vos del post «un caballero» ya puse movilizar. Pero ¿seguro que tus amigos no me darán la oportunidad de poner «CORTAR» en breve? Por ahora, bien clarito: se MOVILIZAN.
jaja ok, Sergio, no te chives, no creo que tenga tamaña magnitud, y tampoco que sean unos señores dialoguistas. Ni que el conflicto sea moco de pavo ni que esté bien el lockout. Son reclamos sectoriales de gran magnitud, sí, pero todavía nadie me dió razones suficientes para creer que hay golpismo. Acepto que te indigne, no que te nuble el juicio.
Saludos.