Cuando se analiza lo que es un proyecto nacional como tal, se puede empezar por inquirir cual fue la génesis de dicho proyecto.
Así entonces, hablando de casos históricos en específico, puede advertirse que hay una buena porción de líderes que orquestaron sus proyectos en torno a lo que la demanda social venía reclamando a las clases dominantes y, con dichas demandas, generándoles malestares a su hacer.
Por citar, Yrigoyen fue quien captó el reclamo de inclusión de anchas franjas populares en la vida cívica del país, cuya intención de hacerse oír era ya impostergable. Luego, Perón recupera las banderas del Yrigoyenismo, vilipendiadas por lo que fue la década infame, a más de adherirle la modernización en cuanto a inclusión social y distribución económica se refiere, cuando innumerables sectores bajos reclamaban ser tratados cómo seres humanos.
El tema es entonces, cual es la respuesta que se debe dar hoy en pos de afianzar el proyecto nac & pop.
Al inicio de la era K, se llenó el vacío de la política con política ejercida mas ideológicamente, luego de que en los tiempos neoliberales, ausentes estos valores, se asociase a la política cómo el gendarme de la rentabilidad empresarial. A cinco años de aquello, hoy se encuentra uno con una sociedad más movilizada y con mayor nivel de deseo por involucrarse y participar de discusiones. No quiero dejar de reconocer el papel decisivo que la masificación de Internet jugara en todo ese proceso, puesto que aquí se vive un clima de mayor libertad y menor dependencia de intereses que guíen los discursos.
Esta batalla puede juzgarse en buen rumbo, aún cuando nos convocan mayores esfuerzos por mantener y elevar aún más las virtudes arriba mencionadas.
A lo que apunto con mi pregunta es a la necesaria renovación de objetivos que sirve de motor a todo proyecto. Sabemos los principios rectores que lo guían, la cuestión es a que épica dedicarse hoy, una vez que se cuenta con un cuerpo de ideología arraigada en un sector importante de la sociedad.
Pobreza, educación, son alternativas que siempre plantean interrogantes a cualquier proyecto que quiera preciarse de serio, más cuando de estilo progresista se trata. ¿Qué alternativa se puede intentar para darle originalidad a la propuesta? Desde la derecha avanza otro frente, la inseguridad. En realidad uno debe hacer un mea culpa, eso no debe identificarse cómo reclamo de la derecha ya que a cualquiera le puede tocar. Lo que es de derecha son los facilismos en que se quiere caer para hallar la solución al problema que existe y es innegable.
Uno cae en la tentación facilista de decir que mejorando en pobreza y educación, la inseguridad se resuelve sola. Es cierto cómo título grande eso, pero la cuestión es debatir la forma de instrumentación para ganar, en lo particular, la batalla por la gestión que es el mas grande amenazante a la más general cuestión de principios, que juzgo ya ganada por goleada.
Creo que un problema de los proyectos a que adherimos (y del post 1983 en general), es la falta de un aceitado cuerpo de “peones de brega”. Técnicos intermedios que puedan aplicar en lo particular lo acertado de los discursos de rasgos generales. Ofrecer alternativas mas probas que los simplismos de tipos cómo Moreno o Echegaray, a quienes no quiero demonizar porque se que no son lo terribles que se pintan y además los sé trabajadores y fieles al proyecto. Pero están faltando cuadros más eficaces y mejores comunicadores, para reverdecer objetivos.
Otros temas que se vienen a mi mente provienen de nuestros propios reclamos: el papel que en todo esto pueda jugar la reforma de la ley de radiodifusión, nuestra madre de todas las batallas. La necesidad de mejorar en salud, no sólo en acceso, sino en cantidad de ofertas.
Y más que acosan desde los ciudadanos urbanos bienpensantes: las cuestiones del federalismo, y de la república, con la que se llenan la boca pero irrespetan cómo pocos, aparte de que el sólo formalismo institucional a que apuntan, no es suficiente para atacar males endémicos de la sociedad, y en donde tienen alarmantes huecos de propuestas: la vieja dicotomía de la democracia real de Perón versus la democracia formal de la Unión Democrática.
En fin, si se gana la agenda a modo de tentáculos, tocando todas las teclas necesarias, el proyecto sostendrá las banderas desde los costados en que, se dice (quiero recalcar, sólo es lo que se dice, de cierto hay poco), flaquea.
¿Por ahí pasa la alternativa del proyecto? ¿O estoy en un error?, debatamos compañeros, debatamos.
Pablo Daniel Papini.-
Muy bueno Pablo.
Estoy de acuerdo en que es muy importante encontrar un perfil definido para ganar la agenda en el período que viene.
Simplificando diría que un gobierno popular de un sistema capitalista, es aquel que fortalece al estado para convertirlo en arbitro y compensar a los sectores desfavorecidos por el mercado.
Entonces hay dos etapas: 1) el fortalecimiento del estado. 2)el arbitraje.
Creo que este gobierno ha sido muy efectivo en el fortalecimiento del estado y relativamente efectivo en el arbitraje.
En el primer ítem tanto las estatizaciones, el control de precios (aún con defectos lo cuento en el haber), como la acumulación de reservas en lo económico y el fortalecimiento de la autoridad presidencial en lo simbólico, merecen a mi criterio una calificación muy alta.
En el segundo hubo avances significativos apoyados en políticas económicas heterodoxas. Por un lado lo que yo llamaría desarrollismo vinculado a la creación de empleo. Por otro las políticas de subsidios que mantienen precios bajos en distintos rubros como servicios, transporte, etc. También tenemos la trasferencia directa como en el caso de los nuevos jubilados. Todo esto en lo económico, la política de DDHH la puedo contar perfectamente en el rubro arbitraje, de justicia en este caso.
Cuando digo que en el arbitraje la efectividad fue relativa, me refiero a que lo esencial de este rubro, que es la pobreza, no parece estar mejorando en los últimos dos años.
Si lo que se busca es un perfil definido, en lo posible popular y peronista, creo que dentro de los medios de arbitraje, habría que privilegiar en el período que viene, la transferencia directa. Primero porque sería una medida justa y en beneficio de quienes más lo necesitan.
Segundo porque tiene un efecto más rápido y luego de cierto parate en las mejoras ayuda a recuperar la confianza con más facilidad.
Tercero porque encaja con los movimientos políticos efectuados durante el último año, de alguna manera sería peronizar el modo de arbitraje.
Cuarto, probablemente ayudaría a cohesionar una parte del progresismo perdido, que ante medidas de redistribución directa tendrían más dificultades para las críticas.
Quinto, los medios en muchos sentidos simplificaron sus discursos. Las medidas de efecto positivo pero retardado, pueden ser ninguneadas con más facilidad que las de transferencia directa. Hoy los medios muestran un muerto y dicen «¡la inseguridad es insoportable!», no analizan la evolución, si creció o no, etc. Entonces las medidas de tranferencia directa son presentadas como positivas necesariamente debido a la simplificación del discurso, el «amarillismo» digamos, que para mi está muchas veces más allá de los intereses políticos, responde a los intereses económicos de vender más.
Para mi es necesario dar un giro en ese sentido. Dentro de eso, se puede discutir el tipo de implementación.
Qué loco, justo acabo de postear una entrada acerca de cómo fue que comencé a apoyar a este gobierno.
Desde mi humilde punto de vista -y probablemente sea un vicio por mi profesión- la comunicación es un punto importante. Pero no me refiero solamente a la comunicación acerca de la actualidad, sino a la comunicación de la historia -de los puntos clave de ésta-. Por ejemplo, yo tengo cable (multicanal) y –oh! casualidad!- el canal Encuentro se ve con lluvia y se escucha mal. El otro día cuando se presentó el plan de obra, los canales de noticias en cable sacaron la parte en que mostraban el video acerca del tema y yo quería verlo. Yo quisiera que Encuentro sea un canal de aire, que haya otro canal de aire de tinte político oficialista en donde ver buenas películas políticas, documentales y también en donde pueda ver en directo cuando en el congreso se traten leyes clave. Detesto estar haciendo siempre un rally de zapping para poder seguir una sesión, si es que se les canta televisarla.
No sé que podría yo aportar, sólo puedo contarles estas pequeñas cosas que me pasan ahora que me interesa entender lo que pasa.
Yo lo que creo es que hay que deshacer lo malo del menemismo. Reconstruir al estado.
En gran medida Duhalde y los Kirchner han logrado hacerlo.
Argentina recuperó su propia moneda, terminando con la convertivilidad y con el riesgo latente de la dolarización.
El desempleo de dos dígitos terminó, y eso que en los 90’s nos decían que estaba para quedarse, que era estructural.
Hace poco se terminó con las AFJP, lo mejor que hizo el Kirchnerismo post Lavagna
Quedan cosas por hacer, y esa es la alternativa.
Pero hay que aprender de los errores que hicieron posible al menemismo.
El menemismo no nació de un repollo.
Las empresas públicas eran poco eficientes, deficitarias y tenían demasiados empleados.
Cada buque de la marina mercante tenía tres veces más tripulación de la necesaria.
Es por cosas como esa que el menemismo pudo privatizar con apoyo popular.
El resentimiento del trabajador privado (mozo, oficinista, albañil, lo que sea) que llegaba tarde a su trabajo porque los trenes eran un desastre contra el empleado público-ñoqui-acomodado tuvo más que ver con ese apoyo a las privatizaciones que Neustadt hablandole a doña rosa.
Hay que reconstruir al estado pero este tiene que ser eficiente, sino, tendremos menemismo de vuelta.
Por ejemplo, Pino Solanas en su reciente película de los trenes celebra que TBA haya aceptado tras la «lucha de los trabajadores» «preferir» a los parientes de sus empleados a la hora de contratar nuevos empleados.
Yo no veo nada celebrable en eso, a mi no me gustan los acomodos. Es no haber aprendido nada de la tragedia menemista.
Pero sinceramente, no creo que el kirchnerismo sea el más indicado para reconstruir al estado.
Hay dos cosas que no me gustan del kirchnerismo.
La excesiva importancia que le dan a lo simbólico.
-Prefieren endeudarnos al 15% con Hugo antes que endeudarnos más barato con el FMI.
-Convirtieron a un problema científico (si Botnia contamina o no) en un problema político, y ahora no saben como quitar a los asambleístas de las rutas.
-Hicieron algo parecido con el conflicto del campo sobre las rentenciones.
Y la otra, es que no creo que el nucleo duro del kirchnerismo esté formado por cuadros de un nivel muy alto, son funcionarios municipales de Santa Cruz y amigos. Y aunque a Kirchner lo respeto, el no sabe todo, no es un experto en todo para tomar todas las desiciones.
Si reconstruir al estado es ENARSA o LAFSA, mejor no desperdiciar el dinero de los contribuyentes argentinos.
Sergio: gracias por el calificativo. Lo del arbitraje, es cierto, me parece muy importante. Entra, para mi, en lo que escribo de la instrumentación de las políticas, porque muchas veces se presentan planes correctos cuya instrumentación los desnaturaliza porque está la ausencia del estado en controles más eficaces para verificar si se dan las implementaciones. Si se aceita eso se quita argumentos de ineficacia a quienes lo utilizan para tildar al proyecto de deficitario en la «gestión».
Pipi: que Encuentro sea un canal poco conocido, poco visto y mal mantenido por las empresas de cable, habla de la lógica que reina hoy por hoy en los medios. Se desinstruye para quitar elementos a los posibles integrantes de una conformación política alternativa, quitando del medio de debate todo aquello que resulta educativo e instructivo. Se presentan contenidos deplorables y lo verdaderamente interesante queda en ultimisimo plano. Para pensarlo.
Algo similar ocurre con el canal C5N. De más está decir que sus contenidos no son ni por asomo algo que se pueda equiparar a Encuentr, pero da la casualidad de que es tildado de canal oficialista y tambien adolsece de defectos de señalización. El porque del oficialismo de C5N es un misterio para mi, pero los medios así los han dispuesto y, que raro, se ve mal en varios lados por lo menos que yo conozco.
Muy bueno el post, muy buena la intervención de Sergio, tal como nos tiene acostumbrados.
Encuentro que la transferencia directa sería una inmejorable herramienta para avanzar en el eje llamado «arbitraje». Sabemos que esto de hacer justicia dentro del capitalismo tiene sus límites, pero hay que luchar por al menos llegar a ellos, e intentar forzarlos.
Creo además que no intentar jugar por ese lado sería suicida para el gobierno, ya que abajo tiene su principal base de sustentación electoral.
Y además, si se pone a repartir entre los desocupados y forzar aumentos en los ingresos de los trabajadores en forma visible, será estupendo ver el coro de los de siempre acusándolo de «populista», con lo que no harán (contra sus intenciones) sino propaganda de algo bien hecho. Al que no le guste, bueno, ya sabrá qué votar.
De hecho lo más objetable del gobierno es lo que todavía no hizo, más que encontrar los muchos o pocos errores en lo hecho, en esa dirección. Si no, para qué queremos un gobierno popular? Ahora, hay que ver si va para ese lado o se tienta de girar hacia una especie de centro o centro derecha para ponerse a tono con el clima oposicionista, para «ganarle de mano» a Duhalde-Solá-Reuteman, es decir, al armado PJ de oposición. Sería lamentable, y no lo veo, desgraciadamente, imposible.
Dependerá en gran parte de que exista una demanda social fuerte de otra cosa, de lo que pase en la calle. Qué les parece?
Esta modernidad es solo un flash de noticias de lo que debería ser pero no lo será.
Quien (audaz pillo) artos de la comedia robara la llama y quemara este telon de fondo y en bastilladas muecas ver las bambalinas caerse en un ultimo crujido mundial
El gendarme de la rentabilidad empresarial.
Orquestaron sus propuestas en torno a la demanda social l entonces
Oyen ( sospechoso ) anchas franjas populares, para vender espejo a esos silbidos, luego vino el , recupero las banderas poseídas de poseídos y junto con juguetes perdidos los espejos reflejan ,ahora mas visto, fuerte colores de augurio dentro de un grito encerrado en un boca sumisa
La brutalidad imperio de labios de fango ,que enterraban al mismo que nombraba, endulzaba con mermelada mientras el privilegiado mudo sonreía a lo que escuchaba; eso no es todo, ¿pero que hay si no?, ya no soy , mas solo y solo seré
No alcanza los gritos el balcones y los rumores ya no se distinguen de los pedidos de un trato mejor, el pan se con sigue hoy igual que celulares para bebes pero ya nadie quiere que alguien recuerde que los jóvenes no comprábamos lo que envasábamos.
Esta modernidad es solo un flash de noticias de lo que debería ser pero no lo será.
Quien (audaz pillo) artos de la comedia robara la llama y quemara este telon de fondo y en bastilladas muecas ver las bambalinas caerse en un ultimo crujido mundial
Muy bueno pablo el tema traido a debate, coincido con Lurker un paso muy importante es no repetir los errores que posibiltaron la decada infame. Hay que recuperar el estado pero no para llenarlo de capas geologicas de empleados publicos del color politico del partido gobernante ni tampoco puede ser simbolo del empleo publico el personaje de gasalla, debemos combatir fuertemente esto para que no gane el discurso de que achicar el estado es agrandar la nacion.
Creo que en esta etapa es imperioso mejorar la sintonia fina (entendida esta como la aplicacion en lo particular de la medida macro, para ello debe este proceso mejorar actores en la discusion por un lado(recuerdo que bielsa en estudio futbol y en 5″ explico mejor el conflicto de la 125 que depetri y persico en las horas que tuvieron ojo sin demonizarlos)y por otro ampliar la mesa chica, ya que ni nestor ni cristina son infalibles y deben comprender que el proyecto esta por encima de ellos.
Lurker: coincido en que renovar con dirigentes probos es a lo que se debe aspirar. Quiero un estado enorme pero eficiente, sin duda. Por ello apunte a Moreno y Echegaray, pues los creo dos paradigmas.
En cuanto al simbolismo disiento. Lo del FMI es algo a lo que no se debe volver, mas allá de tener que revisar cómo se resuleve lo mal que se negocia con Chavez. Pero no creo que Chavez el día de mañana vaya a querer imponernos condiciones cómo hacían aquellos: por caso, los errores en el INDEC perjudican la indexación de los bonos que Chavez compra y no lo he oido quejarse jamás.
En cuanto a lo de Botnia y la 125, alguna vez lo he expresado. Toda cuestión gubernamental termina por expresar en términos concretos una decisión política-filosófica-ideológica. Al menos así lo veo yo.
Alejandro: por la dificultad de hacer justicia dentro del capitalismo es que me pregunto el papel que puede jugar, en la redefinición de objetivos, la reforma de la ley de radiodifusión. Porque es sabido que siempre que se intentan medidas de tal cariz se empieza a hablar de «seguridad jurídica», por decir, conceptos inventados por los medios(los que estudiamos derecho sabemos que no existe tal cosa)y unas cuantas patrañas más.
El armado de Duhalde – Solá (Reutteman no creo, va a seguir dentro del justicialismo para mi), es verdad que es un punto a revisar pero no creo, aún, de temerle, está fresca la asociación de Duhalde y Solá en lo que hoy critican y les será dificil entonces plantearse cómo alternativa.
La opción de que el gobierno se torne a una opción de centro-derecha cómo ellos, queda bajo la misma esfera, el discurso redistribucionista del gobierno es tambien muy fresco cómo para virar de tal forma. La política torna todo posible, quien sabe, pero aca no creo, lo veo dificil por demás. Aparte porque en la derecha odian a este gobierno y esperan su caída, me suena dificil que lo vayan a aceptar de socio.
Sabino: lo de Bielsa en Estudio Futbol es cierto y hay que apuntar a ese tipo de interlocutores con la sociedad. El problema es que en una sociedad con alto nivel de volatilidad y conflictividad, ese tipo de dirigentes deben aprender de la necesariedad de perfeccionarse en la fidelidad a los proyectos en un medio que es altamente propenso a querer imponer condiciones a los gobiernos populares democráticos, disfrazado de «buscar consensos». No defeccionar en esos momentos, la 125 es el caso, es clave para que preponderen sobre los D`Elia y Pérsico, que son peores en comunicar, pero que les ganan por pertinaces en la idea. Es decir, no quiere decir lo mismo sentarse a dialogar que sentarse a claudicar. Hay que ver quien propone el diálogo, que propone y bajo que condiciones. Derogar la 125 o a las rutas, no invita mucho al diálogo, por caso.