Se que voy a escribir dos ideas distintas. La pasión y lo vivencial se cruzan con el análisis político y es en estas horas imposible determinar los límites de lo uno y lo otro.
Nunca fui kirchnerista. Muchos que me conocen creen que si, quien revise lo escrito por mí en Artepolítica tal vez crea que si. Pero no lo soy y tal vez a estas alturas no lo seré nunca.
El kirchnerismo no me enamora ni me ha enamorado nunca. Eso si, creo que está bueno y que Néstor fue el mejor Presidente que le conocí a este país (pero en un año hablamos).
Me despertó un SMS el miércoles diciéndome “hola! Se murió nestor kirchner”.
Me levanté de la cama, verifiqué en Internet lo que me decía el SMS, intercambié unos cuantos mensajes más y traté de volver a dormir. Fue casi que imposible desde entonces hasta ahora (2 días y medio más tarde). SMSs, censistas, lecturas, lo que sea.
La realidad cambió. El país cambió. Ya nada será igual. Pero no desde las 10 de la mañana del 27/10/10 sino desde mucho antes, solo que costó darse cuenta. De golpe los medios fueron medios y dejaron de editorializar para mostrar la realidad, las censadas lágrimas del pueblo.
De pronto entraron 5, 7, 10, 20 años en la conciencia. De pronto nos dimos cuenta que éramos testigos de la historia, no por el “que estabas haciendo cuando murió Néstor Kirchner” sino por hacia donde estabas mirando cuando el país pasó a ser uno diferente.
Yo estaba mirando la micro política y tratando de entender la coyuntura y predecirla con pretensión de politólogo. Otros estaban crispados. Otros apasionados.
Hoy la realidad nos cuenta que el país estaba cambiando. Que miles de tip@s fueron a Plaza de Mayo a decir “Gracias Néstor” porque hoy comen mejor, viven mejor, trabajan mejor. Hoy me doy cuenta que el mejor presidente que he conocido es un tipo que le cambió la vida a mucha gente. Y no digo “el pueblo”, no porque le tema a la palabra sino porque entiendo todos los que faltan.
En el camino que el tipo marcó nos perdimos muchos. Varios ex-kirchneristas se dieron cuenta ahora que estaban en la vereda de enfrente a la “del pueblo”. Y no importa si es vocación de poder o auténtico deseo de estar con el pueblo, sus palabras (y también sus intenciones) lo dicen todo.
Y no me importa si “Quirner se afanó 1,200 millones de dólares”, como no me importa si se rateaba en el secundario ni si se copiaba en la universidad. Me importa su adscripción (crítica) al menemismo porque me dice que creía en las estructuras. El “inventor local” del micro-management político, el generador de la expresión “pejotismo” creía que estar dentro del peronismo era lo que importaba. Que no cantara la marcha en cada acto no cambia que es el tipo que puede subirse al “altar” peronista con el General y Eva; lo que no pudo el Tío y no quiso el Turco.
Importa que este país es un país diferente por la realidad efectiva que debemos a Néstor (y a Cristina) y porque supo defender el poder del gobierno (y esencialmente del Estado) y porque supo correr las fronteras de lo deseable en términos políticos. ¿Se acuerdan cuando la Alianza al asumir sacó una ley del 82% móvil? ¿No? Claro, nunca pasó. Y no estoy criticando a la Alianza. Estoy diciendo que no era posible pensarlo. Ni mucho menos vetarlo, claro.
El futuro depende de Cristina. Es la única con la posibilidad de seguir marcando el camino. Y voy a decir una aberración: Cristina puede hacer hoy lo que el General no hizo después del 26 de Julio de 1952. El género en esto es intrascedente. De alguna manera Cristina hoy es a Néstor lo que aquél General era a aquella Evita (el Segundo Funeral Histórico fue otra cosa porque Isabel era definitivamente otra cosa y mucho menos).
A este período de la historia hay muchas cosas que criticarle. Sobraron en el día a día, las juzgarán los historiadores. Lo que importa es el presente. Y el presente es Cristina.
Si Cristina se retira y cede el PJ a algo que será una mezcla del menemismo con el kircherismo (algo de cada cosa, sin ser lo mejor ni lo peor de cada casa) el futuro se parecerá al ’55 pero sin el golpe y sin la violencia: el stato quo.
Si Cristina apuesta a achicar la mesa chica y a potenciar lo más sectario del kirchnerismo tendremos el ’74 una vez más (pero sin tanta violencia): la explosión de la coalición kirchnerista y (como no habra violencia armada ni Proceso de reorganización nacional de por medio) la consecuente presidencia de Alfonsín.
Si, en cambio, Cristina “abraza” a aquellos que (por olfato electoral o por auténtica vocación de estar con el pueblo o por una combinación de ambas) se acercan, y recupera a dirigentes y personajes llanos que se habían alejado del proyecto, y abre la mesa chica y suma y sigue… entonces Cristina se asegurará un lugar en el panteón y se lo asegurará a Néstor. Y aquello que el ’55 dejó inconcluso seguirá su curso y haremos de este un país… normal supongo, pero mejor seguro. Mejor que este país mejor que Néstor nos legó. Por la realidad efectiva sin duda, pero mucho más por las posibilidades que podemos pensar.
Tal vez entonces el kircherismo consiga enamorarme. Igual:
Gracias Néstor, Aguante Cristina.
me gustó el artículo. solo que si de él se extrae todos los conceptos similares a «no soy kirchnerista» el artículo sigue siendo muy interesante. me he tropezado con muchos que tienen temor de decirse kirchneristas. Igualmente, decir la palabra pueblo parece acarrear vergüenza. cuando la democracia somos todos y cada uno, y la democracia no existe si no existe el pueblo. porqué nos avergüenza nuestra lengua? o es que la lengua ha cambiado y entonces ya no somos lo que somos?
Vamos a esperar expectantes a ver si el kirchnerismo logra enamorarte. Si no lo consigue estaremos en problemas
Que tipo especial que sos, que cantidad de complejidades pululan en tu cabecita,no te animás a decir «pueblo» porque no sos parte de él. Sos un intelectual de estirpe, descendiente de Hegel, Voltaire, tu linaje deslumbra, tu asepsia te hace distinto. En cambio yo soy un grasa peronista y Kirchnerista y me siento orgulloso de formar parte del pueblo.
mis vivencias son muy parecidas a las de Ignatius.Ni peronista ni kirchnerista de movida,mas ien por eliminacion.Demasiada formacion intelectual,tal vez.Posicion critica y exigente,en un medio relativamente poco pensante y visceral.Ahora no recibo ni un mail de los contra,de los calumniadores,que se han guardado a silencio,muy posiblemente avergonzados.
Estimado Ignatius, le comento varias cosas.
1. Lo respeto, no me importa lo que usted se pueda decir de sí mismo, lo importante es lo que haga, y en ello sí el decir es un hacer. Si como no diciente kirchnerista apoya las mismas cosas que yo o discutimos constructivamente, entonces lo considero mi compañero.
2. Suelo coincidir con usted. Excepto en lo ‘kirchnerista’. Para mí el gaje del oficio de tomar distancia del objeto se vuelve en contra de la participación como totalidad del ser que somos (somos un cuerpo, no solamente tenemos un cuerpo). Un cuerpo es materia, toca y se ensucia, pero se limpia y pasa el trapo. Uno adscribe a veces por convicción total, pocas y a muy pocas cosas; a veces como descarte como dice Isabel; las más de las veces como balance: nunca un proyecto de mayorías subsume sintéticamente las contradicciones en su totalidad, por tanto la apreciación está en la resultante, la dirección general como sumatoria de vectores, excluyendo únicamente aquellos que se nos repelen por principio (no podríamos incluir un represor, vg)
3. Como el ser de dice de muchas maneras, así cosas más mundanas tienen sentidos e interpretaciones. Pueblo no remite a la totalidad, sino a un sentido de totalidad. En ello va nuestra subjetividad. COn eso, usted es parte del pueblo tanto como yo, seamos kirchneristas o no, no es requerimiento. La substancia si la hubiera está en otro lado.
4. Su texto me gustó mucho y coincido en el análisis. La ‘aberración’ que usted menciona no la expresé por pudor, pero la comentábamos con un amigo: la comparación no es con la muerte de Perón, es con la de Evita. Puede sonar aberrante o no a determinados oídos, pero ello no obsta a que es un análisis interesante, dejando de lado que nadie pretende comparar estaturas de los involucrados. Pero es cierto que están en el mismo panteón, sea con bronces más grandes o chicos.
5. Deseo que se enamore porque sólo manchándonos todos le daremos a la construcción una segura adscripción popular. Si lo hace dentro del kirchnerismo, bien, pero si lo hace por otra estructura y usa estas palabras, también me parece bien. Pero para que esas palabras construyan deben participar en una estructura, creo que coincidimos en ello, sólo así puede haber una expresión del pueblo.
Mis saludos junto con mis respetos
Un comentario sobre la comparación de la muerte de Néstor con la de Eva. Yo también creo como Ignatius y Ladislao, que por contexto histórico, es más adecuada que la comparación con la muerte de Perón. Sin embargo disiento con Ignatius en que el género sea intrascendente. Hay demasiada gente para la cual no es intrascendente, en el sentido de ver las cosas con distintos ojos según se refiera a un hombre o una mujer, viudo o viuda, etc. Sobre todo quienes no están tan cerca de la política pero que ante acontecimientos como estos, enfocan en el tema y tienen diferentes opiniones. Hablando con mi mujer, también hice una comparación al respecto, pero un poco distinta, dije: lo que pasó es como si en su momento, hubiera muerto Perón y hubiera quedado Eva en el poder.
¿Cómo hubiera sido eso? Difícil saberlo. Además es otra época por supuesto, pero hay algo en el apoyo del pueblo a Cristina que me parece más fuerte que el que se le daría a un viudo, a Perón cuando murió Eva, por caso.
Gracias a todos por los comentarios.
elgusano, la no inclusión del «pueblo» (que si está en el título pero en latín claro) es porque creo que el Kismo le cambió la vida a parte del pueblo, el cambio no ha alcanzado ni en volumen ni en extensión la universalidad del primer período peronista.
Sergio, en cuanto al tema de género entiendo que sigue siendo un tema importante tanto en lo cotidiano como un tema que no hay que minimizar aún cuando hablamos de grandes líderes políticos. Digo que hay que dejar de lado la simetria de género para entender que Cristina es más aquél Perón que aquella Isabel. Si se hubiera muerto Perón y no Evita… que se yo, el Presidente era Perón, Evita no tenía un cargo institucional y el país hubiera admitido a Eva Presidenta mucho menos de lo que admite a Cristina Presidenta.
Sí Ignatius, desde ya, obviamente Cristina está mucho más cerca de Perón que de Isabel, sin la más remota duda. Y las diferencias están claras respecto del cargo que no ocupaba Eva. Mi referencia era más bien a la forma que toma la empatía del o la líder con el pueblo, ante una situación así. En este sentido la situación de Cristina me parece aún más favorable que lo que era la de Perón.