Que la clase media se arregle sola

Secuelas de la reunión del sábado en Parque Patricios.

¿Por qué le damos tanta importancia a la clase media, si ésta, salvo excepciones, no se  interesa por el país sino por su ombligo?

El peronismo creó la clase media moderna argentina, es decir, los hijos de los que hicieron el 17 de octubre. Comieron, vieron un médico por primera vez,  se calzaron, se alfabetizaron y luego concurrieron a la Universidad pública. Las mujeres votaron por vez primera.  Hoy son todos antiperonistas, con matices, pero lo son, a derecha y a izquierda. Y reproducen el gorilismo en sus hijos. Esto fue una falla del peronismo en el área educativa. Pero tampoco le dieron tiempo.

Los Kirchner no recogen hoy más que migajas sufragantes de esa veleidosa clase. No hacen pie ni en Capital ni en los grandes centros urbanos del interior. El fuerte (ahora debiéramos llamarle «el bastión» de los K) está en el conurbano bonaerense y en el interior de cada provincia. El resto se fue. Hasta siempre, me parece. Y la verdad, no importa. Mejor malos conocidos: los que no miran TN, ni se dejan engrupir por la basura mediática. Están desmovilizados, es cierto, y entonces ese es el camino. No aprendieron la historia oficial, porque ni eso hace bien el liberalismo hoy día. Hay que trabajar allí, como decía Santa Teresa de Calcuta (no voy a esperar a que Bendedicto la santifique). La famosa opción por lo más pobres entre los pobres. Que la clase media se arregle sola, que plata y amigos tiene de sobra.

Los K quisieron seducir a la clase media con la transversalidad y les pagó con una puteada. Les devolvieron el empleo y la dignidad y se trepó a los Miguens y demás racistas. Entonces, basta de clase media. Que labure, que se exilie o que se joda.

¿Qué nosotros también somos de clase media?

«El mundo no es una solución», escribió alguna vez el monumental pensador rumano Emil M.Cioran.

De ahí para arriba, y para abajo, tenemos libre albedrío para desembarazarnos de los lastres  históricos, familiares, académicos, escolares, vecinales, mediáticos.

Me encantaría perder así, a emparchar cualquier intento con semejantes compañeros de ruta. No los quiero más.

¿Qué esto es antipolítico? Sí, qué duda cabe ¡Y qué carajo me importa! No quiero a Chacho Álvarez diciéndome (justo él) que Jauretche pasó de moda. Lo que pasó de moda son los traidores como Chacho y como Cobos. Por lo menos pasaron de moda para el pueblo. Que se arreglen ahora con sus votitos de clasemierda.

Si hay que perder elecciones, se pierden. Si hay que empezar de nuevo, se empieza. Pero con los propios. Siempre con los de uno. Lo bueno de la 125 es que se acabaron los apolíticos y todo el mundo tomó partido. Bienvenido sea. Yo le retiré el saludo a dos viejos amigos, a media docena de familiares y a una ristra de comerciantes barriales. A los tacheros (que ahora trinan contra Macri pero ayer fueron su quintacolumna) no los conozco porque no tomo taxi.

Aunque no lo crean, el aire comienza a ser más respirable.

Acerca de Mono Gatica

ENRIQUE MARTÍN (Mono Gatica). EX SECRETARIO DE REDACCIÓN DE LA AGENCIA DyN Y REDACTOR EN LOS DIARIOS LA RAZÓN, LA PRENSA Y CRÓNICA. ACTUAL PROFESOR DE REDACCIÓN PERIODÍSTICA E INTRODUCCIÓN AL PERIODISMO EN DISTINTOS INSTITUTOS PORTEÑOS.

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25 comentarios en «Que la clase media se arregle sola»

  1. Buenísimo y contundente, Enrique. No tengo nada para agregar más que mi saludo. Ah, sí, que Chacho dice que » no saquemos el librito de Jauretche para espantar a la clase media» porque parece que ésa sigue siendo su obsesión; Chacho, la clase media te deja sola siempre, no la persigas más.

  2. Hay algo en tu post que no me cierra. El kirchnerismo no se si perdió a la clase media, porque en relidad nunca la tuvo. A Bizcocho lo votaron el 22 por ciento, a Cristina el 44 por ciento gracias a los pobres y a una clase media baja. Tampoco creo que la clase media generada por Perón haya ido a las universidades. Los pobres devenidos en clase media no accedieron masivamente a la universidad; es cierto que se abrieron mayores posibilidades, pero estas siguieron estando bastante limitadas. Que tuvieran laburo y mayor capacidad económica -gran avance respecto de la historia anterior- implica mayor educación, pero esta no incluye necesariamente a la universitaria. La clase media ilustrada -esa que fue a la universidad porque nunca tuvo dificultades para acceder a ella- nunca fue peronista ni lo será. El peronismo nunca ganó en Capital (a excepción de Méndez que nunca fue peronista) ni en los grandes centros urbanos que tradicionalmente han sido radicales, por eso las masivas concentraciones camperas -clase media media y media alta- en Rosario y Capital Federal y no porque sean hoy radicales -aunque en su corazoncito está guardado- sino porque son fervientemente gorilas. Los votos de la clase media media que van a peronismo son esos independientes que votan según donde caliente el sol, o mejor dicho el bolsillo.

  3. Enrique: no jodamos con el área educativa en los gobiernos de Perón, que nombró al fascista Ivanissevich DOS VECES ministro de educación, en el 48 y en el 74.
    A los ministros como la gente los nombró Cámpora (Taiana en el 73), Kirchner (Filmus en 2003) y Cristina (Tedesco, actual ministro).

  4. Tengo que disentir Mono. Si bien comparto la bronca por el desprecio y la soberbia que muestran los compañeros de clase media en general, es imposible construir un país sin ella. Incluso en la antigua Grecia (Platón, Aristóteles) ya se reconocía la importancia de la clase media en la estabilidad de un régimen.

    Una cosa que me quedó picando y que no pude responder ayer por la falta de tiempo, fue sobre algo que varios dijeron (creo que la primera fue Eva) acerca de «sobreactuar la barbarie peronista» en respuesta a la soberbia de la clase media. Si tenemos en cuenta que otro de los puntos era la necesidad de penetrar el discurso hegemónico para que llegue a las clases medias, yo creo que es al revés, que hay que buscar otras categorías para acercar (o por lo menos no espantar) a las clases medias de un proyecto nacional y popular. Y si tomamos en cuenta que el gorilismo está, digamos, en el adn de la clase media, yo creo que tenemos que superar -y sé que muchos peronistas de raza me van a putear por esto- la categoría «Peronismo». Hoy por hoy el peronismo es asociado con el pejotismo y no con las banderas del primer peronismo, más allá de que el «sentimiento peronista» esté clavado ahí.

    Las clases medias escuchan la palabra «P» y huyen despavoridas, por eso creo que habría que buscarle la vuelta -claro que sin negar ni a Perón, ni al movimiento, ni al sentimiento- para reformular esas mismas premisas en otro empaque aggiornado. Digamos, una cuestión de marketting.

    Si no, no se me ocurre cómo se podría acercar las ideas peronistas a las clases medias. Y para mi es necesario hacerlo para cualquier proyecto político sustentable.

    Saludos (y un gusto conocerlo)

  5. totalmente de acuerdo compañero,pero tenemos que haser mas obra publica en los barrios donde nos votan,leyes que protegen a los trabajadores y los jubilados asi si perdemos por lo menos dejamos cosas que no puedan destruir y al menos queda algo de lo que pudo ser.

  6. A mi estimado Schussheim:
    Me parece que hay un error de interpretación. Comparto lo de Ivanissevich. Pero las clases medias que creó el peronismo gracias a su movilidad social fueron a la universidad en la década del 60, sin Ivanissevich. Y hoy todos son antiperonistas.

  7. Fijese, aprecido Enrique, que tanto yo como los amigos clase media de mi generacion, a quienes sigo frecuentando, fuimos a la universidad publica en la decada de 1960, y no solo ninguno, pero ninguno es antiperonista sino que por lo menos un tercio de ellos es peronista. Y le hablo por lo menos de un par de cientos de buenos muchachos judios y no tanto.

  8. Este es un planteo muy interesante para debatir Enrique, y lo que menciona Diego que dije ayer de ser provocador y aumentar la barbarie peronista, un poco lo dije para arrancar sonrisas, pero otro poco lo digo muy en serio. Y vuelvo con la temática de mi condición judía, de la cual aprendí que los antisemitas no se calman porque vos no parezcas judío. A los «antiloquesea» hay que darles batalla, olvidarse de conquistarlos por las buenas, porque son ellos los que dan batalla primero. Y lo peor que podés hacer, es disfrazar tu condición.

    Claro, la imagen de Delía yendo a la Plaza es muy fea para las señoras bien. Y sin embargo, fue necesario echarles el cuco para que se vayan de la Plaza y dejen de ser una amenaza para la paz pública. Ellos eran la amenaza, no Delía. Estaban poniendo contra la pared a un Gobierno que no repirme. ¿Hasta dónde iban a llegar sin represión? Querían echarle un muerto a Cristina, si o sí.

    Las razones del antiperonismo, no tienen nada que ver con el individuo real, ni con su simpatía, ni con el mayor o menor encuadre en el estereotipo que lo fija en sus mentes, en su fantasía. Fijate que el Alfredo De Angeli ese, apareció desdentado y panzón, agitador cortarrutas, sólo le faltaba el bombo para parecer un peronista de esos que asustan «a todo hombre de bien». Pero ellos no sólo no se asustaron sino que lo convirtieron en el más bello galán, y dicen que las viejas soñaban con llevarlo a la cama. Esas son las huestes culturalmente bárbaras, no los peronistas.

    Enrique, el peronismo no quiere reconocer que existe la «lucha de clases» postulada por el pensamiento marxista, e insite en ignorar una verdad que lo condena a llorar la traición de la clase media. Insiste con soñar un país unificado entre ricos y pobres, y vive sacando ricos a flote que lo apoyan cuando están caídos y le dan una patada cuando sacan la nariz del agua para respirar.

    Este ciclo es interminable, y los pobres seguirán sacrificando su salario para ayudar a los ricos. Hay que terminar con ésto. La lucha de clases es una realidad. Las clases se enfrentan, luchan, luchan por el poder. No hay otra.

  9. Sin la clase media pronto son oposición.
    Me parece interesante lo de Eva, mandaron a Delía como miliciano paraestatal para impedir violentamente una manifestación pacífica. Después se quejan de los que cortaron las rutas, cuando esto es institucionalmente mucho más grave.

  10. Por favor Ricardo, si es para reirse, al sólo anunucio de que «venía Delía» salieron corriendo ¿de qué violencia hablás? de que un tipo lo siguió a Delía y lo insultó sin parar adelante de las cámaras, porque todos lo vimos, y Delía le dió una trompada? ¿dónde estuvo la violencia?¿En qué país vivís?

  11. Eva:El peronismo no existe.Como bien dice ud.,existe la lucha de clases, importantísimo fenómeno social descubierto antes de Kal y Federik,ellos lo tomaron porque eran inteligentes.
    El peronismo,así,en abstracto no existe.Tenemos como es lógico,un peronismo burgués y un peronismo revolucionario.Se han cumplido 40 años de la muerte del ideólogo más importante que produjo este movimiento:John Willian Cooke.El que cuando era diputado peronista,renunció a la banca antes de votar a favor de los contratos petroleros de Perón con la California Oil.Ha aparecido un libro de Hernán Brienza,llamado:»J.W.Cooke.El peronismo revolucionario»hay un artículo del autor en el Caras y Caretas de mayo de este año.Parece muy interesante,Ud.lo tiene más a mano que yo,sería bueno que lo lea y nos lo comente.
    Me encantó el retrato que hizo de mi comprovinciano De Angelis,se agradece su humor.Una virtud que la embellece aún más.Me hizo reir mucho por eso le regalé un piropo.
    Saludos en azul y blanco!

  12. Eva, ya que no son estéticas las razones del antiperonismo, ¿de dónde vienen?
    Ayúdeme con ésto que yo ya no se a quien echarle la culpa.
    Saludos.-

  13. Pasa que los peronistas son como ese marido golpeador que no entiende por qué la mujer lo odia.

    Hablan como si el gobierno de Menem (más de una decada) o el tercero de Perón, o el de Isabel nunca hubieran existido, la UCR terminó pagando todas las culpas de la convertivilidad.

    Y sí, después de todo lo que pasó durante el conflicto con el campo, les va a ser muy dificil recuperar a la clase media.

    Especialmente gracias a todo el material de archivo que dejó Néstor. Lo único que necesita un opositor en el 2009 para volver a espantar a la clase media es mostrar un tape de Nestor desaforado acusando a la oposición de golpistas, comandos civiles, grupos de tareas, o dando una conferencia de prensa, riendose de los periodistas, con una tribuna de políticos atrás festejando todas sus ocurrencias a risotadas (como en una serie yanqui)

  14. Este me parece un debate relevante de cara a lo que viene.

    Creo que una cuestión medular al debate es definir a qué llamamos “clase media”. Lo que en cualquier país del mundo podría tener una respuesta más o menos sencilla, intuitiva o hasta incluso cuantitativa, en el nuestro es un verdadero intríngulis.

    Como suelo hacer, me pongo a explicar algo que ya sabemos todos. Lo que hemos venido sufriendo desde el 75 para acá ha sido, en esencia una “latinoamericanizacion” de la estructura social. Perdonenme los hermanos latinoamericanos: sé que el término es crudo y en algún sentido podría tenerse por injusto, pero si algo caracteriza la estructura social es su alto grado de polarización en la distribución de la riqueza. Somos el continente más injusto (digo continente no sin cierta ironía: si lo que pienso que va a pasar en EEUU finalmente se cumple, el índice Gini de Tío Sam va camino de empeorar, MUCHO). Pero está claro que esto no siempre fue así para nuestro país. Y que allá por los 50 y 60 teníamos una clase media que era envidia de los vecinos. De allí para acá, se ha abierto un cisma. Motorizado desde lo económico pero afectando directamene lo social que no ha cesado de evolucionar y bombardear el centro de la pirámide. Y en general ocurre que los escombros caen hacia abajo. Es lo natural.

    La grieta abierta dejó a la gente con dos lugares posibles hacia donde fugar, pero no dio posibilidad de elegir: los que tuvieron “suerte” fugaron hacia arriba; los otros, inevitablemente cayeron. La palabra “suerte” puede venir a representar algún atributo específico: algún conocimiento útil y escaso al capital concentrado; un color de piel; una herencia educativa dada; un par de apellidos o quizás, sin ir más lejos, eso: suerte.

    El estadío posterior del proceso, nada inocente, consistió en sostenerlo, por la vía del disciplinamiento. Todos sabemos cómo se operó el estrato inferior: desindustrialización y consecuente desocupación. Notablemente, en el estrato superior la técnica requirió un ejercicio intelectual más acabado. Y fue tan efectiva como fue perversa. En ese estrato, los sueldos multiplicaron por seis, por siete, por ocho, los del “trabajador de línea”, el que está bajo convenio, el que realmente transpira. Desde el punto de vista psicológico el nivel del abismo así creado fue tan alto que es inevitable el vértigo. En especial cuando están en juego significantes del tipo cuota de la prepaga (salud), escuela privada para los hijos (educación), bario privado (seguridad), etc. Y naturalmente se dan solapamientos: quién de nosotros no conoce un grupo familiar con dos automóviles que vive en el sector caro de la ciudad, y que algún fin de semana va a visitar a los padres (los de ella o los de él), quienes cobran la mínima y la tienen que apechugar bastante para llegar a fin de mes. Eso sí, felices y orgullosos de que el hijo(a) sea tan…exitoso.

    El otro brazo de la tenaza operativa es una profusa e intensa campaña de marketing, permanente, continuo, sostenido, que lleva el foco al lugar de no pensar. La tarea de la “inoculación” diaria tiene aspectos tan disímiles como simpáticas teorías sobre la perfección de la mano invisible de los mercados a cargo de algún mediático personero de la escuela de Chicago, la teoría infantilista de la autonomía plena de los gobiernos en la toma de decisiones políticas, el foco del interés en el TV plasma, las vacaciones en Brasil, el último eliminado del baile del caño y boludeces por el estilo. Eso sí. El precipicio SIEMPRE está ahí.

    A mí modo de ver hay clase media en los dos estratos. La singular “clase-media-venida-a-menos” que por ingresos está más cerca de pobre que de media, se la rebusca en el conurbano o en los pueblos con uno o dos laburos, tuvo educación y guarda algo que suele denominar “una biblioteca” desde los años dulces y que, si tiene más de 50, supo lo que era vivir en un país que no estaba en crisis.

    Y la clase media superior, cooptada por el discurso único. La que le toca la bocina a los piqueteros para que se corran. El 60% de Bs.As., 60% de Córdoba, 60% de Rosario bien puede votar a la oposición y seguir angustiándose por las apariciones de D’Elía.

    Pero hay “una” clase media que, me parece, este proyecto no puede darse el lujo de dejar librada a su suerte. Los K han dado muestras de que saben cómo seducirla y cómo acostarse con ella. Sus primeros 3 años de gestión son acabada muestra de eso. Ojalá conserven la fórmula.

  15. Contradicto: Me agradó leer su análisis.En primer lugar porque rompe con la malísima costumbre de emplear terminos rémanidos sin definirlos o sin aclarar bíen que quieren decir.Siempre me gusta recordar aquello que de que las ciencias sociales a veces se parecen a la Torre de Babel.Empleamos términosno sin definirlos previamente y entonces usamos las mismas palabras pero no los mismos conceptos.El resultado es claro; incomunicación por no entender bien que quiere decir el otro.
    El problema de las clases sociales no es tan fácil como aparenta,y menos el tan usado «clase media’ mejor tal vez como algunos autores prefieren decir; estratos medios.Por que le niegan a estos sectores caracteristicas de clase(dentro de la cosmovisión marxiana)Sectores medios,dicen otros.Definir precisamente de que estamos hablando como lo intenta Ud.es una sana costumbre que ayuda a enterlo mejor y poder encausar el debate seriamente. Y provechoso para quienes honestamente debaten para buscar, aunque sea,una aproximación a la verdad.
    Saludos.

  16. Yo creo en la necesidad, y algo así procuré decir en la reunión de Patricios, de interpelar a los sectores rescatables en términos políticos de la clase media, como tarea de los que estamos comprometidos, desde el peronismo, con un proyecto nacional y popular que no se puede construir sólo con los compañeros del conurbano (y de los sectores bajos y medios bajos del interior, agregaré, que se les parecen tanto).
    Me refiero a sectores medios no «gorilizados», con memoria del estado de bienestar, con desconfianza hacia las clases dominantes, que han votado en ocasiones al peronismo y que son capaces de hacerlo de nuevo si la oferta les parece buena o, atenti, menos peor que lo que haya enfrente (factor a tener en cuenta en un escenario en el que la oposición sigue teniendo como mejor carta putearnos porque nada mejor puede mostrar).
    La clase media del quiero y no puedo, la que admira no muy secretamente a los ricos y que supone que por una especie de ósmosis compartiendo sus opiniones y algunas exterioridades puede ser como ellos, la que inerme al bombardeo mediático y a la construcción del discurso de sentido común repite como loro el catecismo antiperonista ( de esos hay mas de uno por aquí) está mas allá de la posibilidad de toda ayuda humana. Se salvará si, contra su voluntad, la salvan los que desprecia. O caerá por sus propios actos, como cayó equivocándose en cada encrucijada histórica, en cada una de las cuales jugó contra sus intereses objetivos.

  17. Esta claro que el movimiento nacional y popular,donde participan yá sectores peronistas y noperonistas,debe lograr consenso en todos los sectores posibles y tener la hegemonía del proceso de cambio.En ese camino persuadir a la clase media,esencialmente conservadora,es necesario.Ningún cambio profundo es posible si no se logra el consentimiento de la mayoría del pueblo.Además debemos ser autocríticos y ver en que nos equivocamos.También necesitamos el instrumento necesario para organizarnos con el pueblo.La pregunta es si el P.J es una de las herramientas que pueden movilizar el cambio.Yo no lo creo.La derecha avanza y el gobierno sigue sin proponer un plan concreto para retomar la iniciativa.El tiempo corre y hay sectoes que fueron fieles en los momentos difíciles que ya hacen sentir fuerte sus críticas.Me refiero por ejemplo a Libres del Sur.el análisis de hoy de Tumini es serio.Se puede discrepar o nó,pero son los únicos que estan creciendo y se están organizando muy bién en todos los frentes.
    Pensar solo en el poder en sí mismo,es perderse en el oportunismo electoral.Tenemos que aspirar al 70% como Correa o Evo,no al 35 % y venderle por eso el alma a la derecha delP.J.El peronismo tradicional está en crisis,volver a Cooke,a los revolucionarios del peronismo,salir por izquierda de la crisis,así enamoraremos al pueblo antes que sea tarde.
    Saludos.

  18. No creo que sea solo por la pobreza,Lurker.Bolivia tiene una tradición de lucha muy importante.Acuérdese de la Revolución que hicieron por los 50,no recuerdo la fecha exacta.Los estudiantes formaban parte del gobierno,junto con los mineros y los campesinos,creo.Después la revolución fue traicionada.Además ahora tienen una buena organización el MAS y Evo y Garcia Linera son dos cuadrazos.Y no solamente ellos,sindicatos muy combativos y los indígenas con sus movimientos sociales .Por algo el Ché lo intentó en Bolivia.

  19. Durante el primer Gobierno de Perón la industria creciente y toda actividad que reclutara asalariados, se vió forzada a repartir sus ganancias con la clase proletaria gracias a la sindicalización y las leyes de protección social. No fueron los obreros de fábrica los que ascendieron a la clase media. Ellos terminaron sus días en la casita del conurbano, comiendo verdura de una huertita plantada en lo que se llamaba «el fondo» , en el que no faltaba el gallinero que proveía pollos y huevos. Algunos sobreviven, como don Ayala, que se vino del Chaco a los dieciséis años en el 48 y fue obrero toda la vida. Fundó una familia de seis hijos, y hoy viudo sigue en la misma casita con una linda jubilación, y un kiosco abierto del comedor a la calle, como para no aburrirse ni llorar porque extraña el mate que le cebaba la vieja.

    Los que hicieron la clase media fueron los que salieron de mucamos y porteros, a ponerse el almacén. Fueron los que pasaron de ser artesanos por cuenta propia o «dependientes», a organizar sus talleres propios y establecer comercios de todos los ramos.

    Esta clase media fue posible porque creció el salario del obrero durante el Peronismo. Todos, obreros, asalariados e independientes, podían comprarse la casa. El obrero, un terreno a plazos con hipoteca del Banco Hipotecario en el conurbano, se levantaba las paredes el fin de semana. El comerciante y tallerista, en las ciudades, gracias a la Ley de Propiedad Horizontal sancionada despuès de una dolorosa prórroga de la Ley de Alguileres que decidió «voluntariamente» a los propietarios de edificios de renta, a desprenderse de los departamentos por los cuales estaban cobrando «chauchas». Así, con mucha ayuda del Estado Peronista, se conformó una clase obrera con beneficios y asistencia pública, y una clase media cuentapropista, laburando unos y otros como burros.

    Los hijos de cada clase tomaban rumbos diferentes, unos profesionales que culturalmente aspiraban a los códigos sociales del salón oligárquico impuestos en las películas de Artistas Argentinos Asociados, Argentina Sono Film, etc. Otros siguiendo el camino paterno de obrero de fábrica o talleristas mecánicos, o profesiones libres como albañil, plomero, electricista, panadero o modista de barrio. Pero todos estaban bien. Todos trabajaban sin tregua. Todos eran más o menos laburantes de la vida y se podían dar algunos gustos y vivir tranquilos. En esos años gloriosos, los obreros entendieron lo que les diò el Peronismo, pero los otros no lo entendieron nunca. A unos los protegìan las leyes del Estado que cuidaban el salario, a los otros los criaba el mercado que les parecía generado por obra del «espìritu santo», sin traslucir que el mercado había sido creado gracias a las leyes que protegìan al asalariado. ¿Qué podía entender esa clase media devenida ayer de los barcos de la miseria europea, algunos de los cuales eran semi·analfabetos que aprendían a hablar castellano? Claro que eran buena gente y laburadora, pero el Peronismo les era ajeno, y encima le echaba la culpa del «aggio y la especulación» cuando los tanos levantaban el precio de la verdura en el mercado Spinetto, y venía un inspector a clausurarle el puesto con las cámaras del Noticiario Argentino que escrachaba al pobre tano en la función de cine de barrio, todos los dìas durante un mes. Un tano de mi barrio no quiso salir a la calle de la verguenza todo ese mes. El hijo tiene hoy una verdulerìa en un local que le compró el papá, un departamento de tres ambientes y una 4×4, y por supuesto, odia a Cristina.

  20. Simplente genial, como casi todo lo que produce esta comunidad bloguera.
    Un gusto haberlos encontardo. Saludos.-

  21. El estudio de la llamada «clase»‘media es apasionante y creo que la mayoría tenemos una ventaja: venimos de allí.Pienso que el término clase media ya se ha impuesto,pero acarrea confuciones.Como he comenzado a leer un poco sobre el tema descubrí que por lo menos en el Manifiesto Comunista Marx-Engels hablan en un corto párrafo
    sobre las capas medias y no utilizan el termino clase y cosa interesante, se toman el trabajo de dar ejemplos de lo que ellos consideran tal:»el pequeño industrial,el pequeño comerciante,el artesano,el campesíno» y que luchan en contra de la burguesía pero solo para salvar su existencia como capas medias.»No son, pues, revolucionarias,sino conservadoras.Más todavía,son reaccionarias,ya que pretenden volver atrás la rueda de la historia.Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado,defendiendo así no sus intereses presentes,sino sus intereses futuros,cuando abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los del proletariado.» (el encomillado es cita textual del Manifiento C. de M-E)
    A raiz de la adhesión de los sectores medios a la burguesía rural en el reciente conflicto, muchos integrantes intelectualizados del peronismo progresista o de izquierda o nacional-popular,como más guste llamarlos ,han instalado el tema de las clases medias como un problema para el desarrollo del proyecto peronista K.Como veo que se habla y se escribe y se discute mucho sobre esta famosa «clase» por lo menos a mí,que me considero dentro de este campo político,me parece que tendríamos que tener más claro de que estamos hablando.Ya que para mí y eso me parece evidente no hay «una» clase media sino varias.Tal vez haya que usar la de alta,media y baja,no sé,no estoy seguro,lo estoy estudiando porque no lo tengo muy claro.Por eso este post es solo a los efectos de difundir la necesidad de tener cierto acuerdo en los conceptos y eso quiere decir definir claramente que «entendemos por».La claridad de conceptos facilita la comunicasión necesaria para la acción política.En otras palabras evitar el quilombo de la torre de Babel en que se han convertido las ciencias sociales y políticas en este momento.
    Eva me gusta como escribes y creo que tenés razón en lo fundamental,pero hay más sectores medios,aparte de los personajes tan simpáticos y felices de aquel paraíso peronista que tuve la suerte de conocer.Claro que ese tipo de felicidad es discutible hoy, pero que los trabajadores se sintieron más reconocidos y dignos entonces no me cabe la menor duda,ahora hay que ir por más.Esa etapa ya fué ,ahora hay que inventar un desarrollo no capitalista y eso es un proceso y requiere una discusión sin sectarismos dentro del mov.nacional y popular.
    Saludos.

  22. Para Efrain, totalmente de acuerdo con tus comentarios sobre la complejidad del tema. La clase media argentina no es un sector creado por el peronismo. La version de Cristina Kirchner sobre la Argentina del Centenario como un grupo de terratenientes en el Jockey Club y el resto muriendose de hambre, estilo Bolivia, no explicaria el partido Radical, fundamentalmente de clase media y primera fuerza electoral hasta el peronismo.

  23. Si claro,Perón,no inventó nada,( que es una manera argenta de decir las cosas no se me interprete mal)Sobre todo el de la primera época,pero hay varias versiones,después del Congreso de la Productividad y de los contratos petroleros con la California Oil hasta su derrocamiento,es otra etapa,la del exilio otra y despúes de Ezeiza otra de la cual es no preferible hablar,por ahora.En el radicalismo pasa más o menos lo mismo.El primer Yrigoyen fue una cosa Alvear otra y el segundo Yrigoyen también,en la infrestructura económica,había crisis,industralizaciones,etc.y eso, creo yo, influye mucho.No determina, pero si condiciona el desarrollo de las ideas de todo tipo que se vuelven hegemónicas en la sociedad de ese momento.El radicalismo y el peronismo son dos caras de la misma moneda:la socialdemócracia europea y su version cristiana,el social cristianismo.Adaptada a un país periferico o semicolonial.Ambos movimientos fueron policlasistas con todas sus típicas intituciones,los pactos sociales que en última inastancia querían frenar la lucha de clases impulsadas por un proletariado fuertemente influenciado por las ideas de anarquistas y socialistas de muchos emigrantes europeos que venían huyendo del hambre y la represión.Los aumentos de salarios,mas participación en la distribucion de la plusvaslía acumulada,el papel de los sindicatos con su nueva aristocracia obrera,etc.etc.y todas esas cosas la inventaron los socialistas europeos en su lucha con los comunistas \.Es que acaso alguién se imagina esta domocracia cristiana criolla bautizada con el nombre de justicialismo como algo super origianal? Sin la Constitución de Weimer alemana no habría instituciones de este corte progresista.Todo esto no le quita mérito a Perón de los primeros años,todo lo contrario fué la edad de oro de los trabajadores y de las capas medias incluida la burguesía nacional.Hay mucho de cierto en el análisis de J.W.Cooke,Hernandez Arregui,Jaureche,Scalabrini Ortiz y demás inteletuales orgánicos del peronismo en sentido amplio y simbólico de movimiento nacional y popular.Y que no excluye a las izquierdas no estalinistas.
    El fracaso del socialismo real no invalida la discusión de un nuevo socialismo del siglo XX,usando las palabras del chavismo por que me parecen acertadas.Y eso es la ventaja ,ya sabemos lo que no puede ser,partido único,falta de de democracia participativa,burocratización de los diregentes,etc.a este nuevo modelo lo tenemos que crear entre todos,otro socialismo es posible,pero no hay recetas.
    Lograr el interés y el compromiso de también las capas medias en este proceso y en el actual de transición,me parece fundamental en una política de alianzas y de acumulación de fuerzas.
    En el radicalismo,hay y hubo sectores progresistas y revolucionarios.Por algo mataron al diputado Anaya,casi a Solari Yrigoyen,por nombrar solo un ejemplo.Y aunque me extienda un poquito quiero dejar sentado por una cuestión de justicia histórica,que en año 1975 en Rosario,el pequeño grupo de familiares de presos políticos de varias organizaciones,nos reuníamos en la sede del Partido Radical de Rosario y era la nefasta época de Isabel y Lopez Rega.Ellos arriesgaban mucho también,pero en esa época Franja Morada y el Mov.de Renovación y Cambio se la jugaron por la solidaridad y la defensa de los derechos humanos.Hablo desde mi experiencia rosarina y es importante que lo sepan las nuevas generaciones radicales.No hay que excluir a nadie,el sectarismo es enemigo del cambio social.
    Hoy la situación ha cambiado,ellos en su gran mayoría han apoyado a la burguesía agraria en su conflicto con el estado.Pero es que sectores históricamente revolucionarios del peronismo también lo hicieron.Nunca tendríamos que haberles regalado casi todo el Proyecto Sur con Pino Solanas al frente.Es evidente que nuestro gobierno no hizo bien los deberes,es facíl criticarlos y lo merecen, pero la crítica debe ir acompañada de la autocrítica es dialectica la cosa.Por lo menos así lo veo yo,sin creerme el dueño de la verdad.
    Saludos.

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