Si no ahora, ¿Cuándo?

Mundial. Tregua obligada para la política mediatizada, porque la atención anda por otros rumbos. En criollo: no hay la habitual oferta de cámaras.

Pero que las aguas de superficie (las visibles) estén quietas, no implica inmovilidad. Quizá lo novedoso no esté pasando tanto en el ámbito de la políticas partidarias y su show: la multiplicación de “PJ Disidentes” atropellándose por candidatearse, nadie sabe si dentro o fuera del PJ; la pulseada entre ClePto Cobos, ladrón de legitimidad, y Little Richard, que si pretende algún día conducir este país debería dejar de ser “hijo de”; la locura querellante de la alucinada bíblica, y el culebrón de los millonarios despechados;  el político con nombre de árbol, pero con alma de planta trepadora, y otros aún menores. El pretendiente al papado y su claque dialoguista.

No. No se trata de ellos.  La novedad, la corriente que está sacudiendo esta sociedad es la emergencia de otras cuestiones: la discusión por el aborto, la discusión por el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Y también podría decirse,  la situación de los hijos, digámoslo así por ahora, irregularmente adoptados, de la viuda de Noble. Como caso testigo, no en tanto una excepción fortuita y aislada de una situación desgraciada.

¿Tendrán algún punto en común ambas cuestiones?

¿Por qué se da todo en este momento, y no en otro?

Una posible primera respuesta pasa por una palabra escrita pocas líneas arriba: emergencia. Metafóricamente podría decirse que algo que estaba sumergido, invisibilizado, emerge, de pronto se hace visible en la superficie.

Existía previamente, pero oculto, por debajo.

¿A qué nos referimos?

El amor, y las parejas del mismo sexo biológico, no son novedosos. Existen desde que hay cultura, es decir, desde que hay división de sexos. El asignarle este reconocimiento legal es, ni más ni menos, respetar sus derechos. Sean éstos del agrado o no de cada quien, los derechos son inalienables.

Análoga situación ocurre con el aborto, al cual absolutamente nadie quiere alentar, sino solamente reglamentar para que,  de llegarse a esa situación,  no se caiga en el negocio clandestino y mortal de las intervenciones ilegales, o aún las caseras, cuando no hay siquiera con qué pagar la ilegalidad.

Muchos de estos casos terminan en muertes. Muertes absolutamente evitables.

Esto es, la necesidad  de adecuar nuestro marco de derecho para regularizar situaciones  cotidianamente de hecho. Es decir, la Justicia aportando un ordenamiento.

Estas dos iniciativas han encontrado una oposición casi inquisitorial en ciertas minorías, mayormente –si bien no únicas- ultracatólicas. Suelen sostener, en relación a estos puntos, una verdadera militancia,  una suerte de cruzada contra una inmoralidad que los aterra, los espanta.

Suelen declararse personas respetuosas de Dios y sus leyes, solidarias, profesantes del amor a su familia y a su patria, y, por supuesto, a sus instituciones (comenzando por la Santa Iglesia).

Caracteriza a este grupo social una posición económica media y alta; un discurso con tintes republicanos pero fuertemente teñido de xenofobia y racismo (aunque “tengan amigos” …) y, por sobre todas las cosas, un desprecio a las clases social, económica y culturalmente más postergadas.

Cultores del esfuerzo individual, toda asistencia del Estado no puede tener otra finalidad que la compra de lealtades.

En todo caso, para hacer caridad estará la Iglesia, asistiendo a “los pobres”.

Las tradiciones tienen fuerza de ley: la primera de ellas, es que somos el granero del mundo.

Lo interesante es constatar que estas mismas personas son las que suelen, expresándolo en términos clásicos, rasgarse las vestiduras, por el “atropello” y la “vejación” que sufre la familia Noble para determinar la identidad de Marcela y Felipe. De pronto, ese súmmum de la moral cristiana entra en flagrante contradicción; ¿Cómo puede, en nombre de la moral y el respeto, obstaculizar por todos los medios posibles, y aún condenar la búsqueda de la verdad?

Habrá que ver qué es lo que habilita a algunas personas a condenar tan enérgicamente una unión homosexual o un aborto terapéutico y, al mismo tiempo, justificar una posible apropiación de hijos de desaparecidos. ¿Será ésta la tan mencionada defensa de la familia? ¿O quizá sea la obediencia debida al mito de la impunidad de los poderosos? Obediencia debida que colocó hijos de desaparecidos donde quienes regularon el mercado de la muerte también regularon el mercado de las apropiaciones.

Parecería ser, en todo caso, la defensa de un mundo que se derrumba.

Poco a poco van cayendo las ficciones de la regulación social del mercado, del derrame de las sobras de los ricos cayendo sobre los pobres, del rol asistencialista de la Iglesia,  de la necesidad de las ganancias extraordinarias para el capital concentrado, a fin de promover las famosas “inversiones externas”, las que obviamente requieren “seguridad jurídica”…

Junto a esto, también va quedando muy en claro qué  sectores de nuestra sociedad intentan sostener ese statu quo, y se va conformando la divisoria de aguas con el otro sector, que busca el cambio cultural, social, político y económico.

No se trata, pues, solamente de una disputa entre dirigentes.

Se tratará, ni más ni menos, de una batalla que también deberemos librar los ciudadanos comunes: contra nuestros prejuicios, contra tantos años de desculturalización nacional, popular y solidaria.

Y contra tanto hijo de puta que aún anda suelto.

Fuente:  http://enredandopalabras.blogspot.com

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7 comentarios en «Si no ahora, ¿Cuándo?»

  1. Totalmente de acuerdo. Es increible los niveles de hipocresía en los que incurren ciertos sectores conservadores y/o libremercadistas con tal de mantener el status quo y sus privilegios.

  2. Todo bien, pero el aborto como suprema libertad de práctica es un delirio que no debería pasar por nuestra cabeza. Reconozco que hay una necesidad de regulación, pero no puedo aceptar la posibilidad de que ante una irresponsabilidad de dos personas adultas, éstas decidan deshacerse de un bebe en gestación.
    Creo que lo mejor ante la mayoría de las situaciones de embarazo no deseado es facilitar la posibilidad de adopción, y ahí matamos dos pájaros de un solo tiro, ya que no va a haber familias que se dediquen a buscar adopciones en Haití, por ejemplo, o que tengan que anotarse en una lista de espera en la cual los terminan llamando de acá a 10 años, o que cuando terminan el trámite, el chico ya va a la facultad…
    Respecto de los casos extremos es una cuestión difícil de plantear, hoy en día muchos pensadores dentro de las iglesias consideran a la mujer como un recipiente para tener hijos y cuidar la casa, determinan su pensamiento hacia la mujer, no ya como una persona igual que ellos, sino como un sujeto subordinado a sus necesidades. Son éstos hombres los que consideran que el aborto no debería ser practicado, incluso si hay peligro de muerte de la mujer.
    Por otra parte, el aborto eugenésico es, a mi modo de ver, un atropello al diferente, al que tiene capacidades diferentes. Es una actitud en la cual se lo discrimina por ser distinto y por tanto no se los deja nacer. Es lo mismo que decir que como no va a poder pensar «bien» o va a ser algo feita la criatura, es preferible que le peguen un martillazo en la cabeza apenas asome desde la panza de la madre; los valores fundamentales de todos nosotros, creo yo, se terminaría yendo por el caño. En otras palabras: nos convertimos en genocidas de la mano de cualquier nazi al dispararle en la cabeza a cualquiera que sea diferente a nosotros por algún defecto en su ADN (Ojo, en este caso no incluyo a la acefalía, ni a la hidrocefalia grave, donde el bebe, en estos casos, suele nacer y vivir un par de horas y muere irremediablemente por su falta de cerebro, en estos casos está bien aceptada la doctrina en la cual no practicarle el aborto a la madre es como condenarla a un funeral de 9 meses).
    Respecto a los casos de menores embarazadas, es un tema complicado, si la menor tiene capacidad de consentimiento desde los 14, es elección de ella y solo de ella, sin intervención de nadie más que de su familia y la familia del padre. Por lo demás, creo que una buena educación sexual es necesaria para evitar todo embarazo no deseado.
    Con el tema de las mujeres violadas, creo que pasa por el mismo camino que las menores, con la sola y obvia salvedad de que no interviene, ni el violador, ni su familia. Aunque para esto, creo que para evitar el punto de más arriba (el de la responsabilidad), debe haber una acusación formal por violación y en el caso de ser una falsedad de la mujer, condenarla por la mentira.
    En los casos que las practicas para evitar el embarazo fallen, vuelvo a repetir, si no se lo quiere al bebe, creo que lo mejor, antes del aborto es mejorar el sistema de adopciones.

  3. El aborto terapeutico es un derecho. No esta en discusion.
    En cuanto al aborto, podemos discutir sobre el derecho a la vida del feto (discusion mas que valida) e incluso llegar a si tiene derecho una mujer a pasar un periodo sin procrear, impidiendo asi a un niño a nacer. LLevado al extremo, llegamos a las historicas posiciones de la iglesia de impedir la planificacion familiar. Pero tambien esta el derecho de un mujer de no entregar su cuerpo durante 9 meses y nadie plantea la adopcion del feto. Si el feto es «otro», tambien es «otro» en el cuerpo de esa mujer y cuando se plantea que lo de en adopcion se omite que eso ocurre recien a los 9 meses de tener a otro viviendo en ella, de ella. Ella tiene un derecho fuerte defendible.

    Yo creo que el debate matrimonio mixto es un «no debate», no hay dos posiciones en argentina, la gran mayoria acuerda y por lo general le resulta intrascendente. Solo hay grupos de poder que colocan en esa linea una defensa de otras trincheras. Pero el del aborto si es un debate interesante, rico en argumentos profundos. Pero lo que se deberia decidir antes y rapido es que pasa mientras se dilucida tan rico debate? Las mujeres son obligadas a procrear aunque no quieran o pueden decidir sobre sus cuerpos, mientras la comuidad concluye el debate.

  4. Estimados

    Gracias por sus comentarios.
    Obviamente, la intención fue la de ayudar a abrir temáticas que -al menos en mi opinión- que se adeudan en nuestra sociedad. Básicamente creí importante destacar que determinados sectores hacen del ninguneo de quienes piensan o sienten diferente una fervorosa causa religiosa.
    Escudados en su escala de valores, autoproclamados defensores de la familia, tienen altísima sensibilidad con la homosexualidad y el aborto como horrores, pero son complacientes con casos de apropiación. Esto me parece de una hipocresía, y de un doble standard moral muy acentuados.
    Aunque sea redundante, vuelvo a aclarar: estoy hablando de que se puedan discutir estas cuestiones, que entren dentro de las temáticas que sociedades complejas más tarde o más temprano tienen que debatir.
    Saludos

  5. Hay algo que dice Sujeto que es muy cierto y muy interesante. Miren los editoriales de La Nación del sábado pasado (al que respondí acá: http://bbimbi.blogspot.com/2010/06/la-nacion-deberia-pedir-disculpas-sus.html) y este sábado. El primero, contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, haciendo eje en la adopción. El segundo, sobre Estela Carlotto, cuestionando el Nobel a las Abuelas. En ambos casos, hablamos de hijos. Hijos cuyos derechos están siendo violados. Los hijos de las parejas del mismo sexo, porque sufren la desigualdad jurídica a la que la legislación actual sobre matrimonio civil los condena, al no reconocer su vínculo familiar con ambos padres o madres. Los hijos de los desaparecidos, secuestrados o nacidos en cautiverio, víctimas de una violación de derechos mucho más brutal, despojados de su identidad y de su historia. ¿Cómo se posiciona La Nación frente a los derechos de esos hijos? Con una brutal coherencia, se caga en ellos en ambos casos, para defender a sus amigos: los curas, los milicos. Coherente.

  6. Por un lado le reconoces la libertad a los homosexuales para el matrimonio y a la mujer para decidir sobre su cuerpo. Básicamente estoy de acuerdo con ello, aunque como hombre opino que el aborto tiene que ser debatido y decidido en primera instancia por las mujeres. Por otro lado no le querés conceder la libertad a los hijos de Noble para decidir saber sobre su propio origen ¿No lo ves contradictorio?
    Además el mundo parece dividirse para vos en oponentes al matrimonio homosexual y al aborto, apropiadores de hijos desaparecidos (¿también apoyan al diabólico diario Clarín?), explotadores, racistas, vendepatrias y neoliberales (¿me olvidé de alguna perfidia? )por un lado, y otro sector, que busca el cambio cultural, social, político y económico. ¿El mundo no será un poco más complejo que eso?

  7. Hola Diego Armando

    Efectivamente, el mundo es bastante más complejo de lo que escribí. Y también más amplio en temáticas, en conexiones entre temáticas, causalidades. Y en visiones.
    Pero como no escribo en nombre de la verdad, sino en el mío, hablo desde mi subjetividad, es decir, desde mi escala de valores y desde mi ideología.
    No puedo equiparar la puesta en discusión de temas como el matrimonio homosexual y el aborto, con absoluta independencia de mi opinión al respecto, con lo que mencionás como la libertad de los hijos de Noble de decidir saber sobre su origen. No, no es lo mismo. En el último caso, de verificarse la sospecha, estaríamos ante la presencia de un delito para nada liviano. Es una cuestión, más acá y más allá de la política, ligada a la justicia. Si efectivamente son hijos de desaparecidos, Felipe y Marcela tendrán todo el derecho del mundo de sostener a la viuda de Noble como su madre. Pero lo que no tienen es el derecho a evitar que se sepa la verdad y se haga justicia. Aquí el mundo es un poco más complejo que los deseos, ¿no?
    Con respecto a la sutil descalificación que hacés sobre cómo divido al mundo, realmente no me interesa esforzarme en convencerte, sobre todo porque no te importa en absoluto.
    Cordiales saludos.

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