Sobre el postkirchnerismo

Sobre el postkirchneriosmo.

                 Por Alejandra Varela

 

 

                            Michel Foucault decía  que el poder es el nombre que se le da a una situación estratégica compleja en un momento determinado. Hoy como nunca estamos asistiendo a esta pelea de producción de verdades.  La lectura sobre lo real implica imponer una interpretación que sea más irrefutable que la objetividad misma.

                             Con esta apoyatura y la complicidad de los medios se repite permanentemente que el kirchnerismo ha llegado a su fin. Como el contagio y la necesidad de no quedar como ingenuas y despistados es, hoy por hoy, más fuerte que la originalidad y la autonomía de pensamiento, esta afirmación está en boca de las personas más impensadas.

                            Propongo hacer un análisis de situación donde la racionalidad despeje tanta prepotencia del discurso, teniendo en cuenta que la política no se rige sólo por la razón. Existe el azar, la Fortuna, existen los escenarios no previstos pero también cuentan la Virtud, la correlación de fuerzas, las condiciones objetivas y las estrategias.

                            Una experiencia política puede terminarse por su propia ineficacia, porque surge otra propuesta superadora o porque se dan las dos condiciones a la vez. Ninguno de estos escenarios es el que vive hoy el kirchnerismo.

                             La otra posibilidad, reiterada en nuestra historia, es la de la conspiración o golpe de estado. Algo que si sufre el kirchnerismo en su versión moderna de clima destituyente. La victoria de la derecha, en este caso, no implicaría, necesariamente, la muerte del kirchnerismo, como el derrocamiento del gobierno de Perón ni significó la muerte del peronismo.  

                            Igualmente cuando se habla de “postkirchnerismo” se está queriendo decir que la experiencia iniciada en el 2003 se agotó y que la sociedad pide otra cosa. En este caso puntual se necesita de una experiencia superadora para que este final sea efectivo, lo que no se observa en la actualidad. Lo que sí existe es un claro propósito de establecer lo que Carta Abierta llamó una restauración conservadora. Como la expresión lo indica, se trata de un retroceso, no de una superación.

 

                                 Si la restauración conservadora se concretara, la inmensa mayoría de la población se vería afectada. Lo más probable o lógico sería que esto provocara una reacción popular pero nada nos ahorraría daños irreversibles. La pregunta es: ¿La sociedad Argentina ha perdido sus reflejos a tal punto  que no tiene reparos en suicidarse?

                                 Los candidatos que aparecen como presidenciables para el 20011 no poseen liderazgo, ni capacidad política ni fortaleza suficiente para presidir el país. Y existe un dato, tal vez más importante, las alianzas que se formaron para estas elecciones no tienen sustentabilidad. No sólo porque hay una mezcla de radicales, peronistas, gente de izquierda y de derecha en todos estos frentes sino porque ya nos han demostrado que quienes las integran carecen de convicciones. Se acercan a aquel que tiene buena imagen y cuando la pierden buscan a otros para no hundirse en el barco. Por otro lado vemos como Francisco de Narváez y Mauricio Macri relegan a Felipe Solá de una manera humillante y carente de disimulo, una muestra evidente del maltrato que nos espera si logran llegar a la Casa Rosada.

                       En este sentido el kirchnerismo corre con una ventaja. La convicción que se ve en Florencio Randazzo, en Aníbal Fernández, en el golpeado Agustín Rossi, no se observa en otros sectores políticos. Lejos de toda ingenuidad, no desconozco las zonas oscuras ni las zonas épicas de la política pero ser kirchnerista hoy exige una claridad ideológica que no todos pueden sostener. Recordemos como abandonó a Fernando De La Rúa su propio gabinete.

                       Elisa Carrió, Julio Cobos, Carlos Reuteman o Macri en el sillón de Rivadavia generarían una crisis que sólo podría contener los Kirchner.

                       No existe un candidato de la oposición que los supere políticamente, salvo Martín Sabattele o Fernando Solanas pero no tienen suficiente caudal político.

                        Con Néstor Kirchner confrontando cuerpo a cuerpo en el congreso, la oposición deberá demostrar un potencial que no tiene ni está en condiciones de tener. Lo bueno de esta coyuntura es que cada vez se exige más capacidad política, más manejo de estrategias. Hoy la militancia, el conocimiento, las propuestas, son un capital en alza. Ya vivimos el fracaso de la tele política. La caída de De La Rúa fue la demostración de que no se puede gobernar sin política. La Alianza hizo una equivocada lectura del menemismo. Mientras que Carlos Menem se ocupaba de despolitizar a la sociedad, de dinamitar la realidad como el escenario donde se desarrolla la acción política, de demostrar que su discurso elemental y gracioso era la garantía de su éxito, la maquinaria del menemismo hacía uso del saber político acumulado por el peronismo para sostener esa ficción y no caerse. Una cosa es ser frívolo y otra tener la capacidad de banalizar lo importante para esto último se requiere de  estrategias.    

                         Lo que creo es que el kirchnerismo está pasando por una crisis que tiene que ver en parte con un debilitamiento cultural de nuestra sociedad y en parte con errores propios. La vieja derecha se ha reacomodado con ropajes nuevos y esta es una responsabilidad de toda la sociedad que se muestra permisiva con su reaparición.

                          Y aquí es donde mi análisis se da vuelta. Antes mencionaba que los propagandistas del postkirchenismo sostienen que “esta forma de hacer política se terminó, ahora la gente quiere la nueva política”. ¿Qué es la nueva política? Ni más ni menos que ala anti-política.

                            Si hacer política requiere de un conocimiento de la teoría clásica y de los nuevos autores que, parados en alguna tradición reformulan estos textos a la luz de los nuevos escenarios, si un político es un ser que tiene una lectura personal sobre la historia y una capacidad estratégica para llevarla a la acción, si hacer política implica articular lo coyuntural con lo histórico para abrir nuevos sentidos, la Nueva Política, desconoce la historia, los textos clásicos, modernos y posmodernos, Es inculta. Compra bibliotecas que no lee y dice que sabe gestionar empresas. Se vacía de ideas y proyectos para que las corporaciones escriban en ese espacio en blanco lo que quieran.

                     Mi duda es que la sociedad argentina tal vez esté harta de conflictos y discusiones y quiera gente más simple, a la que se le entienda lo que dice y que no hable del pasado. Tal vez el discurso fácil sobre la inseguridad  y los buenos modos los convencen más que la inteligencia y los hechos. Tal vez la Nueva Política sea ese momento crucial en el que Julio Cobos le dijo a los mediocres del mundo: Yo vengo a salvarlos.

  

 

2 comentarios en «Sobre el postkirchnerismo»

  1. Cuando Kirchner ganó las elecciones y asumió como presidente, era la receta superadora? Nadie lo sabía, nadie sabía lo que el pingüino haría, la gente sólo sabía que no quería más de lo mismo, Menem ya estaba agotado. En aquel momento, se podía decir de Kirchner que no poseía “liderazgo, ni capacidad política ni fortaleza suficiente para presidir el país”.

    Hay procesos que se agotan, que se van degradando hasta ser un pobre reflejo de lo que alguna vez fue. Es cierto que la oposición es impresentable, que ni siquiera tienen un rumbo. Pero todo se construye, como se supo construir el kirchnerismo.

    Yo no adhiero a ningún discurso que pretenda mantener el statu quo, sino que quiero que las cosas avancen. Me hubiera gustado que el proyecto político iniciado por los Kirchner hubiera tenido un continuador que lo supere, pero esto podría haber sido posible solo si estos muchachos no se encerraban en sí mismos. Eligieron ellos este camino, en lugar de pasar la posta, prefirieron estrellar la nave. Ahora pagan ellos por esa ambición, y lo pagaremos todos si lo que se viene es la derecha.

    Pero debería quedar claro, si eso sucede, es pura y exclusiva responsabilidad del grupo gobernante que supo tener el poder necesario para evitarlo.

  2. mirarse el ombligo…

    leo el post y veo los mismos mitos autojustificatorios q se empezaron a crear desde la 125…

    y entre todos los mitos…el maximo es el siguiente…

    NOSOTROS…los «iluminados» de turno,somos dueños de la «ABSOLUTA VERDAD»…los q no estan con NOSOTROS…o son «gorilas destituyentes»…o son «miserables idiotas utiles» q no piensan…o si piensan,lo hacen de manera equivocada.

    y si fallamos,NOSOTROS,no es por q hayamos hecho algo mal…(los «iluminados» nunca se equivocan)…si no,simplemente por q la SOCIEDAD no tuvo la VALENTIA de ENTENDERNOS…

    siempre pense q en una democracia,el politico debe adaptarse a la sociedad,y si tiene intenciones de cambiarla…este cambio debe ser gradual y en forma consensuada…(en una dictadura,es la sociedad quien debe adaptarse a su «amado lider»)…

    es tan dificil entender q quizas,la forma de gobernar q sirvio en el 2003…no sirva para los tiempos q corren??? (veniamos de una presidencia debil con de la rua…y con kirchner encontramos (por q nadie tenia la menor idea de lo q iba a hacer) un «presidente fuerte» q es quizas lo q en ese momento el pais necesitaba).

    pero las sociedades democraticas son dinamicas…y CAMBIAN,y si antes pedian y hasta exigian una presidencia fuerte…luego pidieron una presidencia mas dialoguista…y con q le respondieron???…con mas NO DIALOGO¡¡¡ (kirchner debia adaptarse a la sociedad…o la sociedad debia adaptarse al «amado lider»???)

    hay algo en democracia q se llama «alternancia en el poder»…esto significa,segun algunos,q la alternancia hace a las democracias flexibles…y esto le permite adaptarse a los diferentes estadios historico por los q pasa una comunidad democratica…

    tomemos el el ej. de USA y españa…ante el agotamiento del «modelo» de bush…la gente se decanto por obama…otro tanto pasa en españa,ante la crisis economica q le exploto a los socialistas,los españoles se decantan lentamente haci el partito popular…pero ahi nadie habla ni por asomo,de «clima destituyente»,saben q es la propia dinamica democratica la q esta funcionando…(y en ambos casos ,como aca,hay prensa pro-gubernamental y prensa anti-gubernamental…asi q en ese tema,no sigan jodiendo al dope)).

    las democracias tienen «politicas de estado»…NO TIENEN «ideologias de estado» (eso ocurre en las dictaduras…por si alguno no lo sabe).

    si alguno espera,mientras lee un librito de laclau o feimann o forster,q la sociedad «se de cuenta»…van fritos se los aseguro…pero si estan dispuestos a cambiar,tanto los modos como las formas,quizas la sociedad les de otra oportunidad…

    en el 2008,despues de las presidenciales,ya se estaban preguntando con cuanto puntos de diferencia iba a ganar el nestor las elecciones del 2011 para volver a ser presidente…ahora,estan penando para saber si le ganan o no al ignoto (hasta hace solo unos meses) de narvaez en el conurbano…

    no hacerse una verdadera autocritica,echarle la culpa de todo a la «prensa»,a la «entente destituyente»,a los clasemedieros q «no piensan»,a los «cipayos» de izquierda q se dieron vuelta…etc etc etc…no los va a conducir a ningun lado.

    y seguir mirandose el ombligo…tampoco…

    en fin…

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