Un compañero en apuros (humor y política)

Esta anécdota, real, sucedió la semana pasada. Quedó plasmada en un correo que envió Marcelo -el amigo que protagonizó la escena y que la pudo contar con agudísimo humor-, a mi compadre Daniel. La reproduzco textual.

¿Cómo va Dani? Ayer en el momento que me mandaste el mensaje estaba entrando al quirófano. Salió todo bien, pero si te cuento lo mucho que sirvió tu mensaje te vas a cagar de risa. Me decías que salvo Pino y Lilita no hay alianza y me puse a pensar que eso a la opo no le importa un carajo y les va a favorecer las abiertas por que se van a encolumnar todos detrás del segundo, obviamente sin importarle quién mierda sea. En las definitivas van a jugar con eso: son capaces de votar a Moyano. El domingo lo escuché a Grondona en Canal 26 y textualmente dijo que a Moyano lo ve más rubio. Posta. Eso a 5 minutos de operarme, eh?
Bien, a eso iba. Voy a que me cargaste de onda peronista.
Entré al quirófano, y medio que los veo a todos anti K. No sé por qué los vi así. Imaginate: Clínica Bazterrica, Juncal y Billinghurst, y de pronto saltó lo que faltaba: el instrumentista me muestra una aguja de 1 cm. de espesor y me dice que me insertaban eso, que adentro había una cámara que al mismo tiempo deseca el meñisco roto, etc. Todo para tranquilizarme. Cierra diciéndome que era importada y que se usa una por operación debido a que “había faltantes por las políticas actuales”.
– “¿Pero me va a operar? -porque si hay faltante es que no hay, pero usted me la muestra”.
– “No hay –me dice-, no en la cantidad que necesitamos”.
Todo esto mientras me afeitaban la pierna y me ponían Pervinox.
– “No entiendo. Si hay faltante, no hay. Si no hay faltante, hay…” –le digo.
Salta la anestesista: “Me parece que vamos a operar a un kirchnerista…!” -y me mira.
– “Usted deduce eso porque yo no entiendo lo que me dice… pero para usted ¿hay faltante o no? ¡Por favor respondame si o no!
– “Usted es kirchnerista” –me dice.
Ahí pensé: se van a la mierda todos.
-“Sí, señora. ¡Soy kirchnerista! ¡Y ojalá haya faltantes de agujas, de anestesia y de médicos cirujanos, de anestesistas; así, de esa manera, todos ustedes puedan tener trabajo y nosotros podamos operarnos!”.
Se hizo un silencio en el quirófano y lo tuve que cortar yo.
– “Bueno… no se desquiten con mi rodilla ahora, no?”.
El cirujano salta y me dice:
-“Quédese tranquilo, compañero, yo opino como usted, y soy el que lo va a operar”.
– “La verdad me tranquiliza que usted pertenezca al 54% (y les digo a los demás); bueno, háganle caso al cirujano, eh…?”
Ahí no termina. Mirá cómo son.
Cuando me despierto en una cama, ya operado, Adriana -mi mujer- en vez de ¿cómo estás, te duele?, me dice:
-“¡Vos te volviste loco! ¡Te pusiste a discutir de política en la operación…!
Pensé de veras en lo que me decía y le digo, medio como excusándome:
-“Nooo… Capaz que fue la anestesia que me hizo decir algo, pero la verdad que no me acuerdo”.
-“Vos estás loco, Marce…”.
O sea que algo los tipos le dijeron.
Ya en el auto, cuando vuelve a tocarme el tema, le digo:
-“¿Qué querés que haga? Si me dan anestesia y sigo siendo peronista…? Eso no lo controlo”.
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