Un giorno tristisimo

La decisión de la Mesa de Enlace de no asistir a una futura convocatoria al Consejo de Desarrollo Económico y Social impulsado por el gobierno abre la necesidad de un nuevo racconto de hechos luego del 28-J. La negativa no logra entenderse desde el llano por algunos motivos, a saber, los ruralistas aseguran que continúan adelante con su “vocación de diálogo” y al mismo tiempo han sorprendido a la teleaudiencia con nuevo componente de su discurso: la pobreza. El flamante espacio creado por el gobierno abre una instancia de diálogo para los principales actores políticos, económicos y sociales, cuyos temas primordiales acordados allí pasarán al Congreso para ser discutidos parlamentariamente, hete aquí que los pronósticos se cumplen: el campo trata de someter a la oposición partidaria bajo su ala al mismo tiempo que pretende debilitar al gobierno e imponer de esta manera su nostalgioso modelo de país: el granero del mundo.

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El nuevo órgano emerge como “espacio de concertación” y de “consulta en materia social, económica y laboral para facilitar la participación de las organizaciones en las políticas públicas”, tal cual lo establece el proyecto de ley que le dará vigencia. El consejo de dirección estará integrado por igual número de representantes organizaciones sindicales y empresariales (20 cada una) y cuatro representantes del gobierno. La agenda a tratar será establecida por los sindicatos y empresarios es por ello que la negativa de la Mesa de Enlace abre el interrogante de hacia dónde están verdaderamente dirigidos sus reclamos: si continúan siendo sectoriales o si ya son explícitamente políticos.
El arco político opositor parece haber dado demasiado changüí a los campestres, nadie sabe cómo parar a los muchachos ahora, algunos temen haber creado un monstruo de cuatro cabezas. Los nombres que mas suenan para 2011 se muestran cautos ante el pedido de retenciones cero que pregonan los ruralistas, saben que esto disminuiría frondosamente la dichosa “caja” y sin recursos, oh sorpresa, se complica gobernar y mas aún administrar. El plantón de la Mesa al gobierno luego de la reunión con el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández hasta dejó descolocada a la oposición. De Narváez, Macri, Binner, UIA, CTA, CGT y radicalismo se manifestaron conformes con los primeros encuentros y a la espera de continuar las discusiones. El gobierno recogió además el guante de otros reclamos que venían oyéndose desde antes de las elecciones y que, nobleza obliga, los resultados pusieron en agenda: cambios dentro del INDEC, disminución de superpoderes, consenso para constituir el nuevo piso del Salario Mínimo Vital y Móvil. La gente aún acepta el fundamentalismo del campo pero no se sabe cuánto más.
Aunque en la dirección del organismo encargado, entre otras cosas, de medir la inflación continuarán hombres y mujeres asociados a Moreno, el instituto dependerá ahora directamente del Ministerio de Economía. Lo más significativo de esta nueva etapa lo constituye la creación de un consejo académico conformado por distintas universidades nacionales que se encargaran de estudiar la gestión del instituto desde 1999 a la fecha. Los resultados deberán ser presentado finalmente en el congreso de la Nación, por lo que de esta manera el gobierno busca “someterse” a una doble evaluación: por un lado académica y por otro política e institucional. Por su parte la disminución de los súper poderes era un viejo reclamos desde todos los frentes. Recordemos que esta facultad permitía al jefe de Gabinete la reasignación de partidas del presupuesto nacional deliberadamente. La reciente modificación permite solamente reasignar un tres por ciento del presupuesto, tal como sucede en la ciudad autónoma de Buenos Aires. Durante el tiempo que los antiguos superpoderes estuvieron vigentes nunca habían excedido esa cifra pero legalizar el límite fue bien visto como gesto simbólico por quién anduviera por ahí.
Finalmente ofrecemos párrafo aparte a la conformación de nuevo salario mínimos vital y móvil. El sector empresario se había volcado días antes del encuentro con los sindicatos por establecer el nuevo piso en 1400 pesos, la CGT por su parte pedía 1600 mientras que la CTA exigía 1800. La mentada crisis suponía arduas negociaciones. Por ello resultó gratamente sorpresiva la presencia de la presidenta encabezando la reunión oficial, no es dato menor que hay sido la primer mandataria la encargada de llevar adelante las negociaciones que dieron a los trabajadores una suba del 21 por ciento en su salario. El tratamiento de los distintos medios al respecto es acorde a la referencia que se hacen sobre las reuniones entre “Moyano” y “Cristina”. Pero la reunión no es entre amigos así lo sean, se reúnen el representante de todos los trabajadores agremiados y la presidenta de la Nación. Trabajadores y Gobierno tienen canal de diálogo permanente.

Volvemos a La Rural, volvamos al discurso de Hugo Biolcatti en la inauguración oficial de la muestra. Allí quedó claramente evidenciado las sospecha de Ricardo Kirschbaum, el editor general de Clarín (¡¿?!): “las reivindicaciones sectoriales ya se han transformado en planteos políticos” porque “la Mesa de Enlace marca el ritmo y los tiempos de la oposición”.
El presidente de la Sociedad Rural condenó la “voracidad fiscal” de un Estado “predador insaciable”, en línea con las críticas del sector al organismo que ejerce control sobre el comercio agropecuario y somete a los ruralistas a declaraciones juradas (Oncca). Por otra parte, pero en el mismo sentido, el presidente de la Federación Agraria Argentina Eduardo Buzzi ratificó en reiteradas oportunidades que el objetivo era alcanzar “retenciones cero”, tirando por la borda el discurso de algunos meses atrás que pedía una segmentación de las mismas. “(…) la indiferencia del sector a la medida de segmentación se encuentra en que muchos de los actores de esta actividad operan en negro. Para poder acceder a beneficios fiscales o ser parte de un cuadro fraccionado de retenciones se requiere cumplir con las obligaciones impositivas, previo a registrarse como contribuyente. No es el escenario más habitual en el negocio agropecuario, lo que explica la furia de los representantes del sector del campo privilegiado contra la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca).”
Alejado de la CTA hora Buzzi lucha contra la pobreza junto a la Sociedad Rural y, ay, comparte palco y discurso con quien desea volver a la Argentina granero del mundo: una nación que tenía su economía orientada hacia el modelo agroexportador y de la cual partían sin cesar grandes cantidades de materias primas hacia el Viejo Mundo. Convertida en divisas, esta riqueza regresaba para crear una atmósfera de fastuosidad y lujo, para dar sustento a una «belle époque» que disfrutaban, por lo general, sólo las clases dominantes de la sociedad. En verdad, si bien la sociedad también mutaba con velocidad, la estructura de dominación perpetuaba las mismas jerarquías de la sociedad colonial: las familias terratenientes y patricias disfrutaban de la bonanza económica y predominaban en el control ideológico y político del país, gracias a un sistema electoral que impedía el acceso de las mayorías a la toma de decisión y de sus representantes al aparato del Estado, mientras que las populosas clases bajas (compuestas en su mayoría por peones rurales y chacareros y, en menor medida, por obreros fabriles y de comercio) empeñaban todo su esfuerzo en la persecución de un bienestar económico siempre lejano y difícil de alcanzar.
En la Rural pareció añorarse un Estado bobo, testigo de desigualdades sin hacer nada y no porque en estos años se haya hecho todo de lo que había por hacer. Ahora que embisten contra la pobreza cabe preguntarse cómo no les preocupaba o se manifestaban mientras se gestaba la mayor deuda externa, se aumentaba la brecha entre pobres y ricos y se vendía el país desde 1976 a 2001.

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