Un ministro de Economía más fuerte

Detrás del pedido por un ministro de Economía “con mayor fortaleza” que realizó hace pocos días el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, subyace la nostalgia por las formas en que se tramitó la política argentina desde 1983 hasta 2003.

Distinto sería discutir sobre las cualidades profesionales de Hernán Lorenzino para el desempeño del cargo que hoy ocupa, y en tal caso desde aquí probablemente estaremos más cerca de Méndez. Pero el jefe de los industriales no eligió circular sobre el eje bueno/malo, sino sobre el nulo peso político propio con que cuenta el actual titular del Palacio de Hacienda, similar al de todos sus antecesores desde que Néstor Kirchner eligió remover de ese lugar al doctor Roberto Lavagna.

Lo que, por cierto –no por obvio deja de ser necesario remarcarlo–, lejos está de ser accidental. Por el contrario, es una de las mejores escenificaciones de las rupturas que ha intentado el kirchnerismo con el ciclo histórico que lo precedió, y que estalló junto con el país en 2001.

Recordemos, Lavagna fue una de las cláusulas que el ex senador a cargo interinamente de la poder ejecutivo nacional entre 2002 y 2003, Eduardo Duhalde, y Néstor Kirchner pactaron en el acuerdo que llevó al segundo a la presidencia de la Nación. Cuando, luego de las elecciones legislativas de mitad de mandato que el Frente para la Victoria atravesó con éxito en 2005, Kirchner validó en las urnas su capital político acumulado de hecho, entonces estuvo en condiciones de reformular los términos de su espacio, y por ende de su gobierno.

Duhalde ocupó el último tramo de la denominada democracia de la derrota, tiempos en que la política, lejos de la ausencia –como equivocadamente pregona la intelectualidad no peronista del oficialismo–, se trataba de, apenas, la instancia de convalidación institucional de decisiones que se elaboraban fronteras afuera de los ámbitos formales que estipula el Estado de Derecho. Y condujo la transición hasta los tiempos del kirchnerismo, que llegó a poner en crisis ese paradigma sin todavía haber completado la consolidación de un orden nuevo.

El drama del poder, que no lo era, intervenido desde afuera, donde los gobiernos recibían su potestad de acción donada en vez de preocuparse por construirla en la dinámica de la representación ciudadana, se expresaba en elencos ministeriales que permanecían en sus lugares independientemente del color político de las ocasionales administraciones que se sucedían: así, Domingo Cavallo, quien había sido presidente del BCRA durante la última dictadura, fue luego también ministro de Economía de Carlos Menem y luego de Fernando De La Rúa.

Lo que no varió durante más de 25 años fue el plan económico ejecutado, inmutable desde el arribo de José Alfredo Martínez de Hoz a Economía hasta el 20 de diciembre de 2001. La capacidad decisoria era, así, pues, la de sostener el programa, de nefastas consecuencias en lo que a rentabilidad social se refiere, al margen de los vaivenes electorales. Y los ministros, que provenían de distintas vertientes del bloque de clases dominantes –constructor, sustento y beneficiario del continuismo aquí comentado–, operaban el mandato de sujetar cualquier asunto a los dictados de la economía. Y más aún, a la de una que no concebía morigerar, siquiera, los efectos de la dinámica oferta/demanda.

El repaso sobre los hechos de nuestra historia reciente es el mejor auxilio de que podemos echar mano para establecer las significancias que evocó Méndez.

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El massismo es el depositario electoral de la impugnación programática al kirchnerismo que tiñe la hora actual. Quedó claro cuando Sergio Massa fue examinado por los empresarios previo a las PASO: por el reparto de roles (quién estuvo a cargo de la convocatoria y quién de ir al pie) y por las definiciones a que allí se pudo asistir. Mientras los teóricos massistas insisten en disfrazar de lenguaje (pretendidamente) sofisticado, vagas exhortaciones a mirar para adelante, chicanas y ABL lo evidente, cada vez que abre la boca algún representante del establishment se ocupa de dejar sentado que el fin de ciclo está lejos de implicar una mera paranoia oficial irrealizable tanto como de abarcar apenas la extinción constitucional de un mandato presidencial.

Días pasados se leía desde esas huestes que el futuro pasa por la necesidad de garantizar las condiciones necesarias a la inversión privada “con seguridad jurídica garantizada por un gobierno creíble y confiable para que cierre el acuerdo”. Una melodía que suena conocida y hace juego con los deseos que salieron de la boca de Héctor Méndez. La dinámica del conflicto que necesariamente abrió la irrupción del kirchnerismo para detener la reproducción ineluctable del statu quo se ha llevado puestas de forma irremediable las intenciones de sólo «corregir lo malo, conservando lo bueno».

La política domesticada, y el peronismo resignado más precisamente, asoman dispuestos a poner la mesa del retorno de los dueños del país, que hace poco comenzaron a reclamar su devolución.

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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17 comentarios en «Un ministro de Economía más fuerte»

  1. No, Pablo, no te ilusiones, el kirchnerismo no tiene ninguna mística. La UIA hasta hace 15 minutos era la aliada enamorada de este gobierno. No hay espacio para ponerlos en una inexorable vereda opuesta. Lo mismo pasa con el moyanismo y la CGT oficial. El otro día lo escuchaba a Caló confesar que tarde o temprano iban a terminar juntos con Moyano, «que ya todo el mundo sabe cómo somos los peronistas». Peleas de primos, o de tíos con sobrinos, démosle su lugar a Duhalde y a la Sra Chiche en esta mesa. Lo de Méndez va en dirección a que todas las políticas económicas se encuadren detrás de una figura fuerte de modo de alinear las tres o cuatro cabezas que hoy se disputan esa hegemonía dentro del gobierno. Nada raro, ningún complot. El fin de ciclo puede darse aún con Cristina en el poder, se refiere al fin del kirchnerismo como marcador de la agenda pública. Algo así como el alfonsinismo en el 88.

  2. Muy oportuno el post, sobre todo si tenemos en cuenta que acaban de mandar al ministro que se queria ir, a Washington para arreglar los juicios con el Ciadi, donde vamos a tener que garpar, y rogarle al FMI que acepte un nuevo IPC, a eso sumémosle que la tasa de devaluación del peso está en el 30% anual y se acaba de reabrir el canje de deuda, las reservas bajaron de 50.000 a 35.000 millones y la presidente le implora a la corte de USA para que tome el caso contra los buitres, la nafta se aproxima a los diez mangos y despues de octubre veremos que otros «No ajustes» tendremos.
    Quien sabe,tal vez terminen pidiendo a gritos la vuelta de Lavagna.

  3. El massismo es el depositario electoral de la impugnación programática al kirchnerismo que tiñe la hora actual. ????

    FAAAAA LOCOOOO.
    ¿Te encantaría no?
    Sería todo taaaan bello =)

  4. Y si, don Pablo la entente ma$$ista procura la vuelta a medio camino del ciclo que comenzara con la democracia tutelada del Alfonso por las bayonetas y el establishment económico-financiero.

    Sepultados totalmente los mauser por NK finiquitando el desarme previo del turco, con la ida de lavandina termina la hegemonía tecnócrata del establishment industrial vía sus ministros de economía y, tiempo más tarde, el del establishmente financiero con la patada en el toor del ocupa golden boy del BCRA.

    Sistema que, a pesar de las lloriquedas opas de los opos –como el de acá arriba- desde hace 4 años se ha surfeado la crisis sin producir recesión, desocupación, corridas cambiarias, descontrol inflacionario y, por si fuera poco, habiendo devaluado –por ahora- 22% anualizado, no un 30

    Las alianzas arriba aludidas no son más que circunstanciales y todavía, a mi entender, responden al péndulo, pero el de O’Donnell donde “oligarquía diversificada”+capital extranjero en la fase ascendente del ciclo se despegan de su alianza con los sectores populares+burguesía nacional, en aquella época cuando asomaba la crisis de la balanza, hoy frente a la desmedida puja

    En fin, igual ya falta poco para que termine el maritirio op@ ¿o no?

    Saludos don Pablo

    1. Suscribo, en especial el contundente 3er. párrafo.

      Otro episodio hubo entre el de ‘lavandina’ y el del ‘okupa’: el despido de Prat Gay del BCRA.

      1. – Una cuestión al margen que me parece muy interesante: la cantidad de egos heridos por el destrato personal que, presumiblemente, ha sido una característica de N. y C., y que -por eso y también por que hay una poderosa ‘ambulancia de egos heridos’ que circula por todos lados y los va recogiendo- se hacen acérrimos opositores.
        – Cuando Cobos, después del voto no positivo, se dedicaba a organizar la opo desde el despacho de vice y lo criticábamos, alguien dijo que ‘es lógico, con lo mal que lo habían tratado’. A lo que contesté que sería lógico, pero que eso invalidaba totalmente considerarlo seriamente y mucho menos llegar a votarlo. Es decir, un tipo que toma decisiones políticas por resentimiento personal sería un mono con navaja como presidente.
        – Vistas así las cosas, podemos esbozar una especie de ley: si un político toma posiciones por resentimiento personal, nunca será un gran político y mucho menos un estadista.
        – Así que con miras a 2015 ya podemos ir tachando un montón de nombres…

      2. Convengamos que los Taiana son (es) la excepción a la regla..

        » Así que con miras a 2015 ya podemos ir tachando un montón de nombres…»
        Of cors… peeeero… tendremos un problema ahí..

    2. A que pais latinoamericano le han pasado esas cosas desde la crisis? Que pais latinoamericano comparte las tasas de inflacion y devaluacion de la moneda de Argentina?

      1. Che vo’ esplada plateada-golpista ¿en este posteo también venís a llenarlo de olor a pata’?

        Tenemos indicadores de gorilismo-golpista y con vo’ el mercurio rompio el vidrio… ¿’tas conforme?

      2. Si tuvieras algun argumento que convenciera a alguien, no tendrias que recurrir a insultos. Pero como lo unico que haces es repetir boludeces de fanatico de Pagina12 que a esta altura solo te convencen a vos, Raul C, y los poquitos talibanes que quedan, dale.

        Yo no se que estas esperando para hacer lo que hacen tus correligionarios a montones, y te compras la T-shirt de Massa.

      3. ¿argumento? ¿pa’ vo’? (la asepción sin comillas simple es válida también)

        Ja ja… que comiste.. banana al escabeche

        No hay argumentos contra ´preguntas pelotudas….

        Keep on Chooglin beefeater

      4. «Preguntas pelotudas» son las que no podes contestar sin admitir que tu jefa estaria mejor como ama de llaves en Eolo, o uno de esos hoteles patagonicos. Aqui van de nuevo: Que indicadores economicos han mejorado desde que se fue Lavagna? A que pais latinoamericano lo han afectado las cosas que segun vos son resultado de la crisis mundial, y ha tenido el mismo grado de inflacion y devaluacion que Argentina?

        Trata de leerte como si no fueras vos. A lo mejor te das cuenta de tu auto-infligido bochorno.

      5. Ja ja..
        «auto-infligido bochorno»

        No hay muñecas de goma en el puterio donde vivis vo’.. digo por la autosatisfacción…

        Me rajo por que el olor a pata es insoportable…. por dio’ hacete ver…

        Chauchis

      6. Una de las cosas mas tragicas de tu situacion de burguesito medio pelo atormentado mirando al aire y luz mientras varios de tu familia no inmediata miran al verde o al rio es esa pretension de hacerte el prole/campesino con apostrofes. Te aconsejo nuevamente que te pases al massismo, a ver si ahi te dan algo mejor pago, o porque no la posibilidad de algun negocito que te pase al contrafrente por lo menos.

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