Una agenda unificadora

El kirchnerismo nació como negación. Negación de Menem en un ballotagge tácito. Negación en sus primeras medidas, las que le granjearon su enorme popularidad. Con su política de DDHH, fue lo otro de la dictadura. Con la renovación de la corte y la recuperación de puestos de trabajo, fue lo otro de Menem. Con la decisión firme de mantener las variables económicas bajo control, fue lo otro de Alfonsín. Fue lo otro de De la Rua en todo sentido.

Fue lo otro respecto a lo negado por las mayorías. Negación de negación, abarcó el espectro más amplio que se pudo haber imaginado en adhesiones. Pero eso NO PODÍA durar. Más allá de los errores que se hayan cometido, no hay manera de ser gobierno y mantener este lugar.

No me cabe duda que la derrota del domingo se gestó, casi completamente, en el conflicto con el campo. Desde el 2007 se percibía que, para muchos, el que debía ser negado era el kirchnerismo. Pero no fueron suficientes para detener la victoria de Cristina.

Cuando el campo organizó un lock out salvaje por tiempo indeterminado, el kirchnerismo vio la ocasión de ser, una vez más, la negación de algo odiado. ¿Qué mejor enemigo se podía pedir en el 2008 que la Sociedad Rural y la «oligarquía»? Pero esa batalla cultural se perdió. En parte por supuesto, porque no era exactamente la «oligarquía» lo que se estaba enfrentando, en otra parte porque los medios jugaron ampliamente a favor del «campo», pero sobre todo porque tarde o temprano un gobierno termina cayendo en el lugar de lo negado. Si no se hubiera dado aquella batalla y en los términos que se dio, la caída hubiera sido más lenta, pero igual hubiera ocurrido, venía ocurriendo. Allí se luchó y se perdió, el domingo último confirmó que ahora, el Otro, el que es fácil negar y con eso solo sumar, es el kirchnerismo.

El que venga ahora, será aquel que niegue mejor al kirchnerismo. Aún si hubiera alguna chance de que Néstor o Cristina ganen en el 2011, solo podrían lograrlo convirtiéndose en su propia negación.

Para quienes apoyamos este proyecto, lo que dije hasta aquí es un panorama sombrío. Sin embargo falta saber QUÉ es eso que se va a negar del kirchnerismo.

Personalmente creo que hay algo que se puede negar con fuerza del kirchnerismo: su desdén por la asistencia social. En ningún otro rubro el gobierno hace cosas como mantener planes de 150$ sin aumentos. Se enorgullece de haber BAJADO la cantidad de planes. En el debate de Capital, fue notable que en un momento, todos los opositores, incluida Michetti, defendieron la asistencia, mientras Heller dijo «el mundo funciona con trabajo, no con asistencia». Resalto aquí la importancia de que todos defendieran discursivamente la asistencia, más allá de lo que hicieran si fueran gobierno. Esto quiere decir que muy probablemente no hay un rechazo de estas políticas por parte de la ciudadanía, seguramente incluso hay aceptación y serían bien vistas por muchos.

Esto es algo a transformar en estos dos años o a imponer como agenda al que venga. Todos los políticos, buenos y malos, cercanos o lejanos ideológicamente, son sensibles a la agenda. De Narvaez promete 800$ de seguro social. Yo no le creo nada. Pero supongamos que no tengo trabajo, estoy cobrando un plan de 150$ y escucho eso, no soy ingenuo y sé que probablemente me están mintiendo. Igual voto a De Narvaez, si total con 150$ no hago nada, de última pruebo, qué se yo.

Hay que tratar de presionar para unificar en torno a este tema. Si Cristina toma la posta y decide negar su ideología al respecto, para mi produciría un cambio importante, no sé si suficiente. Si no lo hace, si insiste en la «cultura del trabajo» y del dinero para crear puestos de trabajo (lo que por supuesto tiene su lógica, pero que para mi no alcanza, es necesaria TAMBIÉN la asistencia), entonces hay que tratar de que resuene todo lo posible que ESTO ES LO QUE LE FALTÓ A ESTE GOBIERNO. No es tan imposible, lo nombra Carrió, De Narvaez, Solá, Pino, Sabbatella.

Ya estamos jugados, igual la mayoría de la gente va a atacar la «soberbia» de Cristina, el Indec, la falta de diálogo, etc. Pongamos una agenda de negación propia, insistamos. Pero no en un retoque de sintonía fina. Tres millones de planes de 600$ por mes como mínimo. Son unos 6.000 palos verdes en un año, no lo creo imposible, de última se usan reservas. Y si Cristina decide que tiene que negar algo importante de su concepción para sobrevivir políticamente, tal vez lo hace. Si no, para cuando venga el próximo, el tema tiene que estar tan instalado como lo estaba la necesidad de renovar la corte cuando asumió Néstor.

Para nosotros es un modo de unificarnos detrás de un reclamo. Puede servir para mantenernos unidos en vez de discutir nombres o partidos.

4 comentarios en «Una agenda unificadora»

  1. Sergio, muy bueno lo que has puesto. Hoy leía un post ya antiguo del Escriba, donde se preguntaba que era el Kirchnerismo, como superarlo y como hacer para superarlo sin beneficiar a la derecha. En ese sentido, creo que el domingo no ha sido aún del todo beneficiada la derecha (nadie salió enteramente ganador, creo) pero si queda claro que se profundizó bastante la llamada derrota cultural. El hecho de lo que bien marcás en el discurso increíble de De Narváez, me lleva a pensar en el peligrosismo en cuanto a la ubicación que pueda augurar, de aquí en más, al espacio nac & pop. Me temo que se haya quedado demasiado cerca de que el espacio quede a merced de la posibilidad de ser captado por la derecha (en su forma PJtista, mas que nada, o del ACyS, con menos chances) para ser utilizado en procura de sus proyectos posterguistas.

    Es revelador el artículo que escribe hoy Carnotta en LN. Dice que la Presidenta tiene una mala (mala segun el) tendencia a ver todo por el prisma de las derechas e izquierdas, olvidando que la corrupción y la transparencia no tienen costado ideológico. Por acá viene la cosa. Van a venir «por los negocios hechos en nombre de la redistribución del ingreso», como antes vinieron por «la ineficiencia del estado».

    Concuerdo entonces, en buscar la iniciativa pero ya centrándose definitivamente en el sector que mas apoyo puede aportar a este proyecto, pues con el resto la cosa está definitivamente perdida.

    Habrá que agudizar el ingenio entonces, para apuntalar estrategias con Pino, Sabbatella y el SI, para meter en el Congreso las fichas necesarias a los proyectos. No son malos los indicios si tomamos en cuenta que ya han apoyado varias iniciativas. Tambien ciertos sectores del Socialismo estuvieron en esa (recordar caso AFJP y tener muy en cuenta el portazo en la cara que le pegaron a Lilita en Capital).

    No todo está perdido, seguramente. Pero no vamos a recuperar lo que dejamos en el camino si no recuperamos con polenta ciertos valores. Como dijo Sabbatella: «reconocer errores para fortalecer aciertos» o «subir el techo, el piso ya está alto». Cualquier vale, pero hay que poner manos a la obra y rápido.

    1. Gracias Pablo, de acuerdo. Yo les tengo más miedo a las presiones políticas (Scioli no puede comandar al PJ, Moyano no puede seguir en la CGT, hay que bajar las retenciones ya, etc)que a las dificultades en el congreso.

      1. Estamos diciendo lo mismo igual, creo. Muchas de esas cuestiones las van a querer pasar por el congreso. Habrá que ver si se puede resistir.

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