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Queridos políticos nuevos, que no saben que nosotros ya pasamos por lo que para ellos es una novedad: No hace falta decirnos, nuevamente, lo que ya sabemos que nos van a decir, no pueden ser tan ilusos de pensar, convencidos como se los ve, de que vayamos a creer, ciegamente, que ustedes compraron su casa en pesos.
Queridos nuevos políticos, cada vez que alguno de ustedes nos dice las mismas palabras, tratando de convencernos de algo que ni ustedes están convencidos, negando la existencia de la motocicleta, osea, decirnos de un día para el otro que la motocicleta no existe, que el auto existe, que el camión existe, pero que la motocicleta no existe, cuando nosotros no paramos de ver motocicletas alrededor nuestro.
Es lo mismo que pasa con la inf lación, es como decir «algu- na motocicleta chiquita habrá», osea una motonetita.
A saber: Motocicleta = dolarización Motoneta = Inflación No existen ambas.
Tal vez ustedes no escucharon, de la boca del mismísimo Cavallo, con ojos celestes de desesperación, que no iba a haber problema, que el que invertía en dólares perdía. Puso la cara que inspiraba más confianza de la que se podría haber puesto en la historia de la actuación, totalmente entregado a su verdad. «A partir de este momento no existen las motocicletas, ustedes no pueden hablar de motocicletas porque las motocicletas no existen». Lo único que produjo fue una estampida, y les ruego, queridos nuevos políticos, que vayan a la hemeroteca del Congreso, y se tomen el trabajo de leer revis- tas, que es más divertido, porque tienen dibujitos y fotitos, y vean lo que pasó.
Hasta las mismas palabras revolucionarias de convenci- miento que no llevaron a ningún lado, porque a la gente, cuando le tocan el bolsillo, no hay ideales que se banquen. Es el momento de los bravos, y los bravos están todos cagados, siempre.
Negar al dólar como moneda de ahorro es la hipocresía más grande a la que se puede incurrir, porque signif ica que estamos masomenosnizando las realidades, abiertamente, descaradamente (pero más o menos, pero sí y no, pero más o menos).
No sé en qué compraría su casa Boudou, ponele; me imagino una casa chorizo, humilde, y él saliendo a tocar la viola a la galería; un alero de chapa, el bañito en el fondo, al lado de la cocina la escalerita para ir a la terraza.
Me lo imagino comprando su casita en Sarandí, por la calle Supisiche, ponele, bien peronista. Yendo a la inmobiliaria, con una bolsa de plata. Y se dan la mano, se guiñan el ojo y dicen, mirando a la cámara: «y todo en pesos eh!, como debe ser» Los oligarcas compran sus departamentos de Puerto Ma- dero en dólares. Ojo, también los compran en dólares los más poronga.
Tenemos que dejar de pensar en dólares… Dice Abal Medina, que habrá recibido la barricada por genética, supongo. ¿Y cómo vamos a hacer? ¿Por qué en vez de darnos lecciones de cómo pensar no toman un poco de contacto con la realidad del mundo? Si quieren pueden venir al Experimendo a por un taller de creatividad elemental. Le podemos poner: «Cómo hacer para que muchísima gente no vea lo que ve».
A ver, no estoy hablando de política, estoy hablando de que no tienen creatividad alguna para comunicar algo que ha pasado, indefectiblemente.
Porque a nosotros, los que perdimos muchísimo con el co- rralito, los que nos fumamos los teresos de todos los Gobiernos hasta ahora, no nos cabe en el culo un alfiler.
Que la Presidenta pesifique tres millones de dólares no me dice nada, lo que me llama la atención es cómo un operador turístico, de una zona como El Calafate, ignore que las tarifas de los hoteles son en dólares.
-¡Pero eso no es una motoci- cleta!, no existen las motocicle- tas.
– ¿Pero entonces la inf la- ción…? -La inflación tampoco existe, como no existen las motonetas – ¿Y qué hacemos con todas estas motonetas estacionadas? ¿No existen? -No, no existen Las personas pueden tener el dinero como se les antoje, de la manera que se les antoje.
Es una pena que no le hayan buscado la vuelta para decir lo mismo de otra manera.
Para mí que la Presidenta siempre le tira de la oreja a Aní- bal Fernández porque es el único que tiene posibilidades presidenciables.
Tirada esta bomba, cierro la compuertita de mi pequeño bombardero celeste, me autoconvenzo de lo que haya que convencerse.
Y temo, como tantas otras veces. Un abrazo. Casero
experimendosanluis.blogspot.comtwitter: @alfredocasero1
Queridos políticos nuevos, que no saben que nosotros ya pasamos por lo que para ellos es una novedad: No hace falta decirnos, nuevamente, lo que ya sabemos que nos van a decir, no pueden ser tan ilusos de pensar, convencidos como se los ve, de que vayamos a creer, ciegamente, que ustedes compraron su casa en pesos.
Queridos nuevos políticos, cada vez que alguno de ustedes nos dice las mismas palabras, tratando de convencernos de algo que ni ustedes están convencidos, negando la existencia de la motocicleta, osea, decirnos de un día para el otro que la motocicleta no existe, que el auto existe, que el camión existe, pero que la motocicleta no existe, cuando nosotros no paramos de ver motocicletas alrededor nuestro.
Es lo mismo que pasa con la inf lación, es como decir «algu- na motocicleta chiquita habrá», osea una motonetita.
A saber: Motocicleta = dolarización Motoneta = Inflación No existen ambas.
Tal vez ustedes no escucharon, de la boca del mismísimo Cavallo, con ojos celestes de desesperación, que no iba a haber problema, que el que invertía en dólares perdía. Puso la cara que inspiraba más confianza de la que se podría haber puesto en la historia de la actuación, totalmente entregado a su verdad. «A partir de este momento no existen las motocicletas, ustedes no pueden hablar de motocicletas porque las motocicletas no existen». Lo único que produjo fue una estampida, y les ruego, queridos nuevos políticos, que vayan a la hemeroteca del Congreso, y se tomen el trabajo de leer revis- tas, que es más divertido, porque tienen dibujitos y fotitos, y vean lo que pasó.
Hasta las mismas palabras revolucionarias de convenci- miento que no llevaron a ningún lado, porque a la gente, cuando le tocan el bolsillo, no hay ideales que se banquen. Es el momento de los bravos, y los bravos están todos cagados, siempre.
Negar al dólar como moneda de ahorro es la hipocresía más grande a la que se puede incurrir, porque signif ica que estamos masomenosnizando las realidades, abiertamente, descaradamente (pero más o menos, pero sí y no, pero más o menos).
No sé en qué compraría su casa Boudou, ponele; me imagino una casa chorizo, humilde, y él saliendo a tocar la viola a la galería; un alero de chapa, el bañito en el fondo, al lado de la cocina la escalerita para ir a la terraza.
Me lo imagino comprando su casita en Sarandí, por la calle Supisiche, ponele, bien peronista. Yendo a la inmobiliaria, con una bolsa de plata. Y se dan la mano, se guiñan el ojo y dicen, mirando a la cámara: «y todo en pesos eh!, como debe ser» Los oligarcas compran sus departamentos de Puerto Ma- dero en dólares. Ojo, también los compran en dólares los más poronga.
Tenemos que dejar de pensar en dólares… Dice Abal Medina, que habrá recibido la barricada por genética, supongo. ¿Y cómo vamos a hacer? ¿Por qué en vez de darnos lecciones de cómo pensar no toman un poco de contacto con la realidad del mundo? Si quieren pueden venir al Experimendo a por un taller de creatividad elemental. Le podemos poner: «Cómo hacer para que muchísima gente no vea lo que ve».
A ver, no estoy hablando de política, estoy hablando de que no tienen creatividad alguna para comunicar algo que ha pasado, indefectiblemente.
Porque a nosotros, los que perdimos muchísimo con el co- rralito, los que nos fumamos los teresos de todos los Gobiernos hasta ahora, no nos cabe en el culo un alfiler.
Que la Presidenta pesifique tres millones de dólares no me dice nada, lo que me llama la atención es cómo un operador turístico, de una zona como El Calafate, ignore que las tarifas de los hoteles son en dólares.
-¡Pero eso no es una motoci- cleta!, no existen las motocicle- tas.
– ¿Pero entonces la inf la- ción…? -La inflación tampoco existe, como no existen las motonetas – ¿Y qué hacemos con todas estas motonetas estacionadas? ¿No existen? -No, no existen Las personas pueden tener el dinero como se les antoje, de la manera que se les antoje.
Es una pena que no le hayan buscado la vuelta para decir lo mismo de otra manera.
Para mí que la Presidenta siempre le tira de la oreja a Aní- bal Fernández porque es el único que tiene posibilidades presidenciables.
Tirada esta bomba, cierro la compuertita de mi pequeño bombardero celeste, me autoconvenzo de lo que haya que convencerse.
Y temo, como tantas otras veces. Un abrazo. Casero
experimendosanluis.blogspot.comtwitter: @alfredocasero1
cuánto mejor era cuando se dedicaba a hacer humor de fuma faso!!
Del underground cuasipunk a estoy enojado porque no puedo comprar dólares.
Parecería que los anarquistas de los ochentas y noventas terminan siendo los anarcocapitalistas del nuevo siglo.