Afeitados y sin visita

RICARDO REILLY SALAVERRI
Chávez se «coló» en ¿el Mercosur? No está demás recordar como se llegó al Mercosur en 1991. Había acuerdos concretos de libre comercio de nuestro país con Argentina y Brasil. Estos países hicieron saber públicamente que iban a celebrar un acuerdo de mercado común entre sí y entonces, el Presidente Lacalle, visto el asunto convocó a todas las fuerzas políticas. A todos los gremios de empresarios y trabajadores y con la prácticamente unanimidad de las fuerzas partidarias y sociales -habiendo invitado previamente al ingreso a Paraguay, para que existiese un eje de equilibrio respecto de nuestros grandes vecinos y, con la consideración de que para el ingreso de nuevos integrantes se debía contar con la unanimidad de todos los países signatarios- se resolvió que nuestra república firmaría el tratado internacional. Lo que se consolidó con acuerdos posteriores de las partes. La «colada» de Chávez no fue aceptada por el gobierno constitucional y legítimo de Paraguay y por lo mismo el ingreso de Venezuela es absolutamente nulo.
En aquella circunstancia, el Presidente Lacalle dio carácter nacional al tema. Sus efectos eran para todos los uruguayos y para las generaciones presentes y futuras. Naturalmente, era otro mandatario y tenía otra formación, otro concepto de la historia y de la nación y por lo mismo eran otros los asesores y los procedimientos. Que una persona, de dudosa idoneidad, en el marco de una improvisación de la que se jacta, esté tomado decisiones de esta naturaleza y que avancen en forma robótica sus seguidores contra la voluntad de medio país, no cabe en una democracia razonablemente conformada.
El Mercosur no existe más. Hace rato.
Lo enterraron los sucesivos presidentes «K» del vecino país. Estuvo el tema de los puentes que les ganamos en La Haya, está el incumplimiento permanente de la buena fe en el respeto de los tratados internacionales, ya sean sobre el dragado del Río Uruguay, o sobre el libre comercio regional. Y, están cerradas las fronteras.
Como explicaba recientemente en una charla en ADM, en Montevideo, el Economista argentino Roberto Lavagna -Ministro de Economía que rescató a ese país de la crisis del 2002- Argentina carece de recursos fiscales reales y viene financiándose internamente con emisión, sin crecimiento del producto bruto interno.
Todo lo cual deriva en una inflación que se oculta sin éxito. Y carece de los dólares necesarios para cumplir diversos compromisos financieros y comerciales internacionales. Así han llegado al corralito del dólar y al cierre de las importaciones. El gobierno federal ha impuesto un severo ajuste interno a las provincias, a las que no les hace llegar las partidas que por la Constitución les corresponden y varias de ellas están, quebradas. Todo de la mano de una fuga de capitales que a esta altura supera los 350 millones de dólares. Hay una Argentina que se fue al exterior y no vino precisamente al Uruguay. De nosotros no importan ni el asado.
Venezuela acompaña a Argentina en estas andanzas. Economía cerrada con control de cambios. Producción: minerales y petróleo. Inflación: la más alta del continente americano. Fuga de capitales: enorme, proporcional a los ingresos petroleros. En corrupción: son parecidos según Transparencia Internacional. Aunque en esto la «robolución bolivariana» está para le medalla de oro
Dije ¿merco qué?
El País Digital

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

Ver todas las entradas de Nicolás Tereschuk (Escriba) →

Un comentario en «Afeitados y sin visita»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *