“El juego es la próxima frontera”, dice un empresario de fluido diálogo con el Gobierno. ¿A qué se refiere? A un supuesto proyecto oficial para nacionalizar el juego. La duda en el sector es si eso abarcará sólo al ámbito porteño o afectará también a la provincia de Buenos Aires.
“La versión está y es insistente”, aseguran en uno de los grupos más grandes dedicados al negocio del juego. Atribuye la iniciativa a La Cámpora, sector al que suele asignársele cualquier proyecto en danza, por cierto. En lo concreto, sería la estatización y nacionalización de dos grandes concesiones de juego: las máquinas tragamonedas d el Hipódromo de Buenos Aires, concesionadas a Cristóbal López; y el Casino del puerto de Buenos Aires , del mismo López, asociado con la española CIRSA.
La jugada, de confirmarse, tendría un efecto secundario deseado, quitar recursos a la Ciudad de Buenos Aires, en línea con la quita de subsidios a la electricidad y gas, el traspaso del subte o el retiro de los depósitos judiciales del Banco Ciudad. Según el Presupuesto porteño, el juego representará en 2012 ingresos por $ 308 millones , de los cuales $ 3,5 millones son por las apuestas en carreras de caballos, 30 millones por los bingos y 275 millones por las tragamonedas de Palermo y el casino flotante.
Otros actores del negocio del juego porteño plantean un dato adicional: “El juego está cayendo, hay una retracción del 30 o 40 por ciento en los ingresos de Palermo”. Según esas fuentes, los concesionarios podrían no ver con malos ojos la expropiación de su negocio, aunque eso suene contradictorio.
De avanzarse en ese sentido, de todas maneras, el principal afectado sería Cristóbal López, empresario que supo tener fluido diálogo con Néstor Kirchner, pero que ahora no lograría llegar a la Presidenta. Es el mismo que tiene Oil petróleo, concesiones viales y que compró Radio 10 y C5N, aunque el juego fue el corazón de su crecimiento. El propio Kirchner le extendió la concesión de las tragamonedas de Palermo hasta el 2032 antes de terminar su segundo mandato. Así, sería otro paso más en el cambio de esquema de poder y aliados que implementó Cristina desde la muerte de su esposo.
Algunas versiones señalan que la nacionalización podría ir más allá, y que podría alcanzar a las concesiones de la provincia de Buenos Aires . Eso tiene un punto de contacto con un proyecto de la Coalición Cívica bonaerense (ver recuadro).
En todo caso, lo que todas las versiones señalan es que el objetivo último es asegurar una fuente más de ingresos para el fisco, una nueva caja, en una misma línea con lo que se planteo que había sido el disparador de la estatización de YPF. Aquí hay que poner las cosas en números. Aunque es difícil saber cuánto mueve el negocio del juego (hay quien asegura que son $ 40.000 millones al año, otros que es el doble), cada tragamonedas dejaría ganancias de entre 1.500 y 2.000 pesos al día, según fuentes del sector. Sólo en Capital Federal hay 5.600. Esto es, 8,5 millones de pesos al día.
“La versión está y es insistente”, aseguran en uno de los grupos más grandes dedicados al negocio del juego. Atribuye la iniciativa a La Cámpora, sector al que suele asignársele cualquier proyecto en danza, por cierto. En lo concreto, sería la estatización y nacionalización de dos grandes concesiones de juego: las máquinas tragamonedas d el Hipódromo de Buenos Aires, concesionadas a Cristóbal López; y el Casino del puerto de Buenos Aires , del mismo López, asociado con la española CIRSA.
La jugada, de confirmarse, tendría un efecto secundario deseado, quitar recursos a la Ciudad de Buenos Aires, en línea con la quita de subsidios a la electricidad y gas, el traspaso del subte o el retiro de los depósitos judiciales del Banco Ciudad. Según el Presupuesto porteño, el juego representará en 2012 ingresos por $ 308 millones , de los cuales $ 3,5 millones son por las apuestas en carreras de caballos, 30 millones por los bingos y 275 millones por las tragamonedas de Palermo y el casino flotante.
Otros actores del negocio del juego porteño plantean un dato adicional: “El juego está cayendo, hay una retracción del 30 o 40 por ciento en los ingresos de Palermo”. Según esas fuentes, los concesionarios podrían no ver con malos ojos la expropiación de su negocio, aunque eso suene contradictorio.
De avanzarse en ese sentido, de todas maneras, el principal afectado sería Cristóbal López, empresario que supo tener fluido diálogo con Néstor Kirchner, pero que ahora no lograría llegar a la Presidenta. Es el mismo que tiene Oil petróleo, concesiones viales y que compró Radio 10 y C5N, aunque el juego fue el corazón de su crecimiento. El propio Kirchner le extendió la concesión de las tragamonedas de Palermo hasta el 2032 antes de terminar su segundo mandato. Así, sería otro paso más en el cambio de esquema de poder y aliados que implementó Cristina desde la muerte de su esposo.
Algunas versiones señalan que la nacionalización podría ir más allá, y que podría alcanzar a las concesiones de la provincia de Buenos Aires . Eso tiene un punto de contacto con un proyecto de la Coalición Cívica bonaerense (ver recuadro).
En todo caso, lo que todas las versiones señalan es que el objetivo último es asegurar una fuente más de ingresos para el fisco, una nueva caja, en una misma línea con lo que se planteo que había sido el disparador de la estatización de YPF. Aquí hay que poner las cosas en números. Aunque es difícil saber cuánto mueve el negocio del juego (hay quien asegura que son $ 40.000 millones al año, otros que es el doble), cada tragamonedas dejaría ganancias de entre 1.500 y 2.000 pesos al día, según fuentes del sector. Sólo en Capital Federal hay 5.600. Esto es, 8,5 millones de pesos al día.
«un empresario de fluido diálogo con el Gobierno»
El famoso «Ahora dicen…»