Carolina Segovia, directora del ICSO de la UDP.
Las cifras arrojadas por la encuesta de la UDP revelan que un amplio porcentaje de chilenos considera que la clase alta sería la principal beneficiada de las reformas que impulsa Michelle Bachelet. Otro tanto, además, afirma no saber la respuesta. Los datos aparecen a sólo un día de la instrucción de la mandataria a sus ministros: «hay que estar en terreno, responder dudas, escuchar a las personas…».
Y aunque el ministro de Hacienda, Alberto Arenas se ha esmerado por afirmar que «los ricos pagarán la reforma tributaria», un 43% de la ciudadanía cree que la clase alta es la principal beneficiada por el proyecto impositivo.
Así mismo, pese a que el titular de Educación Nicolás Eyzaguirre ha enfatizado en que la reforma que lidera generaría más inclusión y que al menos un 93% de los niños asista gratis al colegio, sólo un 30% de los encuestados dice que los principales beneficiados son los estratos bajos y un 27%, la clase media. Hay un 25% que aún sostiene que la clase alta sería la más beneficiada.
También es estadísticamente significativo que aquellos que creen que no habrá beneficiario se sitúa en torno al 7%, mientras que quienes no saben, son el 14% en el caso tributario y el 11% en el educacional.
«Los números muestran incomprensión respecto de las principales reformas, la gente aún no tiene claridad de quiénes serán los beneficiarios», afirma Carolina Segovia, encargada de la encuesta.
Hubo una segunda sorpresa: en medio de movilizaciones y resistencia a los cambios de Bachelet, el sondeo asegura que la ciudadanía atribuye altos niveles de importancia a las reformas.
Así, terminar con el lucro, el copago y la selección –el proyecto clave para reformar el sistema escolar-, hacer gratuita la educación superior y crear una AFP estatal, son todos cambios que la ciudadanía pondera con entre un 5,6 y un 5,9 de importancia, de un máximo de 7.
Líderes políticos
Pequeños porcentajes repartidos entre una gran variedad de nombres que nacieron por generación espontánea, anuncian que la ciudadanía no percibe grandes liderazgos ni en la Alianza, ni en la Mueva Mayoría. Además, un 73% de los encuestados no dio ningún nombre.
Con todo, el ex presidente Sebastián Piñera (12%) continúa como el líder de la oposición, dejando muy atrás a otros, como a Manuel José Ossandón o a Evelyn Matthei, ambos en torno al 3%.
En el oficialismo, en tanto, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo (3,3%), encabeza la lista, seguido por Marco Enríquez Ominami (1,9%), Andrés Velasco (1,6%) y personeros del PS y PPD.
Cifras de Bachelet
Similar a los resultados mostrados por otras encuestas, el sondeo arroja igual nivel de aprobación (43,6%) y rechazo a la presidenta (43,1%). En tanto, la mitad de los encuestados desaprueba la gestión del gobierno, cifra 14 puntos sobre el nivel de respaldo (36%).
Pero los peores números aparecen en el indicador de confianza: un 60% afirma creerle pocas veces o nunca a la mandataria, en comparación con el 37% que asegura lo contrario. Estos datos constrastan con el último año del primer período de la Presidenta, donde su nivel de credibilidad era del 65%, versus un 31%.
«Hay que comunicar mejor»
«Hay que trabajar más y ser capaces de comunicar mejor lo que estamos haciendo», dijo ayer la presidenta Michelle Bachelet reiterando el llamado que le formuló a sus ministros el pasado martes durante el Consejo de Gabinete, justo cuando se conocían las crifras de la encuesta Adimark y que daban cuenta de un rechazo a su gestión, superior a su aprobación.
Tras participar en la presentación del Plan de Inversiones en Transporte Público, la mandataria afirmó que sus secretarios de Estado «no han trabajado poco, han trabajado mucho, pero hay que trabajar más y ser capaces de comunicar mejor lo que estamos haciendo».
A su turno y ante la consulta de un eventual cambio de gabinete, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, junto con reiterar que esa es una definición presidencial, destacó que Bachelet «desde que llegamos al Gobierno ha insistido mucho en que hay que trabajar muy fuerte y todos los días si es necesario para cumplirle a la gente».
Las cifras arrojadas por la encuesta de la UDP revelan que un amplio porcentaje de chilenos considera que la clase alta sería la principal beneficiada de las reformas que impulsa Michelle Bachelet. Otro tanto, además, afirma no saber la respuesta. Los datos aparecen a sólo un día de la instrucción de la mandataria a sus ministros: «hay que estar en terreno, responder dudas, escuchar a las personas…».
Y aunque el ministro de Hacienda, Alberto Arenas se ha esmerado por afirmar que «los ricos pagarán la reforma tributaria», un 43% de la ciudadanía cree que la clase alta es la principal beneficiada por el proyecto impositivo.
Así mismo, pese a que el titular de Educación Nicolás Eyzaguirre ha enfatizado en que la reforma que lidera generaría más inclusión y que al menos un 93% de los niños asista gratis al colegio, sólo un 30% de los encuestados dice que los principales beneficiados son los estratos bajos y un 27%, la clase media. Hay un 25% que aún sostiene que la clase alta sería la más beneficiada.
También es estadísticamente significativo que aquellos que creen que no habrá beneficiario se sitúa en torno al 7%, mientras que quienes no saben, son el 14% en el caso tributario y el 11% en el educacional.
«Los números muestran incomprensión respecto de las principales reformas, la gente aún no tiene claridad de quiénes serán los beneficiarios», afirma Carolina Segovia, encargada de la encuesta.
Hubo una segunda sorpresa: en medio de movilizaciones y resistencia a los cambios de Bachelet, el sondeo asegura que la ciudadanía atribuye altos niveles de importancia a las reformas.
Así, terminar con el lucro, el copago y la selección –el proyecto clave para reformar el sistema escolar-, hacer gratuita la educación superior y crear una AFP estatal, son todos cambios que la ciudadanía pondera con entre un 5,6 y un 5,9 de importancia, de un máximo de 7.
Líderes políticos
Pequeños porcentajes repartidos entre una gran variedad de nombres que nacieron por generación espontánea, anuncian que la ciudadanía no percibe grandes liderazgos ni en la Alianza, ni en la Mueva Mayoría. Además, un 73% de los encuestados no dio ningún nombre.
Con todo, el ex presidente Sebastián Piñera (12%) continúa como el líder de la oposición, dejando muy atrás a otros, como a Manuel José Ossandón o a Evelyn Matthei, ambos en torno al 3%.
En el oficialismo, en tanto, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo (3,3%), encabeza la lista, seguido por Marco Enríquez Ominami (1,9%), Andrés Velasco (1,6%) y personeros del PS y PPD.
Cifras de Bachelet
Similar a los resultados mostrados por otras encuestas, el sondeo arroja igual nivel de aprobación (43,6%) y rechazo a la presidenta (43,1%). En tanto, la mitad de los encuestados desaprueba la gestión del gobierno, cifra 14 puntos sobre el nivel de respaldo (36%).
Pero los peores números aparecen en el indicador de confianza: un 60% afirma creerle pocas veces o nunca a la mandataria, en comparación con el 37% que asegura lo contrario. Estos datos constrastan con el último año del primer período de la Presidenta, donde su nivel de credibilidad era del 65%, versus un 31%.
«Hay que comunicar mejor»
«Hay que trabajar más y ser capaces de comunicar mejor lo que estamos haciendo», dijo ayer la presidenta Michelle Bachelet reiterando el llamado que le formuló a sus ministros el pasado martes durante el Consejo de Gabinete, justo cuando se conocían las crifras de la encuesta Adimark y que daban cuenta de un rechazo a su gestión, superior a su aprobación.
Tras participar en la presentación del Plan de Inversiones en Transporte Público, la mandataria afirmó que sus secretarios de Estado «no han trabajado poco, han trabajado mucho, pero hay que trabajar más y ser capaces de comunicar mejor lo que estamos haciendo».
A su turno y ante la consulta de un eventual cambio de gabinete, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, junto con reiterar que esa es una definición presidencial, destacó que Bachelet «desde que llegamos al Gobierno ha insistido mucho en que hay que trabajar muy fuerte y todos los días si es necesario para cumplirle a la gente».
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