Con esta política aumenta el riesgo

El impacto de la crisis internacional en la economía argentina se puede analizar sobre la base de dos factores: cuáles serían los canales de transmisión y cuál es el grado de vulnerabilidad del país.
En cuanto a canales de transmisión, hay tres fundamentales. Primer canal: reducción en el apetito de los inversores por riesgo emergente. Esto disminuye los flujos de capital hacia Brasil, obligando al país a depreciar su moneda. Desde que comenzó el proceso, la depreciación del real fue de alrededor de 14 por ciento.
La depreciación brasileña deprime nuestras exportaciones industriales porque nuestros productos se encarecen y porque Brasil va a crecer menos. Para no perder competitividad, deberíamos depreciar el peso al mismo ritmo que nuestro vecino y, además, agregar un plus, debido a que nuestra inflación es más alta que la brasileña.
Esto no está ocurriendo. En parte se justifica porque Brasil había apreciado la moneda antes y había un cierto margen de competitividad a nuestro favor. Pero ese margen se está estrechando rápido.
Segundo canal: deterioro de las expectativas locales. Desde que se desató la crisis se aceleró dramáticamente la compra de dólares por parte del sector privado. Hoy está superando los 3000 millones de dólares mensuales. La contrapartida de esta salida de fondos es un menor gasto local y, tarde o temprano, aparecerán tendencias a la desaceleración de la economía.
Tercer canal: términos del intercambio. Las fuerzas recesivas globales deprimen el precio de las commodities. La soja perdió alrededor de 60/70 dólares en su cotización desde los primeros días de septiembre. Esto debilita la cuenta comercial y los ingresos fiscales.
En un contexto así, el Gobierno será más dependiente del financiamiento monetario del déficit. Un efecto positivo a considerar, no obstante, es que si los precios del petróleo se reducen ello achicará nuestra factura energética futura.
Vulnerabilidad
Pasemos al análisis de vulnerabilidad. Factor de riesgo uno: desaparición del superávit de cuenta corriente. Esto ocurrió por el fuerte incremento de las importaciones que trajo la reactivación y por la pérdida del superávit en la balanza energética. En 2008, por el contrario, contábamos con superávit de cuenta corriente.
Factor de riesgo dos: política fiscal procíclica. En 2008-9, las autoridades, correctamente, implementaron una política fiscal anticíclica que amortiguó el impacto del shock internacional. Pero una vez que la economía se reactivó, el Gobierno siguió gastando en 2010-11 como si nada y la política devino procíclica. No se ahorró en los buenos tiempos y hoy existe poco margen de maniobra.
Menos reservas
Factor de riesgo tres: reducción de las reservas internacionales sin acceso a crédito. Sin superávit de cuenta corriente, de seguir al ritmo actual, la salida de capitales absorbería en un año más de la mitad de las reservas existentes. Además, el Gobierno tiene que afrontar compromisos de deuda. Para no usar reservas, podría endeudarse, pero la situación internacional no deja lugar para el optimismo.
Los factores de riesgo indican que la vulnerabilidad es hoy mayor que en 2008. Sin embargo, hay todavía margen para actuar. Todavía crecemos y no existen compromisos de deuda acuciantes.
El primer paso debería ser cambiar la política respecto de la inflación. Las políticas actuales no tuvieron éxito en reducir la tasa de inflación. El núcleo de esas políticas fue mantener la evolución del precio del dólar y de los servicios subsidiados (transporte, etc.) por debajo de la inflación. Estas políticas ya no son viables: para mantener el precio del dólar el Banco Central está enfrentando una incipiente sangría de reservas y los subsidios a los servicios se están deglutiendo el espacio de política fiscal.
Conclusión general: hay que decidir entre mantener la política actual y aumentar los factores de riesgo o cambiarla y blindarse mejor ante la crisis. Alternativas hay y de calidad diversa. El Gobierno tiene poder político suficiente como para apostar por la calidad. Veremos qué pasa.
JOSE MARIA FANELLI
Profesor de Macroeconomía de la Universidad de Buenos Aires.
Miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
Investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes) y del Conicet..

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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