A pesar del tucumanazo y con el efecto Niembro, la troupe naranja se confía y afirma que ganará en octubre. Pero las inundaciones que azotaron la Provincia en las PASO amenazan con repetirse en la previa electoral con mayor intensidad y preparan un plan
El funcionario recibió un alerta en su celular. «Renunció Fayt», leyó. Le mostró la noticia a Daniel Scioli, que lo tenía a su lado, agregando una humorada: «Ahora tenemos un lugar más para repartir». Sin mover un músculo de su rostro, el presidenciable del FpV no celebró la ocurrencia.
Después de salir primero en las PASO, arañando la barrera psico-electoral del 40%, el gobernador bonaerense parece convencido que va a ganar el 25-O. Confiada, la troupe naranja ya imagina hasta una victoria (como la que eliminaron del slogan) sin primera vuelta. Pero van por más: hasta vaticinan que podrían vencer en un eventual ballottage con Mauricio Macri, al que antes del efecto del NiembroGate temían por su incierto resultado.
Tanta fe, optimismo y esperanza se tienen que ya se dan el lujo de dejar trascender el futuro posible gabinete, pocos nombres de los 500 cargos que estiman ocupar en los primeros tres meses de gobierno (sí, a 41 días de los comicios piensan en eso). Revolean nombres de gobernadores, del peronismo, técnicos, de varios sectores afines K, pero con el lujo de no deslizar un sólo apellido camporista. Un proceso de sciolización de Scioli.
La clave del pronóstico: en dos semanas post-primarias, post-inundaciones, post-polémica por su inoportuno viaje a Italia y post-escándalo en Tucumán, con urnas quemadas incluidas, (reavivado ayer con la inédita decisión judicial de anular las elecciones), los guarismos en las encuestas muestran a los tres principales contendientes estancados, iguales, como si nada de todo eso hubiera pasado. «Sobrevivimos a nuestra peor semana. No puede pasarnos nada grave», evalúan en el sciolismo. Aresco y Asociados encuestó: 40,5% a Scioli; Macri, 29,5%, Massa, 18%.
Pero algo pasó. Fernando Niembro pasó. «Macri bajó medio punto por semana. Massa se mantiene. A este ritmo, ganamos con el 45%», se entusiasman en el war room sciolista, donde los más conservadores intuyen ganar por la diferencia de 10 puntos con el segundo. Y en caso de ballotage, calculan que el electorado renovador, de base peronista, se distribuiría 2 a Cambiemos y 1 al FpV. Y aún así, dicen, ganarían.
La clave: un 10% del electorado que, admiten, no votarían a Scioli pero menos a Macri, evaluando su capacidad de gobernar. Por eso, el presidenciable K relanzará el lunes su campaña bajo esa idea. Con un acto en el Teatro Ópera, bautizado a priori «Encuentro por el Desarrollo», convocará a representantes de sectores productivos (empresarios y trabajadores), para sellar otra acta compromiso como la que viene prometiendo en las provincias. Lo seguirán otros tres cónclaves temáticos: Cultura, Educación e Ingración. Con medidas concretas, como ayer que se comprometió a nacionalizar el boleto estudiantil.
¿Hay algo que pueda impedir su victoria? El sciolismo dice que Macri no. Que Massa tampoco. ¿Y la maldición de Dardo Rocha, que desde 1886 no permite que un gobernador bonaerense llegue electo a la Casa Rosada? Eduardo Duhalde hizo un exorcismo en 1999. La Ola naranja no le teme a las brujas pero sí a las pronosticadas fuertes tormentas de El Niño, el patrón meteorológico que cambia la temperatura del Pacífico.
Un revival de las lluvias de la semana de las PASO. Pero las segundas partes son peores. El próximo lunes no sólo será el relanzamiento en el Ópera. Con menos publicidad, ese día comenzarán las reuniones por las cuencas del equipo interdisciplinario bonaerense, encabezados por el director provincial de Defensa Civil, Luciano Timerman, que convocarán a 100 municipios para pulir planes de contingencia. «Se montó un centro de operaciones hasta que cese el alerta», explicó el funcionario. El último informe del Servicio Meteorólogico Na cional (del 4/9) estima una condición «FUERTE» del fenómeno, que golpearía a la región: en Perú preparan ayuda para 50 mil familias.
«A la provincia no le cabe otra gota más», temen en el ministerio de Infraestructura provincial. Más allá de la obvia defensa a las obras realizadas, admiten que las últimas lluvias dejaron los suelos cargados.
«La organización vence al tiempo», suele citar Scioli a Juan Domingo Perón. El líder peronista no hablaba del clima.
El funcionario recibió un alerta en su celular. «Renunció Fayt», leyó. Le mostró la noticia a Daniel Scioli, que lo tenía a su lado, agregando una humorada: «Ahora tenemos un lugar más para repartir». Sin mover un músculo de su rostro, el presidenciable del FpV no celebró la ocurrencia.
Después de salir primero en las PASO, arañando la barrera psico-electoral del 40%, el gobernador bonaerense parece convencido que va a ganar el 25-O. Confiada, la troupe naranja ya imagina hasta una victoria (como la que eliminaron del slogan) sin primera vuelta. Pero van por más: hasta vaticinan que podrían vencer en un eventual ballottage con Mauricio Macri, al que antes del efecto del NiembroGate temían por su incierto resultado.
Tanta fe, optimismo y esperanza se tienen que ya se dan el lujo de dejar trascender el futuro posible gabinete, pocos nombres de los 500 cargos que estiman ocupar en los primeros tres meses de gobierno (sí, a 41 días de los comicios piensan en eso). Revolean nombres de gobernadores, del peronismo, técnicos, de varios sectores afines K, pero con el lujo de no deslizar un sólo apellido camporista. Un proceso de sciolización de Scioli.
La clave del pronóstico: en dos semanas post-primarias, post-inundaciones, post-polémica por su inoportuno viaje a Italia y post-escándalo en Tucumán, con urnas quemadas incluidas, (reavivado ayer con la inédita decisión judicial de anular las elecciones), los guarismos en las encuestas muestran a los tres principales contendientes estancados, iguales, como si nada de todo eso hubiera pasado. «Sobrevivimos a nuestra peor semana. No puede pasarnos nada grave», evalúan en el sciolismo. Aresco y Asociados encuestó: 40,5% a Scioli; Macri, 29,5%, Massa, 18%.
Pero algo pasó. Fernando Niembro pasó. «Macri bajó medio punto por semana. Massa se mantiene. A este ritmo, ganamos con el 45%», se entusiasman en el war room sciolista, donde los más conservadores intuyen ganar por la diferencia de 10 puntos con el segundo. Y en caso de ballotage, calculan que el electorado renovador, de base peronista, se distribuiría 2 a Cambiemos y 1 al FpV. Y aún así, dicen, ganarían.
La clave: un 10% del electorado que, admiten, no votarían a Scioli pero menos a Macri, evaluando su capacidad de gobernar. Por eso, el presidenciable K relanzará el lunes su campaña bajo esa idea. Con un acto en el Teatro Ópera, bautizado a priori «Encuentro por el Desarrollo», convocará a representantes de sectores productivos (empresarios y trabajadores), para sellar otra acta compromiso como la que viene prometiendo en las provincias. Lo seguirán otros tres cónclaves temáticos: Cultura, Educación e Ingración. Con medidas concretas, como ayer que se comprometió a nacionalizar el boleto estudiantil.
¿Hay algo que pueda impedir su victoria? El sciolismo dice que Macri no. Que Massa tampoco. ¿Y la maldición de Dardo Rocha, que desde 1886 no permite que un gobernador bonaerense llegue electo a la Casa Rosada? Eduardo Duhalde hizo un exorcismo en 1999. La Ola naranja no le teme a las brujas pero sí a las pronosticadas fuertes tormentas de El Niño, el patrón meteorológico que cambia la temperatura del Pacífico.
Un revival de las lluvias de la semana de las PASO. Pero las segundas partes son peores. El próximo lunes no sólo será el relanzamiento en el Ópera. Con menos publicidad, ese día comenzarán las reuniones por las cuencas del equipo interdisciplinario bonaerense, encabezados por el director provincial de Defensa Civil, Luciano Timerman, que convocarán a 100 municipios para pulir planes de contingencia. «Se montó un centro de operaciones hasta que cese el alerta», explicó el funcionario. El último informe del Servicio Meteorólogico Na cional (del 4/9) estima una condición «FUERTE» del fenómeno, que golpearía a la región: en Perú preparan ayuda para 50 mil familias.
«A la provincia no le cabe otra gota más», temen en el ministerio de Infraestructura provincial. Más allá de la obvia defensa a las obras realizadas, admiten que las últimas lluvias dejaron los suelos cargados.
«La organización vence al tiempo», suele citar Scioli a Juan Domingo Perón. El líder peronista no hablaba del clima.
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