CIUDAD DE MÉXICO-El empresario que construyó y detenta la escritura de la mansión de la familia del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha obtenido importantes contratos públicos desde que éste asumió el poder hace dos años, pero esos proyectos ahora enfrentan un creciente escrutinio de legisladores de la oposición e inversionistas extranjeros.
Juan Armando Hinojosa está en el centro de un escándalo político que está sacudiendo el gobierno de Peña Nieto conforme surgen interrogantes sobre la relación entre ellos y si hubo favoritismo en la concesión de contratos que valen cientos de millones de dólares.
Hasta ahora, gran parte de la atención se centraba en los contratos que obtuvo Hinojosa cuando Peña Nieto era gobernador del estado de México y en la participación del contratista en un proyecto para construir un tren de alta velocidad que el gobierno central canceló el mes pasado después de que rivales dijeron que el proceso había sido apresurado.
Mucho menos conocidas es la participación de Hinojosa en un contrato por US$3.400 millones para construir el acueducto más extenso de América Latina, así como en un proyecto de US$460 millones para un nuevo museo en la ciudad colonial de Puebla, según documentos públicos a los que tuvo acceso The Wall Street Journal.
Otros contratos poco conocidos que ganaron filiales del holding de Hinojosa, Grupo Higa SA, incluyen varios proyectos de autopistas, un plan sin licitación para remodelar el hangar presidencial en el aeropuerto de Ciudad de México y acuerdos para trasladar funcionarios del gobierno en aviones privados, según documentos públicos. Otra de sus empresas forma parte de un grupo que planea presentarse a licitación para construir un nuevo aeropuerto en la capital por US$9.000 millones.
Hinojosa declinó hacer comentarios y no ha hecho declaraciones públicas sobre el tema. Un vocero de Grupo Higa afirmó que la compañía respetaba la decisión del gobierno de revocar el contrato ferroviario.
La oficina del presidente negó favoritismo. «Las adquisiciones que celebra el Gobierno de la República se basan en una normativa pública que busca garantizar procesos competitivos, equitativos y transparentes para todos los participantes,» afirmó la presidencia en respuesta a consultas de The Wall Street Journal.
Las revelaciones, sin embargo, han dañado la imagen del presidente. Una encuesta de esta semana reveló que el índice de aprobación de Peña Nieto cayó a 39%, el menor nivel para un líder mexicano en casi dos décadas.
El gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), que también tiene una mayoría en el Congreso, ha bloqueado pedidos de la oposición para que se investiguen las acusaciones de conflicto de intereses en torno a la mansión. El mandatario no había divulgado la existencia de la casa ni su propiedad, pero fue revelada por un equipo de periodistas en México.
La oficina del presidente indicó que la residencia -que los mexicanos llaman la «Casa Blanca»- está siendo comprada por la primera dama, Angélica Rivera, con el dinero que ganó durante una exitosa carrera como actriz y que la pareja mantiene sus finanzas separadas bajos los términos de su contrato nupcial.
La Cámara de Diputados acordó el martes formar una comisión para investigar el contrato del tren bala de US$3.700 millones, que fue cancelado días después de que fue otorgado a un consorcio encabezado por una firma china y que incluía a Constructora Teya SA, una filial de Grupo Higa. Varios senadores de la oposición solicitaron a la contraloría que investigue todos los contratos que obtuvieron las empresas de Hinojosa a partir de 2010.
«La percepción es que hubo favoritismo, beneficiado por una empresa con múltiples contratos gubernamentales que van mucho más allá del tren a Querétaro,» dijo Laura Rojas, senadora del conservador Partido Acción Nacional (PAN), en una entrevista. «El presidente dilapidó su credibilidad».
Las preocupaciones sobre los contratos públicos surgen en momentos en que México prepara sus primeras licitaciones en más de 70 años para que petroleras privadas exploren y produzcan crudo y gas. Las licitaciones son importantes en un país que fue pionero del nacionalismo petrolero al expulsar a las firmas privadas en 1938.
Los contratos de Hinojosa han profundizado las dudas que tienen muchos mexicanos sobre la apertura del sector energético, sin mencionar a empresas extranjeras que esperan participar en el proceso.
«‘¿Será transparente el proceso?»‘ es una pregunta frecuente, dijo un alto ejecutivo de una empresa energética internacional en México, quien también aludió a las preocupaciones sobre la seguridad en algunas partes del país.
Cuando Peña Nieto era gobernador del estado de México, el más poblado de país, entre 2005 y 2010, unidades de Grupo Higa participaron en la construcción de hospitales, autopistas y una prisión. Los lazos entre el político y la familia Hinojosa se consideran cercanos.
A fines de 2007, Peña Nieto asistió a la boda del hijo de Hinojosa, Juan Armando Hinojosa García. Cuando el hijo falleció en un accidente de helicóptero en 2012, Peña Nieto y su esposa fueron al funeral. El vocero de Peña Nieto dijo que «a lo largo de su carrera, (él) ha entablado relaciones cordiales y de respeto con múltiples actores políticos, sociales y empresariales. Este es uno de esos casos».
La presidencia señaló la semana pasada que otra casa de lujo que es propiedad de Hinojosa fue alquilada por el asesor legal de Peña Nieto como oficina durante la campaña presidencial y durante su periodo como presidente electo.
Luego de que Peña Nieto asumió la presidencia, las empresas de Hinojosa han obtenido otros grandes contratos. Su empresa Concretos y Obra Civil del Pacífico SA tiene una participación de 37,5% en un grupo que ganó los derechos para suministrar agua a Monterrey durante los próximos 50 años, según documentos públicos.
Al igual que con el tren bala, varios gigantes globales de la construcción estaban interesados en la licitación. No obstante, el otro postor, la española Abengoa, fue descalificada por razones técnicas. Funcionarios dijeron que el proceso fue transparente y que la evaluación de las capacidades técnicas del postulante fue rigurosa..
Juan Armando Hinojosa está en el centro de un escándalo político que está sacudiendo el gobierno de Peña Nieto conforme surgen interrogantes sobre la relación entre ellos y si hubo favoritismo en la concesión de contratos que valen cientos de millones de dólares.
Hasta ahora, gran parte de la atención se centraba en los contratos que obtuvo Hinojosa cuando Peña Nieto era gobernador del estado de México y en la participación del contratista en un proyecto para construir un tren de alta velocidad que el gobierno central canceló el mes pasado después de que rivales dijeron que el proceso había sido apresurado.
Mucho menos conocidas es la participación de Hinojosa en un contrato por US$3.400 millones para construir el acueducto más extenso de América Latina, así como en un proyecto de US$460 millones para un nuevo museo en la ciudad colonial de Puebla, según documentos públicos a los que tuvo acceso The Wall Street Journal.
Otros contratos poco conocidos que ganaron filiales del holding de Hinojosa, Grupo Higa SA, incluyen varios proyectos de autopistas, un plan sin licitación para remodelar el hangar presidencial en el aeropuerto de Ciudad de México y acuerdos para trasladar funcionarios del gobierno en aviones privados, según documentos públicos. Otra de sus empresas forma parte de un grupo que planea presentarse a licitación para construir un nuevo aeropuerto en la capital por US$9.000 millones.
Hinojosa declinó hacer comentarios y no ha hecho declaraciones públicas sobre el tema. Un vocero de Grupo Higa afirmó que la compañía respetaba la decisión del gobierno de revocar el contrato ferroviario.
La oficina del presidente negó favoritismo. «Las adquisiciones que celebra el Gobierno de la República se basan en una normativa pública que busca garantizar procesos competitivos, equitativos y transparentes para todos los participantes,» afirmó la presidencia en respuesta a consultas de The Wall Street Journal.
Las revelaciones, sin embargo, han dañado la imagen del presidente. Una encuesta de esta semana reveló que el índice de aprobación de Peña Nieto cayó a 39%, el menor nivel para un líder mexicano en casi dos décadas.
El gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), que también tiene una mayoría en el Congreso, ha bloqueado pedidos de la oposición para que se investiguen las acusaciones de conflicto de intereses en torno a la mansión. El mandatario no había divulgado la existencia de la casa ni su propiedad, pero fue revelada por un equipo de periodistas en México.
La oficina del presidente indicó que la residencia -que los mexicanos llaman la «Casa Blanca»- está siendo comprada por la primera dama, Angélica Rivera, con el dinero que ganó durante una exitosa carrera como actriz y que la pareja mantiene sus finanzas separadas bajos los términos de su contrato nupcial.
La Cámara de Diputados acordó el martes formar una comisión para investigar el contrato del tren bala de US$3.700 millones, que fue cancelado días después de que fue otorgado a un consorcio encabezado por una firma china y que incluía a Constructora Teya SA, una filial de Grupo Higa. Varios senadores de la oposición solicitaron a la contraloría que investigue todos los contratos que obtuvieron las empresas de Hinojosa a partir de 2010.
«La percepción es que hubo favoritismo, beneficiado por una empresa con múltiples contratos gubernamentales que van mucho más allá del tren a Querétaro,» dijo Laura Rojas, senadora del conservador Partido Acción Nacional (PAN), en una entrevista. «El presidente dilapidó su credibilidad».
Las preocupaciones sobre los contratos públicos surgen en momentos en que México prepara sus primeras licitaciones en más de 70 años para que petroleras privadas exploren y produzcan crudo y gas. Las licitaciones son importantes en un país que fue pionero del nacionalismo petrolero al expulsar a las firmas privadas en 1938.
Los contratos de Hinojosa han profundizado las dudas que tienen muchos mexicanos sobre la apertura del sector energético, sin mencionar a empresas extranjeras que esperan participar en el proceso.
«‘¿Será transparente el proceso?»‘ es una pregunta frecuente, dijo un alto ejecutivo de una empresa energética internacional en México, quien también aludió a las preocupaciones sobre la seguridad en algunas partes del país.
Cuando Peña Nieto era gobernador del estado de México, el más poblado de país, entre 2005 y 2010, unidades de Grupo Higa participaron en la construcción de hospitales, autopistas y una prisión. Los lazos entre el político y la familia Hinojosa se consideran cercanos.
A fines de 2007, Peña Nieto asistió a la boda del hijo de Hinojosa, Juan Armando Hinojosa García. Cuando el hijo falleció en un accidente de helicóptero en 2012, Peña Nieto y su esposa fueron al funeral. El vocero de Peña Nieto dijo que «a lo largo de su carrera, (él) ha entablado relaciones cordiales y de respeto con múltiples actores políticos, sociales y empresariales. Este es uno de esos casos».
La presidencia señaló la semana pasada que otra casa de lujo que es propiedad de Hinojosa fue alquilada por el asesor legal de Peña Nieto como oficina durante la campaña presidencial y durante su periodo como presidente electo.
Luego de que Peña Nieto asumió la presidencia, las empresas de Hinojosa han obtenido otros grandes contratos. Su empresa Concretos y Obra Civil del Pacífico SA tiene una participación de 37,5% en un grupo que ganó los derechos para suministrar agua a Monterrey durante los próximos 50 años, según documentos públicos.
Al igual que con el tren bala, varios gigantes globales de la construcción estaban interesados en la licitación. No obstante, el otro postor, la española Abengoa, fue descalificada por razones técnicas. Funcionarios dijeron que el proceso fue transparente y que la evaluación de las capacidades técnicas del postulante fue rigurosa..
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