Cristiano Rattazzi: «Ganaría menos con tal de que al país le vaya bien»

Habitué de Punta del Este, el presidente de Fiat Chrysler intercala reuniones con descanso, a la expectativa con la nueva gestión
Foto:Santiago Hafford
Suele madrugar, es salidor, se entrena con un personal trainer, camina todas las mañanas a buen ritmo por Manantiales y luego juega tenis en Laguna Blanca. Metódico, nada lo aleja de su rutina veraniega. Son las 13 y ya leyó los diarios, acaba de empatar en un doble mixto, atendió varios llamados de Buenos Aires y antes pasó por el puerto para una reunión informal con sus colegas de la Unión Industrial Argentina.
Entre todos los empresarios, Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Chrysler, es un pionero en el Este, el refugio que visita todo el año, y donde llega piloteando su propio avión. Muchos envidian su vitalidad, pero él la atribuye a su buena administración del tiempo y a su necesidad de tener actividades variadas para no aburrirse. «El ocio es para eso» -dice-, «aunque estas sean vacaciones más complicadas, llenas de interrupciones y con mucho de planeamiento estratégico por los grandes desafíos que, con la apertura del sector automotriz, sobrevendrán». Lo explica en una frase: «prefiero ganar menos pero finalmente, poder competir».
-¿Qué fue lo mejor y lo peor de 2015?
-Lo mejor, la esperanza de poder tener un país serio, con ambiciones, para ser capaces de estar entre los 10 mejores del mundo. Lo peor fue todo el resto del año.
-¿Metas para 2016?
-Ayudar al país a que las cosas anden bien y que a la compañía le vaya bien, lo cual será difícil porque ahora habrá mucha competencia. En lo personal, la verdad es que tengo muchas ganas de poder decir afuera que la Argentina ahora está cambiando en serio y no tener que ver más cómo se me ríen en la cara.
-Fue fiscal de mesa en González Catán, ¿qué sacrificio está dispuesto a hacer por el país?
-El que haga falta y dedicar tiempo y esfuerzos para comunicar que el concepto de libertad nos sirve a todos, y en especial a los 12 millones de pobres que dejó la herencia K, lo cual es una cifra escandalosa. Estaría dispuesto, incluso, a resignar ganancias con tal de que al país le vaya bien.
-Alguna vez dijo que si Carrió fuera presidente le gustaría ser su canciller. ¿Hubiese querido que Macri lo convocara para algún cargo?
-Mi rol en el empresariado hoy es más importante que cualquier cargo de gobierno al que me hubieran convocado. Y la verdad es que el equipo joven que puso es excepcional. Soy de otra generación, pero de una que piensa como los jóvenes.
-¿Reconoce algún tipo de Edipo con su madre en aquella aspiración a la cancillería?
-Siempre hay algo edípico que queda marcado en el ego. Ella fue la primera canciller mujer en Italia y fue muy exitosa en sus gestiones en Serbia y Medio Oriente. Pero me siento más a gusto con la economía que con la política exterior.
-Entre los Agnelli-Rattazzi, ¿los hijos estuvieron a la altura de los padres?
-No lo mido como mejor o peor, sino como algo diferente. Mi tío Gianni, como empresario, y mi madre, como escritora, periodista y política, dejaron huella. Pero cada uno trata de dejar su marca en el tiempo que le toca: como empresario no me ha ido mal, siempre fui una buena persona, seria y equilibrada, y nadie jamás me pudo hacer callar.
-¿Cuáles fueron los tres peores funcionarios kirchneristas?
-Cristina vale por dos. Sus últimos cuatro años fueron de terror. Luego, el muy ineficiente Alejandro Vanoli. La Justicia dirá si fue algo más.
-¿Adhiere a ese lema de que todo empresario debe ser siempre oficialista?
-Absolutamente no. Opero en el mercado privado. A menos que haga daño, lo que haga el gobierno me importa poco. Esa distorsión es típica de un país rico en recursos sin muchas ganas de trabajar.
-¿Qué talento del que carezca desearía tener?
-Como actor soy un desastre. Soy pésimo mintiendo y a veces es necesario cierto histrionismo para la diplomacia.
-Cuando piropeó a la ex presidenta, ¿ella se dio cuenta?
-No. Cuando le dije que estaba linda, era verdad.
-¿Veraneó en la costa Atlántica alguna vez?
-Sí, en Mar del Plata, porque tenemos campo en Balcarce. Pero aquí vengo desde los cinco años y siempre me encantó por los deportes de agua, la buena comida y los amigos, que están acá.
-¿Qué hace en las vacaciones que no hace en el resto del año?
-Evito ocuparme de los negocios, pero este año es difícil. Sé que mi empresa este año va a ganar menos plata, porque la competencia va a ser durísima. Pero prefiero los desafíos empresariales al proteccionismo.
-Es muy salidor. ¿No se cansa de tanto evento?
-A la 1 de la mañana ya quiero estar en casa. Pero si hay un evento en el que están mis amigos, voy encantado.
-¿Por qué cree que tiene fama de Don Juan?
-¡Ese nombre no me gusta nada! Es más preciso decir que tiendo a ser gentil y servicial con las mujeres. Las hago sentir importantes, ya que para mí lo son.
-¿Cuándo fue la última vez que pudo leer un libro completo?
-Hace un año: leí I baci di una notte, de mi amiga Antonella Boralevi. A La rebelión de Atlas, de Ayn Rand, igual que a Las cincuenta sombras de Grey, los dejé por la mitad.
-Tiene fama, como el presidente Macri, de cuidar mucho el dinero, ¿es así?
-Es parte de mi educación y de la que les transmití a mis hijos. En mi familia la pauta era estar atento y no derrocharlo.
-¿Cuál fue el mejor límite que alguna vez le pusieron?
-Siempre fui estudioso y madrugador. Pero cuando fui a la universidad el primer año, vivia en Milán y estudiaba poco. Una vez llegó mi madre a las 11 de la mañana y no la fui a buscar al aeropuerto. Vino furiosa y me dijo que si no estudiaba y me levantaba tarde me sacaba el departamento. Me alineé enseguida.
-Muchos dicen que los peores defectos de los argentinos vienen de los italianos. ¿Es así?
-Puede ser, se vinculan con la dificultad para trabajar en equipo, el lanzarse a aventuras raras y el facilismo. Porque la corrupción en el sector privado está en todo el mundo. Que hablemos fuerte o seamos histriónicos no es un defecto, es divertido. Uno va Suiza o a Inglaterra y es un opio.
-Nadie espera encontrarse con usted haciendo las compras en el supermercado como se lo vio ayer. ¿Por qué lo hace?
-Me encanta descubrir productos innovadores que a veces en la Argentina no están. Cuando viajo a Estados Unidos siempre voy a los supermercados.
-¿Cuándo y cuánto van a aumentar los autos?
-Lo mejor sería preguntarnos cuánto estará dispuesto el mercado a pagar por ciertos productos. Lo que sé es que este año va a haber autos económicos a US$ 10.000, con IVA incluido.
-¿Cuál es el secreto del éxito?
-¡Qué difícil! Porque a veces hay prepotentes exitosos, y exitosos por lo seductores y cariñosos que son. El secreto me parece que es hacer las cosas bien, mejor que los otros. Y estar preparado para cuando hay un golpe de suerte, sino esa suerte dura solo un día.?

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