Cuatro escenarios para Vaca Muerta

No hay dudas de que Vaca Muerta ha generado gran agitación en la Norpatagonia. A la localidad de Añelo confluyen primeros mandatarios, ministros, magnates del petróleo y las empresas multinacionales más relevantes. Algunos observadores dicen que la «marca» Vaca Muerta supera en repercusión mundial a la «marca» Patagonia.
Esto de tener la segunda reserva de gas no convencional del mundo y la cuarta en petróleo, le ha cambiado la vida a mucha gente en un proceso que recién comienza. El tema ya no es de Añelo ni de YPF, ni siquiera de Neuquén. Pensándolo bien y en términos de desarrollo sustentable, es un tema de Neuquén y también de Río Negro, de la Norpatagonia, donde hay recursos muy valiosos: hidrocarburos, como Vaca Muerta y la Cuenca Neuquina en general, y de naturaleza hídrica como los ríos Neuquén, Limay, Negro y Colorado, que constituyen la segunda cuenca en importancia del país, después de la del Paraná-Uruguay, compartida con tres países vecinos.
La caída de los precios internacionales del crudo ha atenuado, en parte, las consecuencias de un fenómeno calificado metafóricamente como el «tsunami» de Vaca Muerta. Ello proporciona de alguna manera un tiempo para reflexionar –individual y colectivamente– y así tener más chances de ordenar un fenómeno que por su magnitud no ha dejado espacios para resolver los problemas con cierta anticipación, con todo lo que esto implica.
Pensar diferente
En este marco, surge con fuerza la necesidad de reflexionar sobre el futuro, más aún teniendo en cuenta que aquí las estrategias empresariales se pautan a mediano y largo plazos, con un horizonte de 35 años en adelante.
De ser así –y para no seguir corriendo los problemas desde atrás–, la consideración de los posibles escenarios futuros debiera ser un tema a incorporar en la agenda, no sólo de los planificadores y decisores, sino del conjunto de la sociedad que se verá beneficiada y/o afectada por los acontecimientos.
Pensar diferente es comprender el alcance en tiempo y espacio del impacto Vaca Muerta en términos de sustentabilidad futura. Una responsabilidad del Estado, de la sociedad civil y de los operadores del negocio petrolero, a través de estrictos controles.
Sintética y esquemáticamente, los escenarios a los que de una u otra manera la Norpatagonia está expuesta son cuatro:
Escenario caótico. Basado en una predominancia del accionar extractivo de las empresas, sin mayores contemplaciones sobre las consecuencias sociales y territoriales-ambientales; agravado por contradicciones y disputas de todo tipo: Provincia-Nación; pobres y ricos; trabajadores del petróleo-resto de trabajadores; lo urbano-lo rural; neuquinos y rionegrinos; empresas petroleras y superficiarios, migrantes de otras provincias y países vecinos, entre otras. Es un escenario que para funcionar necesita recurrir, inevitablemente, a la represión.
Escenario planificado. Inclusivo, democrático, en función de un desarrollo sustentable donde la calidad de vida de los habitantes (actuales y futuros) es el factor principal. Una construcción paulatina basada en la participación ciudadana, donde se discute y acuerdan las ideas fuerza orientadoras del proceso, entre ellas, por ejemplo, la distribución de la renta petrolera derivada de Vaca Muerta. Es un escenario que requiere acuerdos, participación y nuevos paradigmas.
Escenario emirato. Con similitud a los existentes en los emiratos árabes. Un orden no democrático, con una estructura social de grandes contrastes entre los que detentan el poder y el resto de los habitantes del emirato. Se basa en elites dominantes reducidas, ligadas a las compañías multinacionales y países centrales; la actividad petrolera está protegida por poderosas estructuras militarizadas.
Escenario mixturado. Es un híbrido de los tres escenarios anteriores. Derivado de las pujas de intereses donde la fragmentación se organiza y convive mediante repartos transitorios de la renta petrolera y el poder, de una manera más o menos acordada. Una situación intermedia basada en ordenamientos parciales y planificación fragmentada. Alterna dimensiones democráticas con instancias autoritarias represivas.
Tener en claro el futuro y sus distintos escenarios posibles es de gran ayuda para tomar decisiones en el presente. Con un panorama de lo que podría ocurrir es más fácil apuntar a lo que proyectamos que ocurra, al escenario deseado.
Se trata de diseñar un futuro traccionante para sumar la fuerza individual y colectiva de los norpatagónicos.
Cada uno con su identidad y responsabilidad, pero construyendo espacios de diálogo capaces de articular los distintos intereses en juego, en función de un escenario inclusivo.
(1) Economista de la UNC
(2) Arquitecto – planificador

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