EL PUBLICISTA DE MACRI DESCUENTA LA REELECCIÓN DE CRISTINA
El ecuatoriano Jaime Durán Barba no se desdice del consejo que le dio al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, para evitar que se subiera a la carrera presidencial. En dialogo con El Cronista TV, el asesor del PRO afirmó que estaba claro que ningún candidato opositor podría hacer un papel decoroso.
¿Se van a cumplir sus pronósticos el 23 de octubre?
Son análisis, no deseos. En enero y febrero empezamos a ver esto, se hicieron muchas investigaciones y la verdad es que se veía una fuerza enorme en Cristina Fernández. Realmente estaba claro que no era posible que, dada la disgregación de la oposición, alguien pueda hacer un papel decoroso.
Cuando Macri ganó tan bien las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires ¿No pensó que por ahí era el momento de que fuera candidato a Presidente?
No, porque habíamos calculado también eso. Sabíamos que a Mauricio le iba a ir muy bien en la Ciudad y había un dato histórico que había que recordar: la Presidenta Cristina Fernández perdió hace cuatro años en Santa Fe, en Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires y ganó las elecciones. Podía repetirse la misma historia. La provincia de Buenos Aires tiene un peso tan descomunal que si no hay ahí una alternativa fuerte para enfrentar a un candidato, la cosa es muy difícil.
¿Qué campaña presidencial le gustó más?
He visto bastante desconcierto en las campañas. Una campaña tiene fuerza cuando tiene una línea estratégica seria, esto es, un plan que hace coherente todo lo que se hace. En varias de las campañas que actualmente se llevan adelante, hay enormes contradicciones. Al principio me llamó la atención la de Altamira.
La de pedir los votos para lograr el piso electoral…
Provocaba un sentimiento de protección. En la primera vuelta hubo una ilusión de muchos electores que supusieron que Eduardo Duhalde o Ricardo Alfonsín podían hacerle frente a Cristina Fernández e ir a una segunda vuelta.
¿Por qué fracasaron?
La campaña de Duhalde no debió arrancar. Tiene una imagen negativa muy fuerte. No tenía posibilidad alguna de hacer una buena campaña.
¿Y Alfonsín por qué no logró que la gente lo acompañara?
A Alfonsín le pasó algo similar a (el vicepresidente Julio) Cobos, que parecía un gran candidato, pero se fue extinguiendo como una maceta a la que no riegan. No supo presentarse como una persona atractiva, luce muy anticuado. Si comparamos el peronismo de Cristina Kirchner con el radicalismo, el PJ está muy rejuvenecido por La Cámpora, por (Amado) Boudou.
¿La guitarra no le restó a Boudou?
No, le sumó. Son elementos que a los jóvenes los hacen sentir más cerca de los dirigentes.
¿La luna de miel entre Macri y Cristina se termina el 23?
Espero que no, no hay tampoco una luna de miel, yo diría que hay una relación civilizada propia de los países del primer mundo, de los países que progresan, entre dirigentes que son opositores. Ojalá lleguemos a eso, a que saludar no signifique dejar de ser opositor.
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¿Se van a cumplir sus pronósticos el 23 de octubre?
Son análisis, no deseos. En enero y febrero empezamos a ver esto, se hicieron muchas investigaciones y la verdad es que se veía una fuerza enorme en Cristina Fernández. Realmente estaba claro que no era posible que, dada la disgregación de la oposición, alguien pueda hacer un papel decoroso.
Cuando Macri ganó tan bien las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires ¿No pensó que por ahí era el momento de que fuera candidato a Presidente?
No, porque habíamos calculado también eso. Sabíamos que a Mauricio le iba a ir muy bien en la Ciudad y había un dato histórico que había que recordar: la Presidenta Cristina Fernández perdió hace cuatro años en Santa Fe, en Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires y ganó las elecciones. Podía repetirse la misma historia. La provincia de Buenos Aires tiene un peso tan descomunal que si no hay ahí una alternativa fuerte para enfrentar a un candidato, la cosa es muy difícil.
¿Qué campaña presidencial le gustó más?
He visto bastante desconcierto en las campañas. Una campaña tiene fuerza cuando tiene una línea estratégica seria, esto es, un plan que hace coherente todo lo que se hace. En varias de las campañas que actualmente se llevan adelante, hay enormes contradicciones. Al principio me llamó la atención la de Altamira.
La de pedir los votos para lograr el piso electoral…
Provocaba un sentimiento de protección. En la primera vuelta hubo una ilusión de muchos electores que supusieron que Eduardo Duhalde o Ricardo Alfonsín podían hacerle frente a Cristina Fernández e ir a una segunda vuelta.
¿Por qué fracasaron?
La campaña de Duhalde no debió arrancar. Tiene una imagen negativa muy fuerte. No tenía posibilidad alguna de hacer una buena campaña.
¿Y Alfonsín por qué no logró que la gente lo acompañara?
A Alfonsín le pasó algo similar a (el vicepresidente Julio) Cobos, que parecía un gran candidato, pero se fue extinguiendo como una maceta a la que no riegan. No supo presentarse como una persona atractiva, luce muy anticuado. Si comparamos el peronismo de Cristina Kirchner con el radicalismo, el PJ está muy rejuvenecido por La Cámpora, por (Amado) Boudou.
¿La guitarra no le restó a Boudou?
No, le sumó. Son elementos que a los jóvenes los hacen sentir más cerca de los dirigentes.
¿La luna de miel entre Macri y Cristina se termina el 23?
Espero que no, no hay tampoco una luna de miel, yo diría que hay una relación civilizada propia de los países del primer mundo, de los países que progresan, entre dirigentes que son opositores. Ojalá lleguemos a eso, a que saludar no signifique dejar de ser opositor.
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