El discurso en la UIA puso las bases del segundo mandato de CFK | Opinion

Gustavo Sylvestre Periodista
El discurso de la Presidenta de ayer frente a los empresarios más poderosos de la Argentina, los gremios y representantes de otras instituciones se pareció más a un discurso inaugural de las sesiones del Congreso que al del cierre del habitual encuentro de la UIA. Durante 57 minutos, uno de los discursos más extensos de su mandato, (fuera del Congreso), la Presidenta pareció poner los fundamentos que constituirán su segundo mandato: reivindicó la política económica, habló por primera vez de la inflación y de la necesidad de hablar sobre ella “con todos los números sobre la mesa, los de ustedes y los nuestros”, mandó mensajes a los gremialistas “y los conflictos que se generan entre ellos que afectan al país”, pasó algunas facturas, advirtió a empresarios que usaron los créditos del bicentenario para la compra de dólares y se llevó el reconocimiento de una platea que suele ser exigente y en algunos casos, crítica.
El ámbito que preparó la UIA la entusiasmó. Quedó demostrado que, por primera vez en su mandato, está sólida la relación entre ella y José Ignacio de Mendiguren. Al punto que en un gesto totalmente inusual en ella se pemitió tutearlo en público y hasta llamarlo por el apodo de “Vasco”.
De Mendiguren demostró con su convocatoria, no sólo de los capitostes más importantes, sino también a Moyano y hasta el rector de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, que se pueden establecer ámbitos donde se debatan los temas que importen al país. La mesa entre De Mendiguren y Moyano mereció comentarios positivos y despejó algunos temores de los empresarios sobre futuras reacciones negativas del titular de la CGT.
Pero un hecho no pasó inadvertido para nadie, menos para la Presidenta. Tomó en cuenta la ausencia en su discurso, a punto tal, que al pasar, pregunto, “…está el titular de la CGT, el compañero Moyano, ah se fue…”, dejando en evidencia la frialdad y la distancia que sigue existiendo entre ellos.
La Presidenta le preguntó después a De Mendiguren, ¿por qué se fue Moyano?”, la respuesta fue indulgente: “es que no está bien por la muerte del hijo”. Parte de razón tiene. Fue una de las primeras apariciones públicas de Moyano después de la muerte de su hijo Emiliano. Pero el gesto de Moyano no pasó desapercibido. “Está herido”, fue la reflexión de un integrante de la UIA que lo conoce y que aclaró, “hay que contenerlo, frente al panorama mundial, no podemos permitirnos locuras”.
De Mendiguren reflexionaba, después del éxito que logró -muy superior al encuentro de IDEA- que hay una oportunidad única e histórica para el país y que se necesitan propuestas innovadoras y novedosas frente a la crisis mundial. “La verdad, la única persona que pueda hacer el cambio es Cristina”, repetía y destacaba como muy positivo el discurso presidencial.
Los empresarios recibieron con tranquilidad la definición presidencial que no compartía el proyecto de la CGT por la distribución de las ganancias, que eso se debía debatir en el Congreso, o entre trabajadores y empresarios. Pero les marcó un límite muy fuerte a estos, al decir que siempre estará al lado de los más vulnerables.
“Por primera vez habló de inflación, es algo positivo”, dijo uno de los empresarios más poderosos de la Argentina.
El Gabinete que vieneComenzó el tiempo de descuento para la formación del Gabinete. Según las señales, muy pocas, que han recibido algunos ministros daría la impresión que, al menos en esta etapa, Cristina, sólo llenaría los casilleros que quedan vacíos, por las partidas de Aníbal Fernández, Amado Boudou y Julián Domínguez.
Si Néstor Kirchner se caracterizaba por el hermetismo y la sorpresa, la Presidenta es aún más cerrada al momento de comunicar novedades o dar precisiones. Los nombres del Gabinete no escapan a esa lógica. “Nadie sabe nada, y el que dice saberlo, miente”, dice uno vocero de la Rosada.
El silencio se ha apoderado de la mayoría de los Ministros. Llama la atención el mutismo de Aníbal Fernández, preocupado en preparar su desembarco en el Congreso y dejar, algo que lo caracterizó como Jefe de Gabinete, el menor número de expedientes sin resolver. Seguramente Fernández ocupará o la presidencia de la Comisión de Presupuesto o la de Asuntos Constitucionales, pero será una pieza clave en el Senado.
Julián Domínguez se ha comenzado a despedir. Su destino es Diputados, salvo una decisión de última hora, podría ocupar la presidencia de ese cuerpo.
Amado Boudou llegará a la presidencia del Senado. La mayoría de los funcionarios de su equipo económico están confirmados para la etapa que viene. Por eso, sigue sonando fuerte el nombre de Hernán Lorenzino como sucesor.
Hay que anotar otros nombres. Mario Blejer siempre suena, pero tal vez en La Rosada no se olviden que cuando se le ofreció la presidencia del Central, cuando Redrado fue echado no aceptó “porque no estaban dadas las circunstancias políticas”. Gestos que no se olvidan.
Mercedes Marcó del Pont cuenta con la confianza de la Presidenta. Y Juan Carlos Fabrega podría dejar la Presidencia del Banco Nación.
El puesto central será el de Jefe de Gabinete. Cristina pondrá allí alguien de su más absoluta confianza política y personal. Hoy por hoy, Julio De Vido aparece como un virtual Jefe de Gabinete. Su nombre también suena para el Ministerio de Economía. “Tiene excelentes relaciones con todos los sectores”, dicen los que apuestan por su llegada a ese sillón. “O tal vez tenga que terminar todo el tema de los subsidios, y después pasar a una responsabilidad mayor, aunque bien lo puede hacer desde la Jefatura de Gabinete”, sostiene un fuente de La Rosada.
Un gesto no pasó desapercibido. La presencia de de De Vido y Tomada rodeando a Mariano Recalde el lunes pasado fue una señal de cómo distribuye el poder Cristina Kirchner. Dos históricos del gobierno kirchnerista, frente a un recién llegado.
Antes del 6 deberían estar los nombres. Es la fecha de la sesión preparatoria en el Congreso.
¿Ascenderá Juan Manuel Abal Medina a un Ministerio, como es propósito de la Presidenta o será para más adelante? Otros nombres se suman a la danza de candidatos: María Laura Leguizamón y Carlos Arslanián.
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