El impuesto que está en boca de todos – Tiempo Argentino

Legisladores y especialistas discuten sobre la legitimidad del tributo, que muchos consideran un impuesto al salario. También volvió a estar sobre el tapete la exención de la que gozan los jueces, que son el único grupo de trabajadores que no abona Ganancias. Funcionarios del Poder Ejecutivo se cruzaron en torno a cómo y cuándo se hará el anuncio oficial que finalmente eleve el piso a partir del cual se abona el tributo. Y como si todo eso fuera poco, el tema se metió en la pelea Nación-Ciudad.
En paralelo, la interna de la CGT está más candente que nunca y los principales protagonistas salieron a mostrar algunas de las cartas que, según aspiran, les permitirán ocupar el sillón de la Secretaría General de la CGT por los próximos cuatro años.
La problemática del Impuesto a las Ganancias es un clásico en todo reclamo sindical, especialmente en aquellos que están actualmente en negociaciones salariales, ya que, con los incrementos de 2012 cada vez son más los trabajadores alcanzados por el gravamen. Pero también se coló en la interna entre el gobierno nacional y el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuando el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dijo que todos los docentes del distrito están alcanzados por el tributo y que el Ejecutivo nacional debería elevar el piso a partir del cual se paga el impuesto.
También se volvió a discutir la exención que beneficia a los jueces, que no abonan el impuesto y que sí alcanza al resto de los trabajadores argentinos. A raíz de la declaración del titular de la ANSES, Diego Bossio, ante el Congreso sobre la realidad del sistema previsional argentino, se reanudó esta discusión que hasta derivó en viejos reclamos de eliminar el Impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría, en vista de que no podía gravarse en salario.
El gobierno ya tendría listo el decreto que elevará el mínimo no imponible de Ganancias que hoy, se estima, alcanzaría al millón y medio de trabajadores. La información se había filtrado a la prensa hace algunas semanas y después la viceministra de Trabajo lo confirmó. Pero a las pocas horas fue reprendida por haber adelantado una decisión cuyo anuncio sólo es responsabilidad de la presidenta Cristina Fernández. Aunque la medida se viene analizando hace meses, aún no hay novedades y, según Rial, llegará “a fines de junio o en julio”.
Los sindicalistas de todos los sectores están ofuscados con el retraso. La impaciencia de los trabajadores por recibir la buena noticia se debe a que el año pasado la suba –que fue del 20%– se hizo el 1 de abril, o sea hace 14 meses. Además, si el aumento del mínimo no imponible llegara recién en julio, se “comerá” los aguinaldos, ya que con el medio sueldo anual complementario son muchos más los trabajadores alcanzados por el gravamen.
Se especuló con que la demora en el anuncio se debía a que el Poder Ejecutivo no quería que Hugo Moyano capitalizara como un logro el incremento y lo utilizara en la campaña para las elecciones en las que busca su reelección al frente de la CGT el 12 de julio próximo.
Pero fuentes oficiales reconocieron que en realidad el retraso en el anuncio tiene que ver con cuestiones fiscales. La desaceleración de la recaudación preocupa a más de un funcionario del Poder Ejecutivo. En 2010 (últimos datos disponibles, según un informe recientemente publicado por la consultora CIFRA) los ingresos por el Impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría representaron 10.422 millones de pesos, lo que implica el 4,1% de la recaudación fiscal total. En función de esas cifras, se entiende la preocupación. Y es por eso que en Casa Rosada no tienen previsto hacer el anuncio de suba del tope salarial a partir del cual se paga el impuesto a las Ganancias. Lo mismo ocurre respecto de la actualización de las escalas sobre las que se aplican las alícuotas.
El reclamo de los sindicalistas radica en que el mínimo no imponible no aumentó en 2003, 2004, 2008 y 2010 . En los demás años sí aumentó, pero por debajo de la inflación. Lo que se mantiene sin actualizar (están en los mismos valores que tenían en el año 2000) son las escalas sobre las que se aplican las alícuotas.
Además, hay quejas porque buena parte de los aumentos salariales acordados en las paritarias 2012 se licuan con el impuesto, y si se modificara el mínimo no imponible y las escalas, muchos dejarían de pagar Ganancias y otros pasarían a pagar menos de lo que están pagando en la actualidad.
En vista de la inviabilidad fiscal de la idea de eliminar de plano el Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría y de la demora en la suba del mínimo no imponible, algunos especialistas están acercando un proyecto para que el gravamen no alcance a algunos ítems del recibo de sueldo, como las horas extras o los francos trabajados.
La problemática del Impuesto a las Ganancias para los salarios de los trabajadores parece ser uno de los pocos temas que aún tienen en común todos los sindicalistas de la Argentina. A menos de un mes de las elecciones en la CGT, los dos sectores, moyanistas y antimoyanistas, parecen estar cada vez más lejos de lograr el consenso, y la ruptura de la central parece inexorable. Mientras, se espera la resolución del Ministerio de Trabajo sobre la impugnación que realizó el antimoyanismo de la reunión del Consejo Directivo en la cual el líder camionero convocó formalmente a elecciones para el 12 de julio. Sus opositores aseguran que Moyano no contó con los representantes necesarios para realizar ese procedimiento.
Sin embargo, esa no parece ser la única estrategia en el tablero de las elecciones. Los moyanistas están en plena etapa de demostración de fuerzas, y mientras el gremio de Camioneros amenaza con paros sorpresivos en el marco de su paritaria y la Federación de Sindicatos del Transporte ratificó su apoyo a Moyano. En tanto, la oposición da a entender que no concurrirá a las elecciones, pero se muestra más reticente a mostrar sus cartas. <

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