El recorte de subsidios a los servicios comenzará por las grandes empresas

Darío Gannio
Los primeros subsidios a los servicios que recortará el Gobierno serán a las empresas, para luego avanzar sobre los particulares, que serían alcanzados por barrios y por ingreso de los hogares. Las novedades llegarán en enero.
En Economía estudian cómo empezar a ajustar el esquema de subsidios a la luz, el gas y el agua, algo a lo que hicieron mención en las últimas semanas tanto el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, como los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación, Julio De Vido.
La intención es que el cambio no sea brusco y que las medidas lleguen después de las fiestas de fin de año, durante el verano. “Después de lo del 35% [por el recargo a las compras con tarjetas de crédito y débito en el exterior] no podemos sacar en lo inmediato otra medida antipática contra el mismo sector”, dijeron desde el entorno de Kicillof a BAE Negocios.
Los primeros en tener esos recortes serían las empresas, que entre luz y agua se llevan por año casi $15.000 millones (ver aparte). Así y todo, no todas las actividades se verían afectadas. La iniciativa tendría un límite: según Kicillof, el Gobierno debe cuidar a la industria de los “movimientos especulativos” asociados al mercado del petróleo.
Pero el Ejecutivo avanzará, al mismo tiempo, sobre las viviendas de los sectores de ingresos más altos, en una reedición de la “sintonía fina” que lanzó el kirchnerismo tras la victoria en las elecciones presidenciales de 2011, pero que abandonó como consecuencia la tragedia del ferrocarril Sarmiento en la estación Once, en febrero de ese año.
“Hay gente que tiene salarios elevados y recibe subsidio. Esa es una política que hay que mejorar”, sostuvo Kicillof frente a los diputados cuando les presentó en septiembre el Presupuesto 2014, el cual prevé para el año próximo un desaceleramiento del crecimiento del gasto considerable (el aumento bajará de 30 a 16 por ciento). También Capitanich y De Vido, dieron declaraciones contundentes en ese sentido en las últimas semanas. El primero, en sus ya habituales conferencias de prensa matutinas. El segundo, el lunes durante un anuncio al sector energético, cuando dijo que “la política de eliminar subsidios a quienes no lo necesitan va a seguir como en los últimos diez años”.
En el Palacio de Hacienda lo que quieren es volver a implementar la quita de subsidios pro zonas geográficas (como se hizo en 2011), pero en simultáneo con recortes a los hogares con ingresos elevados. Es que, según cálculos de Hacienda, el 30% más rico de los consumidores se llevan el 60% de estas asistencias.
La idea es que sea algo simbólico al principio (de poco alcance), para que no afecte a la clase media, pero con un esquema en el que se pueda avanzar de a poco hacia una quita más masiva. Por eso, el número inicial que barajan en Economía es el de $25.000 para el piso de ingresos para sacar los beneficios, lo cual coincide con el límite de salario a partir del cual no hubo modificación para pagar el Impuesto a las Ganancias en agosto. Según los especialistas, el principal problema en este sentido es el de la identificación, para lo cual muchos proponen un subsidio directo.
En cuanto a las tarifas, también se baraja permitir a las firmas del sector un aumento gradual, pese a que De Vido dijo el otro día que por “como suben las acciones de las empresas eléctricas, no les va nada mal”.
Los privados ya dan por sentado que se aplique una rebaja en estas transferencias por el aumento que mostraron este año. Según la consultora Abeceb.com, los subsidios energéticos fueron de $82.700 millones en 2013, mientras que para Ecolatina, los servicios se llevarán más de $100.000 cuando termine el año.

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