Acerca de Patricio

Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.

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4 comentarios en «Es la política, stronzo»

  1. Yo creo que página se equivoca. Con lo fascista que esta Europa hoy día, quizá este tipo de movida tienen más relevancia que los debates sobre al política italiana.

  2. Excelente artículo para un tema delicado. No se trata de criticar a Berlusconi con argumentos de la prensa rosa, sino que defiendan los valores que que Berlusconi niega. Criticar el abuso de poder –cierto en Berlusconi, desde luego– negando la privacidad y haciendo moralina, es intelectualmente inconsistente, y políticamente ineficaz. Además, los que seguimos El País hace años, sospechamos con mucho fundamento que si el involucrado hubiera sido otro político, más del gusto de la línea editorial del periódico, no hubieran publicado ni una línea, amparados «en el respeto de la privacidad».

    El único elemento que podía justificar tocar el tema era que Berlusconi cambió la ley para permitir que en los viajes oficiales (en avión, por ejemplo) pudieran ir personas invitadas por los funcionarios o gobernantes. Está claro que eso está vinculado con Villa Certosa, pero aun así no justifica la publicación de las fotos. Bastaba con decir que era para provecho suyo privado, no hacía falta publicar cómo se beneficiaba concretamente de ello.

  3. Mucho más necesaria que ésta deriva hacia la prensa rosa de El País, que esconde una deriva mercantilista del periodismo. No interesa la investigación periodística sino aparecer entre los periódicos más vendidos para atraer más anunciantes y justificar ante sus accionistas su proyecto de convertirse en un referente mundial, acomodarse al mercado, convertirse en una empresa solvente.
    Seria bueno que sus periodistas, si los tiene, ya que vive últimamente del trabajo de becarios mal pagados o que pagan ellos por trabajar allí, por hacer un master en el diario, sacasen lo que está pasando dentro del diario: los despidos de trabajadores o como callan en el comité de empresa de esos «sindicatos». La política de despidos y de perdidas de derechos laborales de los trabajadores, así como de derechos sociales, es lo que realmente debiera preocupar a quien se llame periodista, en Italia (con el gobierno de Berlusconi, uno de los más agresivos y de tendencia más derechona de Europa, pero ni mucho menos el único) y en el resto de Europa. Pero claro está que no lo van a hacer desde las páginas de El País: obedece a la dictadura corporativa que está gobernando Europa, más allá de los gobiernos de turno en los distintos países o la configuración del Parlamento.
    No van a decir nada contra los intereses de las corporaciones, no van a sacar información sobre las conexiones existentes entre políticas y grupos empresarios -como se van configurando las familias de esta otra mafia que también tiene conexiones con la otra, con la clásica-, no van a hablar de las conexiones con la Iglesia o el Opus. Menos aún cuando la Nueva Rumasa, la de Ruiz Mateos, les paga casi cada día dos páginas centrales de publicidad; o El Corte Ingles -esa corporación «investigable- , tan loable para El País les saca publicidades de chicas en biquini para las rebajas de verano; tampoco investigaran a las marcas de coches que se publicitan en sus páginas, ni en su destrucción de empleo, ni el destino de las subvenciones que les da el Estado pese a que siguen despidiendo y deslocalizando empresas, ni menos aún sobre su poca ecológica producción. Ahora El País saca suplementos con un debate ficticio ¿quién se los paga?, sobre algo que estaba claro para los europeos, pero que ahora a las empresas quieren modificar -para ello mdifican a esa opinión pública, tan «moldeable» europea-, la continuidad de la Energía Nuclear. La promesa de Zapatero fue que se iban a cumplir los plazos de cierre de las centrales atómicas activas y que no se iban a abrir nuevas… veremos si resiste tanta presión mediatica.
    El País, da pena, pero sigue llendo de periodico «democrátido», de las buenas «formas», en verdad se contraponen ya no a la derecha, ni a una izquierda radical, se contraponen a las «formas», lo que hay detrás de esas «formas» del discurso, o de su «farandula», de Berlusconi se la trae al fario. Ellos que se dedican a criticar a los gobiernos latinoamericanos por «populistas», como demagogos -sin contenido real, discursos huecos-, no hacen otra cosa que vaciar la política de contenido, transformando la política en una cuestión de formas -buen ejemplo de ello hemos tenido en España en la campaña electoral por las europeas-, en una política del espectáculo.
    Seguro que con estas fotos, los progres «socialdemócratas» se han sentido indignados, y muchísimo, pero sobretodo han tenido una envidia terrible por no poder acceder a tan hermoso Balhala. No se preocupen que hay otros que si lo haran por ustedes, tal vez los mismos directivos, jefes de empresa o accionistas de El País.

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