Por Angela Chávez M.
La tribuna de un seminario organizado por la Universidad de Los Andes, fue el escenario escogido por el ex presidente Sebastián Piñera para reiterar sus críticas al sello reformista del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, lo que generó la inmediata pero también sorpresiva reacción de la mano derecha de la jefa de Estado y ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, quien replicó en duros términos al otrora mandatario.
A la polémica, se sumó el ex precandidato presidencial, Andrés Velasco, quien también las emprendió contra Piñera (ver recuadro), en una suerte de antesala de la contienda con miras al 2017 pues mientras en la derecha el ex ministro de Hacienda es visto como la figura que puede dañar las opciones del ex mandatario para volver a La Moneda, en los hechos ambos también se disputarían el llamado electorado de centro.
Lo anterior sumado, al hecho que en el mundo político no pocos ven en la figura del titular del gabinete una posible carta presidencial, es que el cuadro registrado ayer fue interpretado como un adelanto de la próxima batalla por el sillón de La Moneda.
El primero en abrir los fuegos, fue el ex presidente quien en un tono bastante más punzante que el usado en julio pasado –cuando en el marco de una gira por España cuestionó las reformas del gobierno, diciendo que éstas iban “en contra de la filosofía de la libertad”-, no sólo criticó las propuestas del Ejecutivo, sino que pidió correcciones y de paso, puso en tela de juicio el liderazgo de la presidenta Bachelet.
“Este programa tiene algunos elementos que deben ser revisados y ojalá corregidos porque en mi opinión no apuntan en la dirección correcta”, dijo el ex mandatario en una extensa intervención, subrayando que “cuando vemos los resultados de 2014 uno puede echarle la culpa a la economía internacional y creo que no corresponde; o también echar la culpa al gobierno anterior, que tampoco corresponde”.
Sobre la reforma educacional, sostuvo que -al revés del gobierno- él “habría promovido el financiamiento compartido a todas las familias” y que “es absurdo centrar la inversión en fierros y ladrillos”.
En ese sentido planteó que “sin duda hay que recuperar una mayor sensatez y moderación en la forma de implementar las reformas y la forma de establecer el diálogo y la búsqueda de acuerdos”, dijo, enfatizando –sin mencionar a la presidenta Bachelet- que “el liderazgo es conducir al país donde los demás quieren estar, y la falta de liderazgo es conducir donde los demás no quieren estar”.
De ahí que llamó al Ejecutivo a tener “menos voluntarismo, menos eslóganes, menos división, más diálogo, más unidad, más cordura, más búsqueda de acuerdos”.
La réplica
Y al igual que en julio pasado, pero también subiendo el tono, Peñailillo salió a enfrentar a Piñera recordándole los desaciertos de su gestión y pidiéndole más tino.
“Yo le pediría a un Presidente de la República que dejó la economía a la baja, que destruyó la salud pública, que no cumplió nada su agenda antidelincuencia -recordemos las frases de campaña-, que destruyó las instituciones -recordemos el caso Impuestos Internos, la encuesta Casen, ‘el mejor censo de la historia’-. Le pediría a un Presidente de la República que definió a la educación como un bien de consumo, que tenga tino y prudencia y que la verdad, no se deje llevar por la ansiedad de pre candidato presidencial”, dijo el jefe de gabinete.
La pugna entre Piñera y Peñailillo tuvo sus coletazo en las respectivas coaliciones políticas. Por el oficialismo reaccionó el presidente del PS, Osvaldo Andrade, y en la Alianza los jefes de las bancadas de RN y la UDI.
VELASCO HACE UN CRÍTICO RESUMEN DE LO QUE NO HIZO PIÑERA DURANTE SU GOBIERNO
El seminario le dio a Piñera la oportunidad de golpear a Bachelet, pero el ex mandatario no contaba con que sólo minutos más tarde le proporcionaría al fundador de Fuerza Pública, Andrés Velasco, similar ocasión, para hacer un duro análisis del gobierno anterior, muy en la línea de lo que también hizo el titular del Interior.
El ex ministro de Hacienda de Bachelet, sostuvo que pese a que la «centroderecha llegó a La Moneda con una retórica de grandes cambios de productividad, institucionales, laborales, que según nos decía Sebastián Piñera iban a cambiar la cara del país; en los hechos no hizo absolutamente nada».
Aunque el empresario ya se había retirado y los dichos de Velasco fueron amortiguados por los de Peñailillo, fueron quizás más ásperos que los del ministro. Sobre todo por el corolario que hace Velasco de la pasada administración, señalando que «durante sus 4 años no hizo ninguna reforma institucional, dejó un país con un crecimiento de largo plazo estancado y todo indica que probablemente ese crecimiento va a caer por estos días», con lo que responsabilizó al ex mandatario de la actual situación económica. Pues, recalcó, «la desaceleración (…) comenzó antes de las elecciones, en la segunda mitad del año pasado, en parte por un escenario internacional distinto y en parte porque el go- bierno de Piñera no hizo reformas estructurales que aumentaran la productividad en Chile», porque «el anuncio de una reforma tributaria difícilmente pudo provocar una reacción cuan- do no se conocía su contenido». Y concluyó recordando que «antes que fuera presidente, (Piñera) dijo que Chile dormía una siesta y cuando su gobierno comenzara el país despertaría gracias a las grandes reformas que iba hacer; habló de una reforma al Estado que no hizo, habló de una reforma laboral que no hizo, habló de un salto en productividad que nunca ocurrió. Es decir, retórica vacía y política de la más antigua».
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La tribuna de un seminario organizado por la Universidad de Los Andes, fue el escenario escogido por el ex presidente Sebastián Piñera para reiterar sus críticas al sello reformista del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, lo que generó la inmediata pero también sorpresiva reacción de la mano derecha de la jefa de Estado y ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, quien replicó en duros términos al otrora mandatario.
A la polémica, se sumó el ex precandidato presidencial, Andrés Velasco, quien también las emprendió contra Piñera (ver recuadro), en una suerte de antesala de la contienda con miras al 2017 pues mientras en la derecha el ex ministro de Hacienda es visto como la figura que puede dañar las opciones del ex mandatario para volver a La Moneda, en los hechos ambos también se disputarían el llamado electorado de centro.
Lo anterior sumado, al hecho que en el mundo político no pocos ven en la figura del titular del gabinete una posible carta presidencial, es que el cuadro registrado ayer fue interpretado como un adelanto de la próxima batalla por el sillón de La Moneda.
El primero en abrir los fuegos, fue el ex presidente quien en un tono bastante más punzante que el usado en julio pasado –cuando en el marco de una gira por España cuestionó las reformas del gobierno, diciendo que éstas iban “en contra de la filosofía de la libertad”-, no sólo criticó las propuestas del Ejecutivo, sino que pidió correcciones y de paso, puso en tela de juicio el liderazgo de la presidenta Bachelet.
“Este programa tiene algunos elementos que deben ser revisados y ojalá corregidos porque en mi opinión no apuntan en la dirección correcta”, dijo el ex mandatario en una extensa intervención, subrayando que “cuando vemos los resultados de 2014 uno puede echarle la culpa a la economía internacional y creo que no corresponde; o también echar la culpa al gobierno anterior, que tampoco corresponde”.
Sobre la reforma educacional, sostuvo que -al revés del gobierno- él “habría promovido el financiamiento compartido a todas las familias” y que “es absurdo centrar la inversión en fierros y ladrillos”.
En ese sentido planteó que “sin duda hay que recuperar una mayor sensatez y moderación en la forma de implementar las reformas y la forma de establecer el diálogo y la búsqueda de acuerdos”, dijo, enfatizando –sin mencionar a la presidenta Bachelet- que “el liderazgo es conducir al país donde los demás quieren estar, y la falta de liderazgo es conducir donde los demás no quieren estar”.
De ahí que llamó al Ejecutivo a tener “menos voluntarismo, menos eslóganes, menos división, más diálogo, más unidad, más cordura, más búsqueda de acuerdos”.
La réplica
Y al igual que en julio pasado, pero también subiendo el tono, Peñailillo salió a enfrentar a Piñera recordándole los desaciertos de su gestión y pidiéndole más tino.
“Yo le pediría a un Presidente de la República que dejó la economía a la baja, que destruyó la salud pública, que no cumplió nada su agenda antidelincuencia -recordemos las frases de campaña-, que destruyó las instituciones -recordemos el caso Impuestos Internos, la encuesta Casen, ‘el mejor censo de la historia’-. Le pediría a un Presidente de la República que definió a la educación como un bien de consumo, que tenga tino y prudencia y que la verdad, no se deje llevar por la ansiedad de pre candidato presidencial”, dijo el jefe de gabinete.
La pugna entre Piñera y Peñailillo tuvo sus coletazo en las respectivas coaliciones políticas. Por el oficialismo reaccionó el presidente del PS, Osvaldo Andrade, y en la Alianza los jefes de las bancadas de RN y la UDI.
VELASCO HACE UN CRÍTICO RESUMEN DE LO QUE NO HIZO PIÑERA DURANTE SU GOBIERNO
El seminario le dio a Piñera la oportunidad de golpear a Bachelet, pero el ex mandatario no contaba con que sólo minutos más tarde le proporcionaría al fundador de Fuerza Pública, Andrés Velasco, similar ocasión, para hacer un duro análisis del gobierno anterior, muy en la línea de lo que también hizo el titular del Interior.
El ex ministro de Hacienda de Bachelet, sostuvo que pese a que la «centroderecha llegó a La Moneda con una retórica de grandes cambios de productividad, institucionales, laborales, que según nos decía Sebastián Piñera iban a cambiar la cara del país; en los hechos no hizo absolutamente nada».
Aunque el empresario ya se había retirado y los dichos de Velasco fueron amortiguados por los de Peñailillo, fueron quizás más ásperos que los del ministro. Sobre todo por el corolario que hace Velasco de la pasada administración, señalando que «durante sus 4 años no hizo ninguna reforma institucional, dejó un país con un crecimiento de largo plazo estancado y todo indica que probablemente ese crecimiento va a caer por estos días», con lo que responsabilizó al ex mandatario de la actual situación económica. Pues, recalcó, «la desaceleración (…) comenzó antes de las elecciones, en la segunda mitad del año pasado, en parte por un escenario internacional distinto y en parte porque el go- bierno de Piñera no hizo reformas estructurales que aumentaran la productividad en Chile», porque «el anuncio de una reforma tributaria difícilmente pudo provocar una reacción cuan- do no se conocía su contenido». Y concluyó recordando que «antes que fuera presidente, (Piñera) dijo que Chile dormía una siesta y cuando su gobierno comenzara el país despertaría gracias a las grandes reformas que iba hacer; habló de una reforma al Estado que no hizo, habló de una reforma laboral que no hizo, habló de un salto en productividad que nunca ocurrió. Es decir, retórica vacía y política de la más antigua».
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