Por Rodolfo Montes / La Capital
Jurista, jefe del bloque de la Uniòn Cívica Radical (UCR) en le Cámara de Diputados, Ricardo Gil Lavedra explica por qué su partido se suma a la campaña contra el supuesto intento de re-reelección de la presidenta Cristina Fernández. Gran parte de la oposición coincidió en fijar esa política en el centro con vistas a 2013. «El kirchnerismo no va a cejar en ese propósito», pronostica.
—La oposición da por seguro que el gobierno impulsará la re-reelección, ¿y si no la impulsa?, ¿si Cristina Fernández propone a otro candidato para que la suceda?, ¿no podría quedar la oposición haciendo política con una consigna abstracta?
—Nosotros estamos haciendo un compromiso público para que la re-reelección no suceda. Hemos firmado un documento entre 107 diputados en ese sentido. Si no sucede la re-reelección estaría muy bien, es lo que debe acontecer. Pero nosotros estamos seguros de que el gobierno no va a cejar en este propósito, al menos hasta 2013 cuando cambiará la composición de las Cámaras. Hasta 2013 no pueden, y para esa elección vamos pedirle a la sociedad que nos acompañe con el voto para que en 2013 quede aventado todo riesgo para esa posibilidad.
—Con el episodio de la imputación de «narcosocialismo», el retiro de la oposición de esa sesión de Diputados y el posterior desagravio al Partido Socialista, que le hizo toda la oposición, se percibe mayor proximidad entre su partido el socialismo, ¿hay un nuevo momento político entre la UCR y el PS?
—En lo que tiene que ver con las reglas institucionales, los acuerdos van más allá de la UCR y el PS, involucran también a fuerzas conservadoras como el PRO (de Mauricio Macri). En cuanto a proximidades electorales, con el socialismo somos gobierno en Santa Fe y es probable que tengamos acercamientos en otros distritos importantes. Está el caso de la ciudad de Buenos Aires, donde iniciamos un camino para contener a todos quienes no sean kirchneristas ni estén con el PRO y se sientan progresistas. Ahí estamos buscando unirnos con el PS, la Coalición Cívica y Libres del Sur, entre otros.
—A propósito del PRO en la Capital Federal, y ya que se plantean como alternativa ante el partido de Mauricio Macri, ¿qué señalamiento crítico haría de la gestión de Macri en la ciudad de Buenos Aires?
—Pensamos que la administración del PRO ha sido poco eficiente. Creemos que se puede administrar mejor. Han tenido poco énfasis en establecer reglas claras en materia de transporte, que como se observa es un caos. Y que el conflicto con el gobierno nacional no ha conseguido los canales adecuados. La gestión del Pro en la ciudad ha sido gris.
—En relación a los conflictos de los distritos opositores con el gobierno nacional, parece una historia de nunca acabar, ¿cómo se resuelve ese tema en la Argentina, siempre interferido por los posicionamientos políticos, los períodos electorales?
—Hace falta de parte de los gobiernos dosis mayores de acercamiento para que los ciudadanos dejen de su sufrir una suerte de extorsión. Si el gobierno nacional piensa que el porteño lo va votar extorsionándolo en relación a Mauricio Macri creo que se equivoca.
—Respecto de las movilizaciones opositoras, en particular la del último jueves, ¿qué actitud deben tomar los partidos políticos, y en particular la UCR, mantenerse al margen, o involucrarse?
—La UCR tomó una posición clara, no convocó a la marcha. Pensamos que los partidos deben permanecer al margen porque se trata de una expresión ciudadana espontánea. Creemos que no debe haber consignas partidarias. En lo personal no concurro a estas movilizaciones porque no quiero que se sospeche de una actitud oportunista ni de aprovechamiento. Hay que permitir que los ciudadanos se expresen con libertad y sin interferencias. Sí decimos que se está expresando un rechazo a un modo, a un estilo, del gobierno nacional que debe cambiar. Y en cuanto a la oposición, la manifestación expresa un pedido de representación diferente.
—Usted señala que se trata de una movilización espontánea. Pero el gobierno nacional dice que está organizado por corporaciones de medios opositores y por grupos de derecha con fines destituyentes, ¿cómo toma esa caracterización?
—El gobierno tiene que salir del encierro. Dicen que no hay inflación, que no hay inseguridad, no hay crisis energética y que esta marcha la armó (Héctor) Magnetto —Clarín—, o la oligarquía internacional, pero todo esto no es cierto. Cuando la gente se expresa le hace bien a la democracia.
—En el Congreso la oposición se divide ante los proyectos que impulsa el oficialismo, incluso al interior de los bloques, como se vio en el caso del voto joven, ¿por qué?
—El problema se da cuando el oficialismo trae un proyecto donde uno tiene coincidencias parciales, ¿cómo votar?, ¿en general a favor o en contra? En el caso del voto joven, todo el bloque firmó un proyecto propio. Luego dimos libertad de acción en cuanto a cómo votar el proyecto de la mayoría.
—¿Su opinión respecto del triunfo de Barack Obama?
—Celebro el triunfo, comparto los principios del Partido Demócrata. La influencia para la Argentina es relativa, porque nuestro país se aisló, tenemos un gobierno errático, a contramano del mundo como en el caso de la negociación con Irán.
Jurista, jefe del bloque de la Uniòn Cívica Radical (UCR) en le Cámara de Diputados, Ricardo Gil Lavedra explica por qué su partido se suma a la campaña contra el supuesto intento de re-reelección de la presidenta Cristina Fernández. Gran parte de la oposición coincidió en fijar esa política en el centro con vistas a 2013. «El kirchnerismo no va a cejar en ese propósito», pronostica.
—La oposición da por seguro que el gobierno impulsará la re-reelección, ¿y si no la impulsa?, ¿si Cristina Fernández propone a otro candidato para que la suceda?, ¿no podría quedar la oposición haciendo política con una consigna abstracta?
—Nosotros estamos haciendo un compromiso público para que la re-reelección no suceda. Hemos firmado un documento entre 107 diputados en ese sentido. Si no sucede la re-reelección estaría muy bien, es lo que debe acontecer. Pero nosotros estamos seguros de que el gobierno no va a cejar en este propósito, al menos hasta 2013 cuando cambiará la composición de las Cámaras. Hasta 2013 no pueden, y para esa elección vamos pedirle a la sociedad que nos acompañe con el voto para que en 2013 quede aventado todo riesgo para esa posibilidad.
—Con el episodio de la imputación de «narcosocialismo», el retiro de la oposición de esa sesión de Diputados y el posterior desagravio al Partido Socialista, que le hizo toda la oposición, se percibe mayor proximidad entre su partido el socialismo, ¿hay un nuevo momento político entre la UCR y el PS?
—En lo que tiene que ver con las reglas institucionales, los acuerdos van más allá de la UCR y el PS, involucran también a fuerzas conservadoras como el PRO (de Mauricio Macri). En cuanto a proximidades electorales, con el socialismo somos gobierno en Santa Fe y es probable que tengamos acercamientos en otros distritos importantes. Está el caso de la ciudad de Buenos Aires, donde iniciamos un camino para contener a todos quienes no sean kirchneristas ni estén con el PRO y se sientan progresistas. Ahí estamos buscando unirnos con el PS, la Coalición Cívica y Libres del Sur, entre otros.
—A propósito del PRO en la Capital Federal, y ya que se plantean como alternativa ante el partido de Mauricio Macri, ¿qué señalamiento crítico haría de la gestión de Macri en la ciudad de Buenos Aires?
—Pensamos que la administración del PRO ha sido poco eficiente. Creemos que se puede administrar mejor. Han tenido poco énfasis en establecer reglas claras en materia de transporte, que como se observa es un caos. Y que el conflicto con el gobierno nacional no ha conseguido los canales adecuados. La gestión del Pro en la ciudad ha sido gris.
—En relación a los conflictos de los distritos opositores con el gobierno nacional, parece una historia de nunca acabar, ¿cómo se resuelve ese tema en la Argentina, siempre interferido por los posicionamientos políticos, los períodos electorales?
—Hace falta de parte de los gobiernos dosis mayores de acercamiento para que los ciudadanos dejen de su sufrir una suerte de extorsión. Si el gobierno nacional piensa que el porteño lo va votar extorsionándolo en relación a Mauricio Macri creo que se equivoca.
—Respecto de las movilizaciones opositoras, en particular la del último jueves, ¿qué actitud deben tomar los partidos políticos, y en particular la UCR, mantenerse al margen, o involucrarse?
—La UCR tomó una posición clara, no convocó a la marcha. Pensamos que los partidos deben permanecer al margen porque se trata de una expresión ciudadana espontánea. Creemos que no debe haber consignas partidarias. En lo personal no concurro a estas movilizaciones porque no quiero que se sospeche de una actitud oportunista ni de aprovechamiento. Hay que permitir que los ciudadanos se expresen con libertad y sin interferencias. Sí decimos que se está expresando un rechazo a un modo, a un estilo, del gobierno nacional que debe cambiar. Y en cuanto a la oposición, la manifestación expresa un pedido de representación diferente.
—Usted señala que se trata de una movilización espontánea. Pero el gobierno nacional dice que está organizado por corporaciones de medios opositores y por grupos de derecha con fines destituyentes, ¿cómo toma esa caracterización?
—El gobierno tiene que salir del encierro. Dicen que no hay inflación, que no hay inseguridad, no hay crisis energética y que esta marcha la armó (Héctor) Magnetto —Clarín—, o la oligarquía internacional, pero todo esto no es cierto. Cuando la gente se expresa le hace bien a la democracia.
—En el Congreso la oposición se divide ante los proyectos que impulsa el oficialismo, incluso al interior de los bloques, como se vio en el caso del voto joven, ¿por qué?
—El problema se da cuando el oficialismo trae un proyecto donde uno tiene coincidencias parciales, ¿cómo votar?, ¿en general a favor o en contra? En el caso del voto joven, todo el bloque firmó un proyecto propio. Luego dimos libertad de acción en cuanto a cómo votar el proyecto de la mayoría.
—¿Su opinión respecto del triunfo de Barack Obama?
—Celebro el triunfo, comparto los principios del Partido Demócrata. La influencia para la Argentina es relativa, porque nuestro país se aisló, tenemos un gobierno errático, a contramano del mundo como en el caso de la negociación con Irán.