Moyano busca dividir el paro y la movilización

12/11/12
Hugo Moyano ya decidió que la protesta del 20N será un paro a secas, sin movilización , pero no piensa en atrincherarse: apuesta a salir a la calle en diciembre, con una marcha al Congreso o a la Plaza de Mayo que buscará capitalizar el descontento contra Cristina Kirchner que comienza a acumularse aun en las filas del sindicalismo más oficialista.
Con este ambicioso cronograma de medidas de fuerza, el jefe de la CGT Azopardo hablará hoy con su par de la CTA disidente, Pablo Micheli, para que desista de su rechazo al “paro dominguero” y convencerlo de que lo mejor para desgastar a la Casa Rosada es “no quemar ahora todos los cartuchos”.
Micheli, uno de los adalides del sindicalismo intransigente, no concibe una huelga sin ganar la calle. De por sí, las delegaciones de la CTA de todo el país ya aprobaron la realización de marchas y actos para el 20, basándose en las señales construidas hasta el momento entre su líder y el de la CGT anti K, pero, más que la modalidad de la protesta, lo único claro de lo que hablaron era organizar un paro. Quizás el propio Micheli quedó en una encerrona cuando en el acto del 10 de octubre en la Plaza de Mayo, organizado con el moyanismo, arrancó ovaciones al prometer: “No va a terminar este año sin que se haga un paro nacional en el que no se va a mover ni una pluma”.
Moyano mide los tiempos y piensa arrinconar al Gobierno con una estrategia a largo plazo, aunque no se arriesgará con una movilización que no garantice una combinación infalible : muchísima gente y sólo dispuesta a aplaudirlo. En el fondo, desconfía de las agrupaciones de izquierda que acompañan a la CTA rebelde: como buen peronista ortodoxo, teme que le dediquen silbidos o abucheos.
Por eso prefiere apostar primero a paralizar el país y, dentro de unas semanas, manejar los hilos de una movilización propia, con la excusa de presentar el millón de firmas necesarias para forzar el debate legislativo del proyecto para eliminar los topes a las asignaciones familiares, impulsado por sus diputados, Facundo Moyano y Omar Plaini.
También es cierto que el último cacerolazo terminó de convencerlo de no salir ahora a la calle: cree que todos, empezando por el Gobierno, compararían su poder de convocatoria con el impactante 8N. Y supone que si Cristina sigue con su intransigencia ante los reclamos sindicales, dentro de poco habrá muchísimos más trabajadores dispuestos a marchar contra esos descuentos de Ganancias que se devorarán el aguinaldo.
Moyano sabe que afrontará un fuerte desafío con el 20N: el paro nacional de 24 horas deberá ser muy efectivo para evitar que su figura quede herida. El gremio camionero tiene un inmenso poder de fuego, pero la clave es la adhesión del transporte de pasajeros. Y aunque en el sindicalismo opositor militan los más decisivos gremios aeronáuticos, allí no están los que podrían frenar los trenes, los subtes y los colectivos.
Por eso, Moyano recibió a Rubén “Pollo” Sobrero, el radicalizado líder de los delegados del ferrocarril Sarmiento, que prometió sumar a colegas de otras líneas. De la misma forma, el moyanismo multiplica contactos con agrupaciones combativas que se oponen a la conducción de la UTA, enrolada en la CGT Balcarce, y a la del sindicato de metrodelegados, dominada por aliados K. Es poco frecuente que una CGT busque de una forma tan abierta el apoyo directo de los delegados para un paro, ya que siempre representó la decisión de una cúpula. Otro signo de estos tiempos en donde el modelo sindical clásico cruje y se atomiza.
Aun así, paradójicamente, la decisión de realizar la huelga sin movilización debilitaría la relación entre Moyano y un combativo como Micheli, y, al mismo tiempo, consolidará la del camionero con Luis Barrionuevo, genuina expresión del aparato sindical tradicional, que fue el más firme defensor de un paro “dominguero” para que nadie pueda capitalizar el rédito político de la protesta.
Ajenos a estos debates, los buenos muchachos de la CGT Balcarce tienen otras internas. Por ejemplo, ¿qué hacer si el Gobierno sigue negando una respuesta al reclamo por Ganancias? Los más duros, sin llegar a plantear medidas de fuerza, son un puñado de ex moyanistas y algunos de los “Gordos”. Los “Independientes”, de llegada directa a la Rosada, son los que apuestan a seguir con lo poco que tienen a mano (la negociación por los fondos de las obras sociales), antes de gastar la bala de plata que les queda: un encuentro a solas con la Presidenta.
Hay otro dilema: ¿cómo funcionar eficazmente si tienen que peregrinar para trabajar juntos? Sobre esto también hablarán esta semana en la sede Villa Lugano de la UOM. Frustrado el alquiler de las ex oficinas del diario Página 12 , la CGT Balcarce estuvo a punto de mudarse a Perón 1435, la sede histórica de la UOM, que hoy ocupa el gremio telefónico, pero los sindicalistas K dieron marcha atrás porque necesitan más espacio.
Será un alivio porque si querían dar una imagen acorde al “progresismo” presidencial, iban a meterse en problemas : la Justicia había considerado “altamente factible” que en ese lugar haya sido asesinado, en 1975, un guardaespaldas de Lorenzo Miguel llamado Jorge Dubchak. Uno de los crímenes nunca resueltos de la política argentina y luego del cual, sugestivamente, 16 personas vinculadas con ese caso murieron en forma violenta.
Un lugar teñido por esas sospechas no podía ser la mejor casa de los trabajadores. Quizá no sea casual que al buscar en Internet el sitio oficial de la CGT, lo que aparece es el logo cegetista y un enorme cartel que se transforma en todo una metáfora del momento actual de las cinco centrales obreras: “En construcción”.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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