La evasión fiscal de grandes ruralistas alimenta el negocio del dólar paralelo

Argentina
La evasión fiscal de grandes ruralistas alimenta el negocio del dólar paralelo
Compran con los ingresos en negro y venden cuando necesita fondos para insumos. También existe movimiento hormiga con importadores
Un mercado que daña a la economía
El mercado del dólar paralelo tiene un nuevo jugador fuerte: los productores agropecuarios. Se suman a la comunidad china, que como informó BAE están entre los principales compradores de divisas para repatriar o hacer frente a compromisos financieros fuera del circuito legal. La diferencia, es que mientras estos sólo compran los productores operan en los dos extremos, liquidan en el momento de necesitar pesos para la compra de insumos y adquieren con los fondos obtenidos por las ventas no declaradas.
El circuito del dólar paralelo tiene otros actores, empezando por los especuladores que en uno y otro extremo sacan ventajas con el “spreed” –diferencia entre la compra y la venta– que se convirtió en el negocio financiero más rentable.
También operan fuerte los comercios especializados en productos electrónicos –especialmente informáticos– y de autopartes, mayormente de origen importado y que alimentan también el circuito del contrabando.
Según describieron a BAE operadores del mercado de monedas, las principales transacciones registradas en las últimas semanas estuvieron originadas en pedidos cursados desde el interior del país.
Órdenes de compra y venta de dólares llegan desde Santa Fe, Córdoba, La Pampa y el interior bonaerense. “Están en los dos extremos porque operan un 30% de la actividad en negro y eso lo derivan al dólar paralelo, donde no se pregunta de dónde se originan los pesos para comprar”, explicó una fuente.
Como ejemplo, una jaula de ganado puede comercializarse en unos $200.000 de los cuales el 20% o 30% no se declara y son fondos que se destinan a la compra de dividas.
En este sector, las operaciones promedio rondan entre u$s40.000 y u$s80.000, limitadas en parte por el volumen de los billetes en pesos, que dificultan sus traslado, y la falta de grandes vendedores de divisas.
“Es difícil encontrar un vendedor de más de u$s100.000, porque nadie quiere quedar posicionado en pesos. Cuando aparecen, piden primas de 10 y hasta 15 centavos sobre el valor en la calle”, describió una fuente.
Eso limita también el volumen diario de operaciones, que en los días de mayor actividad llega a los u$s20 millones, menos del diez por ciento de lo que se comercializa en el mercado formal, controlado por el Banco Central.
La permanente presencia de inspectores de la AFIP en la City porteña obligó a los agentes ilegales a cambiar los hábitos y pactar las operaciones fuera de las agencias tradicionales de cambio.
“Las grandes casas de cambio no quieren manejar volúmenes importantes de pesos y dólares en negro por temor a la AFIP. Eso desalentó algunas operaciones o modificó las prácticas. Ahora es más habitual acercarse hasta los domicilios de los compradores y vendedores o encontrarse en las cajas de seguridad de los bancos”, describió un operador.
También se popularizó el uso de hoteles céntricos, donde se alquilan habitaciones por día o semanas y donde pasa más desapercibido el movimiento de personas. “Es también por seguridad, mover tantos billetes generan temores y en un hotel puede llamar menos la atención ingresar o salir con una valija y tomarse un taxi o un remise de confianza”, agregó.
chiquitaje. Los comercios minoristas de electrónicos también se integraron al circuito del dólar informal, con movimientos “hormigas” que cobran importancia en la cantidad.
En algunos de estos comercios se incentiva al pago en dólares, elevando el tipo de cambio al que ofrecen sus productos. Un bien que en pesos cotiza en pesos 700 se ofrece a 100 en dólares billetes. Los compradores prefieren desprenderse de los billetes antes de convalidar ese tipo de cambio.
En una semana normal, un comercio minorista de informática establecido en alguna área clave de la ciudad puede facturar unos u$s10.000, aunque por ley está prohibido que acepte otra moneda a la de curso legal.
Esos comercios necesitan desprenderse de los dólares billetes para no ser sancionados en una inspección de la AFIP y pasan a engrosar el mercado ilegal.
La misma operación se replica en las casas de autopartes de unidades importadas. Con la administración del comercio exterior, muchos repuestos no ingresan al país por el circuito formal y se operan en dólares al precio del mercado informal.
“Todos los días bajamos las listas actualizadas. Son pequeños retoques que reflejan la cotización del dólar paralelo. Nosotros vendemos en pesos a ese tipo de cambio pero si alguno viene en dólares los aceptamos”, explicó un vendedor.
Según otra fuente del sector, en las últimas semanas se generalizó la oferta de autopartes importadas que no ingresan por el circuito formal y que solo aceptan dólares billetes.
La generalización de estas maniobras está perjudicando el circuito formal de la economía, especialmente por el alto spreed entre el dólar formal y el paralelo que dificulta a las empresas su desenvolvimiento, perjudicando a las que generan trabajo argentino.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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