La maldición de los commodities, Javier Lewkowicz, Página/12.
Entradas relacionadas
Acerca de Patricio
Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.
Ver todas las entradas de Patricio →
A casi ningún gobierno le interesa el valor agregado industrial. No recuerdo otro desde Frondizi.
A los países ricos en productos primarios, como la Argentina, les toca, si los gobiernos tienen cierta sensibilidad, o necesidades políticas de votos, «redistribuir» via los ingresos de la tierra.
Esa óptica miope genera desigualdad creciente, y puede financiar ciertos subsidios a los pobres mientras en la Bolsa de Chicago sigan su buena racha los commodities.
¡A rogar que los chanchos chinos sigan comiendo soja!
David: Los fisiócratas de Quesnay (pre-capitalistas) ya estaban un paso adelante tuyo. Al menos pensaban que como «el campo» era el único generador de riquezas, era a su vez el único que debía pagar impuestos.
Si te esforzás, podés llegar a Schumpeter.
Gracias Eduardo por tus recomendaciones, veré de leer esos interesantes textos, siempre se aprende de los clásicos.
En el pre-capitalismo no existía la industrialización, y los servicios estaban poco desarrollados. Todo el recurso estaba en la tierra, como lo saben muy bien los países que insisten en el pensamiento subdesarrollado.
Hoy importa el valor agregado, qué se le va a hacer: es el Siglo XXI.