Los «cuatro grandes» estudios de auditoría juegan al límite de la ley laboral con sus empleados

Argentina
Los «cuatro grandes» estudios de auditoría juegan al límite de la ley laboral con sus empleados
Ernst & Young, Deloitte, PriceWaterhouse&Coopers y KPMG emplean a unos 10 mil jóvenes en el país, pero apenas el 20% está bajo convenio. Su modelo apunta a evitar paritarias, flexibilizar y rotar rápido, al estilo norteamericano.
Crecen las quejas por sueldos y contratos en sus filiales
Las cuatro grandes compañías que se reparten en el mundo el negocio de la auditoría y el outsourcing contable –conocidas como las “Big Four” en el mundillo de los contadores– son cada vez menos atractivas para los profesionales (en su inmensa mayoría jóvenes) que emplean en la Argentina.
Pese al crecimiento de los últimos años y el incremento de las ganancias de las empresas a las que prestan servicios, las multinacionales mantienen a más del 80% de su personal fuera del convenio que regula la actividad (el de Comercio), no pagan las horas extras según lo que marca la ley local y aprovechan la alta rotación de sus planteles para abonar sueldos hasta un 50% inferiores a los de los técnicos que trabajan directamente para las empresas que tercerizan servicios con ellas.
Así lo pudo establecer BAE tras dialogar con media docena de sus empleados y acceder a recibos de sueldo de varios de ellos. Las empresas en cuestión son casi desconocidas para el argentino promedio, pero poderosísimas a nivel mundial y muy influyentes en el ambiente de los negocios locales.
Se trata de Price Waterhouse & Coopers (PWC), Ernst & Young, Deloitte y KPMG. Tienen entre 2.000 y 3.000 empleados cada una y estudios en Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza.
Sus servicios son utilizados por empresas líderes de todos los sectores de la economía. Según los testimonios recogidos, la principal fuente de malestar entre los empleados de las “Big Four” en la Argentina es el desfase creciente entre los salarios de los auditores que trabajan para ellas y los de quienes realizan exactamente las mismas tareas, pero dentro de las firmas que suelen contratarlas, casi todas de gran porte. “Tengo 24 años, soy contador de la UBA y gano $3.400 de bolsillo por jornadas que deberían ser de ocho horas, pero que se extienden cada vez que hay que completar un trabajo”, explicó uno de los empleados de Deloitte consultados, cuya identidad se preserva para evitar represalias. “En empleos similares, las empresas no ofrecen menos de $6.000 de sueldo bruto (unos $5.000 netos)”, agregó. Como procuran tentar a los mismos empleados potenciales (estudiantes o recién recibidos), las cuatro firmas ofrecen sueldos casi calcados. En PWC, un contador con varios analistas juniors a cargo cobraba a principios de este año $4.500 netos, un monto bajo incluso para las pymes promedio.
Dado que sólo los administrativos se rigen por la paritaria de Comercio, el piso salarial de $4.000 que se apresta a firmar el sindicato de Armando Cavalieri no impactará sobre los sueldos de los juniors que figuran por debajo. Con las horas extras el trato es distinto.
Ernst & Young las paga al 150% de su valor como exige la Ley de Contrato de Trabajo, pero previa aprobación por parte del gerente del área. Sus empleados no siempre obtienen esa venia y en algunos casos temen solicitarla por temor a perder otros beneficios .
Deloitte, en cambio, computa las primeras 80 horas extras que hacen por año los juniors y las canjea por francos compensatorios que deben tomarse en el año siguiente, según los empleados consultados. Ante la consulta de BAE, la gerenta regional de Recursos Humanos del estudio, Fabiana Gadov, aseguró que “en Deloitte no se compensan horas” y hasta calificó como “aberrante” esa práctica.
La lógica de management que rige a los cuatro estudios es el up or out (arriba o afuera), según el cual los empleados deben “ganarse” su ascenso para acceder a un buen salario. Caso contrario la idea es que no quieran permanecer más tiempo allí que unos meses, o a lo sumo un par de años. Es el modelo estadounidense, donde las paritarias no existen y los sindicatos no tienen casi jurisdicción.
El esquema del up or out también juega con las aspiraciones profesionales de los jóvenes que buscan una vidriera en los estudios. “Trabajar en firmas internacionales como éstas le sirve a cualquier profesional para potenciar su carrera. Es ser un profesional independiente asociado a otros como él”, dijo a BAE Juan Carlos Lynch, vocero de PWC. “Por eso la demanda de posiciones es todos los años superiores a los puestos que se abren”, opinó.
Como buscan desterrar la negociación colectiva, los estudios hacen énfasis en los “bonus por productividad” (individuales) y otorgan aumentos en función de “evaluaciones de desempeño” que realizan anualmente. Pero, en general, lo que surge de esas evaluaciones son ascensos –que conllevan mayores responsabilidades– y no recomposiciones salariales por el alza del costo de vida.
El desfase con los salarios del mismo ramo se da, además, por el retraso acumulado en los últimos años. Deloitte, por caso, no dio aumentos generalizados a su personal entre junio del 2008 y marzo del 2010. Fue cuando más obtuvo la mayoría de los gremios.
ALEJANDRO BERCOVICH argentina@buenosaireseconomico.com

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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