Los K suman votos y diferencias en Córdoba

Cristina Kirchner demostró que pudo poner un pie en Córdoba. Sin embargo, la provincia sigue siendo una complicación política para la Presidenta.
El poder que ostenta el PJ cordobés, los conflictos internos en la construcción K local y la falta de un referente puro en la Capital son los principales obstáculos con los que viene lidiando la Casa Rosada desde hace ocho años.
De todos modos, la cosecha de votos de la jefa del Estado creció en Córdoba, casi con el mismo ímpetu que las divisiones en el variopinto espacio político K provincial.
Una foto actual del kirchnerismo cordobés muestra: que el volumen electoral aumentó casi un 50 por ciento (Cristina obtuvo el 23,8 por ciento en 2007, mientras que en las primarias de agosto pasado trepó al 34,3. En las presidenciales podría superar el 40 por ciento, según las encuestas). Que el puesto de referente provincial dejó de ser el intendente de Villa María, Eduardo Accastello, y pasó a manos de Fabián Francioni, intendente de Leones. Que la Capital sigue sin tener un líder K puro, por lo cual la Presidenta se vio obligada a acercarse a la peronista disidente Olga Riutort, lo que cayó mal en el resto de los sectores kirchneristas.
También deja ver los continuos roces entre las distintas agrupaciones que proliferan sin cesar en respaldo al “proyecto nacional y popular”.
Este divisionismo no le permite al kirchnerismo tener un liderazgo partidario claro en la provincia, lo cual le impide disputarle el poder a la aceitada estructura del PJ provincial que conducen José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti.
Todos los sectores quieren la bendición de Cristina porque suponen que eso los habilitará a hacer uso del poder. Una de las peleas más fuertes que se viene es por la conducción de la Anses-Córdoba. Francioni y Riutort aspiran a manejar este organismo.
Diferentes. La lista de candidatos a diputados del Frente para la Victoria para el próximo domingo es una muestra de que el kirchnerismo es un gran paraguas donde se refugian todos, pese a sus diferencias ideológicas y personales. Cada postulante proviene de una extracción diferente, con distintas entradas a la Casa Rosada, a través de ministros o secretarios amigos.
El primero en la nómina es Francioni, un ex delasotista que se convirtió en cristinista, después de la pelea del Gobierno nacional con el campo. Hoy, es el único dirigente cordobés con llegada directa a la Presidenta, lo cual lo convierte en el referente K provincial.
Le sigue la diputada Nora Bedano, esposa de Accastello. Dicen que esta banca, tal vez, sea la última concesión que Cristina le haga al villamariense, quien perdió la llegada en la Casa Rosada cuando murió Kirchner. Hoy, los cristinistas lo observan con recelo, por su acercamiento a De la Sota.
La tercera es Mónica Gutiérrez, ex juecista y titular de la Anses local. En este caso, su puerta de ingreso a la Rosada es la del despacho del poderoso secretario de Legal y Técnica de la Nación, Carlos Zannini, a quien la Presidenta le encargó el armado político en Córdoba.
El cuarto es el intendente de la Capital, Daniel Giacomino, ex juecista, de extracción radical, que se autoproclamó un “soldado de la Presidenta”. Pero no ocultó su descontento cuando Cristina lo puso cuarto en la lista.
Un atajo de la política le aseguró un horizonte político al intendente capitalino: De la Sota resignó la lista de candidatos del peronismo cordobés, con lo cual la boleta kirchnerista sacará por lo menos cuatro diputados. En este caso, Giacomino se quedará con una banca salvadora para su futuro.
El quinto lugar es para el militante de los derechos humanos, el abogado Martín Fresneda, el candidato más inquieto por estos días. No es para menos, sobre él recae la responsabilidad de conseguir la quinta banca para Cristina; y encima, por varias semanas, sus compañeros de lista no lo acompañaron como el letrado pretendía. Aunque en los últimos días compartieron algunos actos.
El sexto, en tanto, a pesar de que son prácticamente nulas sus posibilidades de llegar al Congreso (o quizás por esa razón) se cortó solo en la campaña y se convirtió una piedra en el zapato para los demás kirchneristas. Se trata de Ricardo Moreno, funcionario de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC).
El jueves pasado, Moreno convocó en la Capital a un acto a intendentes del interior que se sentían ignorados por los referentes oficialistas. Lo acompañó el operador nacional Roberto Porcaro. El encuentro desató el enojo del resto de las agrupaciones kirchneristas.
En síntesis, Cristina logrará el próximo domingo el objetivo de conseguir una excelente cosecha de votos en Córdoba. Pero, el divisionismo que hoy reina en su espacio político provincial le permitirá a De la Sota seguir conduciendo el PJ sin que nadie le haga sombra.
Este es un dato político que el próximo gobernador tratará de hacer pesar en la mesa de una posible negociación con la Presidenta.
Acto kirchnerista
Candidatos. Los postulantes a diputados nacionales por el Frente para la Victoria Fabián Francioni, Daniel Giacomino y Martín Fresneda compartieron el escenario anoche en la Sala del Rey, en un acto organizado por Diego Hak, quien el pasado 3 de abril participó en la interna del PJ de la Capital. “En abril soñamos con un peronismo diferente. Nuestro objetivo ahora es un peronismo unido, sin diferencias entre la Provincia y la Nación”, dijo Hak. Olga Riutort y el resto de los candidatos estaban convocados pero no asistieron. Participaron unas 800 mujeres y también se festejó el Día la Madre. Hubo sandwiches, gaseosas y helado, shows y sorteos de electrodomésticos.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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