Acerca de Patricio

Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.

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6 comentarios en «Los relatos del miedo y la crispación»

  1. Un par de boludeces:

    ni «monopolio» ni «genocidio», ninguno de los dos terminos es correcto.

    me interesaria leer a Mouffe, me pregunto en que se supone que deriva el clivaje amigo-enemigo? hasta donde se llega? significa que hay solo dos visiones relevantes?

    se puede defender el clivaje amigo-enemigo pero a la vez quejarse todo el dia de lo que hace el enemigo, justamente porque actua como tal?

    1. Pepe.
      Como sobreviví a las lecturas de Mouffe y su esposo Laclau, te cuento lo que, sin ser experto en el tema, puede entender.-
      Chantal Mouffe considera que concebir el objetivo de la política democrática en términos de consenso y reconciliación no sólo es conceptualmente erróneo, sino que también implica riesgos políticos. Un mundo donde se haya superado la discriminación nosotros/ellos se basa en premisas equivocadas, por ello la tarea de los teóricos y políticos democráticos consiste en promover la creación de una esfera pública de lucha agonista donde puedan confrontarse diferentes proyectos políticos hegemónicos.- Lo político para ella es entonces un espacio de poder, conflicto y antagonismo, donde el enfrentamiento nosotros/ellos permanece, pero no como enemigos, sino como adversarios.
      Como esa confrontación tiene por objetivo lograr una profunda transformación de las relaciones de poder existente y el establecimiento de una nueva hegemonía, que requiere que el adversario sea derrotado, y aunque Mouffe expresa que eso no es incompatible -¿pero puede serlo?- con el mantenimiento de las instituciones de la denominada “democracia formal”, siempre se corre el riego que el nuevo proyecto hegemónico intente ser permanente y obstruya toda posibilidad de que en el futuro existan proyectos políticos alternativos.-
      Cuando uno mezcla bastante de Carl Schmitt, mimetizado con algo de Antonio Gramsci, aggiornado con las elaboraciones de Chantal Mouffe y Ernesto Laclau, puede resultar tanto un populismo con una débil democracia o un sistema totalitario al estilo de la concepción leninista de complicado retorno.-
      Saludos.-

      1. gracias Daio!

        entonces, veo que lo que plantea no es radicalizado de por si.

        lo que me resulta dudoso es la division de todo por dos. Ellos/ nosotros, es muy dudoso eso.

      2. Pepe:
        Hay como una mala sabiduría popular que nos quiere imponer la idea de que si nosotros somos los buenos, TODOS los otros son los malos,y que si algunos de los «ellos» se muestran como izquierdistas, democráticos o moderados, no pasa de ser un disfraz, siguen siendo irrecuperables.-
        Saludos.-

      3. Feinman dijo en TVR: «las buenas personas»

        por aquello de la hegemonia cultural de los vencidos, de los 70 para aca ha quedado esa idea «los de izquierda son buena gente» ser de derecha es ser una especie de villano.

        y esto se acentua porque a la derecha le falta demagogia

  2. pero que quede claro que esa caracterizacion de Mouffe no me parece tan desacertada, sobre todo viendo lo banal del famoso «consenso» como se lo plantea hoy.

    todo siendo un partidario de la democracia burguesa, pero no tan formal.

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